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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Algo se mueve en la medición de televisión

Esta semana se han producido varias noticias de esas que no llegan a la portada de los periódicos pero que tienen una gran trascendencia para un sector, en este caso el publicitario y de los medios.

Tres de ellas contemplan hechos que pueden cambiar el panorama de la medición de televisión. En Estados Unidos, pero con posible repercusión mundial y, en concreto, en España.

La semana comenzaba con la noticia del acuerdo de Zenith (la agencia de medios en la que trabajo) para utilizar los datos de Rentrak (que sustituirán poco a poco a los de Nielsen) como medida en los mercados locales de televisión. Era importante. Yo lo tuiteé y lo comenté internamente: la sustitución de datos muestrales de personas por datos censales de dispositivos tiene sentido para la medición de audiencias relativamente pequeñas pero supone un cambio de paradigma Bueno, sólo afectaba a mercados locales y Zenith en Estados Unidos no es la agencia más grande.

Los primeros audímetros de televisión daban audiencia de aparatos, una información que luego se complementaba mediante diarios de escucha para tener los datos de personas y sus perfiles. Así que esto sería, en cierto modo, una vuelta atrás.

Pero a mediados de semana saltaba otra noticia. En la misma línea pero a una escala mucho mayor: Group M (el mayor grupo de agencias de medios del mundo, perteneciente a WPP) llegaba a un acuerdo, de nuevo con Rentrak, pero en este caso ya para sustituir las mediciones de Nielsen en todo Estados Unidos, incluida la medición de las networks, las grandes cadenas nacionales. El movimiento empezaba a cobrar una fuerza insospechada.

El jueves saltaba la bomba: Rentrak compra Kantar Media USA y WPP entra en el accionariado de Rentrak.

Kantar Media no es la operación de medición de audiencia más importante de Estados Unidos, pero…

Rentrak está presente en España desde hace varios años: mide la audiencia del Cine en salas y las descargas de Vídeo on Demand (VOD) de algunas de las principales operaciones de Televisión de Pago.

Kantar Media es la empresa responsable de la medición de audiencia de Televisión en España. Pertenece al grupo WPP, que dirige Sir Martin Sorrell, que nunca da un paso en falso. En España Kantar es mucho más grande que Rentrak.

Se me quedó muy grabado un dibujo de El Perich de hace muchos años. Parodiando a una campaña contra incendios, el mayordomo entraba al despacho del conde y decía :

Cuando un bosque se quema, algo suyo se quema, señor Conde.

Creo que ahora se puede decir:

Cuando la medición de audiencia se mueve, algo suyo se mueve, señor Kantar.

La investigación de audiencia ¿en entredicho?

Ayer fue noticia la investigación de audiencia de televisión.

El diario El Mundo arremetía contra el sistema de audimetría con el conjunto de tópicos y medias verdades de siempre. La tesis se podría resumir en dos ideas básicas: Hay pocos audímetros y la gente que tiene audímetros en su casa no cumple las normas. Todo ello basado en unas supuestas entrevistas a panelistas infieles que presumen de hacer lo contrario de lo que se han comprometido a hacer.

En España hay más de 4.500 hogares con audímetros; en esos hogares viven unas 12.000 personas. Eso supone una de las muestras mayores del mundo para un estudio continuo. ¿Sería bueno utilizar una muestra más grande? Sin duda. Pero no nos engañemos: sólo cambiaría la tercera cifra significativa del valor de la audiencia ¿El mercado está dispuesto a pagarla? No. Aquí se debería terminar la discusión.

La audiencia de televisión se estudia igual (con audímetros en una muestra de hogares) en todos los países civilizados y la muestra que se emplea en España es una de las mayores del mundo. Además es un sistema muy controlado por el mercado (auditorías por parte de AIMC; estudios coincidentales; Comité de Usuarios; Consejo de Control…).

Como dice en su blog Jaime Agulló, la investigación de medios en España es muy profesional, tiene un gran nivel.

