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¿Es la Educación Pública una función decreciente?

Hace unos seis meses, aproximadamente, nos preguntábamos en esta misma ventana ¿cuál sería el límite de las sucesión de Wert? Alguien  podría pensar que mi obsesión por conocer el límite de la citada sucesión procede del hecho de mi formación matemática, pero créanme, mi preocupación por conocer la deriva de las ideas de ese señor procede de mi papel de madre. Sí, hoy no es Mati la que firma, sino Clara Grima.

El iluminado ministro de Educación, Cultura y Deporte ha vuelto a revolucionar las redes sociales al filtrarse el borrador del Real Decreto Ley por el que se adoptan medidas urgentes  en materia de propiedad intelectual, que no tiene desperdicio por cierto. Es ahora cuando me pregunto: en un país en el que hay gente suicidándose por desahucios, ¿¿es urgente adoptar medidas en materia de propiedad intelectual??

Y yo misma me respondo sin más que leer el primer párrafo del Anteproyecto de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) y compararlo con el primer párrafo de la ley vigente, LOE

Mientras que en la ley actual el primer párrafo es éste:

Las sociedades actuales conceden gran importancia a la educación que reciben sus jóvenes, en la convicción de que de ella dependen tanto el bienestar individual como el colectivo. La educación es el medio más adecuado para construir su personalidaddesarrollar al máximo sus capacidades, conformar su propia identidad personal y configurar su comprensión de la realidad, integrando la dimensión cognoscitiva, la afectiva y la axiológica. Para la sociedad, la educación es el medio de transmitir y, al mismo tiempo, de renovar la cultura y el acervo de cono­cimientos y valores que la sustentan, de extraer las máxi­mas posibilidades de sus fuentes de riqueza, de fomentar la convivencia democrática y el respeto a las diferencias individuales, de promover la solidaridad y evitar la discri­minación, con el objetivo fundamental de lograr la nece­saria cohesión social. Además, la educación es el medio más adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudada­nía democrática, responsable, libre y crítica, que resulta indispensable para la constitución de sociedades avanza­das, dinámicas y justas. Por ese motivo, una buena edu­cación es la mayor riqueza y el principal recurso de un país y de sus ciudadanos.

En el anteproyecto de la LOMCE, el primer párrafo, sí, el primer párrafo es el siguiente:

La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y las cotas de prosperidad de un país; su nivel educativo determina su capacidad de competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que se planteen en el futuro. Mejorar el nivel de los ciudadanos en el ámbito educativo supone abrirles las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico y por conseguir ventajas competitivas en el mercado global.

¿Eso es para nuestros gobernantes la Educación? ¿Conseguir seres competitivos? Nuestros hijos y/o estudiantes, ¿son mercancías? Por cierto, deberían evitar el uso de la expresión competir en la arena, después de algunos acontecimientos que nos han puesto en guardia a muchos padres.

Sí, es sólo el primer párrafo, pero es que si seguimos leyendo, aún es peor, no voy a reproducirla entera, pueden deleitarse con su lectura aquí.

Desde mi punto de vista se trata simplemente de un ataque ideológico al sistema de Educación Pública con el único objetivo de degradarla y con ello, preparar el camino para que solo aquellos que puedan permitirse estudiar en centros privados de enseñanza tengan opción a esos puestos de trabajo de alta cualificación de los que habla.

Más cositas: nuestros hijos tendrán que decidir, ¡en 4º de ESO!

El cuarto curso de la Educación Secundaria Obligatoria tendrá un carácter orientador, y se podrá cursar para la iniciación al Bachillerato en la opción de enseñanzas académicas, o para la iniciación a la Formación profesional en la opción de enseñanzas aplicadas.

¿Saben que quería yo ser a esa edad? Pues no lo recuerdo muy bien, pero mi primer año en la Universidad fue en la Facultad de Periodismo, se ve que no tenía muy claro mi futuro como doctora en Matemáticas y profesora de un departamento de Matemática Aplicada I de la Universidad…

Ah, y por supuesto, dejará de ser obligatorio estudiar Geografía e Historia a partir de 2º de ESO, con lo que si un alumno elige Ciencias (cosa cada vez más probable en una sociedad que plantean mercantilista), se perderá estudiar hechos históricos como, por ejemplo, la Revolución Francesa, las oleadas revolucionarias de 1820 a 1848,  la crisis de 1929, la evolución y triunfo de los totalitarismos… Pero es casualidad, no sean malpensados… ¿Qué necesidad hay de que nuestros jóvenes sepan que hubo un tiempo en el que el pueblo se rebeló contra la minoría gobernante? ¿O de que sepan reconocer un cierto avance del totalitarismo y recordar las consecuencias que tuvieron los anteriores? Eso son cosas de rojos…

Y si le aceptamos a Wert y sus amiguitos que  nuestros hijos no necesitan conocer nada de Historia Contemporánea, por lo menos, que estén preparados para vivir en su era tecnológica, ¿no? Ah, que tampoco, que queréis reducir al mínimo la educación tecnológica en esta etapa educativa

Y la Educación para la Ciudadanía, por supuesto, no sirve para nada… Por Gauss, ¿hay alguna asignatura que sea realmente indispensable para su ministerio? No, no me la diga, la intuyo después de que usted se plantee cambiar la Ley de Educación para que los colegios que segregan a su alumnado por sexos puedan seguir recibiendo conciertos públicos.

