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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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Hace falta una nueva manera de medir la audiencia de Televisión

Soy lector habitual de BezDiario. Creo que hacen una excelente selección de temas de interés y los tratan con la profundidad adecuada.

Pero el día de Reyes fue mi amigo Eladio Gutiérrez quien me puso al tanto mediante un mensaje de correo electrónico: había un artículo La muerte del audímetro tradicional firmado por Miriam Puelles que, indudablemente, me interesaba.

El día de Reyes en mi casa ha sido siempre una revolución; ahora, con un nieto de tres años, mucho más. No pude hacer mucho más que leer el artículo y tuitearlo:

Ahora y aquí voy a explicar el porqué de mi frase en el tuit.

Es indudable que debemos ir hacia un sistema de medición capaz de medir el consumo audiovisual sea cual sea el momento, el lugar o el dispositivo en el que se vea. El concepto ATAWAD (any time, anywhere, any device) del que ya hablé aquí, pronto hará cuatro años.

Es cierto también que desde entonces se ha agudizado el problema, que cada vez se producen más visionados en momentos diferentes del de emisión y en dispositivos diferentes de los televisores del hogar principal. El visionado en grupo en el hogar está pasando a la categoría de excepcional.

Vel la televisión como lo hacían en los 80 los personajes de Cuéntame es ya excepcional. (Foto: TVE)

Pero del informe de Barlovento que ya comenté aquí no se desprende una tragedia para la audiencia que mide Kantar. Es verdad que el consumo cae por cuarto año consecutivo pero se mantiene aún en 233 minutos por persona y día, una cifra que supera a la de cualquier año anterior a 2010 y en aquellos momentos nadie habría dicho que la Televisión estaba en crisis, o al menos en una crisis mayor que la que empezaba a vivir el país y las economías occidentales. (Es verdad que está hecho a partir de datos de Kantar, con todo lo que eso pueda signifiar).

Siguiendo con el excelente artículo de Puelles: el público de la Televisión está envejeciendo pero el consumo siempre ha sido mayor entre las personas mayores y las personas que sólo trabajan en el hogar que entre los jóvenes. Tienen más tiempo y menos disponibilidad para otras opciones de ocio. En ese sentido sí son los jóvenes quienes se están trasladando en mayor medida hacia otros dispositivos y otros modelos de consumo.

Y sí, que la audiencia se vaya hacia otros tipos de consumo es un problema para las cadenas tradicionales; sobre todo si esa audiencia no se mide. La audiencia es la mercancía por la que se paga en el mercado publicitario que es la principal fuente de ingresos de la Televisión.

El problema del audímetro no es que sólo registre la televisión lineal (de hecho también mide el consumo en diferido siempre que se haga en televisores del hogar principal: el año pasado eso ha supuesto 3 minutos por persona y día. No parece una tragedia). El problema es que no mide consumos fuera del hogar o fuera del televisor y eso sí puede estar creciendo algo más.

La audiencia social complementa pero no cambia el dato de audimetría y, por el momento, no tiene valor comercial.

Así que estoy completamente de acuerdo con Miriam Puelles cuando dice:

Es necesario poder congregar en un mismo sistema la medición de visionados para cada una de las pantallas o dispositivos, con conocimiento preciso de qué se ve y quién ve cada una de las opciones. Pero no solo en la televisión tradicional, sino también en las redes sociales, smarpthones, tablets, videoconsolas e infinidad de plataformas y soportes disponibles.

pero discrepo bastante con la forma en la que llega a esas conclusiones.

Creo que el audímetro tradicional ha hecho un gran servicio a lo largo de sus más de treinta años de historia, pero en una época de transformaciones tecnológicas aceleradas como la que hemos vivido treinta años son una eternidad.

La misma tecnología que nos ha complicado tanto la realidad que tenemos que medir nos acabará dando las soluciones que necesitamos.

Creo que cada vez están más cerca.

En todo caso muchas gracias a Miriam Puelles por su magnífico artículo y por poner de actualidad un tema sobre el que los profesionales debemos profundizar y encontrar soluciones. En ello estamos.

El zapping disminuye

Hace unos días mis amigos de Barlovento publicaron un interesante informe, que ha tenido una importante repercusión en los medios.

