Pasó una moto a escape libre y ella hizo un gesto, una mueca, pero no llegó a despertar del todo. Más bien quedó varada en eso que llaman duermevela, esa tierra de nadie entre el sueño y la vigilia (sus ojos cerrados pero no del todo, filtrando la realidad de mi rostro justo en frente de su rostro: colándome tal vez en sus ficciones). Salí de puntillas de la cama y cerré la ventana para evitar más ruidos. Mataría a todo aquel que osara perturbar su sueño, pensé. Buscaría con mi taxi al motorista hasta matarlo. Mataría a cualquier perro si ladrara. Lanzaría piedras a ese avión si la despierta. O si la lluvia percutiera en los cristales demasiado fuerte, juro que sería capaz de darle la vuelta al cielo.
Por suerte ella seguía durmiendo o quizás en duermevela. Volví otra vez a tumbarme, sigiloso, a su lado y continué observándola cada vez más de cerca, con mis labios a un cabello de sus labios, notando su aliento sosegado en mi barba. Sabes que el amor está enquistado dentro si rodeas su cuerpo con tus brazos y al instante ella, aunque se encuentre en mitad de un sueño, se deja abrazar, o incluso arrastra su brazo dormido hacia ti. Como si ya se creyera a salvo en todos los momentos de la vida, protegido también su inconsciente.
Pero había algo más que no me dejaba dejar de mirarla. Y es que no hubo nunca ni habrá mujer más bella a este lado de la litosfera, y esa perfección dormía a mi lado y el día anterior también lo hizo y también lo haría mañana. Y este simple hecho no pudo más que volverme inmortal, como mirando a Dios por encima del hombro. Sentirme inmortal gracias a ella y, por lo tanto, insomne.
Me encanta esa palabra: duermevela.
11 septiembre 2013 | 00:00
!Hola,Daniel!
Si el amor tuviera que ser definido seria de esta manera,confiado,pleno,calido,eterno,tal y como tu lo has plasmado.Tan lleno de su esencia y aroma que abruma el alma.
Esplendido texto,me ha dejado sin aliento.
Muchisimos besitos,daniel,buenas noches de duermevela.
11 septiembre 2013 | 00:40
Sin duda este bonito relato me lo ha dedicado el autor a mi ;-D
11 septiembre 2013 | 01:37
Preciosa demostración de sentimientos. Yo me pregunto por esa fuerza de atracción que hace que una mujer duerma cada noche a nuestro lado y nos haga sentirnos felices, importantes, inmortales y en la gloria.
http://lunaenpapel.blogspot.com
11 septiembre 2013 | 02:37
Así da gusto, cuando yo duermo, ya sea como un cesto, con duermevela con guiñadas, como sea, en el momento q se escucha un ruido q es capaz de despertar-me-le-les, se escucha, » cagoenlaputaqleparió» y se acabó el romanticismo, tráeme agua, un pis, mejor un actimel, venga date la vuelta y cállate q al final nos desvelamos, cagoentó, si con el bocinazo q has pegaó me has dejado tiritando, en esos momentos piensas en tu camita nido y en el autocontrol q tienes por no sacar la margarita de paseo.
11 septiembre 2013 | 07:45
3 días durmiendo con la misma persona al lado. ¿Trabaja?
Es normal que se te haya pasado el sueño.
11 septiembre 2013 | 08:23
Eso es el enamorarse en estado puro!!!
http://areaestudiantis.com
11 septiembre 2013 | 08:49
Vaya, vaya; el viejo truco de escribir un artículo romántico para motivar a la novia. Pues que sepas que eso te va a funcionar como mucho tres o cuatro años. Luego la hechicera se transforma en bruja.
11 septiembre 2013 | 09:15
Cuaderno de bitácora: Ivonna, con un par de kilos de mineral de cada uno de los tres yacimientos de wollastonita de las montañas del norte en su mochila, pensaba en lo feliz que era. El “viaje”, desde casi que salieran de Gomaranto estaba resultando una auténtica luna de miel. Recordaba la lluvia sobre su cara y cómo había sido mimada por el comandante en aquella espesa arboleda de pinos entremezclados con moreras de gran embergadura, de cómo Franco la había besado incansablemente durante horas. En aquella espaciosa tienda de campaña le sorprendió la noche más feliz de su vida. Su anillo de compromiso transfiguró el fuerte y estremecedor frío viento en una extraña y cálida melodía arbórea, sólo interrumpida por aquellos enormes truenos que se acercaban amenazadores.
“No tardará en llover aquí- dijo Tarrés- señalando los negros nubarrones que se aproximaban rápidamente desde el norte. Ese arroyo, casi vacío, por donde hemos venido, puede desbordarse. Voy a acercar un poco el todoterreno, pero no demasiado. No me fío, puede atraer a los rayos.
Ahora – continuó Tarrés después de haber dejado el vehículo debajo de unos pinos cercanos- sólo tenemos que traer lo más imprescindible y refugiarnos cuanto antes en la tienda. En ella no correremos peligro ni pasaremos frío.
Te ayudaré.
No, descansa. Sólo necesitamos las mantas, las linternas y los sacos de dormir, aunque de momento sólo he localizado uno de ellos. Tendría que haber dos. De todas formas yo puedo dormir liado en una manta.
Ni hablar.
¿Qué quieres decir?. ¿Vamos a dormir en el mismo saco?. Eso sería magnífico.
Quería decir que ya me encuentro bien, que te ayudaré a traer la comida, y tu guitarra…
Como quieras, así te distraes.
