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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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60 años

Hoy hace sesenta años de la primera emisión de Televisión Española.

Para la gente de mi edad fue todo un acontecimiento ver las imágenes de algo que se estaba produciendo a mucha distancia.

Una imagen de los primeros años de TVE.

Una imagen de los primeros años de TVE.

Mi padre, un sesudo profesor de instituto, nunca fue muy partidatio de aquella ladrona del tiempo: ¡sus hijos teníamos que estudiar! Sólo muchos años más tarde los partidos de fútbol le engancharon. Así que el primer aparato que entró en casa lo hizo bastante después cuando mi hermana Blanca tuvo que permanecer varios meses en cama por una enfermedad del corazón y la tía Cristi se lo regaló para paliar su aburrimiento.

Al principio yo sólo veía la televisión algún rato suelto en los escaparates de una tienda de la calle Dato al volver del instituto. Luego subía a verla en ocasiones especiales (el Tour de Francia, Eurovisión,…) a casa de la vecina del segundo, Eloísa, una señora algo mayor que mi madre que tenía tres hijas más o menos de mi edad pero con las que yo nunca coincidía.

No sé lo que pensaría mi padre cuando mi primer trabajo fue precisamente en RTVE a donde llegué el año en que la tele iba a cumplir sus primeros veinte años.

Seguramente aún le pareció peor cuando quince años después dejé mi puesto en la cadena estatal (que había ganado por oposición, algo sagrado para la gente de la edad de mi padre…y para la de la mía) para irme ¡a una empresa de publicidad! una actividad que, sin ninguna duda, consideraba menor y, muy probablemente, poco adecuada para un licenciado en Matemáticas.

Pero la televisión, y más tarde los medios en general, ha sido el centro de mi vida, mi pasión y el trabajo con el que me he ganado, bastante bien, la vida.

Aquel 28 de octubre de 1956 yo acababa de iniciar mi primer curso en la preparatoria de ingreso del Instituto Ramiro de Maeztu de Vitoria (aunque saqué muy buenas notas tuve que repetirlo un segundo año por razones de edad). Seguramente no me enteré de que se había puesto en marcha un nuevo medio de comunicación que, aunque entonces no llegaba a Vitoria (sólo se pudo ver en algunas zonas de Madrid) ya había empezado a marcar mi vida.

¡Felicidades TVE!

Otro día hablaremos de la trayectoria de una empresa que ahora, como casi siempre, vive un momento muy complicado.

Y si quieres recordar un buen número de programas de todas sus épocas, aquí puedes hasta votar el que te parece mejor.

TVE y los audímetros: es mejor conducir con los ojos cerrados

En RTVE no gustan los resultados de audiencia.

No me extraña, porque son malos. En algunos casos recientes son los peores de su historia.

¿Será porque, como tienen menos medios que antes, hacen una programación peor? Esa sería una buena razón. ¿Será, como dicen algunos,  porque los espectadores/oyentes perciben una cierta manipulación y prefieren acudir a otros medios?

Pues no. Si atendemos a sus directivos es porque los sistemas de medición no funcionan bien. La culpa es del árbitro o, también es un clásico, hay que matar al mensajero.

Si hace unos meses sus directivos arremetieron contra el EGM (Estudio General de Medios) y llevaron sus quejas, vía diputados del Partido Popular, hasta el Parlamento, ahora le ha tocado el turno a la audimetría. Según José Ramón Díez, Director de TVE, Kantar no es una fuente fiable para los datos de audiencia.

TVE no cree en los audímetro que ella misma impulsó

Lo de menos es que hable de 3.000 audímetros cuando actualmente los hogares con audímetros se aproximan a los 5.000; tampoco importa que Kantar sea la vara de medir que utilizan tanto los canales de televisión, como las productoras, las agencias de publicidad o los anunciantes, lo que importa es que, dice, Telefónica mide internamente al detalle a sus tres millones de abonados de Movistar TV.

