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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Audiencia de Televisión ¿qué se mide y qué no?

Ha pasado algo más de un mes desde que se celebró en León el Seminario de AEDEMO de Televisión Multipantalla. AEDEMO es la asociación que nos agrupa a los investigadores de marketing y opinión españoles así que se supone que éste es el foro anual más importante sobre medición de audiencia de televisión. Ésta era su 33ª edición.

Hubo interesantes ponencias y reflexiones y también alguna, la de Fernando Santiago especialmente, que analizaba la situación actual de la medición.

A los pocos días me vi citado en lo que acabó siendo una interesante conversación en Twitter. Luis Miguel Pedrero, profesor de la Universidad de Salamanca, me etiquetaba en un tuit en el que decía:

  • La industria TV asume que el audímetro no es fiable y hacen falta métricas digitales eficientes.

El artículo que enlazaba no decía exactamente eso así que le contesté:

  • Yo no diría que no es fiable, lo que mide lo hace bien; sí que es insuficiente: deja muchas cosas sin medir.

La conversación en Twitter siguió:

  • LMP: El audímetro registra el canal sintonizado, pero no si se está mirando: ¿GRPs? Su muestra es exigua y sus resultados relativos…
  • EM: Salvo para algunas autonómicas los GRPs no cambiarían (o cambiarían muy poco) con una muestra mayor…que, de todos modos, hace falta.
  • LMP: ¿Tú crees que cada español vio 233 minutos diarios de televisión lineal, tal como indican los datos del audímetro en 2016? Yo no.
  • EM: La media de los españoles. Es un dato alto pero aun así cuando cae un 5% en tres años hay quien habla de la muerte de la TV lineal.
  • LMP: La lógica del actual audímetro (registra tiempo, no atención) proporciona datos de consumo orientativos, pero demasiado irreales y antes o después los anunciantes exigirán ¿o impondrán? una fiabilidad que no ofrecen ni la muestra ni la metodología actual
  • EM: En la época multidispositivo el tiempo se multiplica por el mismo factor por el que se divide la atención. Y (respecto a lo de los anunciantes): ¿Tú crees? ¡Ojalá!

A partir de aquí ya decidimos que el tema daba para mucho más que una discusión en Twitter y que en algún momento tendremos que conocernos para charlar. De momento este encuentro no se ha producido. Pero estoy seguro de que llegará.

Pero ¿cuál es el estado actual de la medición? Lo recogía Fernando Santiago, Director Técnico de AIMC, en su ponencia, de la que voy a extraer los principales puntos.

Fernando Santiago durante su intervención (Foto:Eduardo Madinaveitia)

En su ponencia partía de otra que hice yo hace cuatro años en el AEDEMO TV que se celebró en Zaragoza. Entonces yo definía lo que debería ser el ideal de la medición del audiovisual: para cada pieza (programa, anuncio,…) se debería medir su audiencia en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier dispositivo (o en siglas en inglés ATAWAD: any time, any where, any device). Fernando utilizó alguna de mis diapositivas para ilustrarlo, incluida la que entonces llamé Carta a los Reyes. Hace cuatro años medíamos bien:

La audiencia en cualquier televisor en el hogar principal.

Y no medíamos (o no reportábamos):

La audiencia en segundas residencias.

La audiencia fuera del hogar.

La audiencia en otros aparatos.

La audiencia de invitados.

La audiencia en diferido.

Desde entonces, cuatro años, ¡¡¡hemos avanzado!!! (Reproduzco los tres signos de exclamación de Fernando; los avances, y la ironía, los merecen).

Ya se miden:

La audiencia en diferido (desde el 1 de febrero de 2015).

La audiencia de invitados (se reporta a partir del 1 de marzo de 2017).

Está en proceso la medición del consumo en otros dispositivos y en discusión la medición de los consumos en las segundas residencias.

Aquí Fernando Santiago llamaba la atención sobre la lentitud que demuestra el mercado en su toma de decisiones: la medición de la audiencia en diferido tardó tres años en hacerse pública desde que se iniciaron las primeras pruebas. ¿Parece mucho? Nada comparable con la medición de la audiencia de invitados: los primeros análisis se hicieron en junio del año 2000; será casi 17 años después cuando se abran los datos para el conocimiento de los usuarios.

