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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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¿Sigue siendo válida la investigación de audiencia que tenemos?

Esta mañana he moderado una mesa redonda sobre Tendencias en medición y audiencias, en la feria BIT, en IFEMA.

No es muy habitual que modere mesas, aunque alguna vez lo había hecho; me veo más dando yo la charla…más aún sobre un tema como el de las audiencias que considero el mío, pero en el BIT del año pasado dí una charla sobre el tema y supongo que la organización ha considerado que era mejor cambiar el formato.

Ha sido una mesa de lujo. Participaban Marta Rojo, Directora de Investigación de Audiencias en Antena 3 Publicidad, Jorge Hayes, Director General de Operaciones en Conento, Pablo Romero, Fundador y CEO de Tarkinia y Manuel Balsera, Vicepresidente de AMC. Cuatro personas de perfiles diferentes y que contemplan el tema de las audiencias desde puntos de vista también diferentes lo que, en mi opinión, ha enriquecido el diálogo.

Componentes de la mesa redonda. Foto: Panorama Audiovisual

Vivimos un momento apasionante, inmersos en un cambio continuo que afecta en gran medida al consumo de contenidos audiovisuales.

La investigación, era mi punto de partida, ha de adaptarse a su tiempo, a los cambios del objeto que tiene que investigar. En un momento de profundos cambios como el que vivimos ¿hasta qué punto siguen siendo válidas las investigaciones con las que hemos llegado hasta aquí?

Manuel Balsera ha respondido con una metáfora: navegamos con brújula, un procedimiento válido pero aproximado, en una época en la que existe el GPS, mucho más preciso.

Marta Rojo apuntaba en la misma línea: las investigaciones que tenemos son válidas (más válidas de lo que reconocemos) pero insuficientes. El mercado se adapta muy lentamente.

Para Pablo Romero las investigaciones nos dan el retrato de la industria en cada momento. Si el retrato está desajustado se resta eficiencia al mercado. Y las mediciones oficiales siempre han menospreciado a la televisión de pago, por lo que el retrato resultante no se ajustaba a la realidad. En este momento gana peso la gestión de los datos de los operadores mientras la audiencia pasa a segundo plano.

Jorge Hayes ha insistido en que las audiencias son necesarias pero en la situación actual se necesitan otras métricas complementarias.

Cada vez es más general la opinión de que los jóvenes (los que se ha dado en llamar millennials) ya no ven la televisión lineal, la que hemos conocido siempre, y sólo ven los contenidos que eligen, cuando quieren y en el dispositivo que quieren (que pocas veces es el televisor tradicional).

Empieza a ser difícil definir qué es televisión, decía Manuel Balsera y la medición de ese consumo (en otros dispositivos, en otros lugares) es muy difícil con las metodologías actuales.

Pablo Romero reconocía que los jóvenes siguen viendo mucha televisión, pero hacen un consumo diferente, que los adultos no entendemos del todo y que, seguro, está medido de forma deficiente.

Marta Rojo puso en dedo en una de las llagas más dolorosas del mercado: existe un problema con los millennials, habría que educarles para que valoren los contenidos y que sepan que para consumirlos la alternativa es: pagar o ver publicidad. Aportó un dato referido al visionado en móvil: añade un buen número de espectadores, pero con tiempos de visionado muy cortos.

Jorge Hayes dio a conocer la existencia en Estados Unidos de un panel experimental, de muy pequeño tamaño, que mide los consumos en cualquier dispositivo presente en el hogar. El estudio está  planteado por el CIMM (Coalición para la medición innovadora de medios),

Entramos después en un tema de gran actualidad: ¿podrán sustituir en un futuro próximo los datos de las operadoras (que conocen el consumo de sus abonados individuo a individuo para cualquier momento) a los datos de audiencia?

Pablo Romero habló de una iniciativa europea para obligar a las operadoras a suministrar ese dato a las cadenas de televisión. Este sería un paso clave para que los datos de personas concretas cobraran mayor importancia. Cuando se midan las cuatro pantallas se producirá un gran vuelco en el mercado, afirmó.

