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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Santa Publicidad

Vacaciones en Roma.

La semana pasada, algún día de la semana pasada, se celebró la fiesta de la Publicidad, fiesta que habitualmente se traslada al último viernes de enero, con lo que ya hemos creado uno de esos puentes a los que somos tan aficionados los españoles.

Desde hace algunos años varias compañías de nuestro sector realizan en estas fechas su Convención, o viaje de compañía, que suena más lúdico y se ajusta más a la realidad.

Así que varias ciudades europeas se han visto invadidas estos días por grandes grupos de publicitarios españoles. Lisboa, Atenas y unas cuantas más, en nuestro caso, el de Zenith Media, Roma, han presenciado el deambular de estos profesionales.

En algún momento todos habremos escuchado el discurso sobre los buenos resultados del 2007, las dificultades que se anuncian para 2008, lo que no impide que el objetivo sea crecer. Es lo que tiene un negocio apasionante como éste: siempre se enfrentan nuevos retos, con el viento del mercado a favor o con el viento en contra.

Viene un año difícil. Los vaivenes de la Bolsa esta semana no hacen sino confirmar unos augurios que ya veníamos percibiendo: este año la Economía nos lo va a poner difícil. Pero también un año cargado de esperanzas y de transformaciones: más digital, más interactivo, más asesoría.

Para Zenith Media también 2007 fue un año complicado, por razones ajenas al mercado; pero el año terminó con buenos resultados en todos los aspectos y salimos reforzados de esta crisis. Si ahora el mercado no sopla a favor no importa; ya sabemos cómo luchar.

Y todo eso en Roma. La comisión que organizó nuestro viaje lo organizó todo con gran maestría; hasta nos preparó un tiempo espléndido, para que apeteciera andar por la calle y que las fotos salieran bien. Comimos pasta a cada momento, como debe ser; tomamos capuchinos (o expressos, o macchiatos, cada uno a su gusto) y helados descomunales;

sí helados en enero, lo que nos permitió reflexionar sobre la excesiva estacionalidad de este producto en España, y paseamos, y visitamos museos e iglesias y obras de arte suficientes para intuir, que no sufrir, el síndrome de Stendhal.

Roma. La Roma clásica, la del arte y las obras públicas y ya la importancia de la comunicación: no habría habido Imperio Romano sin calzadas, pero seguramente tampoco sin Cicerón y sus discursos o sin Julio César y su Guerra de las Galias, o sin sus edificios representativos y sus estatuas.

Roma. La Roma de la Iglesia y del Vaticano. Ante el edificio de Propaganda Fide uno no puede dejar de pensar en que, ése sí, es el antecedente de la publicidad. El arte de propagar un mensaje a lo largo del mundo con los medios, casi siempre precarios, que hubiera en cada momento.

Roma. La Roma medieval y renacentista. La Roma de los Borghese, los Medici, los Borgia valencianos. La Roma del poder de las familias y de nuevo del auge del arte, con el inmenso Miguel Ángel, con Rafael o Caravaggio, con tantos que dejaron su huella por todas partes.

Roma. La ciudad de las crisis de Gobierno. Varias en cada legislatura, como nos decía Pietro, nuestro guía. No todo el mundo puede decir que visitó el Quirinal el día en que se produjo una crisis de Gobierno; bueno, pues yo estuve allí (y salvo cámaras de televisión y algo más policía de lo normal, no se notaba nada especial).

¿Qué puedo contar desde el punto de vista publicitario? Poco. Una gran diversidad de soportes de exterior, desde unos fantásticos y modernos tranvías integrales hasta unos mupis de pequeño tamaño y caótica gestión, con innumerables capas de papel, cada vez más abarquillados.

Y, curioso: de lo poco que he podido hablar con italianos he visto, repetida, una cierta envidia por esta España que ellos, no hace mucho, percibían a años luz de Italia y que ahora piensan ( y les dicen) que les ha superado.

Bueno, pues eso, que el viernes no publiqué mi habitual post (podría haberlo hecho desde Roma pero no saqué tiempo) pero está justificado, o eso creo. A cambio va éste que, en contra de todas las instrucciones que me dieron al principio, es mucho más largo de lo habitual.