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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Rosa no dice adiós

Recuerdo perfectamente cuándo conocí a Rosa Margarit. Eran buenos tiempos para la publicidad y había muchas fiestas en el sector. Como yo aún no me había pasado a este lado, era muy raro que me invitaran (después, como trabajaba en investigación, tampoco me han invitado a muchas).

Corrían los últimos años ochenta, la década prodigiosa de la publicidad española. La SER organizó una fiesta multitudinaria en el Museo del Ferrocarril en la que actuaban todos los grandes grupos españoles del momento: recuerdo a Mecano, Duncan Dhu, Los Secretos, La Frontera, Los Ronaldos,…pero estaban muchos más.

Curiosamente el evento incluía cena formal, con los invitados sentados en mesas.

Cuando Claudio Martínez, el Director de Marketing de la SER, nos sentó en la misma mesa y nos presentó, me dijo: os vais a caer bien. Claudio era un tipo fantástico, ya por entonces buen amigo y ¡claro! acertó.

Tiempo después volamos uno al lado del otro en el avión que nos llevaba a San Sebastián para el Seminario de AEDEMO de Televisión en la que fue mi primera ponencia en ese marco. Volar a San Sebastián en febrero en aquellos miniaviones de hélice podía ser toda una aventura, seguro que yo iba nervioso ante lo que me esperaba al día siguiente, pero lo recuerdo como un viaje agradable. Seguro que la Margarit tuvo mucho que ver.

Luego, cuando yo ya era publicitario, coincidimos durante muchos años en la Comisión Técnica del EGM. Rosa representaba a los anunciantes. Siempre interesada, siempre exigente, aportando siempre una visión interesante.

Empezamos a colaborar en investigaciones propias antes de que Procter&Gamble, la empresa en la que ha trabajado siempre, fuera cliente de Zenith, Rosa confiaba ya en nosotros, algo que siempre le agradeceré.

Luego, en estos doce o trece últimos años en los que ha sido cliente, la relación ha sido más intensa. Una de sus exigencias fue establecer reuniones periódicas de Investigación, en las que mi equipo le contaba al suyo todas las novedades que fueran surgiendo tanto en nuestras investigaciones como en las del mercado. Eso nos ha obligado a estar siempre al día. No conozco otro anunciante más interesado que Rosa. Gracias a ella creo que somos los que más sabemos sobre cómo se construye cobertura en Internet.

Cuando puse en marcha el panel Zenthinela conté con ella desde el primer momento:

– Eduardo: sabes que en nuestra empresa no podemos dar datos; es información confidencial.

-Pero Rosa: Sólo hay una pregunta de datos de la empresa, no la contestes y ya está, lo demás son opiniones. Y la tuya, en este mercado, importa. Y mucho.

Pese a las reticencias iniciales, nunca ha fallado. Siempre contestaba antes de la fecha que yo había puesto como tope. Tanto que, la única vez que le envié el recordatorio que suelo enviar (hasta cuatro o cinco veces) a los panelistas que se retrasan, se enfadó porque pensó que yo no estaba entendiendo su escasez de tiempo. El enfado le duró dos minutos y enseguida contestó.

Ha sido siempre una negociadora implacable. Los medios la temían, pero también la adoraban.

En el mundo del marketing y de la publicidad haber trabajado para P&G es un mérito que se valora mucho en la trayectoria profesional. Haberlo hecho teniendo como interlocutor a Rosa Margarit no sólo es un mérito, también una gran satisfacción personal.

Ayer fue el último día de trabajo de Rosa en la Procter. Se prejubila. Mandó un mail diciendo que no se despide. Yo espero que sea verdad y que nos sigamos viendo. No creo que le resulte fácil separarse siendo tan joven de lo que ha sido su vida profesional durante todos estos años.

Muchas gracias, Rosa. Somos muchos los que te queremos. Y lo sabes.

¡Vaya semanita!

Llevo muchos días sin escribir en el blog. Ha sido una semana muy intensa.