¿Qué más da que Movistar TV sea una plataforma de pago para abonados, que reciben la señal por cable (y por tanto con un canal de retorno)?¿Qué más da que el primer sistema de audimetría se pusiera en marcha desde RTVE (yo estaba allí) en un momento en el que la competencia era mucho menor que ahora y aun así se veía necesaria?¿Qué más da que en todo el mundo las audiencias de la televisión en abierto se sigan midiendo con sistemas similares al que aquí utiliza Kantar?

Los actuales directivos de RTVE, con José Antonio Sánchez y José Ramón Díez a la cabeza, saben más.

 No se fían de las mediciones que existen; hablan de utilizar otras, pero esas otras no existen, o no sirven, o nadie está dispuesto a pagar su coste.

¿No será que si no hay mediciones nadie les podrá echar en cara su fracaso?¿No será que prefieren conducir con los ojos cerrados para no ver cómo se están dirigiendo hacia el precipicio?

La Radio On Line es el futuro ¿También el presente?

No sé si la Radio On Line camina imparable, como dice el gran experto Gorka Zumeta (al que ya seguía y conocí personalmente en el evento de AERO), ni si está de moda, como también dice él mismo en un tuit.

Lo que sí parece claro es que está de rigurosa actualidad. La semana pasada participé en una mesa redonda que siguió a la Asamblea de AERO (Asociación Española de Radio On Line), la organización que preside la dinámica Elisa Escobedo, a quien agradezco su invitación.


(El autor del blog durante su intervención. Fotografía: Gorka Zumeta)

La semana que viene, el día 22, la IAB organiza una Jornada de Radio On Line.
Todavía más: una semana después, el 29, el Colegio de Ingenieros organiza la jornada La encrucijada tecnológica de la Radio.

Tres eventos sobre el tema en menos de tres semanas seguro que quieren decir algo.

Siempre fui un apasionado de la Radio. En mi casa tardó en entrar la televisión y las veladas tenían por centro el aparato de radio (Cabalgata fin de semana, Matilde, Perico y Periquín, El Gran Musical o Ustedes son formidables forman parte de mis recuerdos de infancia y adolescencia). Siempre estudié con la radio como fondo.

Disfruté mucho cuando, años después, acabé convirtiéndome en el especialista en audiencia de Radio de RTVE y representé a la Radio en la Comisión Técnica de AIMC o dirigí dos estudios de audiencia de Radio en la Comunidad de Madrid en los que conseguimos que participaran todas las emisoras existentes entonces, desde las grandes cadenas a las pequeñas nuevas emisoras de pueblo o de barrio. Años después, ya en Zenith, hicimosun estudio Menfis, de eficacia publicitaria, para la SER y GDM.

Mi intervención en la mesa redonda del día 9 se refería a las previsiones de inversión en Radio On Line. Hace unos meses me pidieron que incluyera en mis estudios Vigía y Zenthinela preguntas referidas a ese tema. Estos estudios se basan en opiniones, pero en opiniones cualificadas, de expertos en el mercado publicitario. Y suelen llenar huecos: cuando no hay ninguna información sobre un tema es bueno tener un dato, aunque esté basado en opiniones. Eso han pensado en su momento (2002) los Diarios Gratuitos; o en 2008 los Móviles, los Blogs o las Redes Sociales; o en 2009 los Medios para Inmigrantes; o en 2010 el Vídeo On Line; o en 2011 la Publicidad Exterior Dinámica (Digital signage); o en 2012 las Apps o ahora la compra programática o la propia Radio On Line. Para algunas de esas especialidades sigue sin existir un dato de otra fuente.

Los anunciantes del panel Zenthinela estimaban en febrero que la inversión en Audio On Line representa el 6,5% de toda la inversión en publicidad on line; los directivos de medios del panel Vigía situaban en marzo esa estimación en el 5,3%.