El zapping dejó de ser noticia; últimamente se hablaba muy poco de ese tema. Supongo que se daba por hecho que ese era un tema que estaba ahí y que no habría variado en los últimos años.

Pero no es así. Según el informe de Barlovento (basado en datos de Kantar Media) el número de cambios de canal ha disminuido drásticamente: ha pasado de 21 al día en el año 2009 a 12 en la actualidad.

Robert Adler, inventor del mando a distancia (y, con él, del zapping)

Robert Adler, inventor del mando a distancia (y, con él, del zapping)

¿A qué se debe esta disminución?

Barlovento presenta los hechos pero no entra en los motivos. Voy a intentarlo yo. Estas podrían ser algunas de las explicaciones:

1.- En estos últimos años la oferta audiovisual ha aumentado de manera exponencial. Podría ser que cada espectador (o un número cada vez más elevado de espectadores) tiene claro que está viendo lo que quiere ver y por tanto no necesita cambiar de canal para buscar alternativas. Puede explicar una pequeña parte de la reducción.

2.- Los bloques publicitarios de tamaño descomunal (más de 30 spots consecutivos) que hace unos años eran habituales ahora son mucho menos frecuentes. Además hay un número elevado de bloques que van precedidos por un aviso de su duración aproximada. Puede que quienes huyen de la publicidad se limiten a un cambio y vuelvan cuando ha transcurrido el tiempo marcado. Puede ser. Y aquí habría otra parte de la explicación.

3.- En 2009 todavía había publicidad en TVE. Ahora los espectadores de sus cadenas (desgraciadamente muchos menos desde entonces) seguramente harán menos zapping. Explicaría otra parte.

4.- Cada vez son más las personas que simultanean su visionado de televisión con otros dispositivos. Lo relevante no es si el televisor es la primera o la segunda pantalla en este caso. Si la atención está repartida, cuando llegan los bloques de publicidad se concentrará más en el otro dispositivo. El televisor queda ya claramente como segunda pantalla y no hace falta cambiar de canal. Seguro que aquí hay una parte mayor de la explicación.

y 5.- En la misma línea que la anterior: cada vez hay más programas, ya casi todos, que buscan la interacción con los espectadores en una segunda pantalla mediante la introducción de hastags. Si estás dialogando sobre el programa, a través de Twitter, WhatsApp, Facebook, Snapchat o cualquier otra red, la probabilidad de que te vayas a otra cadena disminuye.

Estas dos últimas explicaciones eran las que encontrábamos en Zenith cuando, hace algo más de un año, realizamos el estudio sobre el fenómeno multipantalla.

Que disminuya el número de cambios de canal es una buena noticia para las cadenas (¿y para los publicitarios?). Que se deba a una dispersión de la atención no sé si será tan bueno.

Tele 5 completa un año seguido de liderato

Puntual como cada día 1, incluso cuando cae en festivo, me ha llegado el informe de audiencias de Barlovento Comunicación.

Una vez más, y ya van doce meses seguidos, Tele 5 se ha situado como líder. Agosto no suele ser el mejor mes de esta cadena; por el menor consumo de televisión es un mes menos comercial y no es raro que los muy comerciales hombres de Mediaset levanten el pie del acelerador. De hecho, hace un año fue la última vez que cedieron el liderato a Antena 3. Ahora han mantenido el tipo, aunque sólo sea por dos décimas de diferencia.

La audiencia no es, como decía Joaquín en su comentario de hace unos días, el criterio de calidad (al menos no el único criterio que debería influir en la programación de las televisiones públicas). Pero para las televisiones comerciales la audiencia es clave: es la mercancía que venden a los anunciantes, que son su principal fuente de financiación. También es una medida de cuánto saben adaptarse a los gustos del público (unos gustos que ayudan a crear).

Vivimos unos tiempos de audiencias muy fragmentadas. Entre las tres grandes cadenas sólo alcanzan el 35,2% de cuota. Recuerdo, no hace tantos años (o sí) cuando yo hablaba del paralelo 27, el límite del que no debía bajar una cadena si quería ser líder (entonces lo era casi siempre La 1). ¿Quiere eso decir que los gustos son muy variados? No está claro.