La semana próxima hacemos la primera presentación final de The Pool, la superinvestigación sobre vídeo en internet en la que llevamos inmersos más de un año. Es verdad que el mayor peso del trabajo lo está llevando Mapi, pero a mí también me toca algo. Además, al final del trayecto habrá un libro cuyo contenido me toca revisar.

He lanzado la ola de septiembre de Vigía; hubo una buena respuesta al principio, pero ya se estaba ralentizando y hoy he hecho una primera reclamación.

Esta semana ha habido que hacer los presupuestos del año que viene. ¡Mal momento, con la que está cayendo, para hacer presupuestos! Pero no vamos a cortar ninguna investigación; todo lo contrario, abriremos nuevos caminos.

Está apunto de salir un nuevo número de Zenith Informa. Ya es tradición (y aunque las tradiciones están para romperlas, nadie lo hace por el momento) que yo escriba el artículo de entrada. Ayer por la tarde lo hice.

Zenith va a tener una presencia importante en la red; eso ha llevado muchas reuniones, que hoy ya han culminado con éxito. Creo que va a ser una aventura sumamente interesante.

Se ha publicado el programa del Encuentro Internacional de AIMC y tenemos ponencia. Vamos a contar allí el estudio Net Radar sobre eficacia de la publicidad en internet. La próxima semana tendremos los resultados de la segunda ola, la que hemos realizado este año. Estamos expectantes.

El lunes comí con Yolanda Marugán, actual Directora del Instituto Oficial de RTVE. Debería decir que es una vieja amiga, porque lo es desde hace mucho tiempo. Pero la expresión sería engañosa, porque ella es muy joven. En la conversación me sugería que escribiera un libro. ¡Ay! si yo fuera capaz de sacar tiempo…

El martes por la tarde estuvimos en la SER (Juan Luis, Jesús y yo) cerrando ya la organización del homenaje a Claudio Martínez que haremos a primeros de octubre.

El miércoles comí con Miguel del Fresno (yo_Antitwitter) otro viejo amigo con el que espero, esta vez sí, escribir un artículo sobre viejos y nuevos medios. Por la noche, a la vez que se manifestaban los profesores, se celebró en el Instituto Cervantes la reunión del Club de Jurados de los Premios EFI, del que formo parte por haber sido jurado el año pasado. Es una buena manera de ver juntos a un montón de buenos amigos.

Ayer estuve viendo las nuevas instalaciones de la estación de Atocha, donde Comfersa va a hacer un despliegue de pantallas inteligentes. La idea es presentarlas el próximo día 4 en un acto en el que me pidieron que dé una charla de diez minutos.

Hoy reunión con Julio Alonso, Olga Palombi de Weblogs; sumamente interesante.

Ahora tengo capítulos del libro de The Pool para corregir; le he prometido a Raúl un artículo para el número conmemorativo de los 50 años de la revista Control; la semana que viene tengo una charla con inversores para hablar sobre el maravilloso mundo de los medios…

…¡Uff! Visto así, todo seguido, me estoy empezando a agobiar.

Murió Claudio

El sábado murió Claudio Martínez, un grande de la investigación de audiencia y, sobre todo, para mí, un amigo.

Ayer yo estaba en Antequera, donde había acudido para la boda de mi sobrino José Antonio, y al despertar ví que tenía un gran número de llamadas perdidas. Hasta cuatro personas habían intentado ponerse en contacto conmigo para darme la mala nueva. No he podido acudir a ninguno de los actos de despedida. Este artículo sólo puede ser una mala sustitución.

Conocí a Claudio hace ya muchos años. Yo trabajaba en RTVE cuando a mediados de los ochenta, por diversas circunstancias, hubo que hacer un estudio de audiencia de radio en la Comunidad de Madrid, que tuve que dirigir. Cladio acababa de llegar a la Cadena SER, creo que procedente del Grupo Zeta. Fue un estudio en el que participaron todos, desde las grandes cadenas a las emisoras más pequeñas, algunas de ellas con pocos años de vida. Nos reunimos muchísimas veces a lo largo de los dos años que duró.

