El usuario (30 años, aspecto casual) tomó asiento a mi lado y me dijo:
– Al aeropuerto, por favor.
Accioné el taxímetro y, nada más iniciar la marcha, sacó un ordenador portátil del maletín, lo situó sobre sus piernas y desplegó la pantalla. Varios tecleos después el hombre soltó:
– Hola, cariño.
– Hola, cielo – dijo el ordenador. Miré de reojo: la pantalla mostraba la imagen de una mujer en videoconferencia (rubia, ojos grandes y azules) y, en su margen inferior izquierdo, un recuadro de mi usuario captado por la webcam de su portátil. Skype, supuse.
– Ya estoy en el taxi, camino del aeropuerto – dijo él a la pantalla.
– ¿Aún en Madrid? – preguntó ella.
– Sí.
– Déjame ver…
El usuario alzó el portátil y dirigió la webcam del marco de su pantalla hacia la calle.
– Esa es… la calle… mmm… ¿Velázquez? – preguntó ella.
– Sí – dijo él.
– Hazme un favor, cariño. A dos o tres manzanas de ahí, en esa misma acera, verás una pastelería. Tienen las mejores galletas de mantequilla que he probado nunca. ¿Podrías parar un momento y comprarme una caja?
– Sí, claro.
– ¡Genial!
– ¿Conoce la pastelería que dice mi novia? – me preguntó el usuario.
– Sí – dije.
– ¿Con quién hablas? – preguntó ella.
– Con el taxista, cariño.
Detuve el taxi en la pastelería.
– Espera un momento, cariño. No desconectes, que ahora vuelvo – dijo el usuario justo antes de abrir su puerta. Dejó el portátil abierto sobre el asiento del copiloto y se marchó corriendo a la pastelería.
– ¿Hola? ¿Ernesto? – dijo ella.
– No. Ernesto se ha marchado a comprar sus galletas – dije yo de espaldas a la pantalla.
– ¿Eres el taxista? – me preguntó.
– Sí.
– No te veo. ¿Podrías girar la pantalla?
Giré la pantalla sobre el asiento hasta ajustar mi imagen al encuadre de la webcam. Ahí estaba ella con sus ojos azules como platos.
– Hola – dije tímidamente.
– Escucha con atención. Ernesto no puede coger ese vuelo a Sidney.
– ¿Perdón? – dije, confuso.
– Viene a Sindey para instalarse aquí, conmigo, pero ahora no puede ser. Es una historia complicada. No hay tiempo para eso. Te pido, por favor, TE SUPLICO que arranques el taxi y te marches ahora con sus maletas. Llevará el billete y el pasaporte en el maletín del portátil. Siempre lo guarda ahí. Márchate AHORA con sus maletas, por favor. Prometo compensarte – dijo visiblemente nerviosa.
– No puedo hacer eso – dije.
– Te doy 500€. Te los transfiero ahora mismo a la cuenta que tú me digas – comenzó a sollozar.
– No puedo marcharme con sus maletas y su ordenador. Podría acabar en la cárcel por eso.
– 1.000€ – dijo ahora con lágrimas en los ojos.
– Lo siento. Ya viene. Adiós – dije.
Mi usuario regresó con una caja rosa, abrió la puerta, alzó el ordenador, tomó asiento y volvió a colocarlo en sus rodillas. En ese instante ella giró la cabeza para ocultar el rastro de sus lágrimas. Reanudamos la marcha.
– Ya tengo tus galletas, amor. En unas horas podrás comerlas.
– Sí… ¿puedes girar la cámara otra vez hacia la calle?
– Claro – el tipo volvió a girar la pantalla hacia la calle.
– No veo nada. Me da el reflejo del cristal. ¿Podrías bajar la ventanilla?
El hombre bajó la ventanilla y acercó aún más el portátil al borde de la puerta.
Ya en la autopista el aire comenzó a soplar fuerte contra la pantalla. Tremenda imagen: Una mujer, desde Sidney, buscando arrastrar sus lágrimas con el viento de Madrid.
Bonito final : Una mujer, desde Sidney, buscando arrastrar sus lágrimas con el viento de Madrid.
10 marzo 2011 | 00:12
Por fin, Dani, has vuelto!
10 marzo 2011 | 00:29
¿Y tu comentario, Simpul?
10 marzo 2011 | 00:32
…que mal, no? hiciste bien, que se enfrente a lo que se tenga que enfrentar, ni por mucho más de eso me como yo ese marrón.
10 marzo 2011 | 00:33
Rara historia esa que te cuenta la de Sidney, que Ernesto va a instalarse allí con ella, pero que no puede ser, que la cosa está complicada. Menuda intriga.
Y la chica llorando al otro lado de la pantalla, intentando, al pareer sin éxito impedir que él vaya, tratando de sobornarte .
