Ni libre ni ocupado Ni libre ni ocupado

Elegido Mejor Blog 2006.Ya lo dijo Descartes: ¡Taxi!, luego existo...

Un amor envasado al vacío

envasado vacio

La pareja tomó mi taxi en el aeropuerto, él arrastrando una enorme maleta (en cuyo vientre llevaría la ropa apelotonada que usaron en vacaciones, tal vez también las chanclas y los botes de after shave y de champú con el sello del hotel, y un par de toallas aún con trazas de arena de playa como posos de recuerdos cadáver). Ella, por su parte, sólo llevaba un pequeño bolso TOUS (falso) y un paquete de ensaimadas de Mallorca atado con un cordel. Treinta y pocos años ambos. Sin hijos a la vista.

Tomaron mi taxi, como digo, primero él y al rato ella, guardando una distancia aséptica que parecía un muro, o ese cristal que separa al visitante del reo (no sabría decir cuál era el reo; tal vez los dos). Luego, ya sentados, me indicaron su casa por destino y viajaron en silencio, cada uno en una esquina del asiento trasero, mirando el paisaje o el móvil o las uñas, pero nunca el uno al otro. Y a través del espejo y del silencio leí en sus gestos la pactada derrota de un amor envasado al vacío, sin fecha de caducidad pero insípido; como quien decide dejarse arrastrar por la marea del otro, o poner la mano en el fuego del otro sin miedo a quemarse porque ya estaban los dos quemados.

Y después de unas vacaciones calmas, sin novedades, seguirán con juntos, como siempre, como un pack de leche 2×1 del supermercado, pero esos silencios serán cada vez más largos, sólo interrumpidos por anécdotas del día a día, buscando en cualquier caso el bucle eterno, la rutina. Un bostezo disimulado. La anestesia consentida.

Pero lo atónito del asunto es que, estoy seguro, si me atreviera a preguntarles si se quieren, si son felices, me dirían al unísono que sí, que por supuesto. Que no conciben otra vida distinta a ésta. Y no mentirían.

24 comentarios

  1. Dice ser simpulso

    Tenía ganas de volver. Muchas. Cargué las pilas con agua de mar y a partir de hoy prometo vaciarme la sal cada día, sin compasión.

    Bienvenidos de nuevo y gracias por estar aquí de vuelta.

    02 septiembre 2013 | 00:28

  2. Dice ser AGATA

    Ohhh bienvenido y bien hallado.
    Feliz lunes!!!

    02 septiembre 2013 | 00:35

  3. Dice ser Aniobe

    Oh, but anyone
    Who knows what love is
    Will understand…

    Enhorabuena, simpulso.

    02 septiembre 2013 | 01:00

  4. Dice ser D.D.

    Repudio a esa pareja.

    Me alegra que continúes este viaje y lo compartas con el mundo.

    http://en-otra-dimension.blogspot.com

    02 septiembre 2013 | 01:02

  5. Dice ser gatinlover

    Tres cajas de amor envasado, listo para ser liberado. Felicidades.

    https://www.youtube.com/watch?v=W1G5aJ2GEPM

    02 septiembre 2013 | 02:08

  6. Dice ser Dark Shadow

    Bienvenido al ciberespacio de nuevo. Una entrada agridulce, otra vez el dilema eterno, como diferenciar el amor del miedo a la soledad, el amor de la dependencia, como salir de la soledad… no hay peor soledad que la que tienes en compañia.

    http://www.lunaenpapel.blogspot.com

    02 septiembre 2013 | 02:51

  7. Dice ser Louisa

    Bienvenido, te echaba tanto de menos.

    02 septiembre 2013 | 03:47

  8. Dice ser ñañaña

    un buen comienzo de curso.
    te deseo una feliz estancia

    02 septiembre 2013 | 06:27

  9. Dice ser Al Sur de Gomaranto

    El amor como a todo ser viviente
    hay que nutrirlo y regarlo
    es mucho mejor si a diario
    se le dedica un ratito.
    Si se dejó de cuidar
    poco a poco se marchita
    y una vez empezado el mal
    la sola y única manera
    de poderlo conservar
    es envasarlo al vacío
    y a continuación congelarlo.
    El amor que es congelado,
    no se marchita ni pudre,
    pero no crece, no aumenta
    así puede vivir muchos lustros
    e incluso una vida entera
    A excepción del amor propio,
    el amor… todo lo soporta
    incluso la congelación
    y el envasado al vacío.