Ayer también, como respondiendo a un complot, La Gaceta recogía un artículo de Intereconomía con otras críticas al sistema de audimetría. En este caso se decanta por una mezcla de teoría de la conspiración (con su parte de razón: WPP es acionista de Kantar Media, la empresa de medición, y también de La Sexta y de una buena parte de las agencias publicitarias y de medios de este país, algo que no debería ocurrir como ya se comentó aquí hace casi tres años) y críticas técnicas sin sentido.

No se desconocen los criterios de selección de la muestra, ni de sustitución de hogares (son públicos; se busca una muestra representativa de la pobalción según una amplia lista de criterios que conocemos todos los implicados). Tenemos datos de audiencia de cada minuto y la publicidad se paga en función de esa audiencia; la atención es otra cosa y se mide con otro tipo de estudios: en Zenith llevamos ya diecisiete años haciendo estudios Menfis, que miden eso.

Dentro de esa mentalidad conspiratoria no deja de ser curioso que Intereconomía haya confiado durante más de un año la comercialización de su publicidad a la empresa Publiseis, ligada a La Sexta y por tanto indirectamente a WPP.

Hoy El Confidencial pone el dedo en la llaga al recoger en un nuevo artículo referencias a los dos publicados ayer: tras luchar por ganarse a la audiencia más conservadora, las dos empresas se unen contra Kantar Media. Como tantas veces ha ocurrido, los perdedores de un partido acaban agrediendo al árbitro.

La investigación de audiencia tiene definida la figura de la acción perturbadora, para el caso de que una cadena realice alguna acción que pueda modificar la audiencia. En este caso no se trata de cadenas de televisión, pero El Mundo es la empresa matriz de Veo7 mientras La Gaceta e Intereconomía pertenecen al mismo grupo. Es curioso que ahora, cuando experimentan dificultades con sus audiencias, piensen que la culpa es del sistema de medición y no de no haber conseguido programaciones competitivas.

Aumenta la inversión publicitaria mundial

Ya pasó el largo puente descontrolado. No; a mí no me afectó. Yo iba en coche.

Bueno, pues en mitad de ese puente tan español, Steve King, el CEO (o sea jefazo) de ZenithOptimedia (o sea el jefe, del jefe, del jefe…de mi jefa) hizo públicas las estimaciones sobre inversión publicitaria a nivel mundial y para cada una de las grandes áreas.

Por primera vez en mucho tiempo las noticias son indiscutiblemente buenas. Casi todos los medios las han recogido. El Mundo destaca que el crecimiento este año será ya del 4,9%.

El crecimiento se basa sobre todo en los países emergentes, como destacaba el Wall Street Journal, pero también en Estados Unidos. PRNoticias destacaba las fuertes expectativas de crecimiento en Latinoamérica.

Los medios en los que se sustenta este crecimiento son Internet y, sorprendentemente, Televisión. La televisión muestra una extraordinaria capacidad de resistencia, algo que ya hemos vivido en nuestro mercado. Marketingdirecto.com hacía hincapié en el fuerte crecimiento de Internet.

El Publicista se fijaba más en el hecho de que el ritmo de crecimiento puede mantenerse a lo largo de los próximos tres años., algo que también destacaba Marketing News.

El Programa de la Publicidad se fijaba sobre todo en la creciente potencia de Asia, que ya supera a Europa en inversión publicitaria. Sir Martin Sorrell, el CEO de WPP otro de los grandes grupos publicitarios decía hace unos días que si tuviera que empezar ahora su negocio lo haría en Asia, Latinoamérica y Europa del Este.

Entre todos los medios creo que me han ayudado a hacer un buen resumen: la publicidad ya crece en el mundo a ritmos próximos al 5% anual, que se mantendrán al menos durante tres años. Internet mantiene un ritmo de crecimiento espectacular, superior incluso al que se puede medir en los estudios de inversión publicitaria, que no pueden recoger bien algunas de las nuevas fórmulas. La Televisión se mantiene como un medio potente e incluso consigue incrementar su trozo de tarta. China se convierte en la tercera potencia publicitaria mundial (sin que el partido Comunista haya dejado de estar en el poder ¡qué paradoja!). Los países emergentes mantienen un ritmo de crecimiento muy elevado, pero Estados Unidos sigue siendo la primera potencia publicitaria y ya ha reaccionado tras la crisis.