A mediados de los años ochenta participé en una Rencontre Internacional de Radio; expertos europeos de un buen número de países hablaban de la Radio como el medio del 10% porque ese era el porcentaje aproximado que se llevaban del total de las inversiones publicitarias en medios (en España nunca se ha separado mucho de esa cifra; en 2014 se situó en el 9,3%). Yo creo que a medio plazo ese 10% de la inversión digital puede ser un buen objetivo para la radio on line. Ví que desde la Asociación eran más optimistas; no me parece mal el optimismo como objetivo.

Recuerdo que hace ya casi veinte años, en el curso Nuevos medios, nueva publicidad, ¿nueva financiación? que organizó Zenith en la UIMP en Santander, Jaime Agulló, que entonces estaba en mi equipo, me dijo: la Radio Digital no funcionará mientras no nos demos cuenta de que todos llevamos un receptor (el móvil) en el bolsillo. Ahora ya es así.

También hay otras opiniones: el representante de una de las mayores cadenas de radio, uno de los líderes también en digital, me decía que esas cifras son muy exageradas. También me decía que los anunciantes pagan por la audiencia de la cadena y no están dispuestos a pagar más por lo digital (ni el medio a distinguir la audiencia digital, interpreto). Ese error, regalar la audiencia digital cuando la parte importante estaba en la oferta analógica, ya lo cometieron en su momento los diarios de papel. Luego es muy difícil, casi imposible, cobrar por lo que se ha regalado, incluso cuando lo digital es ya la parte del león.

No sé si la cifra real estará más cerca del 6% o del 4%; estoy seguro de que la inversión en Audio Digital va a crecer con fuerza en los próximos tiempos. También estoy seguro de que si los grandes regalan la audiencia digital se lo estarán poniendo muy difícil a las numerosas pequeñas emisoras digitales que están surgiendo. Unas emisoras con una multitud de especialidades diferentes, como puso de relieve Elisa Escobedo al final de la mesa redonda.

Y ya saben, si quieren saber mucho más sobre la radio digital (y sobre la radio en general) visiten el blog Gorka Zumeta-Comunicación.

Sin publicidad

Últimamente se habla mucho de Ello, la red social que se define como alternativa a Facebook. Sus ventajas: no va a vender los datos de sus miembros y…no va a tener publicidad. Nadie sabe aún de qué van a vivir; cómo van a financiar sus desarrollos, pagar los costosos servidores y los sueldos de sus empleados.

Tras casi tres años de calvario, Leopoldo González Echenique ha dimitido como Presidente de RTVE. La fórmula de financiación que propuso el PSOE para eliminar la publicidad de la televisión pública y que el PP ha mantenido, se ha demostrado inviable. Su sucesor tendrá que reducir la plantilla, cerrar canales, vender edificios…o negociar la vuelta de la publicidad.

Pero ningún gobierno se atreverá a decretar la vuelta de la publicidad. Mucho menos ahora, cuando por la falta de medios de TVE y por otros errores, los informativos de la televisión pública tienen menos audiencia que los de las privadas. ¿Quién se va a atrever a quitarles el caramelo cuando la creencia de que la televisión decide las elecciones está todavía muy asentada?

La publicidad no molesta; molesta su abuso. Pero la insistencia en conseguirla a precios cada vez más reducidos nos ha llevado a una saturación excesiva. Ahora a los publicitarios nos miran mal. Nos lo hemos ganado.

No hemos sabido transmitir el valor que aporta la publicidad a una sociedad que quiere tenerlo todo gratis.

Y el camino de vuelta, si existe, será muy escabroso.

 

(*) Este artículo se ha publicado este mes en la revista IPMark. Lo escribí hace algo más de un mes. Hoy, que ya tenemos nuevo Presidente de RTVE, ya sabemos que uno de los objetivos de José Antonio Sánchez es conseguir que se acepte alguna fórmula para que los ingresos por publicidad vuelvan a la Corporación. Sería bueno para todos.