No podemos olvidarnos de cuál es la base de gran parte del negocio de la televisión: la publicidad es quien financia la televisión en abierto, y en el visionado en diferido una gran parte de los espectadores se salta la publicidad, recordó Marta Rojo. Además por el momento los datos que tenemos del consumo en móviles están muy sesgados por deficiencias en el panel.

Manuel Balsera proponía que reflexionemos: si podemos tener datos de millones de personas ¿por qué coformarnos con los de una muestra pequeña?

Yo me salí de mi papel de moderador para recordar que un mayor número de personas (si no son representativas) no nos dan una mejor foto de la realidad…y los abonados a una determinada empresa de pago no son representativos de toda la población.

Jorge recordó que el mercado evoluciona hacia una nueva forma de comprar, dirigida a personas concretas: la compra programática, aunque aún no tiene mucho peso en televisión (y menos en España). Ahí el dato de audiencia será menos relevante.

Profundizando en este aspecto, la importancia de los datos de personas y la compra programática, Jorge destacó que los criterios del mercado para definir visionado son excesivamente laxos. Manuel  introdujo el tema del engagement (que no todo el mundo define igual) lo que aprovechó Pablo  para contraponer el visionado digital activo frente a la televisión ambiente: llegas a casa y enciendes las luces, el aire acondicionado, la televisión,…

A estas alturas del diálogo salió el tema de que hay que superar los datos sociodemográficos (algo que se viene diciendo desde hace al menos cuarenta años); eso en una charla en la que los millennials (al fin y al cabo un sociodemo con nombre en inglés) habían tenido cierto protagonismo. Marta recordó que Antena 3 ya trabaja con datos de consumo de productos gracias a la fusión que hace de los de audimetría con los de Kantar Worldpanel.

Las fusiones entre diferentes estudios son el camino que ha tomado la industria en los últimos años y al que aún parece quedarle bastante recorrido.

Terminamos hablando de las necesidades de la industria y de cómo se cubren en la actualidad. Marta recordó la importancia del consenso (se mide lo que los diversos componentes del mercado acuerdan en los comités de las fuentes de datos) que hace posible que todas las partes implicadas acepten y trabajen con esos datos. Pablo criticó la excesiva rigidez de las normas de esos comités, que introduce en la toma de decisiones una inercia indeseada. Manuel insistió en el valor, al menos como complemento, que tendrán los datos de muchos millones de hogares.

Jorge auguró larga vida al panel de hogares aunque tendrá que actualizarse continuamente y complementarse con otro tipo de datos.

Creo que fue una mesa altamente interesante en la que se destacó la necesidad de introducir cambios en las metodologías de medición que venimos utilizando y complementarlas con el resto de las fuentes de información (cada vez más) de que disponemos.

Un fenómeno cada día más complejo, como es el consumo audiovisual, no puede conformarse con que los métodos de medición se queden estancados en un determinado momento del tiempo.

La realidad no se estanca.

Una nueva moda: atracones de televisión

Creo que fue a Pablo Romero, de Digital + al primero que oí hablar de los binge-viewers, las personas que se encierran con un montón de capítulos de una serie grabados para verlos uno detrás de otro sin parar. Esa, el atracón, es una de las nuevas formas de ver la televisión: esperar a que una serie tenga éxito, se convierta en lo que llaman una serie de culto y entonces verla toda seguida.

Conozco a algunas personas que practican este extraño deporte en España, pero creo que aquí aún no han alcanzado la masa crítica suficiente para ser objeto de estudios sociológicos. Pero parece que en Estados Unidos sí han superado esa barrera. Hace unos días me llegó el resumen de un estudio de la consultora Miner&Co Studies. Un estudio curioso, divertido, presentado, ¡cómo no!, con una infografía y que llega a conclusiones bastante chocantes.

Por ejemplo: los binge-viewers pueden dejar de asearse y llegan a olvidar la ducha o el baño; se convierten en personas más perezosas e irresponsables, descuidando aspectos importantes de sus vidas. Suelen pedir comida para llevar en lugar de cocinar, e incluso pueden olvidarse de comer y pasar por alto alguna de las comidas básicas.

Se convierten en personas poco activas; a cambio desarrollan una adicción a su propia forma compulsiva de ver televisión, algo que practican con una frecuencia creciente.

