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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

Entradas etiquetadas como ‘canon’

Goliat

Goliat era un personaje bíblico. Fue derrotado por David, un pastor que le alcanzó con una onda y acabó siendo rey de Israel.

Goliat era también el gigante que acompañaba al Capitán Trueno en los comics que no leí demasiado en mi juventud.

Pero para este blog Goliat es, sobre todo, el comentarista más asiduo y también uno de los más interesantes.

No le conozco personalmente, aunque hubo un momento, cuando anticipé mis vacaciones, allá por el mes de mayo, en que pensé que le llegaría a conocer. Todo se andará.

Sus temas favoritos, el cine español, el canon y las subvenciones, las cacicadas del gobierno en el sector audiovisual.

Sé que si alguna vez llegamos a hablar personalmente tendremos muchos temas sobre los que discutir. En muchos de los temas que le interesan no estoy de acuerdo con sus puntos de vista, o lo estoy sólo en parte. En otros sí.

Pero me encanta su tono, me encanta cómo argumenta y estoy seguro de que tendríamos discusiones interesantes.

En realidad, sus comentarios constituyen casi otro blog sobre mis temas favoritos. Me gusta que sea así.

Espero la ocasión de contrastar opiniones.

Ahora estamos de vacaciones, pero todo se acaba.

Veremos.

La crisis del cine

Este mediodía Goliat, uno de mis comentaristas favoritos, me reñía:

Del cine de pago no te digo nada porque con el tiempo ya he entendido que es un debate que no te interesa demasiado.

Precisamente en un comentario a mi post de ayer en el que contaba mis experiencias en unas clases, en las que, entre otras cosas, me preocupaba por el futuro del cine.

Goliat siempre lleva el discurso a las sinecuras de los artistas españoles, al canon por posesión de aparatos y a las subvenciones al cine español.

Pero yo no distingo sobre nacionalidades. Viendo los datos la crisis es del cine en general, aunque se agrave en el caso del cine español.

Según los últimos datos del EGM ya no llegan al 5% los españoles que acuden al cine una semana cualquiera, cuando hace pocos años superaban el 12%.

Bastante más de la mitad de los españoles (un 56%) no van nunca al cine: no ven películas españolas, pero tampoco americanas o de cualquier otra nacionalidad. Durante muchos años los asistentes al cine alguna vez superaban el 50%.

¿El cine es caro? No parece que esa sea la razón. La asistencia al cine ha caído sobre todo en los años de bonanza económica y ha experimentado un repunte en el último septiembre, justo cuando la crisis económica se volvía rampante.

¿El cine no interesa? Si fuera así no se descargarían tantas películas. No hay estadísticas oficiales, pero se dice que ahora se ve más cine que nunca.

Yo creo que las descargas tienen algo que ver en la crisis del cine (del cine en general; no creo que las descargas afecten más al cine español: todo lo contrario).

La respuesta de Goliat es:

Sin tener en cuenta muchas otras fuentes de ingresos, solamente por el canon, en este 2008 nuestros queridos «artistas» recibirán por cada «pirata internauta» 40 euros limpios, asumiendo una banda de 10 millones de usuarios del P2P.

Yo no estoy en contra del canon por principio. El canon sobre televisión fue un clásico en casi toda Europa (nosotros éramos la excepción) y dio como fruto una magnifica BBC entre otras cosas.

Sí creo que este canon es injusto, o exigiría un sistema de control exhaustivo que no creo que exista (y que, personalmente, tampoco apoyaría). ¿Cómo se hace el reparto?

En todo caso creo que los sistemas de gestión de derechos tienen su razón de ser. Y no defienden sólo los derechos de los artistas españoles.

Lo que está claro es que si no se encuentran vías de retorno para pagar a quienes invierten en cine, el cine dejará de existir.

Seguramente el canon no es la solución; a mí no me gustaría que la solución fueran las subvenciones

…pero aún me gustaría menos que desapareciera el cine.

Por alusiones

Llevo poco más de dos semanas en la blogosfera y ya empiezo a darme cuenta de lo que puede llegar a ser esto.

Mientras sea abarcable, al menos una vez a la semana voy a tratar de referirme a las opiniones de mis comentaristas.