Si prescindimos del fútbol (incluso en agosto, el mes menos futbolístico del año, los cinco programas más vistos son de fútbol; también lo es el programa más visto en Tele 5, Antena 3, Cuatro y La Sexta) parece que los gustos dominantes se concentran en los realities, los programas y tertulias de cotilleo y poco más. Últimamente también han pegado con fuerza los programas de cocina, pero no ha sido así en agosto.

Parece que Tele 5 es la cadena que mejor  ha captado los gustos actuales de los telespectadores españoles. Pero también vemos que una parte cada vez mayor de esos espectadores opta por otras alternativas. Casi un 65% de la audiencia se va a cadenas diferentes de las tres más grandes y tanto como un 45% a alguna que no se incluye entre las seis de mayor audiencia.

Además el consumo de televisión convencional cae; lentamente pero cae. En agosto un minuto menos que en el mismo mes de hace un año. ¿Una situación preocupante para las cadenas? Según se mire: aún con el descenso, en el mes de menor audiencia del año el español medio vio 191 minutos de televisión convencional al día. ¡Más de tres horas!

Si yo fuera directivo de Mediaset (Tele 5) o de Antena 3 miraría primero a los resultados del primer semestre ¡muy positivos! luego a la evolución de la audiencia y luego estudiaría muy a fondo las amenazas de Internet y de las nuevas opciones de pago. El presente es excelente; el futuro, cada vez más, incierto.

Por cierto, los resultados económicos del primer semestre han sido muy similares para Tele 5 y Antena 3 pese al claro dominio en audiencia de la primera. Parece que cuando hay programas rechazados por una parte de los anunciantes la audiencia no es el único criterio.

El target comercial, que se inventó en su momento Publiespaña (Tele 5) ha acabado volviéndose en su contra.

La televisión pública, de capa caída

La 1 está peleando este mes para mantenerse en un 9,1% de cuota, con lo que conseguiría no batir su propio récord negativo del mes de julio, cuando se quedó en un 9%. Entonces se quedó más cerca de las segundas cadenas de los grupos privados (Cuatro: 7,1%; La Sexta: 6,5%) que de las primeras (Tele 5: 14,6%; Antena 3: 12,6%).

Pese a la mala gestión en su programación, las emisiones más vistas de julio correspondieron a las etapas del Tour de Francia. Por desgracia las etapas más atractivas de la Vuelta a España serán en septiembre.

La crisis no afecta sólo a TVE; se extiende a la mayor parte de los canales autonómicos. Con ello la audiencia acumulada de las televisiones públicas también se situó en julio en un mínimo histórico: 19%.

El informe de Barlovento Comunicación destacaba también que los informativos de TVE ya no son líderes ni siquiera en su emisión simulcast (sumando las audiencias de las emisiones simultáneas en La 1 y 24 Horas). Los informativos de la televisión pública han sido líderes a lo largo de casi toda su historia, con muy pocas excepciones; al inicio de esta legislatura conseguían una amplia distancia respecto a sus competidores, pero desde entonces se han ido deteriorando.

Borja Terán, en su blog en La Información atribuía a la manipulación y la pérdida de su personalidad (mantener la equidistancia) la caída en la audiencia. Sería un grave error del Gobierno: la manipulación funciona como un boomerang que se vuelve contra él.

Como yo no pienso que estemos gobernados por una pandilla de estúpidos que trabajan en contra de sus propios intereses pienso más bien en una estrategia para destruir la televisión pública. Hace algo más de dos años lo escribí aquí. El punto octavo de mis instrucciones para destruir una actividad pública: Insista en que utilizan más personal, ya se está manejando en algunos medios. Mientras tanto los empleados de RTVE se quejan de que se contrate a productoras externas para tareas que se podrían realizar internamente. ¿No les suena?

Como yo creo que una televisión pública de calidad e independiente (del Gobierno, de la oposición y de cualquier otro poder) pienso que deberíamos luchar contra esto. La vuelta de la publicidad y la posibilidad de una financiación razonable sería un primer paso en la buena dirección.