En España vamos a cerrar un año casi plano, con un ligero crecimiento, o al menos eso dice el último Zenith Vigía, el de noviembre. Y pondremos todas las esperanzas en ese 2011 que ya está a punto de asomar.

La publicidad se recupera (en el mundo)

Como adelantaba en mi post anterior estos días nos han llegado muchas noticias relacionadas con la inversión publicitaria. En el mundo y también en España. Y, aunque la cosa no está como para echar las campanas al vuelo, predominan las noticias buenas sobre las malas.

Leo hoy mismo en Anuncios:

Los grandes grupos publicitarios siguen dando buenas noticias a sus accionistas e insuflando optimismo al sector con sus resultados del tercer trimestre. Después de que Havas, Omnicom y Publicis reportaran buenas cifras, el británico WPP ha dado un adelanto de sus datos, que señala que sus ingresos en el tercer trimestre han crecido un 12% en términos reales y un 7,5% en términos orgánicos. En los primeros nueve meses del año el incremento de los ingresos ha sido del 6% real y el 4% orgánico. El grupo destaca la recuperación del mercado estadounidense y de los medios tradicionales, así como los buenos resultados en nuevo negocio.

Suena bien que los tres mayores grupos publicitarios del mundo (Omnicom, Publicis y WPP) estén presentando buenos resultados; en algunos casos con crecimientos de dos dígitos. Si también le va bien a Havas, que es el principal grupo por inversión en medios en España parece que la noticia se redondea.

Ya sólo falta que esas buenas noticias no lo sean sólo para los accionistas y empiecen a afectar también a los empleados.

Los resultados de los primeros meses del año y las previsiones para el año próximo empiezan a proyectar algo de luz sobre el mercado publicitario.

La semana pasada IAB presentó los resultados del estudio que realiza Pwc, con unos crecimientos muy importantes, superiores al 20% y superiores también a lo que esperaban la mayor parte de los actores del sector. Como ya ha ocurrido en otras ocasiones la manera de calcular los crecimientos (cuando se incorporan nuevas empresas al estudio) es discutible y puede complicar la vida a los equipos comerciales de las empresas que no crecen tanto como (aparentemente) el mercado.

El Grupo ZenithOptimedia, en el que trabajo, presentó nuevas estimaciones de inversión. Tanto las previsiones para este año como para el próximo son mejores que las publicadas hace tres meses

Arce Media y Media Hotline han publicado esta semana el estudio I2P referido a los nueve primeros meses del año. El estudio estima la inversión real de los tres primeros trimestres y realiza previsiones para el total del año y para el año próximo. El crecimiento en los meses transcurridos (0,9%) es algo inferior al estimado para el primer semestre; además se espera terminar el año ligeramente en negativo (-0,4%, una previsión muy similar a la del último Vigía). Pero las previsiones para 2011 son ya ligeramente positivas (+2,2%).

También esta semana ha publicado Infoadex sus estimaciones de inversión para los primeros nueve meses del año. Son algo mejores que las de I2P  (+2,6%) aunque el esquema se parece: también bajan algo respecto al crecimiento estimado para el primer semestre. Todo parece indicar que el mercado no fue capaz de asimilar el ritmo de crcimiento marcado por las grandes cadenas de televisión en el segundo trimestre. Infoadex no incluye previsiones para el próximo año.

Yo estoy a punto de sacar las previsiones de Zenthinela (el panel de anunciantes) de octubre, pero me temo que no van a ser tan optimistas.

En esta situación de altibajos constantes, de ducha escocesa, siempre viene bien resaltar los resultados positivos.

Van a por TVE

No van a parar hasta acabar con TVE.

Si la televisión pública gana audiencia sin publicidad habrá que conseguir que no emita programas atractivos.

Javier de Andrés, un directivo de Antena 3, ya lo decía hace unos días: TVE tiene que dejar de ofrecer una parrilla comercial para ofrecer servicio público.