Claudio represento en el estudio a la Cadena SER, que entonces no era tan grande como ahora, aunque sí tenía una importantísima historia detrás. Ahí surgió una excelente relación profesional, que se reforzó cuando compartimos mesa en la Comisión Técnica de AIMC y acabó convirtiéndose en una gran amistad.

Miro hacia atrás y veo que salvo un breve paréntesis, a comienzos de los años noventa, en que Claudio trabajó en Saatchi & Saatchi y yo ya estaba en Central Media (dos empresas del mismo grupo) siempre hemos defendido intereses diferentes; casi siempre opuestos; pero incluso cuando teníamos que pelearnos, nos llevábamos bien. Y pienso que justo cuando estábamos en el mismo grupo puede que tuviéramos menos relación.

Comíamos juntos de vez en cuando, una o dos veces al año, pero hablábamos mucho más. La última vez que nos vimos, hace poco más de dos semanas, en la asamblea de AIMC, hablamos de quedar para charlar largo y tendido. Ya no podrá ser.

Claudio fue un grande de la aplicación de los datos de audiencia. Gracias a él los datos de audiencia ayudaron a hacer una mejor radio y seguramente la radio ayudó a hacer mejores datos de audiencia. Creo que muchas de las características de la radio española actual (y no sólo de la SER) tienen mucho que ver con la interpretación que Claudio hacía de los datos. Por supuesto que la SER le debe mucho a Claudio, algo que, en mi opinión, no le reconoció del todo. Fue Director Comercial y de Marketing, pero estoy seguro de que en algún momento esperó llegar más alto. Desde luego, se lo merecía. Seguro que una visión más técnica como la suya y no tan política como ha tenido siempre, no le habría venido mal a la cadena.

Con 72 años y su mala salud de hierro, Claudio no se había jubilado del todo; creo que nunca lo habría hecho. Él tenía que estar siempre al tanto de los datos de audiencia, de los estudios que se hacían y los que se debían hacer; no podía pasar sin dar su opinión, siempre acertada.

Claudio era argentino, creo que descendiente de asturianos (en un comentario su hermano Jorge me rectifica: eran gallegos). Aunque llevaba aquí muchísimos años, más de la mitad de su vida, nunca perdió (supongo que no quiso perderlo) el suave acento de allí. Tenía un gran sentido del humor; ácido en ocasiones, pero siempre afilado y certero. Era un gran ponente, al que gustaba escuchar  y un gran polemista, con el que daba gusto charlar y discutir.

Además del cariño, nos teníamos un gran respeto profesional.

Claudio, te voy a echar de menos.

La audiencia de Jiménez Losantos

Sólo hace un par de semanas se puso en marcha esRadio, la nueva aventura empresarial de Jiménez Losantos.

Es muy pronto para saber cómo le van las cosas.

Y conociendo su extraordinaria fe en los estudios de audiencia, supongo que nunca llegaremos a saberlo del todo.

Pero según leo en PRNoticias ya hay gente que empieza a estar preocupada.

Se dice que están funcionando las descargas y la TDT. Bueno, de TDT sí hay datos y no son como para tirar cohetes. Y el público de Jiménez Losantos no creo que sea el que más descargas hace.

O sea que probablemente las cosas no van muy bien. Aunque superen las expectativas (el truco para esto, ya se sabe, es no plantearse unas expectativas muy altas).

Y es que los cambios de las grandes estrellas siempre son duros al principio. A veces no sólo al principio.

Hace ya muchos años, cuando yo todavía trabajaba en RTVE y se hacían las presentaciones con transparencias y retroproyector, me invitaron a una mesa redonda sobre radio en los Cursos de Verano de El Escorial.

Entre otras cosas hice en mi charla una broma (con datos reales) sobre los cambios de cadena de las estrellas de la radio.

La llamé el coeficiente 2,38.

Los datos eran estos: cuando Luís del Olmo, el patriarca de todas las estrellas de la radio, abandonó RNE para irse a la COPE su audiencia se dividió por 2,38. Cuando, poco tiempo después, José María García se trasladó de la SER (la ser antigua de los Garrigues y los Fontán) a una incipiente Antena 3 Radio su audiencia se dividió por 2,38.