Tele 5 gana al sprint

Enero terminó el pasado sábado y ayer domingo a primera hora ya recibí el análisis de audiencia que elabora Barlovento Comunicación.

La primera noticia era que Tele 5 ganaba por quinto mes consecutivo.

Pero este mes ha sido diferente. En lugar de dominar de principio a fin, esta vez empezó muy por debajo. Su programación de Navidades no funcionó (le pasa muchas veces: en periodos vacacionales, en los que se esperan menos ingresos publicitarios, no hace un gran esfuerzo de programación). Hasta el día 5 de enero Antena 3, con un 15%, le llevaba más de tres puntos de share de diferencia; con sus 11,6% tele 5 igualaba en el segundo puesto con La 1.

A partir de ahí se iniciaba una carrera de fondo: ¿podría Antena 3 mantenerse como líder?

Para el 10 de enero la distancia se había recortado hasta los 2,5 puntos ((14,7% frente a 12,2%).

El 15 de enero ya sólo quedaban 1,1 puntos (14,3% para Antena 3, 13,2% para Tele 5).

El 20 la distancia se había reducido a 0,6 puntos (de 14,1% a 13,5%) pero aún parecía que Antena 3 podría aguantar.

El 25 ya sólo quedaban dos décimas (14,0% frente a 13,8%).

El 28 ya se produjo el empate a 14%.

En los últimos días Tele 5 confirma su victoria en el mes por cuatro décimas de diferencia (14,2% para Tele 5 frente a 13,8% para Antena 3).

La tercera en discordia, La 1, se queda a 3,5 puntos de distancia, con un 10,6%.

Curiosamente, una de las mayores fortalezas de Tele 5 son sus informativos: el de las nueve de la noche es muchos días el programa de mayor audiencia de todas las cadenas.

Eso sí, las otras fortalezas siguen siendo las que conforman la imagen de la cadena: Gran Hermano VIP, Sálvame,…

Mientras tanto los informativos de La 1, que eran hasta hace poco una de sus mejores señas de identidad, se hunden hasta una tercera posición.

5 minutos menos

Por segundo año consecutivo cae la audiencia de Televisión. La que mide Kantar Media, o sea la que se refiere al visionado en el momento de su emisión y en televisores situados en el hogar principal.

¿Tenemos que preocuparnos?¿Tienen que preocuparse los anunciantes? Sí y no. O sí, pero no especialmente por esto.

Aun con la bajada, el español medio vio 239 minutos de televisión al día. Se quedó sólo a un minuto de distancia de las ¡cuatro horas! pero a siete minutos de distancia del récord absoluto que se estableció en 2012.

Muchas veces he dicho que ver la televisión es la segunda actividad a la que el español medio dedica más tiempo, sólo superada por dormir, pero dejando muy lejos al trabajo remunerado fuera del hogar (si tenemos en cuenta que la población activa no llega al 60% y casi un 25% de esas personas están en el paro).

Así que no hay que procuparse porque ya no llegue a cuatro horas diarias el consumo de televisión.

Viendo el espléndido análisis que puntualmente me hizo llegar la semana pasada Barlovento Comunicación creo que las preocupaciones deben ser otras:

Un porcentaje todavía apreciable de esa audiencia casi no verá publicidad porque en TVE sólo se pueden hacer patrocinios culturales.

Una parte creciente de esa audiencia prestará poca atención a lo que ve, porque estará atendiendo a la vez a otras pantallas.

Aunque la fragmentación remitió en 2014, en parte debido al cierre de canales, sigue siendo complicado alcanzar grandes coberturas, sobre todo si eres un anunciante cuidadoso que no quiere ligar sus productos a determinado tipo de contenidos.

Algunos públicos son cada vez más difíciles de alcanzar porque ya no ven la televisión como se veía antes. Siguen consumiendo contenidos audiovisuales (incluso en mayor medida) pero ya no lo hacen en el televisor ni en el momento de la emisión.

Así que ¿deben preocuparse los anunciantes? ¿O quienes deben preocuparse son los dueños de las emisoras de televisión?

 

 

TVE: lentamente hacia su desaparición (IV)

Es triste tener que volver cada cierto tiempo sobre el mismo tema.