¿Sabe usted qué representa el valor de la derivada de una función, señor ministro? Igual puede preguntarle a alguno de sus asesores, pero asegúrese de que no es ninguno de los 68 que no tienen el graduado escolar… Déjeme decirle que la derivada  de la Educación Pública en nuestro país es negativa, muy, muy  negativa, lo que indica que, gracias a usted y a sus colegas, es decreciente.

Algunos ciudadanos han empezado a moverse contra su LOMCE, algo tenemos que hacer, hasta que nos prohíban el pataleo.

P.S.:Mi madre me preguntaba el otro día «¿Cómo sabes tanto, hija?«, y yo le respondía que gracias a ellos, mis padres, y a la Educación Pública. Pero en realidad no, no sé tanto, no sé, por ejemplo, por qué hay que destrozar de un plumazo los avances sociales que tanto han costado en un país como el nuestro.

Japón, mira que está lejos Japón…

Hace unos días me preguntaba una periodista por qué en nuestro país el nivel de matemáticas de nuestros estudiantes era tan bajo comparado con el de otros países. Con la siguiente pregunta me sugería casi la respuesta: ¿no sería que los maestros y profesores de matemáticas no saben hacerlo bien?

No me pude reprimir. Me hace mucha gracia el hecho de que cuando la selección nacional de fútbol gana una competición todos nos sintamos campeones del mundo y que cuando falla el sistema educativo los únicos responsables sean los profesores.

¿Qué hay de la responsabilidad en este asunto del resto de la sociedad? Y no sólo de las familias de nuestros estudiantes, sino de todos los que formamos parte de ella. Porque no es difícil, maldita la gracia que me hace, que algunos padres afirmen, enfrente de sus hijos, que las matemáticas son difíciles, odiosas e ¡inútiles! Pero también es verdad que ningún niño puede intuir de la información que le rodea algo mejor de las ciencias, en general o de las matemáticas, en particular. Sin embargo, sí que quisieran, por poner un ejemplo, jugar como Messi (que el chiquillo juega pa chillarle, todo hay que decirlo), cuando, posiblemente, llegar a hacerlo así sea mucho más difícil y complicado que resolver una integral por partes.Y no, no  sólo quieren ser como el jugador argentino, tienen ejemplos más cercanos y asequibles. Me contó  un compañero, profesor de secundaria,  que cierto día uno de sus alumnos le argumentaba que no necesitaba saber dividir polinomios porque su primo, albañil, no sabía hacerlo y tenía un coche mejor que el de él, el de mi compañero digo. Con esta tela, ¿qué traje se puede hacer uno?  No sé cuál sería la solución de un problema tan serio, qué más quisiera yo…

En ese momento, volé hacia Japón y me llevé a la periodista de la mano. Hace unos años, paseando por Kioto con Jin Akiyama, observaba cómo grupos de adolescentes se acercaban a él y entre grititos y tímidas risitas, les ofrecían sus cuadernos y libros para que Akiyama sensei se los firmara. Para mí fue alucinante, porque Jin no es futbolista, no ha estado nunca en ninguna casa de ésas que te echan por no sé qué razones, no ha tenido ningún idilio, que yo sepa, con ningún torero. No. Jin es matemático y desde 1991 tiene un programa en una de las cadenas de televisión más importantes de Japón sobre ¿qué? Sí, sobre matemáticas y es uno de los hombres más famosos del país del sol naciente sólo por eso. Además de eso, es profesor en la Universidad e investigador, hecho por el que yo le conozco.

Una de las autoras de este blog con Jin Akiyama en Alcalá de Henares, en 2011

Pero no sólo tiene su programa de divulgación de matemáticas en la NHK, también hace radio, aparece como personaje invitado en series de televisión, en algún manga…¡hasta  juegos para la Nintendo DS!

  

Parte del secreto de este éxito en divulgación es sin duda que Jin, aparte de matemático, es un artista, un verdadero showman. No comparte nada, en cuanto a personalidad se refiere, con los matemáticos que, posiblemente, más gente conoce como  John Nash (de Una mente maravillosa) o Grigori Perelman (que rechazó un millón de dólares de premio). Estos dos son dos ejemplos, a mi parecer de la imagen que tiene gran parte de la sociedad de los matemáticos. Y, lamentablemente, ninguno de los dos son populares por sus maravillosas aportaciones a las matemáticas sino por su carácter, digamos, especial.

Pero…

¿Se imaginan un fenómeno parecido en nuestro país? ¿Un programa de divulgación matemática en horario de máxima audiencia? ¿Adolescentes persiguiendo a un profesor de matemáticas para pedirle un autógrafo?

Japón, pero mira que está lejos Japón…