Fernando también se detuvo en el análisis de la evolución de los deseos, las necesidades y las realidades mostrados a lo largo de los últimos catorce años. En 2008, en Granada, Pablo Romero dibujó un mapa de las oportunidades y las propuestas que introducía la digitalización. Llamó la atención sobre un fenómeno entonces incipiente pero que ha ido creciendo sin parar: la desintegración del sistema lineal y en directo y el paso hacia consumos fragmentados.

Dos años después Jaime Agulló introducía como reto la medición de la audiencia multipantalla de un mismo usuario, un reto que pareció que se resolvería cuando hace dos años se anunció el acuerdo entre Kantar Media y ComScore. Pero este año ya nos han dicho que este asunto marcha más lento que lo deseable, con lo que la rápida evolución de la tecnología aleja cada vez más la medición de esa nueva realidad.

Hace tres años, Eduard Nafría presentó del TAM al VAM, un medidor virtual que resolvería casi todos los problemas pero también parece que su desarrollo es más lento de lo deseado.

El pasado octubre se anunció el acuerdo entre Kantar Media y Movistar TV para la medición de audiencia de sus abonados, utilizando la combinación de un panel de abonados y los datos censales (RPD: Return Path Data). Será el mayor servicio de este tipo en Europa y un gran salto adelante en medición pero para el mercado se quedará escaso: sólo conoceremos el comportamiento de los abonados dentro de esa plataforma.

Una realidad cada vez más compleja exige una medición también más compleja. La distancia entre la realidad y la medición no parece acortarse en los últimos años: por una parte tenemos problemas con las metodologías de medición; por otra es el propio mercado el que no se atreve a dar pasos hacia una medición mejor. El mantenimiento del statu quo produce una sensación de falsa seguridad.

No parece importar que no se mida, o se mida mal, la audiencia en dispositivos diferentes del televisor pero para determinados programas y para determinados tipos de público (los jóvenes urbanos fundamentalmente) esa audiencia es cada vez más importante.

Gerona es, desde hoy, la capital de la Televisión

Esta tarde comienza el Seminario de AEDEMO de Televisión, la cita anual de los investigadores y de todo el mercado del que sigue siendo el medio rey.

La Televisión ya no es lo que era; es mucho más. Por eso el seminario se llama desde hace varios años multipantalla.

La TV se cita en Gerona

La audiencia de televisión en el televisor del hogar cae desde el año 2012; es un dato que no se puede olvidar, pero que no debe preocupar demasiado si pensamos que en 2015 todavía fue de 234 minutos diarios para el español medio. ¡Casi cuatro horas! Y eso para el día medio; algunos meses del año se superan ampliamente las cuatro horas.

Pero la televisión, o el vídeo, o el contenido audiovisual, ya es difícil establecer fronteras, no se ve sólo en el hogar, ni sólo en el televisor: el móvil, el PC, la tablet o la consola son también aparatos en los que se consumen contenidos. En muchas ocasiones incluso se utilizan varios dispositivos a la vez, porque la televisión, o sus comentarios, se comparten en las redes sociales.

Además mucho de ese contenido ya no se ve en el momento de su emisión; lo que ahora se llama televisión lineal está dejando paso al consumo lo que quiero, cuando quiero y dónde quiero. Algo que es mucho más fácil de describir que de analizar.

Esa realidad, cada vez más compleja, va a ser objeto de análisis durante dos días, con una agenda muy intensa, en Gerona.

Seguro que hay contenidos interesantes a los que dedicaré más posts en los próximos días.

De momento, si quieres ampliar información, aquí te adjunto una entrevista a Luis Pistoni, responsable de la organización del Seminario y otra a José María Moix, presidente de AEDEMO, la asociaición que nos agrupa a los investigadores de mercado y de opinión.

¿Quién ganó el debate?

Las elecciones del próximo domingo van a ser diferentes por muchas cosas. Todo el mundo da por descontado que tras ellas se tendrá que producir una negociación para construir la mayoría necesaria. Habrá que buscar de nuevo, como al principio de la transición, consensos. Eso no tiene por qué ser malo.

Pero visto el debate de ayer parece que no va a ser fácil. Al menos si en alguno de esos consensos se necesita que participen los dos partidos hasta ahora mayoritarios.

Creo que los asesores se equivocaron al plantear el debate. Un debate que, aparentemente, tenía como objetivo visualizar y reforzar el bipartidismo no podía convertirse en una bronca disputa del ya tradicional y tú más, que sólo puede beneficiar a los otros partidos, los que no estaban en el debate y que, como casi no han tocado poder, están limpios de corrupción.

