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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Internet, derechos de autor y derechos sin más

He dejado pasar unos días desde que el Congreso tumbó la llamada Ley Sinde; mientras tanto he tratado de leer algo más para ver si entendía las diversas posturas. Y he encontrado algunos artículos que voy a enlazar desde aquí. Hay muchos más; es un tema muy polémico, pero confieso que no entiendo muy bien las posturas más extremas.

Tengo más amigos entre los defensores a ultranza de internet sin limitaciones, que han llevado contra las cuerdas a la Ley Sinde que entre los autores y los defensores del copyright. Creo que internet no tiene sentido sin los enlaces; internet es lo que es gracias a que podemos enlazar con otros contenidos. Pero creo también que los autores, los creadores, tienen derecho a cobrar por su trabajo, a vivir de él. Así que cuando veo a los líderes interneteros  salir en defensa de los ladrones de derechos, de los portales de descargas gratuitas que se lucran con contenidos de otros (y esa es la sensación que dan cuando despotrican en los medios contra los cierres administrativos de ese tipo de sitios) no consigo entenderlo bien.

Yo estoy a favor de la libertad en internet; pero esa libertad no puede ser la libertad para robar. Y defender al ladrón (o al perista, que vende lo que han robado otros) frente al detentador de los derechos no me parece lo mejor para el futuro de internet.

Está claro que el canon fue un error (no tiene sentido que yo tenga que pagar a otros autores por un soporte en el que voy a grabar algo que yo mismo he creado; o algo por lo que ya he pagado antes).

Está claro que el modelo de negocio que se basaba en cobrar por cada copia (un dinero que en su mayor parte iba a un intermediario) no se puede mantener con el estado actual de la tecnología.

¿Entonces?

Entonces hay que buscar otras soluciones. Y esas soluciones no se encuentran desde posturas encastilladas como las que han venido manteniendo hasta ahora los dos bandos en disputa.

Por eso creo que la reunión que Alex de la Iglesia (aquí la versión de Alex de la Iglesia) y miembros de la Academia de Cine mantuvieros con algunos de los líderes de internet (Víctor Domingo, Julio Alonso– que lo cuenta aquí– y otros) puede ser un paso en una dirección interesante. No entiendo por qué no se había intentado antes.

De los artículos que he leído, el que me parece más completo y más ponderado es éste de Javier San Román, el Director de la revista Interactiva. Recomiendo su lectura, aunque resumo sus ideas principales por si el tiempo escasea: 1. El defensor de la libertad de expresión pierde argumentos cuando para defenderla quiere acallar al que opina de otro modo. 2. Los creadores tienen que saber defenderse de quienes les roban, pero la mejor manera no es dejar esa defensa en manos de pretendidos creadores que en realidad no lo son, o lo son de una obra escasa y de escasa calidad. 3. Las operadoras deberían dejar claro cual es su papel en todo esto y si se están lucrando con el tráfico generado por la piratería y 4. Los políticos deberían dejar claro cual es su postura sobre este tema y defenderla independientemente de otro tipo de intereses (aquí al autor le sale una vena ingenua). La conclusión: hay que definir el nuevo modelo de mercado para la creación.

También me pareció interesante el artículo de Nacho Escolar en el que trataba de calcular el dinero que se puede estar moviendo en las páginas de descargas gratuitas y analiza el caso de seriesyonkies.

El artículo de Enrique Dans, uno de los gurús de internet, se centra más en la crítica del modelo vigente de derechos de autor y a la llamada industria cultural, que en su posible evolución de cara al futuro, pero aporta un punto de vista interesante.

Por último una información: la Ley Sinde no ha muerto a su paso por el Congreso; podría revitalizarse y acabar saliendo adelante si en el Senado se adapta de manera que partidos ajenos al PSOE la puedan apoyar (y casi todos están de acuerdo en defender los derechos de los creadores). Esperemos que sea un paso adelante en el que ganemos todos. Ni el todo gratis ni la piratería son las mejores soluciones para que internet crezca como a todos nos gustaría; claro que los cierres arbitrarios de sitios tampoco lo serían.

