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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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El zapping disminuye

Hace unos días mis amigos de Barlovento publicaron un interesante informe, que ha tenido una importante repercusión en los medios.

El zapping dejó de ser noticia; últimamente se hablaba muy poco de ese tema. Supongo que se daba por hecho que ese era un tema que estaba ahí y que no habría variado en los últimos años.

Pero no es así. Según el informe de Barlovento (basado en datos de Kantar Media) el número de cambios de canal ha disminuido drásticamente: ha pasado de 21 al día en el año 2009 a 12 en la actualidad.

Robert Adler, inventor del mando a distancia (y, con él, del zapping)

Robert Adler, inventor del mando a distancia (y, con él, del zapping)

¿A qué se debe esta disminución?

Barlovento presenta los hechos pero no entra en los motivos. Voy a intentarlo yo. Estas podrían ser algunas de las explicaciones:

1.- En estos últimos años la oferta audiovisual ha aumentado de manera exponencial. Podría ser que cada espectador (o un número cada vez más elevado de espectadores) tiene claro que está viendo lo que quiere ver y por tanto no necesita cambiar de canal para buscar alternativas. Puede explicar una pequeña parte de la reducción.

2.- Los bloques publicitarios de tamaño descomunal (más de 30 spots consecutivos) que hace unos años eran habituales ahora son mucho menos frecuentes. Además hay un número elevado de bloques que van precedidos por un aviso de su duración aproximada. Puede que quienes huyen de la publicidad se limiten a un cambio y vuelvan cuando ha transcurrido el tiempo marcado. Puede ser. Y aquí habría otra parte de la explicación.

3.- En 2009 todavía había publicidad en TVE. Ahora los espectadores de sus cadenas (desgraciadamente muchos menos desde entonces) seguramente harán menos zapping. Explicaría otra parte.

4.- Cada vez son más las personas que simultanean su visionado de televisión con otros dispositivos. Lo relevante no es si el televisor es la primera o la segunda pantalla en este caso. Si la atención está repartida, cuando llegan los bloques de publicidad se concentrará más en el otro dispositivo. El televisor queda ya claramente como segunda pantalla y no hace falta cambiar de canal. Seguro que aquí hay una parte mayor de la explicación.

y 5.- En la misma línea que la anterior: cada vez hay más programas, ya casi todos, que buscan la interacción con los espectadores en una segunda pantalla mediante la introducción de hastags. Si estás dialogando sobre el programa, a través de Twitter, WhatsApp, Facebook, Snapchat o cualquier otra red, la probabilidad de que te vayas a otra cadena disminuye.

Estas dos últimas explicaciones eran las que encontrábamos en Zenith cuando, hace algo más de un año, realizamos el estudio sobre el fenómeno multipantalla.

Que disminuya el número de cambios de canal es una buena noticia para las cadenas (¿y para los publicitarios?). Que se deba a una dispersión de la atención no sé si será tan bueno.

Un regalo de Dios

El golpe de estado (su fracaso, entendemos) ha sido un regalo de Dios, en palabras de Recep Tayyip Erdogan, Presidente de Turquía.

Desde el mismo momento en que volvió a hacerse con las riendas del poder empezó una dura depuración: militares golpistas (lógico), otros militares, magistrados, jueces, periodistas…y todo lo que huela a oposición. Supongo que entre los kurdos va a haber muchos damnificados.

Es la primera vez que vemos un intento de golpe de estado en un país importante prácticamente en directo en estos tiempos de redes sociales.

Yo vi muy pronto en Twitter (antes de las once de la noche) que estaba pasando algo grave en Turquía. Junto a los rumores luego no confirmados (Erdogan ha huído; ha pedido asilo en Alemania pero se lo han denegado; ahora lo intenta en Qatar,…) se podía ver en Periscope a los tanques tomando los puentes en Estambul o, después del mensaje de Erdogan por Facetime, a la gente echándose a las calles para impedir el avance de esos mismos tanques.

Civiles encaramados a un tanque tras el fracaso del golpe

En seguida la cadena 24 horas enfocó su tertulia hacia ese tema; sin mucha más información de la que podíamos recibir cualquiera de nosotros por las redes pero con la opinión de sus expertos.