Para dormir en el mismo saco -sentenció Ivonna- tendríamos que ser novios…
El comandante sacó una pequeña caja y sin pronunciar una sóla palabra la dejó en las manos de Ivonna. En su interior se encontraba un precioso anillo de compromiso con un brillante azul, exactamente del mismo color que los ojos de ella. Tarrés seguía con su trajín desde la tienda al vehículo y viceversa y cuando, por fin, le pareció que ya tenían todo lo necesario para pasar la noche se detuvo un momento de espaldas a la entrada, observando la tormenta. La lluvia ya se estaba haciendo notar y el viento golpeaba con fuerza su rostro. Ivonna se colocó a su lado y también miraba, con un brillo especial en sus ojos, los oscuros nubarrones que se acercaban muy deprisa. En cuestión de minutos quedarían aislados por la lluvia. Tarrés se volvió hacia ella, esperando una respuesta a su poco corriente petición de “noviazgo”. Ella se limitó a levantar la mano izquierda en cuyo dedo anular ya se había colocado el anillo de compromiso, mientras esperaba “algo”, no sabía qué, por parte del comandante. Éste la tomó de la cintura y la besó en los labios; luego la abrazó durante unos cortos segundos en los que ella contuvo la respiración y a continuación la tomó en sus vigorosos brazos y cruzó con ella la entrada. Eran felices, más de lo que lo habían sido nunca.
Vaya, se nos olvidó el champán – se lamentó Tarrés-
Lo he traído yo, “Franco”. Es lo único que he traído, y la guitarra. Es que… ¡todo es maravilloso!.
No necesitamos nada más. Voy a abrirla. ¿Los vasos?
Aquí están.”
11 septiembre 2013 | 11:07
Bonito artículo, aunque desde luego no es lo mismo que te despierte un aguacero (yo lo preferiría) a que lo haga que el insufrible petardeo de una moto, incluso si estás despierto (esto en el caso de que los seres humanos puedan ser considerados entes «despiertos»). Además la lluvia limpia el aire, las aceras, se lleva toda la suciedad, hasta puede que purifique el pensamiento: tiene su lado bueno.
11 septiembre 2013 | 11:38
A mí me encanta «desabrochar». Verbo, palabra, llena de promesas y que también comienza por dé.
La duermevela, palabro requetespañolo, tiene su aquel si es como tú la cuentas y en un abrazo casi beso barboso, nos volvemos a dormir hasta las mil,. Si la duermevela es por causas ajenas a las cuatro patitas tiene mi cama, cuatro angelitos que me la guardan y fuera de la zona cero -el camastro- tenemos jolgorio infantil, fiesta almonteña, modo: «hoyaquínoduermenicristo» pues ni puta gracia me hace. Instintos homicidas no, a tanto no llego -me puede el amor fratenal- pero ganas de cortármela y no volver a procear nunca más, pues sí, muchas.
Rebeca, ayer te iba a mandar a tomar por el culo con todas las letras. Hoy no, hoy estoy generoso. Te mando a buscar un tipejo la mitá de paleto que yo y así ya podrás morir tranquila, te lo garantizo. De nada, prenda.
11 septiembre 2013 | 11:49
Yo también me vuelvo insomne. Soy capaz de soñar despierta, incluso soy capaz de soñar dormida. Pero nunca descanso, eso es para gente hastiada. Yo sueño, y sigo soñando.
11 septiembre 2013 | 12:46
Teniendo alguien a tu lado
a quien se quiere o adora,
cuando tratas de dormir,
hasta la lluvia en los cristales
como una nana te suena,
que te envuelve y te embriaga
como cuando pequeño eras
y una dulce voz te la cantaba.
Con otros ruidos quizás
pases a un duermevela,
a ese estado que se está
como el centinela… alerta
pendiente de ese tesoro
que a tu lado, se acuesta.
Que hasta podrías matar
si algo o alguien, la molesta.
El amor y no los celos,
hace que muchos durmamos,
en continuo duermevela
y nunca jamás, a piernas sueltas.
11 septiembre 2013 | 13:00
Ese grillo tomatero
ha estado la noche entera
dale dale que te pego
con un cri-cri puñetero
que me ha tenido a dos velas.
Al final, me levanté
y al duermevela cansino
puse fin con un café;
y entonces, entonces sí,
sin que se sepa el por qué,
callose el grillo cochino.
Si yo tuviese dinero
cogería un avión
y me iría a un sitio lejano,
tal vez a algún atolón
donde no hubiese un mal grillo
que me impidiese dormir
como he oído decir
duermen marmota y lirón.
11 septiembre 2013 | 15:23
que empachocito!
11 septiembre 2013 | 16:01
Estimado Sr. Daniel Díaz:
Se notan claramente las influencias del último trabajo de Manolo García ( Los días intactos ) en su post…más concretamente las de este tema » Junto a ti «…
» …Son mi DUERMEVELA tus abrazos.
Compañera,contigo puedo resistir.
Está en ti la belleza de cualquier mundo.
Está en ti y es a un tiempo penumbra y susurro «…
P.S.: Mucho más romántica esta inspiración que las del canalla Sabina…
11 septiembre 2013 | 18:00
PRECIOSO POST.
Has vuelto con fuerza Simpulso y mas enamorado que nunca por lo que se ve
11 septiembre 2013 | 18:29
Un poco moñada me ha parecido a mi.
11 septiembre 2013 | 19:24
Bonito post, pero me da a mi que la has liado parda y buscas redención.
11 septiembre 2013 | 20:14
Padre nuestro questás en los sielossss…..
Bonito bonito bonito post.
https://www.youtube.com/watch?v=u-PyTLPKAUA
11 septiembre 2013 | 20:43
Bah! Es lo normal en ellas (y en nosotros) los primero meses, Simp. No roncan, no rechinan los dientes, apenas tosen, no te marcan líneas fronterizas en la cama las noches más calurosos del verano… ¿Sigo?
11 septiembre 2013 | 21:07