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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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La Televisión en el centro de las miradas

La primera vez que fui a un AEDEMO de Televisión fue en Cataluña, en Sitges. Era a finales de los ochenta, creo que en 1988. Ya había algunas cadenas autonómicas (ETB, TV3, TVGa) y se empezaba a hablar de la llegada de la televisión privada, aunque aún faltaban casi dos años para sus primeras emisiones. Teníamos una incipiente audimetría, la de Ecotel había nacido poco más de un año antes, pero el EGM seguía siendo la gran referencia, que nos daba audiencias de más de veinte millones de personas para programas como el Un, dos, tres. Creo que muy pocos habían oído hablar de Internet y, seguro, nadie se imaginaba lo que nos iba a traer la revolución digital.

Casi treinta años ha tardado este evento en volver a Cataluña, esta vez a la bellísima Gerona (Girona si estuviera escribiendo en catalán) para analizar un medio que es ahora absolutamente diferente. Para empezar el seminario se llama de Televisión multipantalla y si bien las grandes audiencias se siguen produciendo en el televisor tradicional y en los hogares no es eso lo que preocupa a los profesionales sino el creciente visionado en otros dispositivos y en otros lugares.

El seminario constó de dos mesas redondas, una de apertura y otra de cierre, y trece ponencias de calidad pero creo que la mayor parte de los asistentes lo vamos a recordar sobre todo por otras cosas: la magnífica cena que los hermanos Roca (los del Celler de Can Roca, declarado varios años el mejor restaurante del mundo) ofrecieron el jueves; la fantástica charla de Josep Roca que le precedió y el mágico wellcome show que Kantar Media brindó la mañana de ese mismo día. Muchos todavía nos seguimos preguntando de dónde salía tanta paloma y tanto pez.

Hace ya seis años que el seminario se abre con una mesa coloquio en un ambiente informal. La fórmula es buena para romper el hielo y tener una primera toma de contacto con los amigos; no tanto si lo que se quiere es enterarse del diálogo que mantienen los componentes de la mesa, moderados/provocados, como el año pasado por Toni Garrido. Yo al menos, y creo que otros muchos asistentes, no oí casi nada.

La gran triunfadora del seminario fue TV3: por el hecho de jugar en casa, por haber patrocinado la excelente cena de la que ya he hablado y porque ganó el premio a la ponencia más innovadora: Em dic Manel, la evolución de las especies. Se trata de un experimento transmedia, que empezó en la radio, sigue en las redes sociales y en la web y es un programa de televisión de gran éxito en Cataluña. La ponencia la presentaron Jordi Pi y Alex Marquina, pero acabó con el propio Manel, el protagonista, en el escenario. Antes había estado sentado entre el público, concretamente en el asiento contiguo el mío.

El premio a la mejor ponencia se lo llevó una vez más Antena 3, en este caso Javier Andrés con 16 años tarde, en la que haciendo referencia al tío Genaro presentó los cambios en la política comercial y de marketing de su grupo, que a partir de abril ofrecerá A3Data a los anunciantes.

Javier Andrés recogió el premio a la mejor ponencia

En un seminario multipantalla no podía faltar la aportación de los nuevos actores: Twitter demostrando la influencia de su red y una adecuada combinación con televisión (6 de cada 10 usuarios españoles utiliza Twitter para interactuar sobre televisión en tiempo real) en las ventas: en el caso del cine puede atribuirse hasta un 13%.  Google explicando cómo se puede complementar con investigación tradicional la información que nos proporcionan las cookies. O YouTube, indirectamente, en la ponencia de Millward Brown sobre campañas multipantalla.

Tampoco faltaron las técnicas más novedosas: el neuromarketing para el análisis de actitudes de los diversos targets y modalidades de visionado (sólo o en grupo) en la ponencia de Luisfer Ruiz de OMD; el big data para el análisis de series, en la que presentó Rafa Rodríguez, de CIMOP.