    Hoy comienza un nuevo curso
    con recortes y sin becas,
    no congelen la esperanza
    por favor, nútranla, riéguenla.

    02 septiembre 2013 | 07:47

  10. Dice ser Scandal

    Nada, eso era un simple mosqueo, el quería empezar la ensaimada en el avión, y ella le dijo q no, q ni hablar, q la traían para tomar café con sus padres esa misma tarde,rutina, familia, amigos, trabajo en el mejor de los casos,y de fondo va sonando, el final del verano del Duo Dinamico.

    Bienvenido Daniel, estamos de vuelta, espero q nadie quedase por el camino.

    MADRID 2020

    02 septiembre 2013 | 08:22

  11. Dice ser yonomebajo

    El amor tiene que tener sus baches. Sus baches del dia a dia. Quiza en vacaciones por fin pudieron estar juntos las 24h sin jefes ni móviles que transportan la mente otra vez a la oficina. Esos días de vacaciones han podido hablar de todo lo que no se han contado durante el año. Han aprendido a disfrutar de esas charlas y también de sus silencios.
    Lo importante, haber disfrutado de las vacaciones y volver con las pilas a tope.
    Absorberemos esa pizca de sal diaria.

    02 septiembre 2013 | 08:38

  12. Dice ser AreaEstudiantis

    genial!! Bienvenido!! Se te echaba de menos. Real como la vida misma, sobre todo el último párrafo. Un saludo!

    http://areaestudiantis.com

    02 septiembre 2013 | 09:08

  13. Dice ser Purita return

    Los botes serian de after sun…si es que no te fijas!!

    Feliz Septiembre a todos!!

    02 septiembre 2013 | 10:41

  14. Dice ser Carpe-diem

    Y cómo sabías k el bolso Tous era falso ????

    Muy buena la foto de los besugos…Por k son besugos, no ??? Yo es k soy de carne…

    Mira k hay sitios bonitos para ir de vacas antes de ir a Mallorca…Menorca por ejemplo le da mil vueltas 😉 Y no lo digo sólo x los personajes de tu post…Mimimimimiiiiiiiiiiiiiiiiii…

    P.S.: Mucho más que todo NO lo escribiste tú…Se notaba…

    02 septiembre 2013 | 11:35

  15. Dice ser gatinalover

    Tres cajas de recuerdos. Gracias, gatin.

    Carpe, son truchas petrificadas, hija mía. Poca cultura gastronómica…

    02 septiembre 2013 | 12:38

  16. Dice ser Lectora

    Ya echaba yo de menos tus historias. Bievenido de vuelta. Aprovecho para dejaros lo más bonito que he visto desde hace tiempo en el mundo audiovisual: http://xurl.es/89iqt

    02 septiembre 2013 | 13:09

  17. Dice ser @ Carpe-diem

    Estoy de acuerdo contigo sobre los últimos relatos de Simpulso. Yo también pienso que no lo ha escrito él.

    02 septiembre 2013 | 14:32

  18. Dice ser YO

    Yo volví con mi NONOVIO, con mi amigo especial… pero no así, todo lo contrario, mas unidos que nunca, pero sin la chispa que haga que esto explote en una relación…
    Bienvenido, se te echaba de menos

    02 septiembre 2013 | 15:40

  19. Es verdad que la rutina mata el amor, pero debemos cuidar el amor como el jardinero cuida a una flor, regarla y cultivarla con paciencia, tolerancia, respeto y mucho amor, sin olvidar la comunicación pues es el lazo de toda relación.

    02 septiembre 2013 | 17:18

  20. Dice ser Pasaba por aqui

    La verdad es que parecen truchas, no besugos

    02 septiembre 2013 | 17:58

  21. Dice ser Briggite

    Pues a mi me parece que Mallorca mola, asi que @simpulso si te has ido de vacaciones alli, a pesar de lo que diga la amargada de CARPE DIEM me parece genial.

    Sigue asi.