Pero la realidad es muy terca; y los políticos más.

Hace algo más de un año, cuando la audiencia de La 1 y de sus informativos se deterioraba paso a paso, escribí una serie de tres post sobre este tema: el 14 de mayo; el 2 de junio y el 2 de agosto de 2013.

Desde entonces la situación se ha seguido deteriorando. Los informativos ya no son líderes ni siquiera considerando lo que llaman emisión simulcast (sumar a los espectadores de La 1 los que ven el mismo informativo en el canal 24 Horas) según recogen los informes de la consultora Barlovento Comunicación. La audiencia en muy pocas ocasiones alcanza el 10% de participación.

La situación financiera, como era de esperar, ha vuelto a ser insostenible. El déficit de la cadena, sin publicidad y a expensas de los pagos en plena crisis de las otras cadenas (sus competidoras) y las operadoras de telefonía, no deja de crecer.

Pero el Gobierno congela la subvención (lo que hará que el déficit, de nuevo, se multiplique).

Tanto los anunciantes, desde la AEA, su asociación, como los espectadores, desde la AUC piden un modelo de financiación estable. Los anunciantes ofrecen su apoyo si vuelve la publicidad.

Pero el ministro Montoro ahoga cualquier vía de financiación pese a decir que defiende la televisión pública.

Pedro Sánchez, el nuevo Secretario General del PSOE, arremete contra el Gobierno y dice que los ingresos son más que suficientes (el actual sistema de financiación lo decidió el Gobierno de su correligionario Zapatero), que lo malo es la gestión.

El Presidente de la Corporación RTVE, Leopoldo González Echenique (en teoría un hombre de la vicepresidenta) anuncia primero que tendrá que prescindir de canales como Teledeporte y finalmente dimite ante la impasibilidad de la mayor parte de los políticos (incluidos, ¿o especialmente? los de su partido).

Ahora ya sabemos quién es el encargado de seguir el trabajo: José Antonio Sánchez, que ya fue Director General en la época de Aznar y que ahora ejercía las mismas funciones en Telemadrid tiene la difícil misión de ¿reflotar? la cadena pública estatal.

Conociendo su trayectoria y los magníficos datos de Telemadrid podemos esperarnos lo peor.

Al menos no nos va a caber ninguna duda sobre la imparcialidad de los informativos.

La abdicación del Rey y las audiencias

En estos tiempos en que todos nos enteramos de las noticias por Twitter o por Whatsapp, la televisión ya no es lo que era.

El lunes fue uno de esos días que se quedan grabados. Dentro de unos años recordaremos lo que estábamos haciendo cuando nos enteramos de que el Rey Juan Carlos abdicaba.

Yo me enteré por tradicional de boca en boca (que ahora llaman Word of Mouth). Entrábamos en una reunión en la oficina cuando Loreto, una compañera, anticipó la noticia; aún no se había producido la comparecencia de Rajoy.

TVE tampoco es ya lo que era. Hasta hace muy poco, cuando ocurría un hecho como éste la audiencia se concentraba en La 1. Las demás cadenas se quedaban sólo con las sobras e iban recuperando audiencia cuando TVE empezaba a repetir una y otra vez el mismo contenido.

Pese a que TVE realizó cerca de un centenar de conexiones en directo, el lunes la audiencia se fragmentó casi en el mismo orden y proporción que la distribución de audiencia de estos últimos meses, así que, también como viene ocurriendo estos últimos meses, el noticiario más visto fue el de Tele 5 de las 21.

Tele 5  ya ha sido líder en informativos en el mes de mayo, incluso si se considera el simulcast (la emisión simultánea entre La 1 y 24 Horas) algo que no ocurría desde hace mucho tiempo. Hay quien habla del efecto Somoano,  el nombre del actual Director de Informativos de TVE.

Ya sorprendió unos días antes al ser superada por La Sexta, en teoría una cadena menor, en la jornada de las elecciones europeas.

El informe de Barlovento Comunicación sobre las audiencias del lunes puede verse aquí

¡239 minutos diarios!

¡Vaya! Por un minuto no hemos llegado a las ¡4 horas! diarias de consumo de televisión.