Eduard Nafría, de Kantar Media y Pamela Vásquez, de Comscore presentaron la nueva medición Cross Media, el primer fruto del acuerdo entre las dos empresas, que va a hacer posible la planificación y el cálculo de coberturas en campañas multipantalla.

Javier Acebo, de Havas Media analizó las diferencias de perfil entre el visionado de la programación en directo y en diferido.

No faltó la aportación internacional: pudimos ver lo compleja que es la investigación de audiencia de televisión en un país/continente como la India. Nos lo contó Francisco Giménez de Markdata con el apoyo de Romil Ramgarhia, Director de Negocios del JIC de la India.

En un momento en el que cambia el panorama televisivo en nuestro país también tuvimos un par de autopromociones, la de Movistar + y la de Ten, el nuevo canal que lanzará la productora Secuoya, tras la concesión que obtuvo recientemente.

La última ponencia la ofreció Begoña Gómez, de la AEA, que hizo un interesante y atractivo recorrido por la publicidad española de los últimos cincuenta años y destacó su papel en la economía y en el desarrollo de nuestra sociedad.

El seminario se cerró con la mesa redonda Nuevos tiempos, nuevas formas. Mismo contenido algo más plana de lo deseable. Parece que la saturación, un tema recurrente, no tiene solución. Parece que las cadenas piensan que el máximo tiempo de publicidad permitido por ley es el tiempo que hay que cumplir por obligación.

En resumen, dos días sumamente interesantes en los que nos reunimos casi 400 profesionales de empresas que, en mayor o menor medida, dependemos de la televisión.

Mientras vivimos, novela de mujeres y literatura

Hubo una época, antes, mucho antes, de la crisis económica, en la que el Departamento Comercial de TV3 enviaba un libro (el Premio Planeta del año anterior) y una rosa (que en algunos casos fue un bello grabado de autor) para celebrar el día de San Jordi.

Eran otros tiempos.

En algún caso me encontré con dos ejemplares del libro porque ya antes me lo habían regalado por otro lado. Una vez ofrecí mi ejemplar de sobra a los miembros de mi equipo y me encontré con una respuesta desabrida: yo nunca leo libros que hayan ganado el Premio Planeta. Me callé pero pensé en silencio en algunos de los libros que se perdía una persona con esa barrera mental (El jinete polaco, de Muñoz Molina; Lituma en los Andes, de Vargas Llosa; La marca del meridiano, de Lorenzo Silva o El Mundo, de Juan José Millás, entre tantas otras).

Ganar un premio Planeta no es garantía de calidad; todos lo sabemos. Pero tampoco la excluye.

Seguramente de esa época procedía otro de los libros que tenía en casa sin leer y que he rescatado este verano: Mientras vivimos, de @MistralS, como se hace llamar en Twitter Maruja Torres.

Siempre me gustó la Maruja Torres articulista: clara y directa. Podías estar de acuerdo con lo que decía (en mi caso casi siempre) o no (también algunas veces) pero siempre estaba bien escrito, defendiendo siempre con pasión las ideas en las que cree. Si echo de menos mi época de lector dr periódicos es por tres o cuatro columnistas como ella.

Mientras vivimos es una novela de mujeres y sobre mujeres. Judit, la protagonista, es una joven de clase baja (seguramente con algo de la Maruja juvenil) que siente una gran admiración por Regina Dalmau, la escritora de moda que, en plena madurez, está en la cresta de la ola aunque descubrimos que atraviesa una profunda crisis creativa.

Cuando por fin consigue conocerla y trabajar para ella se desencadenan toda una serie de acontecimientos (de sentimientos, sobre todo) que centran la trama de la novela.

Los hechos se entrelazan con los recuerdos de Regina sobre su propio periodo inicial y la influencia de Teresa, una mujer que le enseñó todo sobre la Literatura en la que ella misma nunca llegó a triunfar.