El viernes pasado recibí varias críticas. Con algunas estoy básicamente de acuerdo, aunque pueda discrepar en los detalles. Pero la verdad es que impresiona un poco cuando a uno le ponen algo tan razonado como el que hace Pamplinero: “eres un soplagaitas”, así, sin más.

He encontrado algunos amigos (Carlos, Víctor, Jose) que desde el primer día se alegran de verme por este nuevo mundo virtual; hasta alguna admiradora como María, que se dedica a lo mismo que yo. También encuentro a Iván Puigmartí, a quien conozco de otro blog, el que mantiene Jaime Agulló en la revista Anuncios.

Como se irá viendo en este blog yo soy un defensor a ultranza de la publicidad como sistema de financiación de los medios (casi todo son ventajas) y un duro enemigo de su abuso. El mal uso de la publicidad, las cantidades excesivas a las que parece que no nos queda más remedio que acostumbrarnos, es malo para todos: para el consumidor, para el público en general y, desde luego, para los propios anunciantes.

Creo que la tecnología puede acabar tendiendo una trampa a todo el sistema en el que se basa esta sociedad de consumo: queremos tener las cosas gratis y a la vez no tener que ver la publicidad que nos las paga.

La disculpa viene en bandeja: hay demasiada publicidad. Y es cierto

Pero los anunciantes dejarán de pagar, de pagarnos los medios, si no vemos su publicidad.

Se trata de encontrar ese equilibrio.

Publicidad masiva no, propone segmentar. En eso es en lo que estamos desde hace tiempo los que nos dedicamos a esto, pero está claro que no basta (además de que no se está haciendo bien).

I’m cool boy y Antonio Larrosa, desde posiciones diferentes aportan el otro punto de vista: la publicidad da trabajo a mucha gente y por otra parte no sabemos vivir sin logotipos, sin marcas.

Cuando me metí en el charco del canon, que provocó la reacción airada de Goliat e Histeria (reconoced, de todos modos, que estaba un poco traído por los pelos) no esperaba ni esa reacción ni que alguien les tirara a ellos de los pelos como la patrulla del canon.

Me hace gracia la comparación que hace Goliat entre los manifestantes contra la guerra de Irak del PP y las firmas contra el canon que pueden acabar con el Gobierno del PSOE. Me parece un poco exagerado, pero es un asunto que ha provocado reacciones masivas.

Imagame, uno de los primeros días me llamó la atención sobre las posibilidades publicitarias de los videojuegos, un campo que desde luego no olvido y en el que ya es muy activa ZED Digital, una compañía del grupo ZenithOptimedia.

No admitimos publicidad

En un paseo por Madrid veo en un portal esa advertencia: No admitimos publicidad. Los portales de alrededor están dotados de un depósito Publicesta que tiene todo el aspecto de que será vaciado directamente en el cubo de la basura.

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Son mecanismos cómodos, que impiden que algún vecino deba abrir la puerta constantemente para atender las llamadas de una serie interminable de autodenominados carteros comerciales.

Pero también son, y para mí lo son más que ninguna otra cosa, una metáfora de nuestra sociedad actual: no admitimos publicidad, pero tampoco queremos pagar por los contenidos y además somos capaces de montar en cólera si pretenden cobrarnos un canon por alguno de los aparatos con los que reproduciremos textos, imágenes o sonidos. Y queremos una internet gratuita o con una tarifa mínima, la justa para pagar al operador de telecomunicaciones.

¿Quién paga todo esto?¿Cuales son los mecanismos de financiación de esta nueva Sociedad de la Información y el Conocimiento, en la que reproducir contenidos con una calidad igual al original tiene un coste prácticamente nulo?

En el viejo modelo una parte la pagaba directamente el consumidor (al comprar el diario, al abonarse a una televisión de pago, al adquirir un CD o un DVD) y otra parte la pagaba la publicidad (con los anuncios en televisión, en radio o en prensa o colocando productos en las películas y las series).

publipapeleras

Pero si cada vez estamos menos dispuestos a pagar directamente y además no queremos ver la publicidad (y la tecnología nos ayuda en nuestro intento) está claro que habrá que inventarse otros sistemas de financiación y que el modelo que ha funcionado hasta ahora está a punto de morir.

No lo matemos antes de haber encontrado su sustituto o todo el mundo de la creación (y el propio entorno de internet) puede tener los días contados.