Hiciste bien resistiendo a la tentación de los 1000€, aunque sean apetecibles, pero te podías haber buscado un lío de narices largándote con maletas y portátil del cliente
PD: Oye, Simpulso, me ha intrigado también que el primer comentario cuando he abierto el post, sea de Cintia y no tuyo. Lo digo, porque creo que ocurrió este último verano, en agosto dos veces. Y me parece que en otra ocasión, que subsanaste a continuación sentándole mal a un amigo que consiguió ser el primero.
10 marzo 2011 | 00:34
Buen relato.
Doblez. Mentira sobre mentira. Falsedad a la que la abolición de la distancia que supone internet exige un esfuerzo redoblado. Lágrimas de mujer (rubia, por supuesto). Madrid.
Pensar=decir=hacer. La única fórmula para vivir la propia vida. Tan corta y tan única.
Buenas noches.
10 marzo 2011 | 00:40
falta tu comentario simpul!
muy buena historia, por cierto…
10 marzo 2011 | 00:52
Disculpad estos ocho comments de demora. Problemas técnicos.
Respecto al post, en efecto, dejé a aquel hombre en aeropuerto. Desconozco si al fin tomó ese vuelo. Desconozco también los motivos de ella. Miedos de última hora o tal vez la típica tercera persona en discordia, quién sabe.
10 marzo 2011 | 01:01
Creo que era cobardía a enfrentarse a los problemas, de cualquier tipo.
10 marzo 2011 | 01:13
Muy chulo simpulso, me ha encantado.
Al menos ella tiene muchas horas por delante para hacer como si no pasara nada.
Besux!!!
10 marzo 2011 | 01:23
Joder, me ha encantado!!
El final precioso, supongo que las lágrimas en casa duelen menos que en la distancia, vuelven a la tierra de la que salieron mientras el viento las zarandea a unos ojos nuevos…
Cuclillo, ¿por qué,»rubia pos supuesto»?
Aunque Ernesto parezca la víctima creo que siento más pena por ella. Solo de intentar ponerme en su pellejo e imaginar como será fingir la sonrisa de bienvenida, el primer beso a la llegada en Sideny y el abrazo forzoso mientras intenta simular que nada ha cambiado en su interior y que sus ojos siguen viendo el mundo con el mismo amor que sentía hace un tiempo…me dan escalofríos!
Feliz jueves.
10 marzo 2011 | 01:45
Se me olvidaba dejar por aquí alguna cosilla más.
Le Colère, bonita, menuda pedazo de declaración que ayer dejó por aquí el cántabro. Ya te pudiste dar cuenta, jamía, que le traes loco, loquito del tóoooo, que todo quisqui nos hemos enterado.
Lobo, no quise intervenir cuando leí aquel torrente, que si te digo la verdad, ya no sabía yo a qué venía, pero que desde casi las primeras líneas , me imaginaba que acabábamos con el petroleao de antaño. Y nada menos que 4 coment dedicados a ti. En fin, ya vi que hoy respondiste. Quizás, quizás, quizás….. se pare.
Elyyyyy, que se te extraña, que llevas mucho sin dar señales de vida, que eso de tener cuatro días seguidos libres, va a ser te ha trastornado un poquillo
https://www.youtube.com/watch?v=JjVfiZM09YA
10 marzo 2011 | 01:50
ERA EL NUEVO IPAD 2.O DE
http://WWW.MI-APPLE.ES
10 marzo 2011 | 01:53
@Abismos
Cuclillo, ¿por qué,”rubia pos supuesto”?
Por sembrar cizaña, jeje.
10 marzo 2011 | 02:26
Vaya, yo que estaba preparada para saltar… pero nada, aceptamos barco 😉
10 marzo 2011 | 02:35
¡Precioso, de veras¡¡ me encantó. Y el touch del broche final, medallas y besos Dani.
Cariños a tod@s
10 marzo 2011 | 04:40
Hiciste que una mujer llore…
podrias haber echo de que pierda el vuelo igual ..
10 marzo 2011 | 05:17
Daniel, que has puesto Sindey…
Yo no era seguro, que no soy rubia.
Mira, uno que viene de España y otra (yo) que se va de Australia jejejej.
Que tía más cobarde…. y eso estando en Sydney, que bien fácil es decirle la verdad… menuda putada para el chaval llegar allí con lo que se trarda. Dice «unas horas»… jajajajaj, 28 horas como minímo, yo le hubiera dicho un día y pico.
Pues nada amigos comentaristas y Simpulsito gafotas, que me voy a España en abril que es casi ya, pasando por Seul (que Dios me ampare).
Desde mi nombre podeis ir a mi blog de cachorros en adopción.
10 marzo 2011 | 06:58
Buenos dias a tod@s.