El estudio identifica tres tipos básicos de binge-viewers: los streamers, que utilizan las diferentes plataformas de Internet (Netflix, Hulu Plus o Amazon Instant Vídeo) para ver en ellas las series que seleccionan; los marathoners, que se dan el atracón pero viendo las emisiones regulares de la televisión lineal y los DVRers, que utilizan grabaciones en DVR.

¿Te has dado alguna vez un atracón como esos? ¿Conoces a alguien que lo haga?¿Crees que esta moda se extenderá en España?

¿Cómo se mide la audiencia de contenidos audiovisuales?

Ayer me dieron el alta después del incidente que conté aquí y hoy ya he vuelto al trabajo.

Y he vuelto como los grandes toreros: nada menos que en la Plaza de Las Ventas. Arturo Guillén, el Vicepresidente de Rentrak España es un crack y un gran aficionado a los toros. Ha organizado en una de las dependencias de la plaza un evento sumamente interesante sobre el estado del VOD (Video on Demand) que incluía una mesa redonda sobre medición en la que he tenido el honor de participar.

Es un gran honor formar parte de un grupo que, aparte de Arturo y de mí mismo, formaban: Pablo Romero, de YOMVI, Ricardo Villa, de RTVE Interactiva, Joaquín Becerra, de Fox, Niko Muñoz, de Havas Multimedia y Fernando Santiago de AIMC.

Estamos en un momento clave: la realidad del consumo de contenidos audiovisuales ha cambiado mucho en los últimos años, mientras el sistema de medición se ha movido muy poco. Así, cada vez más un sistema que mide bien lo que mide (la audimetría de televisión tradicional mide la audiencia de televisión, en directo, en televisores situados en el hogar principal) se va quedando lejos de la realidad.

Hace ya seis años, en el Seminario de AEDEMO de Granada, Pablo Romero ya marcó la dirección que debería tomar la medición. Hace ahora un año, en Zaragoza, yo mismo insistía en que deberíamos medir la audiencia de contenidos audiovisuales ATAWAD (Any Time, AnyWhere, Any Device: en el momento que sea, donde sea y en el dispositivo que sea). Muchos de los huecos que deja la audimetría tradicional ya se pueden rellenar (algunos con la propia audimetría tradicional) y desde el mercado deberíamos ser capaces de presionar para que la medición sea todo lo completa que permita el estado de la tecnología en cada momento.

Las metodologías de tipo RPD (Return Path Data, que usan los datos generados en los propios dispositivos de visionado) como las que propone Rentrak, son un espléndido complemento a los datos actuales, que puede ayudar a rellenar alguno de los huecos existentes y con ello proporcionar una visión mejor, más completa, de la realidad del consumo audiovisual.

Hace 2.500 años Heráclito decía Panta Rhei: todo cambia, nada permanece, nunca te bañas dos veces en el mismo río. El cambio desde entonces se ha acelerado; en los últimos seis años el panorama audiovisual ha experimentado una revolución. Sin embargo su medición casi no se ha movido. Cada vez más peces, y peces más grandes, se escapan por los agujeros de la red constituída por el sistema de medición.

Estamos viviendo un momento complejo; la crisis económica no ayuda a tomar decisiones que pueden tener un coste a corto plazo, ni siquiera si sabemos que a medio o largo nos traerán beneficios.

Por otro lado el mercado publicitario está sufriendo una perversión del uso de los mecanismos de control (Comités de Usuarios, Consejos de Control) que se dio a sí mismo hace más de veinte años: lo que debería servir de estímulo de los medidores se ha acabado convirtiendo en un freno que trata de proteger el statu quo. Todos somos culpables, pero la parte publicitaria del mercado debería ser capaz de ponerse al frente de los cambios que son necesarios en este momento para medir la realidad actual y no la de hace quince años.

Hace falta un líder (persona o asociación) capaz de ponerse al frente y exigir a los medidores, a los presentes o a los que puedan venir, que tomen las decisiones necesarias para salir del estancamiento en el que nos encontramos.

