Casi enteros Casi enteros

Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

Entradas etiquetadas como ‘television basura’

Brecht

Primero dijeron que reducirían su publicidad, pero yo no dije nada, porque había demasiada publicidad.

Luego quitaron de golpe toda su publicidad, pero yo no dije nada porque ¿a quién no le gusta una cadena de televisión sin publicidad?

Luego dijeron que la fórmula de financiación propuesta no era legal, pero yo no dije nada: ya encontrarían otra fórmula.

Luego dijeron que iban a reducir en 200 millones la aportación de los presupuestos del Estado, pero yo no dije nada porque había capítulos en los que se podían recortar gastos.

Luego dijeron que era una televisión demasiado cara para estar perdiendo audiencia, pero yo no dije nada porque una televisión pública no hace falta que sea líder de audiencia.

Ahora puedo elegir entre ver Gran Hermano, La Noria, Sálvame o quitar la tele.

Creo que voy a quitar la tele.

Veo que el poema que siempre había pensado que pertenecía a Bertol Brecht en realidad es de Martin Niemeller, pero he preferido mantener el título porque creo que mi error está bastante extendido y puede servir como referencia.

Primero vinieron por los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí, pero para entonces ya no quedaba nadie que dijera nada.

 

El fin de News of the World

El fin de News of the World ¿podría llegar a ser el fin del imperio Murdoch?

A finales de los años setenta, cuando ya me dedicaba a esto de los medios, pero aún no sospechaba que iba a ser el núcleo de mi vida profesional, leí El honor perdido de Katherina Bloom, una novela en la que Heinrich Böll, el premio Nobel de literatura alemán, contaba el caso de una mujer hundida por una campaña de calumnias urdida por el diario sensacionalista Bild Zeitung.

Ahí surgía la gran pregunta: ¿todo vale para conseguir audiencia (y con ella beneficios)? El Bild Zeitung llegó a difundir en algunos momentos casi cinco millones de ejemplares y superar con creces los doce millones de lectores. Es, sin duda el mayor diario de Europa Occidental y uno de los mayores del mundo. Todo su éxito se basa en el más crudo sensacionalismo.

Ese modelo ha funcionado tradicionalmente muy bien en el Reino Unido. Diarios como el Sun o el Mirror; dominicales como el Sunday Mirror o el propio News of the World son líderes indiscutibles de audiencia y han hecho del término tabloide (el tamaño que tienen esos diarios, que es el mismo de la mayoría de los diarios españoles) un sinónimo de prensa amarilla o sensacionalista.

Cuando el magnate australiano de la prensa Rupert Murdoch llegó a Europa lo hizo a través del Reino Unido, comprando todos los títulos que pudo, desde el prestigioso The Times hasta una buena parte de los tabloides. La otra gran pata era su participación en la plataforma de televisión de pago BSkyB.

Cuando la lucha por la audiencia (y los ingresos, no nos olvidemos) lo justifica todo debe de ser difícil mantenerse del lado bueno de la ley. ¿Por qué no montar un sistema masivo de escuchas telefónicas, que incluya políticos, miembros de la familia real, víctimas del terrorismo o familiares de niños secuestrados? Seguro que se descubre mucho material morboso para conseguir aumentar las audiencias. Alguien decidió dar ese paso.

En teoría todo ese montaje se hace sin conocimiento del magnate ni de los otros miembros de su familia que ocupan altos cargos en la organización. ¿Es creíble? Que cada uno piense lo que quiera.

Pero claro, cuando alguien guarda cadáveres en el armario, si además tiene una ambición infinita, corre un grave riesgo, simplemente con que alguno de sus rivales le pueda poner una pequeña zancadilla.

El momento llegó hace un par de semanas. Murdoch, que ya era el mayor accionista de BSkyB, se planteaba ser el accionista mayoritario, superando el 60% de las acciones. A alguien le dio miedo que el poderoso incrementase aún más su poder y destapó el escándalo de las escuchas.

A partir de ahí los hechos se precipitan: Murdoch anuncia el cierre de News of the World; se ve obligado a renunciar a la OPA sobre BSkyB; varios de los directivos del grupo News International (ninguno de ellos miembro de la familia) renuncian a sus cargos; el propio Murdoch, uno de sus hijos y varios directivos tienen que testificar en el Parlamento y, esto lo acabo de escuchar, Murdoch publica un anuncio en toda la prensa inglesa, incluida la de su competencia, pidiendo perdón por las escuchas.

¿Qué pasará ahora?

Un portal del sector publicitario se preguntaba hace unos días hacia dónde se dirigirá la publicidad que hasta ahora captaba el diario desaparecido. La respuesta, muy lógica, no era muy esperanzadora: lo más probable es que se dirija hacia otros diarios del grupo, probablemente los más sensacionalistas. Aunque algunos anunciantes, entre ellos Renault, han declarado que dejarán de anunciarse en los tabloides del grupo. En España la mayor parte de la inversión que salió de TVE se quedó en otras cadenas de televisión.

En España nunca hemos tenido prensa sensacionalista como tal; esa ha sido una de las razones (entre muchas otras, claro) que yo siempre daba en mis charlas para explicar nuestro bajo nivel de lectura de prensa, al menos hasta hace unos años. Yo creo que ya es muy tarde para que alguien, incluso Murdoch, lo intente.

Pero sí tenemos radio, y sobre todo televisión, sensacionalista, capaz de cualquier cosa para conseguir una mayor audiencia. (Véase Sálvame, La Noria, los actuales maratones de Supervivientes, Aquí hay tomate y tantos y tantos otros ejemplos).