Desaparece Teledeporte

Este post podría ser uno más, el cuarto, de la serie TVE lentamente hacia su desaparición, que escribí hace ahora más o menos un año. También podría ser la continuación de Desaparecen 9 canales de televisión, que escribí a primeros de mayo.

La desaparición de Teledeporte o, como se ha anunciado, su fusión con La 2 es un síntoma más de la crisis en la que se encuentra inmersa la televisión pública. Por un lado la crisis de la televisión como sistema de licencias o concesiones para uso del espectro radioeléctrico, atacado por la voracidad de las nuevas telefonías, cada vez más exigentes. Por otro el ataque sistemático hacia todo lo público que viene de la mano de los neoliberales (y sus fundaciones, sustentadas muchas veces por ese dinero público al que denigran).

La situación de TVE y de todo el grupo RTVE, que ya era difícilmente sostenible antes de la eliminación de la publicidad, se ha vuelto imposible en las actuales circunstancias. Si no se encuentra una manera lógica de financiar a la Corporación, ésta desaparecerá a corto o medio plazo. Estoy seguro de que seremos muchos los que lo lamentaremos.

La labor que hace Teledeporte, apoyando a deportes minoritarios (y casi todos lo son desde el punto de vista de la rentabilidad, medida en audiencias, para las grandes cadenas privadas) es muy importante. También la que ha hecho tradicionalmente La 2, con documentales, programas culturales y cine de calidad.

Ahora se plantea la fusión de las dos cadenas como un ahorro y una manera más de ajustar unos gastos que, con el actual sistema de financiación, son excesivos.

Otra solución, que yo apoyo aunque sé que es muy poco probable, es la vuelta de la publicidad, en determinadas condiciones, a TVE. Es también la que plantea la AEA (Asociación Española de Anunciantes) de nuevo en un reciente comunicado.

La otra, claro, es que la mayoría de los contenidos sean de pago. Beneficia a unas pocas compañías y es excluyente para la mayoría de la población, pero está muy en la línea de la ideología cada vez más dominante.

¿Es eso lo que queremos?

¿Podemos fiarnos de las encuestas?

Una vez más, las encuestas preelectorales han fallado y esto puede perjudicar seriamente el prestigio de las encuestas en general. Esto resulta muy preocupante para quienes, directa o indirectamente, desarrollamos nuestra actividad profesional en el campo de las encuestas por muestreo y las estimaciones a partir de muestras pequeñas.

Pero ¿han fallado las encuestas o lo que ha fallado es la cocina?

Normalmente los resultados que se publican no son los que se extraen directamente de las encuestas. Coloquialmente se denomina cocina a las modificaciones que se introducen en los resultados obtenidos.

Hay dos tipos de cocina:

1. El que trata de corregir los efectos de la ocultación de voto en función de la experiencia en encuestas anteriores . Se sabe por esas experiencias que las personas de determinadas ideologías tienen tendencia a contestar menos o a declarar al encuestador una opción distinta a la que realmente piensan votar. Esta cocina es perfectamente legítima y, en condiciones normales, mejora los resultados obtenidos.

2. El otro tipo es el que modifica los resultados obtenidos para favorecer los intereses de quien encargó la encuesta. A la vista de las diferencias que se encuentran entre los resultados publicados por medios de ideologías contrapuestas, este tipo de cocina también es muy habitual. Desde mi punto de vista es absolutamente ilegítimo. Los resultados de una encuesta se pueden interpretar desde diferentes puntos de vista, pero no se deberían manipular.

En teoría las elecciones europeas, que se desarrollan en circunscripción única para toda España, son las más fáciles de estimar. No hacen falta tamaños de muestra tan grandes como cuando se trata de estimar los resultados en 52 circunscripciones.

Pero en esta ocasión existía una complicación adicional: se presentaba un buen número de partidos para los que no se disponía de datos anteriores. ¿Hasta qué punto los encuestados exageraban u ocultaban el voto a Podemos, Vox o Ciudadanos, por poner un ejemplo? La cocina buena, la 1, no tenía armas para corregir esas posibles desviaciones.