Jo, mira q no soy yo de emocionarme, pero es q me ha encantado….
Para q coño le encarga las galletas si no tiene intención de comerselas ehhhhh, para darte tiempo a cacikear su portatil??? es q no te escapas ni con alas, en to los fregaos está este muchacho….
Dicen q dejar en la distancia, es de cobardes, pero antes de pegarme 30 horas volando para llevarme el palo cuando llegue como si me lo comunica por mensajes de humo…..
Q tengais un buen jueves.
10 marzo 2011 | 07:23
Joder!!!!!
Qué bueno!!!! Plas, plas, plas…
Me quito el sombrero.
10 marzo 2011 | 07:39
Joder. No sé si esto es realidad o ficción, pero es bueno de cojones. Gracias por alegrarme la mañana. Estoy hasta los huevos de gastarme pasta en libros que podría escribir mi sobrino de diez años. Un abrazo.
10 marzo 2011 | 07:44
¡Muy bueno el relato! ¡Enhorabuena!
10 marzo 2011 | 07:47
Joder, vaya post, sinceramente que poca valentía tienen algunas personas de afrontar la verdad y tomar el toro por los cuernos.
10 marzo 2011 | 07:58
Después de abrir la ventanilla del copiloto seguro que la rubia intentaba tirarse a la calle. Dejar de estar ahí con Ernesto, con el taxista y con su mentira.
Ni 10.000 km (¿cuantos hay de Sydney a Madrid?) son distancia suficiente para notar la cercania de una persona. Por mucho que no estés con ella, ¡¡qué dificil es decirle la verdad!!, casi,casi como si realmente lo tuvieras a 5cm.
Quizá Ernesto conozca a alguien durante el vuelo y no llegue a su cita con al rubia de ojos azules (¿era australiana o de madrid?)
10 marzo 2011 | 08:14
Leches !!!
Es uno de los mejores relatos que he leído,pero con diferencia, que me perdonen los de los otros,
muy bueno,llega muy dentro y te llega a hacer que
los ojos se humedezcan un poco…………..
10 marzo 2011 | 08:20
Para ojos azules lo de esta muchachita: http://www.xxminutos.com/2011/03/luisana-lopilato-y-la-red.html Es casi perfecta
10 marzo 2011 | 08:20
Me ha encantado el post, la historia, la escena … y ese momento en que Simpulso se pone a hablar con la rubia a través del Skype…
Ah y has estado muy digno al no aceptar el soborno!
Espero que en la Aduana no le hayan requisado las galletitas a Ernesto.
10 marzo 2011 | 08:24
Muy buena la historia. Me da pena el pobre chico, que viajará cientos de kilómetros, lanzándose a la aventura de un nuevo pais, de una nueva vida con alguien tan cobarde como para maquinar una solución desesperada para conseguir que él no coja ese avión. Imposible advertirle de lo que va a encontrarse, nadie que esté enamorado lo creería. Comos humanos, debemos chocar de narices con cada muro que encontremos en nuestra vida para aprender la lección. Ninguna advertencia conseguirá detenernos. Cada uno debe aprender sus propias lecciones…
10 marzo 2011 | 08:27
Para dos amantes, la distancia
siempre es el tercero en discordia,
no digo que la distancia sea el olvido,
pero si puede ser muchas veces,
la relajación de la memoria.
A dieciséis mil kilómetros
que es la distancia más larga,
que pueden estar separados
en la tierra dos personas.
Y si esas personas se aman
es demasiado distancia.
La memoria se relaja
Ya que hay demasiado espacio
(a pesar de la webcam)
entre los dos que se aman.
Pasa lo que puede pasar
que alguien entre los dos se cuela.
Si un dúo lo forman tres,
haya uno o dos engañados,
Aunque se disponga de dos camas,
y medie tan gran distancia.
El momento llegará
de no poderlo ocultar,
y entonces viene esa lágrima,
que aunque el viento la seque
detrás, vendrán muchas más.
¡Qué angustia para la rubia!
Qué decepción y dolor para Ernesto,
Y también posiblemente,
para el australiano o australiana,
que está ocupando su puesto
10 marzo 2011 | 08:41
Ole tu Dani. Si Sr, que cada uno se resuelva sus problemas.
Ese hombre no te habia hecho nada. Y a esa mujer no la conocias de nada.
Otro 10 para el bloguero.
10 marzo 2011 | 08:49
Buen principio para una película, sí señor, muy bueno.
10 marzo 2011 | 08:50
Me encanta este blog
10 marzo 2011 | 08:57
La historia es un poco rocambolesca, pero el final es muy poético, me ha gustado mucho.