    02 septiembre 2013 | 18:29

  22. Dice ser manuel

    Cuaderno de bitácora:
    J. Pérez está ciertamente alegre y supongo que canta (entre el conductor, osea yo, y Maggie, medio adormilada): ¡Gondiiigoooo abrendiiiii, que la zemaaana diene máah de ziete díiaaaaah!
    ¡Gállate ya, canalla, que has aprendido muy mal!. Tenías que haber sido más aplicado en el colegio. No sabes ni lo es una escuela. Tu te has criado con los buitres, en la selva…
    La voluptuosa mujer de Juan, se queja, con energía: ¡Me han cogido una teta, marido!
    No, no, no… yo no le he cogido una teta a tu mujer, le he dado con el codo…que no es lo mismo… vamos muy apretujados aquí detrás. Aquí sobra gente. Este coche es para que vayan tres atrás y dos “alante”; y vamos ocho o nueve…
    Y bor ezo yo de bregundé. Yo te bregundé ¿buede llevadme a bi caza?. ¡¡Ziiiiiiii!!, ezo jvué lo que be dijigte.
    Y ya hemos llegado, ¿no?, -respondí conciliador.
    ¿Aquí?, ¿tan leejos mevadejá?
    Pero estamos en tu casa.
    No, dodavía farta…
    ¡Faltan 2 metros…bájate ya y no des más la murga!
    No be bajo.
    ¡Pues no te bajes!
    Lo ge baza ez que yo te quiero a dí mah que du a mi, ezo baza.
    Ni hablar. Es al revés, y me tienes frito, Juanito.
    Me defbrecias…¡bor zer vagabundo…!, bor ezo… buede llegáh a odiadbe…a bi.
    No, no. Por ahí no vallas, porque yo te quiero más, mucho más que tú a mi.
    Maggie: Dejadlo ya, no empecéis otra vez a pelear, ¡ay que ver cómo sois!.
    Agjí no be bajo. Be dieneh gue dejáh en bi gaza.
    Pues no te bajes. Nosotros vamos al bar “La Serrería” a tomar un cafelito, ¡y churros!
    ¡Y borras!
    ¡Y narices!, ¡Cállate ya, víbora!.
    Manolo: ¿Estará ya abierto?
    No cierra. Los domingos por la noche no cierra. Está toda la juventud “bohemia” de Gomaranto allí.

    Realmente no estábamos tan borrachos, seguro que no. Habíamos bebido, cierto, pero también comido y de lo lindo. Nos encantaba hacernos los borrachos, sobretodo a J. Pérez.
    La exuberante celebración de la boda había tenido lugar en una especie de parador al norte de la ciudad, con unos jardines realmente únicos, cautivadores, de tres niveles, expresamente diseñados para este tipo de acontecimientos. En la parte baja queda una especie de mirador hacia el sur que permite divisar las siempre caudalosas y frías aguas de Río Norteño.

    La ceremonia religiosa tuvo lugar en la pequeña y hermosa “Ermita Norte”, había sido oficiada por D. Ramón, y duró apenas 20 minutos. La novia, católica, dejó a la Virgen su enorme ramo de flores multicolor y poco después, ya con sólo un modesto ramo de rosas blancas, salía del coche que la dejó en el parador, acompañada de su novio algunos años más joven, muy enamorado.

    Gran parte de los 600 invitados había optado por no asistir a la ceremonia religiosa, pero allí estaban todos esperando ansiosos la llegada de la novia, y en un educadísima compostura guardaron silencio mientras ambos novios, ante la nueva alcaldesa de Gomaranto, Dª Indira Vizcaíno, y junto a los padrinos y testigos, entre los que se encontraba el comandante Tarrés con su uniforme de gala, el rector de la Universidad y la propia alcaldesa, legalizaban con sus firmas su nuevo estado civil, sobre una pequeña y coqueta mesa en la que un enorme ramo de flores apenas dejaba espacio para apoyar el libro de registro nupcial.

    Posteriormente no menos de una treintena de camareros de ambos sexos, debidamente uniformados para la ocasión, hicieron el pasillo de rigor a la pareja de recién casados, que pasaron previamente bajo los sables de la agrupación “La Colombiana”, correspondiendo a los mariachis, venidos desde la “Jalisco”, dar aún más brillo a ese momento deleitándonos con sus ya clásicas “sevillanas”. Hernán, de merecidas vacaciones, hacía las veces de fotógrafo oficial, tarea nada fácil.

    Una vez los novios accedieron a los jardines, todos los invitados, que hasta el momento sólo habían bebido “riojas” y otros vinos tintos, criados todos ellos en Tierra II, así como vinos blancos que emulaban a los de Jerez y a la manzanilla de la añorada Sanlúcar, cerveza y refrescos, empezaron a picotear mientras diversas conjuntos de “norteños” amenizaban, por turnos, la magnífica celebración. No faltaron “Ella”, y otras memorables canciones, conocidas por todos, de la edad de oro de la música mejicana. Pero también se atrevieron con alguna canción de los Beatles, en especial y a petición de Maggie “yesterday”, su favorita y otras “tiernas”, “románticas” canciones.