O sea que en los dos casos su audiencia, con datos EGM, se quedó en un 42%, o, dicho de otra manera, en los primeros avatares del cambio se dejó un 58% de su audiencia anterior.

Lo que ocurre después, depende de cada caso, de la evolución de la cadena y de la del propio comunicador.

Evidentemente, que en los dos casos la audiencia se dividiera por 2,38 es una casualidad; que en los cambios pierde audiencia el comunicador (y casi siempre la cadena abandonada) es una regla que se ha ido refrendando con los sucesivos cambios.

Ocurrió cuando Luís del Olmo dejó la COPE por Onda Cero y cuando dejó Onda Cero por Punto Radio. Volvió a ocrrirle a José María García cuando se fue de Antena 3 Radio a la COPE o al fallecido Antonio Herrero cuando hizo ese mismo cambio.

Y seguirá ocurriendo, aquí es muy fácil hacer profecías y acertar, siempre que un comunicador estrella cambie una cadena grande por otra menor. Casi siempre suele ser por razones económicas, cuando se renegocia un contrato y la estrella se considera imprescindible para su cadena.

La charla de El Escorial, aparte de las bromas, no debía de ser mala. Claudio Martínez, entonces Director de Marketing de la SER y, sin duda, la persona que más ha sabido (y sabe, pero ya está fuera de esto) de marketing de radio, me la pidió varias veces.

Siento no encontrarla ahora (se perdería en algun traslado o en algún cambio de ordenador) porque me gustaría ver si sigue vigente alguna de las otras cosas que dije entonces.

Volviendo al tema inicial, supongo que tanto Jiménez Losantos como la COPE van a tener en los próximos meses menos audiencia de la que tenían antes de su ruptura de relaciones.

Veo que la otra aventura radiofónica de la Iglesia Católica, Radio María, que pretendía mantenerse sólo con los donativos de sus oyentes, también tiene serias dificultades.

Sin duda no están los tiempos para este tipo de aventuras.

La Torre Espacio era una fiesta

Ayer jueves se celebró en la planta 18ª de la Torre Espacio la fiesta de cumpleaños del EGM y de la AIMC. 40 y 20 años respectivamente.

Todo un acontecimiento para los que nos hemos dedicado a la investigación de medios.

Ayer ví a casi todos los amigos que he hecho a lo largo de los años en esta profesión.

Creo que, siguiendo la broma de los EFI, estreché más manos y dí más besos que hace una semana.

Fue un acto sencillo. Tras una introducción de Carlos Lozano, el actual Presidente Ejecutivo de AIMC, nos dirigió la palabra Agustín Casado, Presidente de la Asociación (y mi jefe, o el jefe de mi jefa, en estos momentos). En un breve discurso resaltó la importancia del EGM y los principales hitos que han ido jalonando su recorrido.

Luego llegó el momento de los saludos, las charlas y los reencuentros.

Allí estaba Merche García, la más veterana de la Asociación (no la mayor, por supuesto). Me hizo mucha ilusión encontrarme, después de muchos años, con Lourdes Zambrano, compañera de clase y antigua Directora Técnica, puesto en el que le sucedieron Begoña Cerezo y Carlos Lamas, a quién veo más.

O con Julián Bravo, el primer Presidente Ejecutivo, al que sigo teniendo mucho cariño y he seguido viendo de vez en cuando.

De la gente de AIMC también estuve con Juan Luís Méndez, que fue mi jefe hace muchos años en RTVE y que sigue siendo un buen amigo; con Fernando Santiago, también viejo compañero de mis tiempos de RTVE, José Andrés Gabardo, Nacho, Víctor o Julio, con los que he compartido muchas horas en los tiempos de Comisión Técnica.

También charlé con muchos antiguos compañeros. De los tiempos de RTVE, José Ramón Rubio, María Jesús Solaún, Matilde Barrio, José María Moix o Pablo Alonso.