Está claro lo que se entiende por servicio público: programas que vea poca gente. Y ahí no entraría ni siquiera algo tan poco comercial a priori como Españoles por el mundo.

También desde Delvico, una agencia de publicidad del grupo WPP (el mismo que participa en La Sexta) se advertía de que TVE todavía tiene una parrilla diseñada para competir. Se supone que eso está mal.

¿TVE tiene que tener una programación aburrida, que no vea nadie?

El siguiente paso será: una televisión que no tiene audiencia no justifica unos presupuestos tan elevados.

Y tras la reducción de los presupuestos y la salida de otro bloque de profesionales, el siguiente y definitivo paso será pedir el cierre.

De momento el primer paso ya ha supuesto unos fuertes incrementos de precios en la publicidad de las cadenas privadas, que han saneado rápidamente sus cuentas de resultados.

Los que pensamos que una televisión pública puede jugar un papel importante, aunque sólo sea para rellenar las carencias de la televisión privada repetitiva y cortoplacista, tenemos muy complicada la defensa de esta idea.

Todos los partidos (o casi) se alinearon el año pasado en contra de la televisión pública que, menos manipulable, ha dejado de serles útil.

¿Vuelve a ser posible cobrar por contenidos en internet?

LLevo un tiempo queriendo volver a tocar este tema y acumulando referencias, pero nunca encontraba el momento.

Pero la semana pasada se presentó un nuevo producto, Orbyt, que pretende ser una edición de pago de El Mundo, eso sí, siguiendo una estrategia algo diferente de la de sus predecesores: utiliza una nueva marca.Habrá que ver cómo evoluciona esta iniciativa que, a primera vista, parece cara y poco realista.

Tendrá que definir muy bien qué tipo de contenidos crearán la diferencia que anime a los usuarios a pagar cuando a un solo clic tienen toneladas de información gratuita. Además El Mundo siempre presumió de haber aprovechdo el cierre de los contenidos de El País para sacarle una ventaja que nunca se pudo recuperar.

No hace mucho tiempo dos de las mayores figuras mundiales de los medios y la publicidad, Rupert Murdoch, de News International y Martin Sorrell, del grupo publicitario WPP, opinaron sobre este tema.

Martin Sorrell recomendaba a los diarios cobrar por contenidos y a los pocos días pedía al Gobierno británico que subvencionara a la Prensa. ¡Uno de los paladines del ultraliberalismo internacional!

Casi por las mismas fechas, una encuesta realizada en Estados Unidos nos informaba de que el 77% de los internautas no pagarían por contenidos en internet. Claro que aquí la noticia se podría enfocar de manera complementaria: un 23% estarían dispuestos a pagar. Eso sería suficiente para montar un negocio interesante. De hecho nunca ha habido en España un 23% de personas dispuestas a pagar por periódicos en papel y hasta hace poco tiempo fueron negocios saneados.

The Guardian también preguntó a sus lectores si estarían dispuestos a pagar por contenidos en internet, aunque no he visto la noticia con los resultados de la encuesta.

En Francia se propuso cobrar un impuesto especial a la publicidad on line con el fin de frenar la caída de los medios tradicionales.

Las primeras reacciones hablaban de que esa tasa adicional podría frenar la innovación.

En España la AEDE, que agrupa a los editores de Diarios, está analizando los posibles modelos de negocio para sus asociados. Las medidas, muy variadas van desde la desaparición del descuento a las agencias de publicidad, a la defensa de la propiedad intelectual (en contra de las sociedades de gestión, como la SGAE) y un intento de cobrar a los buscadores por utilizar sus contenidos.

Desde Europa nos vienen propuestas de coordinar una política común sobre la prensa.

Los modelos de negocio no deberían descartar opciones absolutamente diferentes, como sugiere Jeff Jarvis.

También cabe la posibilidad de que la solución a todos estos problemas venga por el lado de la tecnología.

Muchos de los editores han puesto sus esperanzas en el nuevo IPad.