Siempre recuerdo mi única presencia en una noche electoral durante mi etapa en RTVE. Fue en las elecciones autonómicas vascas de 1990; la única vez durante mis quince años de permanencia en la casa en que la exit poll, la encuesta que se hace a la salida de los colegios electorales, se encargó desde el Gabinete de Investigación de Audiencia (que éramos los expertos en estudios sociales) y no desde Informativos. El trabajo de campo lo hizo la empresa Metraseis, una de las más prestigiosas en aquel momento, ahora absorbida por la vorágine multinacional.

Cuando en la tarde electoral, en Torrespaña, fuimos recibiendo los resultados de la encuesta cundió el pánico: Unidad Alavesa, un partido que se presentaba por primera vez, obtenía 3 escaños. Nadie sabía muy bien qué representaba el nuevo partido; todos los ojos se volvían hacia mí: un alavés podría aclarar las dudas. Pero yo no sabía mucho más que los otros. Al final se decidió informar de la entrada de UA en el Parlamento Vasco, pero atribuyéndole sólo un escaño.

Cuando se conocieron los resultados finales se vio que la encuesta había dado en el clavo, algo que nunca supieron los que sólo conocieron los resultados de la encuesta a través de la información emitida. Para la opinión pública, aquella encuesta falló.

No tengo información suficiente para juzgar lo que ha ocurrido en esta ocasión, pero me temo que una buena parte de los errores se debe mucho más a la cocina que a las encuestas. Demasiados partidos nuevos y demasiado cambio en la aceptación de los dos partidos dominantes como para que la experiencia de los cocineros ayudara a mejorar el guiso ofrecido.

La radio goza de buena salud

Hoy es el Día Mundial de la Radio.

De joven fui un gran oyente de radio. Mi mejor regalo fue la radio de transistores que recibí al cumplir 16 años. Tenía onda larga y podía sintonizar muchas emisoras extranjeras: Europa 1 y Montecarlo eran mis favoritas. Luego, cuando llegué a Madrid vi que se podía sintonizar la emisora de la Policía ¡en plenas revueltas estudiantiles del 68! Muchas veces mi habitación del Aquinas se convertía en centro de reunión para seguir los avatares de nuestros compañeros.

Más tarde, durante mis años de RTVE me dediqué mucho a la radio. Incluso dirigí un estudio de audiencia de Radio en la Comunidad de Madrid en el que participaron todas las emisoras, públicas y privadas, que existían en aquel momento.

Ya es un tópico decir que no se cumplió la profecía de Buggles: el Vídeo no mató a la estrella de la Radio. Se repite mucho ahora para constatar que tampoco Internet está matando a la Televisión.

Pasó el momento de las grandes estrellas de la Radio de la transición: acaba de retirarse Luis del Olmo, Iñaki Gabilondo dejó la primera línea hace ya años, hace aún más José María García, desaparecieron Encarna Sánchez y Antonio Herrero.

Ahora hay grandes profesionales en la Radio pero, con todos los respetos, creo que su talla es bastante menor que la de esos líderes de los 80-90.

Sin embargo (tomo los datos del Anuario de la Profesión Periodística, que Luis Palacio elabora para la APM) la radio batió en 2012 su récord de audiencia al alcanzar un 61,9% de la población mayor de 14 años. La inversión publicitaria cayó el año pasado algo más que el promedio del mercado, pero la inversión en Radio ha aguantado la crisis algo mejor que el resto de los medios.

Por otro lado, la Radio Digital, que cada vez más es la Radio por Internet, crece con fuerza (más de un 50% entre 2008 y 2012).

La Radio puede celebrar su día con alegría. Los datos le apoyan.

¿Por qué escribo?

Escribo porque me gusta. Porque siempre me ha gustado. Y podría dejarlo aquí.

Soy uno de esos matemáticos a los que siempre les ha gustado escribir. No somos una especie tan rara como se podría pensar.