Saludos
10 marzo 2011 | 09:10
Leo esta historia por casualidad desde el aeropuerto de Shanghai
Me ha gustado mucho, queria saber si ocurrio tal cual la cuentas, es inspirada, o inventada. En cualquier caso, muy bonito como la relatas
No tienes curiosidad por saber los motivos de la chica? Quiza era una decision dolorosa tomada por amor, de ahi las lagrimas
Saludos a todos! tamb me han gustado vuestros comentarios y buen rollito
10 marzo 2011 | 09:14
Cojonudo Daniel. Creo que hoy estábamos todos en tu taxi, frente a esos inmensos ojos azules. Has conseguido que las incertidumbres de la dorada valquiria, fueran también las nuestras.
Las lágrimas siempre me turban. Muchas veces no sé que hacer después del socorrido abrazo y de compartir ese silencio denso, para el que nunca encuentras la frase justa ni la palabra adecuada. Las de hoy tampoco me han sido ajenas. Un díez en empatía.
https://www.youtube.com/watch?v=gKlcuEdtGVo&feature=fvwrel
10 marzo 2011 | 09:21
Que pedasso de imaginacion tienes tio… 😉
10 marzo 2011 | 09:22
Sí bueno, te quedó bien, solo que ese comportamiento tan cobarde es más propio de los tíos, pero claro, en tu mundo las mujeres son taimadas.
Podías haberle advertido a Ernesto que no se molestara en un viaje tan largo….
10 marzo 2011 | 09:23
«Miré de reojo: la pantalla mostraba la imagen de una mujer en videoconferencia (rubia, ojos grandes y azules)» ¿estaba el usuario en el asiento de delante? si no, ¿como podías ver la pantalla?
10 marzo 2011 | 09:31
Esta si!!!!!!!Gracias!!!!!Bonito y curioso relato!!!!!!!!!El amor… que bonito y que dificil a veces…..
10 marzo 2011 | 09:31
Vaya, hoy hay unanimidad de opiniones.
A todos nos ha encantado el post, en serio, muy bonito.
10 marzo 2011 | 09:35
Hacía muchos días que aunque leía los posts no comentaba nada.
Hoy la historia ha sido brillante.
10 marzo 2011 | 09:41
Quizás la chica había sufrido algún accidente, enfermedad, o algo que sabía que iba a apenar a su amor, y quería evitarle el mal trago. Poniéndonos en plan muy negro, quizás la chica descubrió tener algún cáncer, y para durar dos meses con su chico, prefirió no hacerle ir…
No sólo hay que pensar en cuernos. Puede haber situaciones desagradables que quieres evitar a toda costa para alguien a quien amas.
Es más, si la chica realmente no amara al chico, no estaría con lágrimas en los ojos, sino más bien enojada, y tratando más tretas todavía contigo, taxidermista, para evitar que su chico fuese a buscarla.
Yo creo que tuvo que haber una razón de mucho más peso, y mucho más bonita que una cornamenta.
10 marzo 2011 | 09:50
Tremendo!!
Hoy te has salido!!
Enhorabuena, y gracias!
10 marzo 2011 | 09:50
Otra felicitación de mi parte. Historias como estas son las que tenemos que crear todos los días.
Con lo sensible que estoy yo hoy!
10 marzo 2011 | 09:51
que puta vida………por cierto, cual es la pasteleria de Velazquez q hace esas galletas…?
10 marzo 2011 | 09:52
Quiere cortar y el, no se merece escucharlo por cam, tampoco pagar un Madrid-Sidney para que le den esa noticia.
Pagar 1000€ parece un precio razonable en ese caso, digo yo…
10 marzo 2011 | 09:55
Me intriga una cosita….. Cómo piensa ese hombre pasar las galletas y entrarlas en Sydney??? Ah, será el truquito de la rubia para que lo enchironen nada más poner un pie en Australia ya que está totalmente prohibido entrar con alimentos, vaya que ni miguitas te dejan pasar
10 marzo 2011 | 10:11
Coincido con los demás en que es un buen relato.
Por un momento imaginé, igual que «yonomebajo», que la chica «quería tirarse» de taxi y lo conseguía por la fuerza del viento que la arrastraba a ella con sus lágrimas y su mentira.
Y también el portátil del pobre chico…supongo que ya tendrá suficiente con lo que le espera…
Oye y aún la tía hace que baje del taxi para comprarle unas galletas! tendría que ser ella quien le hiciera galletas para el momento: creo que lo tenemos que dejar, no eres tú, soy yo.
Qué morro!
Bueno aquí una que se va de viaje 🙂 pero no a Sydney, más quisiera!
Espero que paséis un buen fin de semana
besos
10 marzo 2011 | 10:19
me ha gustado mucho, ha estado bien
10 marzo 2011 | 10:22
Hoy sí, simpulso.
10 marzo 2011 | 10:36