La compra de TNS y el futuro de la investigación de audiencias en España

Hace poco más de una semana escribí un artículo que hoy se ha publicado en Marketingdirecto.com.

Aunque trata de un tema que no es mayoritario y aunque tampoco parece haber suscitado el interés del mercado publicitario, lo reproduzco aquí porque creo que puede tener interés objetivo.

Este es el artículo:

El pasado 8 de octubre WPP comunicó que el 82% de los accionistas de TNS habían aceptado la oferta de compra realizada en el mes de mayo por la compañía que preside Martin Sorrell.

Unos días antes la dirección de TNS había cambiado su recomendación anterior de no aceptar la oferta.

Se cierra así esta larga y compleja operación, a la que me referí en mi blog Casi Enteros el pasado 2 de septiembre.

Aunque tanto WPP como TNS son en la actualidad compañías de matriz inglesa, ambas tienen una fuerte presencia en el mercado español, especialmente en el publicitario.

Una de las operaciones con un potencial conflictivo más amplio es TNS AM, también conocida popularmente como Sofres, su antiguo nombre, la compañía propietaria del panel de medición de audiencias de televisión.

La solución que se ha planteado a este conflicto (que no es el único, pero sí el más llamativo) es la venta de la operación de medición de televisión a Ipsos, el instituto de investigación más veterano en el mercado español (inicialmente se llamaba Eco) y que ya participó en los comienzos de la audimetría en España, entonces gestionada por Ecotel.

La verdad es que todo este movimiento no parece haber tenido mucha repercusión en nuestro mercado; sólo el muy activo jubilado Carlos Lamas ha dado un toque de atención (ver Anuncios nº 1254).

¿Será que el tema de la medición de audiencias de televisión no interesa? Puede ser. Seguro que, sin pensar demasiado, a cualquiera se nos ocurren quince o veinte temas que a corto plazo nos afecten más.

Y sin embargo yo creo que este sería un buen momento para abordar un problema que todavía no es muy grande pero que va a serlo dentro de muy poco tiempo: el sistema de medición de audiencia de televisión, tal como lo concebimos en este momento, se nos muere. Ha servido durante casi un cuarto de siglo; puede que llegue con vida a las bodas de plata, pero no va a durar mucho más.

En un mercado cada vez más fragmentado el sistema de medición mediante muestras pequeñas se encuentra cada vez con un número mayor de valores nulos en la medición. Pero además el número de valores obtenidos para los que el error de muestreo relativo supera el 100% es muy elevado y no parará de crecer. Cada día miles de datos están sustentados por el comportamiento de menos de cinco hogares.

Todo eso por lo que se refiere a la televisión que se ha visto toda la vida (en directo, en el hogar y en un televisor grande) y que en general representaba más del 95% de la audiencia total de televisión. Todos sabíamos que la audimetría medía mal determinados eventos deportivos (especialmente los partidos de fútbol en canales de pago, en cualquier modalidad de pago) con especial peso de la audiencia fuera del hogar. Eso, que les interesaba especialmente a las empresas que tenían canal de pago, mientras los demás preferíamos mirar para otro lado, no significaba un fallo grave para la medición del conjunto.

Pero ahora los eventos que quedan fuera de la medición, tal como la hemos definido, van a ir cobrando cada vez mayor importancia. Si proliferan los dispositivos que facilitan el visionado en diferido, si la audiencia en dispositivos móviles se incrementa, el peso de la audiencia fuera del hogar, en diferido o en receptores de tamaño pequeño, puede adquirir una importancia mucho mayor. Puede llegar un momento en el que la audiencia no medida (con los audímetros actuales) llegue a representar un 25 o un 30% de la audiencia total. ¿Seguiremos despreciándola?

Los institutos de investigación llevan varios años experimentando soluciones para este problema. Los avances de la tecnología, a la vez que complican el objeto de medición, aportan nuevas soluciones realistas a esos problemas a costes asumibles por el mercado.

Pero no parece que el mercado publicitario esté todavía sensible a este problema que en muy pocos meses puede adquirir una dimensión preocupante.