Admiración, celos, envidia, amor, odio, insatisfacción, frustración, toda una vorágine de sentimientos se entremezclan en una novela que, sin ser una gran novela, se lee con facilida e interés.

 

Tele5 y el dinero de RTVE

Esta semana ha habido varias noticias interesantes sobre un tema que siempre me ha interesado. Los lectores habituales de Casi Enteros (si es que existen) ya conocen mi interés.

1.- TVE y TV3 se hacen con los derechos del partido en abierto de la Champions. Ya sólo queda un partido en abierto. Para todo lo demás, pague usted.

2.- Paolo Vasile, el representante de Dios en la Tierra (perdón, el representante de il Cavalliere en estas tierras) se enfada mucho por lo anterior: TVE sobrepuja con dinero público. También se podría leer: la empresa más rentable del IBEX 35 no es capaz de pagar el precio que pide la UEFA; pero esto es otra historia.

3.- Tanto Tele 5 como Antena 3 han presentado sus resultados de 2010. Recordemos: el año de la crisis, cuando cinco millones de españoles no tienen trabajo y lo están pasando muy mal. Antena 3 ha aumentado su beneficio en un 80% y Tele 5 es la empresa más rentable del IBEX 35 y repartirá un dividendo de 140 millones de euros.

4.- Y todo eso porque Antena 3 y Tele 5 han sido las grandes beneficiadas de la supresión de publicidad de TVE.

5.- A cambio TVE tiene déficit: un déficit que se situará entre los 40 y los 50 millones de euros y que va en contra de la Ley de Financiación de TVE.

¿Cómo se financiará ese déficit y la compra de los partidos de la Champions y los 140 millones de euros que se embolsarán Berlusconi y sus socios?

Pues, no le quepa duda, querido lector: con mi dinero y con el suyo. Esos impuestos adicionales que tendremos que pagar para compensar el lujo de no tener anuncios en TVE, ver las películas en hora y media y no tener que esperar hasta altas horas de la noche para ver cómo terminan los programas que nos interesan.

Eso sí, si nos interesa Gran Hermano, lo podemos ver durante 24 horas; si preferimos a Belén Esteban casi podemos tener la misma dosis.

Y mientras tanto, el señor Vasile está muy enfadado.

Seguro que quiere ganar todavía más dinero. A mí también me gustaría, pero no cambian las leyes para favorecerme.

23 de abril: Día del libro

Hoy, como todos los años por estas fechas, me ha llegado el regalo de TV3.

La televisión autonómica catalana es muy respetuosa con sus tradiciones y tiene espléndidos detalles con los que nos dedicamos a esto de la publicidad. Podemos tener cocas o huevos de Pascua y por Sant Jordi no nos falta nunca un libro (el último Premio Planeta) y una rosa (que en los últimos años, con vocación de permanencia, se ha transformado en una obra de arte. Este año es una litografía; de una rosa, por supuesto).

Este año además el Premio Planeta es El Mundo de Juan José Millás. Me encanta Millás y espero que me guste esta obra. El año pasado leí con placer Laura y Julio.

Hay quien tiene prejuicios contra el Premio Planeta. Una vez, en una reunión me comentaron: yo nunca leeré un Premio Planeta. Yo pensé: pues te has perdido El jinete polaco, una de las mejores obras de los últimos veinte años.

Hay muchas más. Yo agradezco musho el gesto, el regalo, de TV3. Gracias, Neus.

Control, una revista de publicidad, ha desarrollado estos días una inteligente iniciativa. Pedir a responsables de distintas agencias la recomendación de un libro que, por alguna razón, no necesariamente publicitaria, les resultara interesante.

Aunque la pregunta iba dirigida a los máximos responsables de las empresas, por esas cosas que muchas veces ocurren (tienen cosas más importantes de las que ocuparse) la pregunta ha acabado llegando a mí.