Todo parte, claro, de la lectura. Desde muy pequeño soy un lector compulsivo, que lee todo lo que cae en sus manos, o en sus pantallas, y siempre tiene unos cuantos libros abiertos, sin terminar, pero se plantea el reto de terminar todo lo que empieza. Y si te gusta leer es bastante fácil que te acabe gustando escribir.

Cuando trabajaba en RTVE y tenía que hacer informes sobre los datos de audiencia del EGM primero, luego también de Ecotel, me planteaba el reto de encontrar siempre algo nuevo que contar y siempre, también, alguna forma nueva de contarlo.

En aquella época ya escribía en algunas revistas especializadas como Mensaje y Medios, Telos, Anuncios o Campaña.

Al llegar a Zenith (que entonces, a principios de los noventa, se llamaba Central Media) una de las tareas que me encomendaron fue revitalizar unos cuadernos que ya existían: los CM Informa. Al principio lo escribía yo todo; los convertí en mensuales y tuvieron cierto éxito. Trabajar para todos los medios me permitía abrir mucho el abanico de temas. Ahora los Zenith Informa, sus sucesores, salen tres o cuatro veces al año, ya no los escribo yo (aunque sigo redactando un artículo introductorio). Son unos cuadernos mucho más profesionales, muy bien diseñados y siempre se busca la colaboración de profesionales expertos en el tema al que se dedica cada número.

Conocí a Arsenio en el primer Congreso de Prensa Gratuita que se celebró en Valencia a comienzos de este milenio, en el que expuse una ponencia con gran éxito de público: no me tiraron tomates, pero casi me echan los perros. Luego nos volvimos a ver en otras ocasiones, casi siempre porque yo daba una charla. Al salir de una en la que el que había hablado era él, me propuso escribir un blog en 20 Minutos. Lo dudé al principio pero cuando nos volvimos a ver e insistió, me decidí a intentarlo. Casi Enteros cumplirá pronto sus seis primeros años.

Llevo casi toda mi vida profesional dedicado a la Investigación de Medios y ese, el de los Medios, es el tema central del blog, aunque no quiero cerrarme a otros temas, estén relacionados o no con la Publicidad y el Marketing. Esa es la razón por la que elegí el nombre del blog y por la que firmo mis comentarios como Más que medios.

Me gusta hacerme la ilusión de que con lo que escribo aporto algo a los demás, especialmente al sector publicitario en el que me muevo.

Cuando este fin de semana me convertí en abuelo, Carlos, un antiguo compañero de los tiempos de RTVE, me decía en un tuit: Ahora ya se te puede llamar el abuelo de la investigación en España.

No sé si empecé a escribir el blog con algún objetivo, pero si estoy consiguiendo transmitir a mis colegas más jóvenes algo de mi experiencia, tendrá sentido.

He visto que alguno de mis colegas blogueros dicen que escriben por dinero. No es mi caso, pero no me importaría, sobre todo si sigo escribiendo en los próximos años cuando, ya jubilado, lo necesite más.

Escribo porque me gusta.

El cierre de Canal Nou

Que cierre una empresa es malo. Creo que el cierre de Fagor y otras empresas del Grupo Mondragón es una muy mala noticia para el País Vasco y también para España. La debilidad de un sistema, el de las cooperativas, que durante más de medio siglo ha sido el motor de toda una zona y que había sido capaz de crear cientos de miles de puestos de trabajo a lo largo y ancho del mundo tiene una importancia mayor de la que se le está dando.

Que cierre un medio de comunicación es también, siempre, una muy mala noticia. Lo es porque cierre una empresa y porque se apague una voz. Y lo es aunque ese medio haya estado, como dicen algunos, mal gestionado y haya sido durante muchos años sólo un instrumento de manipulación.