Al bajar de la patera

Mis primeros contactos con internet se remontan al año 1994. Tener a Jaime Agulló en mi equipo ayudó mucho: él parecía saberlo todo acerca del nuevo ¿medio?

En Zenith (todavía Central Media) apostamos muy pronto por esa novedad. Ya en el verano de 1996 organizamos un curso en la UIMP en Santander, que se llamó Nuevos medios, nueva publicidad. Uno de los momentos cumbre del curso iba a ser la confección en directo de la portada de El Periódico, uno de los patrocinadores. Como no podía ser menos, con aquellas conexiones y aquel ancho de banda, la cosa falló. Pero el curso fue un gran éxito, por los ponentes y por el número de asistentes, que además preguntaron un montón y fueron siempre muy activos. Además lo pasamos muy bien. Jesús Aranda, que fue el Secretario, tuvo mucho que ver.

El curso se repitió, con un título parecido (añadimos la financiación) y con Jaime Agulló como Secretario, al año siguiente. Volvió a ser un éxito, aunque ya no era tan novedoso.

También de un curso es mi primer recuerdo, o el más intenso, de la revista Interactiva. Corría el verano de 2000 y Zenith Media organizó otro curso; esta vez con la Complutense y en El Escorial. Yo era el Secretario del curso y Enrique Bustamante el Director. La proximidad a Madrid hizo que casi nadie se quedara por allí, así que la parte lúdica que habían tenido los de Santander, que todos recordábamos con cariño, desapareció. Pero Javier San Román, de Interactiva, no faltó a ninguna de las sesiones, hizo muchas preguntas y entrevistó a varios de los ponentes. El nivel de los ponentes había sido muy alto, pero el grado de colaboración de mis compañeros (Zenith atravesaba entonces una de sus primeras transiciones) fue muy bajo. Me quedó la sensación de que sólo Interactiva nos había salvado del naufragio. Luego he colaborado con la revista varias veces con artículos.

A todo esto ya se había fundado ZIS (Zenith Interactive Solutions) la actual ZED Digital, como una empresa diferente y en un edificio diferente. Hacía falta gente nueva. Los de siempre teníamos que mantenernos lejos. Jaime Agulló se fue a Terra; yo dí unos de mis primeros pasos atrás.

Pero Internet ya había entrado en nuestras vidas; el e.mail ocupaba una parte creciente del tiempo de trabajo y nos facilitaba mucho las cosas. Tanto que a comienzos de 2001 se me ocurrió utilizarlo para poner en marcha una investigación muy sencilla, entre amigos, para prever la evolución de la inversión publicitaria. Eso acabó siendo Zenith Vigía, que está a punto de cumplir su ola número 50 y es ya una referencia del mercado. El año pasado le dimos un hermanito: Zenthinela, que ya lleva siete olas. No sé si hay muchas investigaciones anteriores que utilicen el e.mail; yo me siento orgulloso de la idea.

También me siento orgulloso de que mi equipo, sin ser interactivo, haya llevado a cabo ya tres estudios sobre la publicidad en el móvil (más de 12.000 entrevistas en total), un estudio sobre el mundo de los blogs, tan pronto como en 2007; un estudio sobre redes sociales en 2008 y el gran estudio Net Radar, sobre eficacia publicitaria basada en el recuerdo y utilizando la técnica del eye tracking.

Personalmente mantengo un blog (Casi Enteros) desde hace dos años y medio y cuento con varios cientos de amigos digitales tanto en Facebook como en LinkedIn.

No está mal para ser un inmigrante llegado, eso sí, en una de las primeras pateras.

Este artículo se publicó en el número conmemorativo de los diez años de la revista Interactiva