Murdoch estuvo presente en España, en el accionariado de Antena 3, del que salió hace mucho tiempo. Lo tenemos ahora por medio del canal temático Fox. También como empleador de nuestro ex presidente Aznar (que, si no me equivoco, ha permanecido callado a lo largo de todo el escándalo). Y hace unos días se rumoreaba que podría entrar como comprador de ABC. No sé si es el mejor momento.

¿Todo vale para conseguir audiencia?

Yo creo que no. Probablemente por eso nunca he sido, ni seré, empresario de medios.

El rescate de los mineros o cómo hacer de una desgracia un espectáculo en los medios

Durante más de dos meses ha sido una de las noticias más seguidas.

Ayer monopolizó los informativos de radio y de televisión, que en algunos casos se alargaron e incluso mantuvieron la conexión a lo largo de casi todo el día. Yo vi en directo la salida de cuatro mineros (y sólo vi la televisión a ratos perdidos).

Hoy ha sido noticia de apertura en todos los diarios.

Si ponemos ahora en Google «rescate mineros chilenos» encontramos casi medio millón de referencias. Seguro que hay un montón de expresiones para las que el número de referencias incluso crecerá.

Los mineros rescatados son ya candidatos a convertirse en carne de programa de televisión. No conozco muy bien cómo es la televisión chilena, pero estoy seguro de que algunas cadenas privadas españolas ya están pujando para conseguir traerse a alguno de los líderes del encierro.

Hoy he leído que la audiencia conseguida por la retransmisión supera a la que consiguió la final de la Copa del Mundo de Fútbol. Es un poco pronto para tener los datos de todos los países; la cifra con la que se compara me parece muy pequeña, pero el hecho indudable es que ayer todo el mundo estuvo pendiente de la salida de la mina de los 33 encerrados y sus rescatadores.

El Presidente Piñera ha capitalizado un hecho que ha sido noticia durante dos meses y que, no lo olvidemos, comienza con una desgracia que, afortunadamente no ha terminado en catástrofe.

Así un hecho negativo: una mina chilena no tenía buenos sistemas de seguridad, se transforma en un éxito internacional de Chile y de su Gobierno.

Toda una gran operación de relaciones públicas.

Guerra entre televisiones

Hace unos días Paolo Vasile nos sorprendía con unas declaraciones que parecían tener algo de testamento profesional.

Quién ha liderado la que ha sido durante varios años la empresa más rentable de Europa (de cualquier sector) habla de la quiebra de la televisión en España, cuando su empresa ha seguido dando pingües beneficios el año pasado.

Telecinco ha ganado millones y millones en los últimos años? Sin ir más lejos, en 2007, 319 millones de euros; y en 2008, hasta el tercer trimestre, más de 228 millones de euros

Ya estamos acostumbrados al discurso de nuestros particulares italianos (Carlotti no suele quedarse atrás) sobre las televisiones públicas, la doble financiación y el mercado de derechos.

Es curioso en un empleado del señor Berlusconi, que controla el 90% del mercado italiano de televisión, una parte con sus propios canales privados y la otra con los públicos a los que, desde luego, no ha renunciado al llegar al poder. También podría decir: ninguna de las veces que ha llegado al poder.

El propio señor Vasile lo reconoce:

El botín es botín. Las públicas son el botín de guerra de los partidos ganadores en todo el mundo. Es evidente, insultante e intolerable.

Supongo que se siente insultado por su jefe, al que, al parecer, no tolera.

Sólo dos meses después de perder el liderato de televisión se ve muy nervioso al señor Vasile, que dice que su modelo de televisión ya no funciona.

Ya he escrito otras veces aquí que prefiero pagar una parte de mis impuestos por tener una buena televisión pública con publicidad a tener que pagar más porque no tenga publicidad y que el señor Berlusconi gane aún más dinero.

No se hizo esperar la respuesta de uno de los responsables de TVE.

El consejero delegado de Telecinco, Paolo Vasile, pronunció una frase lapidaria hace muy poco tiempo: «una cadena que está por debajo del 20% no es una cadena generalista». Telecinco ha hecho un 16.2% en diciembre y un 15.6% en enero. Y el primer día de febrero, el dato más bajo de su historia: 10.3%. La conclusión es que los espectadores se han hastiado de un modelo de televisión que la audiencia ha bautizado de forma contundente: telebasura.

Demagogia es entrevistar en el prime time de la TV a convictos o delincuentes y pagarles por ello.

Pasar de ser el líder a ser el sexto este domingo es muy duro y genera muchas presiones, pero la televisión pública no tiene la culpa.

Es curioso, Tele 5, que llegó rompiendo el mercado publicitario español con ofertas temerarias, se queja ahora de que otras empresas hagan descuentos sobre sus tarifas, una política que impuso en nuestro mercado su agente, Publiespaña.

La guerra ha incluido tambien al final a la UTECA y las televisiones autonómicas.

Se hace mucha demagogia con estas cosas. En España parece que es imposible implantar un canon para financiar las televisiones públicas. Pero por la vía de las subvenciones, que parece algo más discrecional por parte de los gobiernos, ya las estamos pagando.

Si mis cuentas no fallan cada español paga 35 euros al año (3 euros al mes) por todo el sistema de televisiones públicas. Creo que es una cantidad que se puede pagar por una televisión mejor.

Y, señor Vasile, en la situación actual yo prefiero lo que me ofrece TVE a lo que me ofrece Tele 5. Me temo que para mí mucho de su contenido es basura.

Pago a gusto esos tres euros.