¿Podría ser la llegada de Ipsos al mercado español de la audimetría la ocasión para abordarlo?

Una de las soluciones que ha planteado Ipsos en seminarios sobre medición es la utilización como audímetro portátil personal (PPM, por sus siglas en inglés) del teléfono móvil, con un software especial para la identificación de señales sonoras. Parece una solución inteligente, que habría que complementar posiblemente con otros sistemas de tipo censal.

Pero sea con esa o con otra solución, no deberíamos dejar pasar mucho tiempo antes de enfrentarnos con las nuevas necesidades.

Navegando por aguas turbulentas

Me acaba de llegar el número 1254 de la revista Anuncios, el correspondiente a esta semana. Como en él se publica el artículo que les había prometido, lo reproduzco ya.

Este número de la revista está muy interesante para los lectores habituales de Casi Enteros. Contiene un artículo de Carlos Lamas sobre la compra de TNS por WPP, los resultados de Zenith Vigía y muchos artículos más relacionados con nuestra área de interés. Se lo recomiendo.

Y aquí va el artículo, tal como lo escribí a finales de julio. Algunos de los indicadores a los que se hace referencia han evolucionado a peor, otro, el precio del petróleo, nos ha dado un respiro, pero se ha perdido entre el paisaje general.

Crisis, desaceleración, recesión, contracción del mercado…

Llevamos unos cuantos meses en los que estas o parecidas palabras resuenan una y otra vez en nuestros oídos.

Después de más de diez años de crecimientos, la economía española ha entrado en la fase negativa del ciclo. ¿Recuerdan que hace unos años hubo un momento en que nos dijeron que ya no iba a haber ciclos? Creceríamos siempre; no me acuerdo bien del razonamiento, pero tenía algo que ver con la digitalización.

El mercado de medios ya vivió una pequeña crisis entre 2001 y 2003, debida sobre todo al desmesurado crecimiento de los años anteriores. Fueron los años de la liberalización de las telecomunicaciones, las grandes ofertas públicas de acciones y el lanzamiento de las empresas puntocom, cuando parecía que los perros se ataban con longanizas. La vuelta a la realidad fue dura, pero los problemas se superaron pronto. En aquel caso se trató más bien de un ajuste y no afectó al conjunto de la economía.

Ahora parece que las cosas son diferentes. Estamos viviendo un profundo cambio estructural que afecta a toda la sociedad y también, de forma muy especial, al mercado publicitario.

El detonante se produjo en el verano de 2007 y venía de Estados Unidos. La crisis de las subprime morgage, lo que algunos medios llamaron el tsunami financiero, fue la primera señal de alarma. Pero tras unos momentos en los que cundió el pánico, también en nuestro mercado, pareció que las aguas volvían a su cauce.

El año 2007 terminó bien, casi con la misma fuerza con la que había empezado y los dos primeros meses de 2008 tampoco fueron malos: se redujo un poco el optimismo, pero aún se hablaba de crecimientos y de cumplir los presupuestos.

Ahora ya no.

Ya casi nadie se acuerda de que cuando iba a empezar la guerra de Irak una de las cosas que nos prometieron fue petróleo barato. Ya hemos visto el barril de brent a más de 145 $ y nos dicen que no es descabellado pensar en un coste de 180 $, que multiplica por más de 7 el coste de 2001.

Con este precio del petróleo, el aumento de coste de las hipotecas y la sensación permanente de crisis económica, no es de extrañar que las ventas de automóviles hayan caído en España un 17,5% en los seis primeros meses del año (casi un 31% en junio). (Gráfico 3)

El cambio es estructural, profundo y afecta a todas las economías avanzadas, pero tiene una incidencia especial y unas características propias en España.

Durante los últimos años hemos vivido en España un modelo de desarrollo basado en la construcción y la especulación que llevaba aparejada. Cuando el sector entra en crisis (Llanera, Astroc, SEOP, muchas más y últimamente la mayor: Martinsa Fadesa) arrastra a otros muchos: todos los de materiales de construcción, muebles y decoración, electrodomésticos, seguros de hogar, la propia banca…y el mercado se contrae.