De los tiempos de Central Media o Zenith Media, José María Casero (que fue durante ocho años Presidente de la Asociación), José Carlos Gutiérrez, Fernando Rodríguez.

Actuales compañeros de Zenith o de Optimedia estaban Maite Palacio, Jaime Agulló, Silvia Malumbres, Mapi Merchante o David Esquinas.

Antiguos compañeros de Comisión Técnica, aparte de algunos de los que ya he citado, estaban María Lizarraga, Pedro Molina, Ana Orsikowski, Juan Luís Gil, Paz Álvarez, Ana Hernández, Carlos Pelayo, Claudio Martínez, Miguel Ángel Durá, Raul Domingo, Fernando Palacios, José Manuel Sierra o Teresa Osma.

Compañeros de otras agencias de medios, además de algunos de los que ya he citado, saludé a Jesús Muñoz, Rafa Urbano, Raquel Ortega, Carmen Montero, Lorenzo Ruiz, Carmen Novo, Anna Eisselberg, Marta San Pedro, César Galiana, Marta Sáez o Javier Herreros.

También ví a algunos profesionales que están o han pasado por TVE, pero con los que yo he coincidido en otros ámbitos: Yolanda Marugán, Mario López, José Manuel Eleta o Juan Menor.

Profesionales de los medios especializados en publicidad saludé a David Torrejón, Manolo Luque, Esther Valdivia, Daniel Campo, Nacho González, Juanjo Moreno, Luís Palacio, Miguel de Haro, Manolo Carbajo, Pepo, Cristina o Antonio Cano.

De otros medios estuve con José Antonio Martínez Soler y Arsenio Escolar, de 20 Minutos, Pedro Mayenco, Luis Fernando Ruiz, Laura LLamas, Carlos Bravo, Carlos Ramos, Ágata Romo, Fernando Carrión, Raquel Pérez, Raquel Beato, Marta Castán, Maite Rodríguez, Mar Camps, Mar González, Marc Basté, Silke Vollmann, Cristina Gonzalo, Joaquín Frías, Jordi Catalá, Eduardo Medrano y la gente de Local Media.

De institutos de Investigación saludé a LLuis Fatjó, Maite Rodríguez, Patricia Sánchez, Julio Vidosa, Ricardo Cuéllar, Camilo Arias, Jorge Clemente y Miguel Ángel Navas, además del Director de Ipsos, que me presentó Pedro Molina pero cuyo nombre no recuerdo ahora.

De ODEC, el centro de cálculo que ha tabulado siempre el EGM y tantas y tantas encuestas que hemos hecho, echamos de menos a Pepe Pellicer (se los hace coincidir) el alma de todo este tinglado. Pero no faltaron Luís Pistoni, Julián Sánchez, Sergio Guerrero, Ana Gallardo, Mariano Martín, Alfonso González.

Estuve también con Alicia González, una gran amiga, ahora consultora, con Lidia, de la AEA , con Rafa Peña, con Benito Rodríguez y seguramente con alguno más.

A pesar de todo estoy seguro de haberme olvidado de algún nombre de las personas con las que sí estuve… y de haberme quedado sin saludar a otras personas a las que ví de lejos en algún momento y luego se me despistaron.

Al final nos entregaron una bolsa con el libro resumen de estos cuarenta años y dos revistas, Brandlife y El Periódico de la Publicidad, con páginas conmemorativas del evento.

Al final también, un ligero regustillo amargo, entre tantos ratos buenos: ni en el libro, ni en las revistas hay un mínimo recuerdo personal. Mis casi 25 años en Comisión Técnica; mis dos en Junta Directiva; mis dos conferencias en Encuentros de Investigación; mi año 2005 de esfuerzos ímprobos para hacer una propuesta de reforma que no interesó a nadie…no han dejado ninguna huella. Al menos ninguna huella en las publicaciones conmemorativas.

¡Qué poco duran los recuerdos en esta profesión!

Me prometiron fotos del acto para este blog. En cuanto las tenga, las colgaré.