Desde el momento en que predominan los insultos, las acusaciones, los gritos y las salidas de tono, los espectadores empiezan a añorar otros debates, otros programas, en los que se ha visto a los políticos en un tono muy diferente.

Y es que este año la Televisión ha tenido un claro protagonismo en la precampaña y en la campaña. Los candidatos se han dejado ver y entrevistar en los programas de Jordi Évole, de Pablo Motos, de Bertín Osborne, de María Teresa Campos,…y seguro que me dejo unos cuantos. Se supone que enseñaban el lado más humano y más próximo, así que ver que, cuando regresan a la política, se olvidan los argumentos para pasar a los insultos no es una buena noticia.

Sonrientes antes del rifi-rafe

Cuando parece que las nuevas opciones y la posibilidad de su entrada con fuerza en las instituciones han reactivado el interés por la política, lo lógico sería que el Cara a Cara de ayer entre los dos principales candidatos hubiera conseguido más audiencia que otros debates anteriores. Pero no ha sido así. Nada menos que cuatro debates anteriores consiguieron más audiencia. De hecho este ha sido el de menor audiencia de los cuatro en que ha participado Rajoy.

La suma de las audiencias de las 12 cadenas en que se emitió el debate de ayer fue 9.728.000 espectadores, muy lejos (a más de tres millones de distancia) de los 13.043.000 del primer debate entre Zapatero y Rajoy en febrero de 2008, que fue emitido entonces por 22 cadenas. También queda lejos (a más de dos millones de espectadores) de los 12.005.000 que vieron debatir a Rajoy y Rubalcaba en noviembre de 2011; en aquella ocasión en 17 cadenas, o del segundo debate Zapatero-Rajoy, ya en marzo de 2008 que alcanzó 11.952.000 (también en 22 cadenas).

En dos ocasiones se ha denominado El debate decisivo: la primera fue el que protagonizaron Felipe González y Aznar en Tele 5 en mayo de 2003, que consiguió 10.526.000 espectadores; la segunda, mucho más reciente, tan reciente como la pasada semana el que congregó en Antena 3 y La Sexta a 9.233.000 espectadores para ver a Soraya Sáez de Santa María (la única mujer presente en un debate de este tipo) debatir con Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera.

Resulta difícil saber si el debate de ayer lo ganó un Rajoy a la defensiva, que acabó entrando en el juego de su rival para superarle en insultos (ruin, miserable, deleznable, frente al no es honesto con que le provocó Sánchez) o un Pedro Sánchez que eligió desde el principio la provocación, perdió los papeles en más de una ocasión y perdió también la ocasión de comparar (en datos como el paro, la deuda o la hucha de las pensiones) la primera legislatura de Rajoy con la primera de Zapatero.

Como la ley prohíbe publicar encuestas a partir de hoy (en Andorra se ha publicado una muy divertida de canciones) nos quedaremos sin conocer esta valoración.

Pero lo que sí se puede ver es qué cadena, de las 12 que lo emitieron, consiguió una mayor audiencia. ¿Sería la 1, la pública, la institucional, como parece que correspondería?¿Sería Antena 3, la hermana mayor del grupo Atresmedia? Nada de eso: La Sexta, la cuarta cadena por audiencias en estos momentos, recogía los frutos de su mayor dedicación a la política en estos últimos meses y conseguía ser la triunfadora de la noche.

Las audiencias de esas tres cadenas fueron muy similares, pero el triunfo correspondió a La Sexta, con 2.914.000 espectadores; le siguió Antena 3, con 2.794.000 mientras La 1 se quedaba en 2.678.000. También 13TV obtuvo una audiencia interesante: 709.000 espectadores, mientras entre las autonómicas destacó Canal Sur con 293.000.

Así que el gran triunfador del debate de ayer fue La Sexta. Mucho más aún si consideramos los programas de análisis que cada cadena emitió a continuación: ahí La Sexta arrasó.

Y si hablamos de políticos, en mi opinión, ganaron los ausentes. O, dicho de otra manera, perdieron su gran ocasión los dos protagonistas del debate.

¿Qué es y qué no es Televisión?

El sábado fue el Día Internacional de la Televisión.

El viernes se celebró el 10º Encuentro Internacional AIMC, la reunión más importante sobre investigación de medios que se celebra en España; cada dos años. Hablaron nueve ponentes, todos ellos extranjeros.