En estos tiempos nadie es partidario de golpes de estado y menos si los dan los militares. Lo hemos podido ver estos días, a toro pasado, en las declaraciones de nuestros políticos de cualquier signo. Pero en las poco más de dos horas en las que no estaba claro hacia dónde se iba a decantar la balanza sí vimos algunas cosas curiosas: la primera, que nadie apoyó explícitamente a Erdogan hasta que se vio que había ganado; la segunda que, siendo un país importante de la OTAN, fronterizo con las áreas de mayor riesgo y con un reciente acuerdo con Europa para acoger de vuelta a los refugiados rechazados, ningún país se manifestó en uno u otro sentido hasta conocer la opinión de Obama. Estados Unidos es, claramente, el único líder.

Pero en ese intervalo hubo algunos momentos, en los coloquios y en las redes se veía, en los que una parte de la opinión no veía mal el triunfo del golpe. Al fin y al cabo Erdogan ha ido dando pequeños golpes desde el poder para cambiar a su país y convertirse en un líder perpetuo. Con su islamismo moderado ha conseguido destruir uno de los pilares del estado laico de la Turquía moderna, la que surgió hace casi un siglo del golpe de estado de Ataturk y los jóvenes turcos. No dudó en modificar las leyes para poder ser Presidente y acumular un poder que anteriores presidentes no tenían. Ha aprovechado la guerra en la frontera con Siria para apretar un poco más las tuercas a la minoría kurda de su país.

Un político que, una y otra vez, consigue el apoyo mayoritario de su pueblo pero que no termina de concitar la simpatía de la opinión pública europea. Una Europa cada vez más dependiente de que Turquía sea una frontera fuerte y a la vez más temerosa de que, en una creciente islamización, los elementos marginales acaben convirtiéndose en ese peligro cada vez menos latente que son los islamistas inadaptados.

Esta vez el golpe no ha triunfado. ¿Llegaremos a saber quién estaba detrás?

 

Bernie Sanders, el Obama de 2016

Cuando, a finales de 2007, se inició la precampaña electoral estadounidense en el bando demócrata había una candidata muy destacada. Ya había vivido en la Casa Blanca (como primera dama. ¿Cómo se le llamará al conyuge cuando finalmente haya una presidenta?) y partía con una considerable ventaja en popularidad y en fondos para financiar la campaña. Todo parecía indicar que sería la primera mujer en alcanzar la presidencia.

Pero a medida que se iban acercando las fechas de la campaña fue surgiendo un candidato, un senador de color, poco conocido que, con una campaña magistral en las todavía no muy poderosas redes sociales (básicamente Facebook y MySpace) y con un gran manejo de Internet no sólo consiguió rápidamente una gran popularidad y la formación de numerosos grupos de apoyo, sino que también recaudó grandes cantidades de dinero para financiar su campaña. El conocido slogan Yes we can (Sí; podemos) seguramente también ayudó.

El final es conocido por todos: Obama consiguió la candidatura demócrata y en noviembre de 2008 ganó las elecciones. En 2012 volvió a ganar; en esta ocasión dijeron que su equipo había manejado como nadie el big data.

Para Hillary Clinton puede repetirse ahora la historia. En el verano pasado se le veía como la única candidata demócrata con posibilidades y parecía que iba a arrasar a quienquiera que se opusiera a ella en unas primarias. Pero cuando empezó el contacto con las urnas muy pronto se vio que no iba a ser así. Un candidato poco conocido, el senador izquierdista Bernie Sanders, cobró fuerza en seguida y, transcurridas una buena parte de las primarias la ex primera dama aún no puede dar la batalla por ganada.

Bernie Sanders

Puede que Bernie Sanders no sea finalmente el candidato demócrata; puede que si lo es no gane las elecciones ante un Donald Trump que está despertando los peores instintos de los americanos más reaccionarios. En esos aspectos no sería Obama, pero en el uso destacado de las nuevas tecnologías parece que sí lo está siendo.

Se dice que está haciendo una campaña digital de 10; como se dijo de Obama hace ocho años. Una campaña impecable que se estudiará en las universidades en los próximos años.

¿Qué es ahora una campaña de 10?

Utilizar casi exclusivamente plataformas digitales; centrarse para la captación de dinero en los ciudadanos y no en las grandes corporaciones; los pequeños donantes se involucran mucho más en las acciones del candidato; utiliza la homepage de su web para recopilar datos de sus más de cinco millones de visitantes mensuales para así poder enviarles contenidos diferentes en función de sus intereses. Las Redes Sociales, ahora ya plenamente conocidas y utilizadas por el gran público, juegan también un papel importante; en Facebook se cuentan historias (storytelling) capaces de emocionar a sus seguidores. Por supuesto también utiliza aplicaciones (apps) para móviles, desarolladas específicamente para apoyo de su campaña.