Eso se llamaba JIC (Joint Industrie Comitee o comisión de todo el mercado) pero un JIC en condiciones, que nuestro mercado no ha sido capaz de crear desde los tiempos del inicio de OJD (hace ahora cincuenta años) o el EGM (hace 46). Necesitamos recuperar el espíritu de los sesenta.

Si la llegada de Rentrak sirve como revulsivo, bienvenida (*) sea.

 

(*) La sala donde se ha celebrado el evento de esta mañana estaba presidida por un retrato de Antonio Bienvenida.

¿Cómo se mide la audiencia de televisión?

No voy a descubrir ningún secreto. La audiencia de televisión se mide en la mayor parte de los países desarrollados (y en todos los mercados publicitarios avanzados) utilizando audímetros en una muestra representativa de hogares.

En España tenemos algo más de 4.000 hogares en los que están instalados audímetros. Puede parecer una muestra pequeña si no se sabe de teoría de muestras, pero era una de las muestras más grandes del mundo y para medir una realidad no demasiado fragmentada como la que hemos tenido hasta hace algunos años, era una muestra suficiente.

Por acuerdo de mercado se medía sólo la audiencia en los hogares principales y sólo en los televisores mayores de 14 pulgadas (eso sí, en todos los televisiores del hogar que fueran al menos de ese tamaño).

Como la mayor parte de la audiencia de televisión se producía (se sigue produciendo) en el hogar, la medición ha sido muy válida para casi todo. Sólo en algunas ocasiones, sobre todo en los partidos de fútbol, se producía una audiencia considerable fuera del hogar.

Pero todos lo sabíamos y tratábamos de paliarlo con otras mediciones.

Ahora la cosa está cambiando muy rápidamente.

La audiencia se ha fragmentado mucho y lo va a hacer más con la proliferación de canales cuando se generalice la TDT.

Cada vez se ve más televisión en dispositivos diferentes del televisor.

Y cada vez se ve más televisión fuera del hogar.

El problema no es aún terriblemente grave, pero cada día que pasa el problema es mayor.

Hace ya casi dos años que Pablo Romero ganó el premio a la mejor ponencia en el Seminario de Televisión de AEDEMO en Granada con una ponencia en la que dejaba claro qué es lo que se debería medir.

Creo que los medidores saben cómo.

Seguro que en plena crisis no es el momento de realizar grandes cambios, pero no nos podemos dormir porque el problema puede ser muy grave y no tener fácil solución a poco que sigamos dejando pasar el tiempo sin actuar.

Ahora un magnífico artículo de Fernando Santiago (no de Fernando Samaniego, como ponía en la revista) nos recuerda lo que tenemos que hacer.

Yo creo que el mercado publicitario no puede mirar para otro lado.

Este es un problema nuestro. No depende del Gobierno.

Tenemos que resolverlo nosotros y para eso hay que ponerse manos a la obra.

¡YA!

Necesitamos una nueva medición

Hace algo más de un año, en el Seminario de Televisión de AEDEMO, en Granada, Pablo Romero, de Sogecable, ganó el Premio a la mejor ponencia, con una propuesta que reflejaba muy bien las necesidades de medición de los medios actuales.

Yo, que soy muy ingenuo, pensé que si entre todos habíamos votado como la mejor una ponencia tan técnica, era porque reflejaba un sentimiento general: todos estábamos de acuerdo en la necesidad de esa nueva medición.

Ha pasado más de un año. Y eso es lo único que ha pasado. No se ha producido ningún movimiento en el mercado.

Es más: Pablo Romero ni siquiera ha acudido al siguiente Seminario.

También hace ya unos cuantos meses de que la mesa para las mediciones digitales llegó a un acuerdo sobre su Libro Blanco.

Aquí podría haber alguna esperanza más, pero todo parece indicar que tampoco va a pasar nada.

Y, sin embargo, va pasando el tiempo y lo que antes eran pequeños problemas van adquiriedo cada vez mayor dimensión.

Pronto será más lo que se mide mal en televisión que lo que se mide bien.

En internet seguimos teniendo muchos datos, pero muy poca información. Mucho ruido, al fin y al cabo.

El mercado necesita más sentido común.

Este puede ser un buen año para tomar decisiones y empezar a caminar en la buena dirección.