Con un número creciente de empresas en dificultades aumenta el paro, disminuye la ocupación (en el primer trimestre el paro aumentó un punto, pero aún crecía la población ocupada; en el segundo ya no ha sido así), disminuye la capacidad de consumo privado (muy afectada también por el alza de los tipos de interés) y los problemas se van extendiendo a otros sectores. La última es una caída en el sector de las telecomunicaciones.

En un claro efecto dominó, los problemas han terminado afectando al mercado publicitario. Y mira que esta vez nos hemos resistido.

Los dos primeros meses de 2008 fueron relativamente buenos. Marzo fue raro: hubo elecciones y Semana Santa temprana. Abril era el mes de la esperanza. Todo debería haber resurgido, pero no fue así. Con todo comparábamos con un abril anterior con Semana Santa y eso enmascaraba un poco los problemas. Pero llegó mayo y ya no se podía mirar para otro lado. Y junio…y julio…

Sólo las victorias deportivas de los españoles parecen animar algo el panorama: la selección en la Eurocopa de fútbol, Nadal en tenis (Roland Garros y Wimbledon), Contador en ciclismo (Giro) fortalecen la Marca España, como muy pronto se encargó de destacar la Universidad de Navarra. En Fórmula 1 aunque Alonso no está viviendo su mejor año, sigue cosechando grandes audiencias.

Pero de éxitos deportivos no se come.

Así que, podemos llamarle como queramos, pero el caso es que estamos en crisis.

El seguimiento que hago con Zenith Vigía, consultando a directivos de los principales medios españoles, ya lo venía advirtiendo: en febrero el mercado crecerá menos que el año pasado; en abril el mercado casi no crecerá; en junio el mensaje era ya claro este año el mercado publicitario se retraerá. Y las percepciones sobre la economía y sobre el mercado publicitario, que desde el comienzo del año eran negativas, empeoraban a cada ola.

Arce Media publicó en mayo un primer avance de su estudio i2p de inversiones publicitarias y ya hablaba de una caída en el primer trimestre, pero pronosticaba una recuperación a lo largo del año. Pero sus datos sobre el primer semestre, publicados en julio acentúan el descenso (hasta un 11,7% en total medios y un 7,5% en televisión) y descartan esa posible recuperación. La previsión para total año es una caída del 13%.

Infoadex también ha hecho público un avance sobre el primer semestre que recoge una caída importante de la inversión publicitaria: un 6,5 en total medios y un 4,1% en televisión.

Lo de menos es la diferencia entre las cifras, que seguro que se justifica por los métodos de estimación; lo importante es la unanimidad de la tendencia: estamos en crisis.

Y a juzgar no sólo por los datos sino por el desconcierto generalizado, estamos ante la crisis más grave en muchos años. Tantos que la mayoría de los encargados de gestionar ésta no han vivido anteriormente ninguna crisis seria.

¿Y ahora qué?

Cómo decía al principio se trata de una crisis estructural. Cuando haya pasado, ya nada volverá a ser como antes. Estamos en plena mutación. En nuestra economía, porque hay que encontrar una nueva locomotora que sustituya al mercado inmobiliario. En el mercado de los medios porque cuando salgamos estaremos en un nuevo panorama, mucho más digital, en el que el papel de la publicidad habrá cambiado. Cada vez se buscará más el contacto personal, proporcionar experiencias de marca a los consumidores. En el nuevo panorama tras el apagón analógico las grandes audiencias serán más excepcionales, pero seguirán siendo necesarias para la creación de grandes marcas; eso aumentará su valor.

Los estudios Touch Points, que ZenithOptimedia viene realizando a lo largo de todo el mundo muestran la importancia creciente de otros tipos de comunicación (el boca-oreja, la recomendación personal, el punto de venta…) que ya rebasan a los medios masivos. Pero incluso ahí los medios de masas, con la televisión a la cabeza, van a tener un papel clave como activadores o catalizadores de esos medios alternativos. De lo que no cabe duda es de que el tratamiento habrá de ser diferente.