Si algo tienen las elecciones americanas es que siempre nos traen las técnicas más avanzadas de comunicación.

Sea Sanders o no el candidato demócrata (en pocos días lo sabremos; la batalla de Nueva York puede ser la definitiva y ahí Clinton no debería fallar) su campaña será una de las que tendremos que analizar con lupa.

Twitter cumple 10 años

El 21 de marzo no es sólo el día en que habitualmente considerábamos que empezaba la primavera; desde 2006 es también el aniversario del primer tuit enviado por Jack Dorsey y, por tanto la fecha en que se conmemora el nacimiento de Twitter.

Esbozo del primer Twitter

Twitter no es, como Facebook o Google una empresa que arrase en Bolsa y que represente el éxito financiero de Internet. Puede que nunca llegue a serlo o incluso que sea absorbida por uno de esos otros gigantes que sí han triunfado, pero nadie podrá negar a la empresa del pajarito azul su éxito como fenómeno sociológico ni su capacidad de influencia.

Twitter tiene una cierta complejidad inicial, que frena a muchos. Yo entré en mayo de 2008 (de vez en cuando llega un tuit recordando esa fecha) pero tardé un par de años en activarme de verdad. Seguramente no seguí a las personas o los medios adecuados.

Mi amigo el sociólogo Víctor Gil dice que cada uno nos creamos nuestro propio Twitter; son nuestros intereses los que definen a quién seguimos y, por tanto, el tipo de mensajes que recibimos y leemos. Mi Twitter es ahora muy interesante (para mí): tiene una adecuada mezcla de actualidad, política, marketing y publicidad (mis intereses profesionales); baloncesto y ciclismo (mis interese deportivos); Vitoria, Madrid y Murcia (mis intereses geográficos); amigos y compañeros de profesión, literatura (mi principal fuente de ocio)…y así. Seguramente si otra persona entra en mi Twitter le interesarán menos de la mitad de los tuits que a mí me interesan. Igual me pasaría a mí con el Twitter de otra persona. ¡Esa es su grandeza!

Yo, que dejé de comprar periódicos hace ya siete años y que algo después dejé de leerlos, tengo en Twitter mi principal fuente de información. Creo que no me pierdo los artículos más interesantes, porque siempre hay alguna persona de mi timeline que los enlaza.

Leo que en este momento somos 320 millones de personas las que usamos Twitter, que cada día se escriben 500 millones de tuits (yo subo la media: cada día escribo unos cinco o seis; llevo más de 12.000 en los últimos seis años).

Twitter es también el mayor componente de lo que ahora llamamos segunda pantalla. La televisión se prolonga en los comentarios en esta red. Yo daba una clase sobre este tema en el curso sobre Social y Branded que tenía hasta este año la IAB. ¡Una pena que haya desaparecido, justo ahora que parece que el tema cobra más relevancia!

Espero que no se cumplan los malos augurios y que Twitter nos acompañe todavía por muchos años. Para mí se ha convertido en una herramienta imprescindible.

Los 10 tuiteros imprescindibles

El portal marketingdirecto.com publica de vez en cuando listas en las que selecciona un cierto número  de tuiteros a los que recomienda seguir. Hace dos años creo que fueron 20 y yo @MadinaED estaba entre ellos. Eso hizo que aumentara en algo más de cien el número de seguidores que tenía entonces. Luego ha habido otras listas en las que no aparecía.

El martes pasado publicó una nueva lista. Esta vez de diez. Yo no la había visto, pero noté que de repente empezaba a crecer rápidamente el número de seguidores en Twitter, un número que últimamente se había mantenido muy estable. Pronto vi un aviso de un tuit en el que me mencionaban como uno de los 10 tuiteros imprescindibles que todo marketero debe seguir en 2016.

No sé cual es el criterio que se sigue para seleccionarlos; desde luego no es el número de seguidores (en ese caso yo nunca saldría entre los primeros). Una colaboradora del portal me dijo ayer que lo habían votado entre las redactoras (así en femenino; sé que son una mayoría aplastante, pero creía que había algún chico) que piensan que publico tuits interesantes. Espero que los lectores del blog también lo piensen de estos posts.