    Entre los aperitivos no faltaban (sólo menciono los que probé, del resto no me acuerdo) tortilla “española”, jamón, queso, fritos variados de pescado y croquetas, diversos patés, caviar, salmón y bacalao ahumados, tartaletas de ensaladilla o queso de rochefort, y alguna otra cosita que nos mantuvo deambulando alegremente de un sitio para otro en aquellos impresionantes jardines durante al menos 90 minutos, durante los cuales los distintos conjuntos norteños nos recordaron 25 ó 30 canciones de los años 50.

    El Cuarteto de Cuerda de la Universidad avisó musicalmente que había llegado el momento de empezar a buscar la mesa que nos había tocado en suerte, cosa que nos llevó unos minutos. Había unas 40 mesas, casi todas redondas. Fué Maggie, que estaba bellísima (se había pasado toda la mañana en la peluquería y en la “manicure” junto al resto de sus amigas, todas igualmente bellas), la que gritó, triunfante, ¡mesa 20!.
    En nuestra misma mesa, casi de tres metros de diámetro, se encontraban Murciana y su esposo, Espiral, Abril, Manu, Dani y Eva (que habían venido desde la NE20M con la intención de comprar una casita en Sierra Sur para las vacaciones), Juan Pérez junto a su exuberante esposa, Manolo (a quien todos llaman “Blasco”, porque dicen que se parece al “prota” de no sé qué novela (¡ya tiene que ser feo el canalla!)), el capitán Álvarez con su bella esposa y excelente cantante Mª Antonia y el director del Hotel Coral que ha venido acompañado de Tina, que realmente parecía un clon de Tina Turner, y que ha saludado muy cortés a Dani, haciendo éste lo propio, y que seguramente sólo tres o cuatro de la enorme mesa sabemos que es un robot. Tina indicó, amablemente a los camareros, que no le sirviesen, que “no tenía” apetito.
    ¿Desea la señorita algo en especial, quizá algo de beber?
    Sí, champán, gracias, pero más tarde.
    El primer plato consistió en una crema fría, a lo que siguieron diversos mariscos, gambas y cigalas de los esteros. Después nos dieron a elegir entre lubina o dorada. Acabamos con un chuletón de ternera. En ese momento los mariachis se hicieron los protagonistas de la noche. Los camareros tardaron sólo dos o tres minutos en retirar los platos y cubiertos, generosamente usados, y empezaron a servir el champán, un “Moët” del año 2 de Tierra II. Todos de pié brindamos por los novios y acto seguido se abrió el buffet de los postres, 20 tipos diferentes de tartas y otros tantos de brochetas de frutas de temporada dispuestas en la única mesa alargada que me pareció ver.
    Sin abandonar mi copa me acerqué con un par de platos a la mesa de los postres, y me las ingenié como pude para no derramar el champán en mi plato sobre la brocheta y sobre varios pequeños trozos de aquellas tartas. En el plato de Maggie puse la brocheta de fruta, un trozo de tarta de nata y otro de chocolate.
    ¿Estás segura Maggie de que puedes comer tanto chocolate?
    No estoy enferma. Sólo espero un bebé.
    Sí, sí, claro, qué tontería…

    Aún no había apurado mi última copa de cava cuando nuevamente el cuarteto de cuerda de la Leonardo da Vinci empezó a tocar un vals y ya estaban los novios bailando, girando, volando sobre la pequeña pista justo al lado de la fuente de chocolate. Minutos después empezó “la fiesta”. Se despejó gran parte del enorme comedor al aire libre y empezaron a tocar el bajista Juanjo Áĺvarez (hijo del capitán Álvarez y de la bellísima cantante Mª Antonia) y su grupo interpretando “Loco amor interplanetario”. Siguieron muy bonitas canciones de unos y otros grupos de música ligera, que se alternaban entre sí y con los de sevillanas y rumbas. Fue, para mí, agotador porque bailé como si no hubiera un mañana y Maggie hizo lo propio, muy feliz. Creo que el dolor que tengo en el brazo derecho es de levantarlo con tanta fuerza cada vez que Juanjo Álvaréz gritaba (junto a todos los estábamos en la pista de baile) aquello de “I can’t get no…”, de los Rolling. Al final, ya totalmente extenuados, un pequeño grupo nos hicimos los dueños de un rinconcito en una de las pequeñas plazas de los jardines y Mª Antonia, generosa como ella sóla, acompañada a la guitarra por su marido, el capitán Álvarez, tuvo la gentileza de cantarnos a todos los presentes, entre los que se encontraban los propios novios, “Habanera”, “Mª la Portuguesa”, y una emocionantísima “nana” que hizo llorar a la novia, que pasaba por allí en ese momento inolvidable, de felicidad.