Mi selección de un solo libro se ha dirigido a El corazón helado, la novela de Almudena Grandes que acaba de recibir el Premio José Manuel Lara al mejor libro de 2007. Para mí también lo ha sido.

Yo leo mucho.

Seguramente ahora un poco menos. El tiempo que dedico al blog sale de alguna parte. Y cuando no trabajo o duermo lo que más hacía hasta ahora era leer. Ahora también, pero menos.

Para la revista Control había que seleccionar un título y así, a bote pronto.

Pero ahora tengo más tiempo y puedo hacer una recomendación, entre los libros que he leído en los últimos meses.

El año pasado se cumplían cincuenta de la muerte de Pío Baroja, un autor que he frecuentado mucho desde mi adolescencia. Se reeditaron varias cosas y yo volví a leer con agrado Desde la última vuelta del camino, esas cuasi memorias tan del estilo barojiano.

Veneno y sombra y adiós, el final de la trilogía Tu rostro mañana, de Javier Marías mantenía el tono y el interés de las dos partes anteriores. Creo que es una obra maestra que merece la pena leer.

No me gustó, o me gustó menos que otras de sus obras anteriores, Viajes por el scriptorium, en la que creo que Paul Auster mostraba signos de agotamiento.

Me encantaron, pese a su dureza (o a lo mejor por eso) los relatos de Los peces de la amargura, una obre en la que Fernando Aramburu muestra las condiciones en que se vive en mi tierra. Un libro muy recomendable.

Otra colección de relatos, Pura anarquía, de Woody Allen, muy irregular peso con destellos próximos a la genialidad que caracteriza al personaje, al autor en este caso.

También era de relatos, muchos de ellos interesantes, Todas las familias felices, del mejicano Carlos Fuentes. Ya saben, la frase inicial de Ana Karenina: todas las familias felices se parecen, las desgraciadas lo son cada una a su manera.

He recuperado el placer por leer a Henry James, en concreto dos antologías de relatos que llevaban en su título la palabra selecto. Y lo eran.

Acabo de leer Mil cretinos, lo último de Quim Monzó, que en general me ha gustado menos que otras colecciones anteriores.

También leí el libro de diarios de Bioy Casares en el que se recogían todas las referencias a Borges. Un tocho de lás de 1600 páginas que uno lee basándose en la admiración por ambos autores. Creo que Bioy es un autor extraordinario, casi siempre tapado ¿voluntariamente? por la sonbra de Borges. Bueno, para mí fue un ejercicio de voluntad para acabar descubriendo una cierta mezquindad en la personalidad, en el día a día, de dos genios. A los que, por supuesto, seguiré admirando.

Leí Una historia de la lectura de Alberto Manguel, un libro precioso en edición de lujo que me deceocionó un poco, quisá poeque esperaba demasiado.

No me defraudó Arthur y George, de Julian Barnes, un británico del que ya había leído varias cosas y a quien merece la pena conocer.

Sé que me gustó El mar de John Banville, pero ahora veo que me dejó poca huella.

He leído dos obras de Ohran Pamuk, el premio Nobel turco: una autobiográfica, Estambul y una de sus primeras novelas El castillo blanco; creo que las dos merecen la pena. Se trata de un gran escritor.

Otro premio Nobel y otras memorias, Las pequeñas memorias de Saramago; agradables de leer pero que yo no elegiría entre las mejores obras del autor.

Ravel, una novela corta del francés Jean Echenoz, se leía con interés.

Entre dos libros españoles recientes me gustó más Mira si yo te querré, de Luis Leante, que Nuestra epopeya de Manuel Longares, aunque los dos tienen un interés superior a la media.

La mujer justa de Sandor Maraï forma parte de la obra, siemore interesante de este magnífico autor húngaro que hemos redescubierto caso veinte años después de morir.

Compro y me regalan muchos libros, así que sigo teniendo mucho material para leer. Pero ahora tengo un nuevo Millás a la cola.