Hace tres meses describía aquí el mecanismo que se estaba empleando para llegar al cierre de RTVE. Los valencianos han sido más rápidos pero el mecanismo empleado para cerrar Canal 9 ha sido similar: Se coloca a malos gestores; se gestiona mal; se manipula y con ello se va perdiendo audiencia; se llega a una situación imposible de financiar…y finalmente se cierra.

Si eres un enemigo declarado de todo lo público, has triunfado.

Muchas reacciones hacen hincapié en que el cierre de Canal 9 supone el fin del despilfarro. Otros, yo entre ellos, vemos el problema que supone la desaparición de cientos de puestos de trabajo entre los que se encuentran, seguro, un buen número de buenos profesionales.

La Academia de la Televisión se preocupa por lo que pueda tener de precedente. El resto de las televisiones autonómicas podrían ir cayendo una detrás de otra, destruyendo todo el tejido regional de la industria audiovisual. Sería una verdadera catástrofe para el sector.

De hecho el Presidente de la Comunidad de Madrid no ha tardado en amenazar con que Telemadrid puede ser la próxima en caer. El modelo de destrucción no está siendo muy diferente.

El resto de las televisiones autonómicas (que Telemadrid sea la excepción es todo un símbolo)  han hecho piña desde la FORTA, el organismo que las agrupa, para ratificar que el modelo de televisión autonómica está vigente y puede cubrir su papel en un momento como el actual en el que las grandes cadenas privadas se han decantado por un modelo de televisión que deja muchas tipologías de programa sin cubrir.

Borja Terán en Lainformación.es recalcaba el papel que han desempeñado los canales autonómicos durante un tiempo y el que podrían seguir cumpliendo en la información y la formación de los ciudadanos. Claro que para ello habría que renunciar a la tarea de manipulación y adoctrinamiento a la que parece que habían decidido dedicarlas muchos políticos.

Es demagógico decir, como ha hecho Fabra, que se cierra una televisión para no tener que hacerlo con un hospital (suena curioso en la voz de quien privatiza hospitales) o un colegio. Pero, como toda la demagogia, seguro que va a tener mucho eco.

Las televisiones autonómicas pueden seguir siendo útiles y desempeñando un papel, además de generar muchos puestos de trabajo en el sector.

Pero desaparecerán si se pone a la zorra al cuidado del gallinero. Los enemigos de lo público tienen un papel claro al frente de las empresas públicas: cerrarlas.

Grecia:¡qué buena idea!

Ayer por la noche se consumó la noticia: Grecia echó el cierre a su televisión pública.

Esta podría ser la tercera parte del artículo que vengo dedicando a la desaparición de TVE. Como dice nuestro viejo refrán: cuando las barbas de tu vecino veas pelar

Para mí se trata de una verdadera tragedia griega.

También podría estar relacionado con otro post de este mismo blog: Un país gaseosa.

La fiebre ultraliberal que viven las instituciones europeas y que está dispuesta a acabar con todo lo público, ya se ha cobrado su primera víctima importante: Grecia será el primer país europeo que no tenga televisión pública ¿total para qué?

2.700 personas se quedaron ayer sin trabajo inesperadamente; eso sin contar con el trabajo indirecto que, seguro, también generaría la cadena pública.

Esta mañana, en la conferencia de GfK me he encontrado con un directivo de RTVE.

¿Estaréis preocupados con lo de ayer?, le he dicho.

Bueno, España no es Grecia, ha sido su respuesta.

Ya vimos en Chipre que se puede hacer una quita a los ahorradores sin que pase nada. En todo caso se difunde que a quienes afecta de verdad es a los inversores y especuladores rusos y santas pascuas.

Vamos a ver ahora qué ocurre cuando se cierra una televisión pública de un país de tamaño medio. Si tampoco pasa nada, o si sus competidoras privadas aplauden la noticia, el siguiente caso puede ocurrir en un país más grande.

¿Por qué no?

Si total nunca pasa nada. ¿Para qué queremos televisiones públicas si Gran Hermano 3000 o Un príncipe para Marisa ya nos lo dan las cadenas privadas?