    Sin darnos cuenta, de pronto, hacia el Este empezaba a ser de día y hacia el Oeste era todo pura y negra oscuridad. Faltaba poco para el amanecer. Decidimos despedirnos de aquellos que aún se encontraban presentes y nos subimos en el coche hacia… en fin ya sabéis.

    El bar “La Serrería” cuya puerta da al Este, tiene el mostrador a la izquierda, generosamente largo aunque cuando llegamos estaba vacío. Bastantes jóvenes colonos, sentados a las mesas, de la derecha nos silvaron y no era para menos con la pinta que llevábamos, de chaquet la mayoría…, y las mujeres elegantísimas a más no poder. Al fondo, flanqueado por una enorme puerta y bajando un pequeño escalón, estaba el restaurante digamos “noble”, prácticamente ocupado por invitados a la boda que habían tenido nuestra misma idea. Pudimos sentarnos en una mesa que quedaba libre y enseguida se acercó un camarero o camarera, ni me acuerdo, y pedimos café, unos largo, otros normal, pero ¡café! Y, naturalmente, churros. Se nos cerraban los ojos. Me acerqué al mostrador
    ¿Falta mucho para los cafés y los churros?
    Los cafés ya están, y los churros casi. Ahora os lo llevo todo- me dijo el camarero.
    También Juan Pérez había perdido la paciencia y venía, seguramente a meter prisa. Así que me adelanté y le dije lo que sabía.
    Bero, los gafés ya estdán. ¿Zon ehgtohz?- dijo indicando ocho o nueve cafés que había una bandeja- Be los llevo y dehbuéh veniboh bor loh shurroh.
    Vale, ve con cuidado- le dije mientras regresaba rápido a mi asiento. Estaba agotado, no aguantaba de pié.
    Ni el más pesimista hubiese pensado que no iba a recordar el pequeño escalón y que iban a quedar todos esos maravillosos cafés en sus lindas tacitas derramados sin excepción y éstas rotas también sin excepción. Los huesos de Juán, aunque esto es lo de menos, estampados en el suelo. Era una escena un dantesca, no por Juan sino por los cafés. Nos estábamos quedando dormidos, los necesitábamos urgentemente, y a ser posible, en vena como dicen algunos andaluces. Nadie se dio cuenta pero algunas gotas de café salpicaron la cara de Ivonna, hermosa joven, geóloga y ceramista, que ocupaba una de las primeras mesas y que gritó de dolor. Bueno, nadie no. El comandante Tarrés saltó de su asiento como impulsado por un resorte mientras sacaba su elegante y por supuesto limpísimo pañuelo del bolsillo superior izquierdo de su chaqueta de gala y, mientras casi pisotea a J. Pérez, aturdido y dolorido en el suelo, “ordenó” ¡hielo!, y ya su pañuelo secaba rápidamente las diversas gotas de café de la cara de la sorprendida y agradecida Ivonna. Luego aplicó hielo son suavidad, durante unos segundos. Y le dejó el pañuelo mientras se retiraba de nuevo hacia su asiento, sin dejar de mirarla.
    Sólo cinco o seis minutos más tarde todo era muy diferente. Por fin los cafés, los churros… a Juan no le había pasado nada, afortunadamente… para él.

    02 septiembre 2013 | 18:37

  23. Dice ser manu

    Ese silencio o escuchar a esas parejas que también se quieren con locura pero vuelven de vacaciones discrepando sobre las características del hotel (incluido los desayunos tipo buffet), sus discusiones sobre los lugares más aconsejables para visitar en Mallorca y el desacuerdo para elegir el camino más corto en taxi que les lleve de nuevo a casa, desconociendo que el mayor número de rupturas sentimentales o de pareja se producen después de las vacaciones estivales.
    Bienvenido a esta tu casa, Simp.

    02 septiembre 2013 | 21:31

  24. Dice ser CANARIAS 7

    Se me hizo tarde… llego tarde, lo complicada que se me pone la vida… pero, tarde es pronto e ilusionada… llegaste «sabroso».
    Espero hayas disfrutado mucho y ahora… escribe…yo leo. Abrazote

    03 septiembre 2013 | 15:32

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