Ni libre ni ocupado Ni libre ni ocupado

Elegido Mejor Blog 2006.Ya lo dijo Descartes: ¡Taxi!, luego existo...

Archivo de junio, 2011

Los ojos como espejo del habla

Los que siempre miran a los ojos cuando hablan. Los que no miran nunca a los ojos. Los que sólo miran a los ojos cuando su interlocutor es conocido, o íntimo. Los que sólo miran a los ojos de los completos desconocidos. Los que fijan la vista en los labios del que habla. Los que miran hacia arriba o hacia abajo o al infinito cuando escuchan. Los que miran a los ojos pero sin mirar, con la mirada fija pero ausente. Los que miran a los ojos reflejados en el espejo retrovisor del taxi pero luego te vuelves y ahí, cara a cara, rehuyen tu mirada. Los que cierran los ojos al hablar de ciertos temas importantes, o trágicos. Los que miran a un punto fijo entre las cejas de su interlocutor. Los que sólo miran a los ojos cuando tú no miras los suyos, y viceversa. Los que aguantan tu mirada como retándote. Los que se ocultan tras la excusa de un flequillo demasiado largo o sus gafas de sol. Los que sólo miran a los ojos cuando tratan de seducir. Los que sólo miran a los ojos cuando dicen la verdad. O viceversa.

No sabría si fiarme más o menos de los que miran a los ojos cuando hablan como de aquellos que evitan tu mirada. Algunos ojos son siempre tímidos o temen ser desnudados (o cazados) a través del iris. Otros, sin embargo, son tan fríos que jamás sacarás conclusión alguna a través de ellos. O cristalinos; sin nada que ocultar. O despojados de miedo. O en otro mundo.

Ahora, mírame a los ojos y cuéntame cosas.

¿Sueles mirar a los ojos de tu interlocutor?