Casi 60.000 millones de horas (4 horas x 365 días x algo más de 40 millones de españoles mayores de cuatro años)  empleadas el año pasado en ver televisión.

Y todavía hay quien dice que la televisión está en peligro ante el avance de las nuevas tecnologías. En 2011 se volvieron a batir todos los récords de consumo de televisión: la media del año se quedó en esos 239 minutos, pero es que el mes de diciembre llegó hasta los 259.

Se trata de la televisión tradicional, la que mide Kantar Media (el antiguo Sofres AM), o sea consumo de televisión en el hogar principal, en televisores de al menos 14 pulgadas. A eso habría que sumarle el consumo en bares y hoteles, en segundas residencias o en receptores de menor tamaño.

Está claro que cinco millones de parados tienen mucho tiempo libre para ver la televisión y así subir la media de los que trabajamos y tenemos un consumo de medios diferente. Pero también está claro que no se cumplen las profecías de algunos apocalípticos que han anunciado una y otra vez la muerte de la televisión ante el avance de los nuevos dispositivos…que en muchos casos también se usan para ver, de otra forma, contenidos de televisión.

La televisión es una forma de distribución cultural muy democrática; hace ya muchos años que prácticamente toda la población tiene al menos un televisor en su casa. En contraste Internet todavía sigue presentando barreras de entrada culturales y de precio para mucha gente, lo que ha hecho que se profundicen lo que se vino en llamar brechas digitales. Además, el avance imparable de la tecnología hace que  se generen élites cada vez más distanciadas, no ya de quienes no tienen acceso a Internet, sino de la inmensa mayoría que hace un uso normal de Internet, muy lejos de la utilización de todo su potencial.

Parte del consumo de televisión se hace de manera simultánea con internet, como podemos ver en las redes sociales: los programas de mayor audiencia son, casi siempre, trending topping en Twitter. El tiempo así se multiplica, con la multitarea.

Este año he echado de menos el informe anual sobre televisión que el día 2 de enero publicaba Corporación Multimedia. Desde aquí un abrazo para Eduardo García Matilla y Carlos Arnanz.

El que no ha faltado ha sido el de Barlovento Comunicación; el equipo de Ricardo Vaca, que siempre competía para salir unos minutos antes, o a veces después, del de Corporación.

Puestos a echar de menos, a recordar, los magníficos resúmenes que José Ramón Rubio hacía en TVE, (y que varias veces reprodujo la AIMC en sus boletines)los perdimos desde su prejubilación. Mi cálculo (aproximado en mi caso) de las horas totales de visionado es un pequeño homenaje a un buen amigo que ahora vive mucho mejor que yo.

La producción audiovisual también sufre

Esta mañana he estado en un hotel de Madrid, en la presentación del estudio Barómetro TV.

El estudio lo ha desarrollado la empresa Barlovento Comunicación que dirige mi amigo Ricardo Vaca.

Barómetro TV va a ser el estudio de las tendencias en el mercado de la Producción y la Distribución Audiovisual.

Un mercado que según las estimaciones de Barlovento Comunicación mueve cada año unos 2.000 millones de euros.

La metodología utilizada, un panel de expertos (Directivos de primeros niveles de compañías productoras o distribuidoras) se inspira en la que vengo empleando desde hace ocho años en el estudio Zenith Vigía y desde hace unos meses en Zenthinela y con los que elaboro previsiones sobre la marcha del mercado publicitario.

Por esa inspiración, y por nuestra amistad, Ricardo me ha pedido que participara como asesor en la presentación de esta mañana.

En los paneles de expertos es más importante la calidad de los panelistas que su número.

Pero las respuestas conseguidas, cerca de 90 que representan al 65% de ese mercado, son las suficientes para estar muy seguros de los resultados y también muy orgullosos.

El equipo de Barlovento ha hecho un gran trabajo.

Los resultados reflejan un mercado que, como todos, está sufriendo problemas, pero en el que se vislumbra cierta esperanza.

Una buena parte de las empresas se están manteniendo. La llegada de la TDT puede ser una oportunidad y…eso sí, iremos hacia producciones más baratas.

El estudio se repetirá tres o cuatro veces al año, en función de la marcha del mercado.