El primero en intervenir, el holandés Leendert Van Meerem, un clásico de la investigación de medios, tituló su intervención: Vieja TV, Nueva TV, No TV para poner de manifiesto los cambios que la digitalización ha traído al mundo de lo que hasta hace no mucho tiempo era muy fácil de identificar: las imágenes que los canales distribuían por el aire hasta el televisor de nuestro cuarto de estar. En aquellos tiempos, no tan lejanos, la medición de audiencia era, relativamente, sencilla.

Leendert Van Meerem

Ahora, decía Leendert, tenemos que hablar sobre la medición de cualquier imagen en movimiento, en cualquier pantalla, de cualquier tamaño, que se ha visto en cualquier momento del tiempo, sin tener en cuenta lo nueva o lo vieja que sea esa imagen, ni el número de veces que se haya visto. Hace casi tres años, en el Seminario de AEDEMO de Zaragoza de febrero de 2013, yo decía algo similar. Desde entonces la realidad se ha seguido complicando y la investigación se ha ido adaptando; mucho más en las posibilidades tecnológicas que en la realidad admitida por nuestro mercado.

Como nos recordaba el ponente, sólo los que nacimos analógicos llamamos digital a lo nuevo. Ya todo es digital: casi todas las televisiones, pero también este diario.

A partir de ahí, trataba de establecer los límites con una serie de preguntas. Si pensamos que sólo la vieja Televisión es Televisión, entonces ¿todo lo nuevo no es Televisión? ¿YouTube, es Televisión? ¿HBO, la televisión por cable que produce las series de más éxito, es Televisión?¿Si veo una serie a la carta en Movistar Tv, es Televisión?¿Y si la veo en Netflix?

Tras un repaso por las bases de las distintas metodologías de medición que se han utilizado a lo largo de la historia, Van Meerem pasó a analizar las dificultades con que nos encontramos ahora:

  • La manera en que se distribuyen los contenidos: Analógica, Distribución Digital Directa, Digital Individual On Line (streaming).
  • El dispositivo usado por el consumidor: Analógico; aparato sólo de Audio; Pantalla Digital Fija; Pantalla Digital Móvil.

La combinación de esos dos tipos de problemas dibuja un panorama muy complicado.

Pero, se preguntaba ¿necesitaremos medirlo todo?¿quién estará interesado en la audiencia en streaming de los contenidos que no han sido emitidos por cadenas, o que no tienen publicidad? Seguramente sólo el propietario de esos contenidos; pero a él le bastarán sus datos de analítica de Google.

El futuro será un cocktail de datos de las diferentes fuentes, entre las que se recuperará el audímetro personal, que se usó en algunos países para Radio (y aquí en una prueba realizada por AIMC en 2003).

Claro que El diablo está en los detalles, una frase que repitió en dos ocasiones. Cuando mezclemos datos de diferentes fuentes tendremos que asegurarnos de que son comparables. ¿Cómo de diferente es estar en la habitación dónde hay un televisor encendido (una de las definiciones clásicas de audiencia) que ver un contenido bajado a una tablet. Los datos con los que se compra la Televisión tradicional no son los mismos con los que se hará la compra programática ¿eso es un problema? Los datos de Radio que se obtienen con un audímetro personal no son iguales a los que se obtienen con un cuestionario del tipo del EGM (y suelen ser menores; ¡eso sí que es un problema!).

Se necesitan datos claros y discusiones abiertas. Este es un buen momento para que nuestro mercado se lo tome en serio y haga algo antes de que la nueva realidad le arrolle.

Leendert hizo su propio resumen de la situación:

  • Se deben combinar las fuentes de datos para ver la foto completa.
  • Las herramientas de medición han de ser independientes de los sistemas operativos.
  • Debemos ser capaces de seguir a los contenidos en cualquier plataforma y dispositivo
  • ¿Hasta qué punto son importantes la plataforma y el tamaño del dispositivo para conocer el nivel de visionado?
  • Hay que llegar a definiciones claras y transparentes, matando al diablo de los detalles.
  • Una buena aproximación es suficiente. No nos obsesionemos con el último espectador.

Estoy muy de acuerdo con el punto de vista del señor Van Meerem, así que sólo me queda darle las gracias a él por ser tan claro y a la AIMC por haberle traído a sus encuentros.