No podemos limitarnos a sobrevivir. Tenemos que reinventar nuestro propio trabajo. De esta crisis no se va a salir recortando plantillas, aunque en algunos casos haya que hacerlo; se saldrá generando valor. Eso quiere decir inversión en innovación, en talento, en mejoras en los procesos, en dotar de valor a las marcas.

Y eso quiere decir publicidad. No, seguro, publicidad convencional en bloques de sesenta spots. Eso seguramente no volverá; quedará muerto y, si se me permite, bien enterrado. Hay que seguir inventando nuevas fórmulas, hay que seguir innovando. Hay que buscar esas fórmulas que establezcan el diálogo con el consumidor, que le proporcionen experiencias, que le impliquen con nuestras marcas.

En la nueva sociedad hacia la que nos dirigimos las marcas seguirán teniendo mucha importancia y el camino más corto para crear marcas es la buena publicidad. Pero además la sociedad necesitará, seguirá necesitando, medios potentes y los medios, para ser potentes necesitan publicidad.

Publicidad y medios, marcas y medios, son mundos condenados a entenderse. Se necesitan mutuamente.

Pero el modo de relacionarse entre sí y con el consumidor, que ambos mundos necesitan, está cambiando rápidamente y nada volverá a ser como antes.

Un gran reto. Una gran oportunidad para quienes mejor sepan leer los cambios.

WPP y la mujer del césar

Ya dije hace unos meses, cuando traté este tema, que no creía que Carlos Lamas se jubilara del todo. El comentario que ha colgado hoy en este blog así lo demuestra.

Parece que Carlos pide no sólo mi opinión sino que se establezca un debate de expertos sobre un tema que lleva unos meses apareciendo y desapareciendo en plan Guadiana: el futuro de TNS.

Para los no iniciados: TNS es una de las empresas de investigación de mercados más importantes del mundo.

En España es responsable, entre otras muchas cosas, del panel de audimetría, así como del panel de consumidores más importante.

WPP es uno de los grupos de comunicación más importantes del mundo. La lista de las compañías del grupo impresiona. Agencias como Young & Rubicam, Ogilvy, JWT o Grey; agencias de medios como Mindshare, Mediaedge Cía, Mediacom o en España CICM, superestructuras como GroupM; empresas de investigación como Millward Brown, Research Internacional o KMR y un largo etcétera que incluye marcas tan conocidas como Burson Mastellers, Landor o Hill & Knowlton. Además en España tiene una participación en Mediapro, que a su vez es el accionista de referencia de La Sexta.

El caso es que antes del verano WPP lanzó una OPA sobre TNS (¡vaya sopa de letras que me ha quedado!). Pocos días después hubo un intento de acuerdo amistoso entre iguales (TNS y Gfk, otro gran instituto de investigación) que trataba de frenar la OPA. Pero esto ya es historia, porque ese intento se abandonó.

En cambio la oferta de WPP sigue adelante. Hoy he leído en Anuncios que sólo ha conseguido el acuerdo del 9% de los accionistas y que la dirección de TNS recomienda no acudir a la OPA.

Pero vuelvo a lo que interesaba a Carlos Lamas ¿no va a haber una reacción en el mercado español? ¿aceptaremos sin más que el medidor oficial de televisión pertenezca al mismo grupo que tantas partes interesadas como una cadena de televisión y varias de las agencias de medios presentes, y potentes, en este mercado?

Las mediciones de audiencia nunca deberían estar bajo sospecha Si eso ya es difícil en condiciones normales, digamos que asépticas, ¿qué pasaría si el seños Martín Sorrell, CEO de WPP tuviera poder sobre todas esas partes del negocio? ¿Puede el medidor, una cadena de televisión y varias agencias pertenecer a una misma superestructura?

Seguro que es posible hacer las cosas bien en esta situación, pero ¿por qué crear sospechas adicionales?

El medidor de audiencias, como la mujer del césar, no sólo debe ser honrado, también debe parecerlo.

¿Puede hacer algo el mercado español?

Espero que no tenga razón Carlos cuando habla del pasotismo español.