Es todo un honor.

Verse en una lista de 10 imprescindibles refuerza el ego; si además se comparte esa lista con personajes de tanto prestigio como Enrique Dans o Félix Muñoz, tan populares como Risto Mejide, tan polémicos como Gaby Castellanos, tan reconocidos en el mundo digital como Ismael El Qudsi, Javier Regueira o Gema Muñoz @sorprendida, tan prolíficos como Javier Piedrahita, el director del propio portal o tan influyentes como Pablo Herreros, el hombre que se enfrentó a Tele 5; si entre ellos uno encuentra varios buenos amigos ¿qué más se puede pedir?

Así que muchas gracias a MarketingDirecto, a sus redactoras y a Javier. Por seleccionarme y por ponerme en tan buena compañía. En estos dos días son cerca de trescientos mis nuevos seguidores. Espero no defraudarles.

También a la Televisión le llegó la hora

Nunca se habían hecho tantas fotos pero ya casi no se venden carretes. Se leen más noticias que nunca pero los editores de periódicos viven su más profunda crisis. Se viaja como nunca, pero cierran las grandes agencias de viaje. Se ve más Cine que nunca, pero muy poco en las salas. Ya casi no se venden discos en la época en que se escucha más música
La Televisión había aguantado bien los primeros envites de la digitalización: aumentó el número de cadenas, las audiencias se fragmentaron, algunas se hicieron de pago y convirtieron parte de los grandes eventos en eventos para élites y con audiencias reducidas, pero el cambio no había pasado de ahí. El espectador medio sigue dedicando cerca de cuatro horas cada día a la Televisión convencional (la que se ve en casa, en el televisor; la que mide Kantar) y sigue siendo la reina de las grandes campañas publicitarias.
O eso dicen los números oficiales.
Pero en los últimos años ha crecido un fenómeno que, aunque no se mida bien del todo, todos conocemos y que va a afectar mucho (mucho más de lo que lo hace ahora) a la manera en que se ve la Televisión y, sobre todo, al papel de este medio en las campañas publicitarias.
La Televisión (o el audiovisual) ya no se ve sólo en casa, en directo y en el televisor; se puede ver también en el ordenador, en la tableta, en el móvil o en otros dispositivos que dispongan de una pantalla. No todas esas opciones se miden y las que se miden no siempre se miden bien.

No sólo Emilio Aragón ha cambiado en los últimos 20 años

Además la imagen de toda la familia reunida alrededor del televisor del salón, mirando todos atentamente las mismas escenas en la pantalla, hace mucho que pasó a la historia. La mitad de la población (el 90% entre los jóvenes) está utilizando otra pantalla mientras ve la Televisión. ¿Cómo afecta este hecho a la eficacia de la publicidad?
En Zenith nos preocupaba desde hacía tiempo. Por fin pudimos hacer un estudio en los últimos meses de 2014, que presentamos en Sevilla en el Seminario de AEDEMO del pasado mes de febrero. Los resultados fueron muy interesantes. Por una parte ya sabemos cuánta gente hacía multipantalla simultánea en aquellas fechas (podemos pensar que es un fenómeno creciente, que aún habrá crecido y seguirá creciendo algo); por otra, tenemos medido cómo influye eso en el recuerdo publicitario.
Y aquí encontramos la parte más interesante del estudio:
Podemos dividir a la población multitarea en dos grandes grupos: los que mientras ven la Televisión están realizando en otra pantalla una tarea que no tiene nada que ver con la primera (un videojuego, chatear en el WhatsApp o en otra red social, o incluso revisar los e.mails) y los que utilizan la segunda pantalla para comentar con sus amigos, o con muchas más personas en las redes sociales, lo que están viendo en el televisor. Las nuevas tecnologías han ampliado el alcance de las típicas conversaciones sobre los programas de televisión que siempre existieron en el trabajo o en el centro de estudios y las han acercado en el tiempo hasta hacerlas simultáneas con el evento.
Los resultados del estudio confirman lo que, por lógica, se podía sospechar de antemano: mientras los telespectadores del primer grupo tienen su atención dispersa y recuerdan la publicidad mucho menos que la media (y mucho menos que quienes sólo ven la Televisión) entre los del segundo grupo el recuerdo de la publicidad crece incluso en el caso de la publicidad convencional. Son personas que ya no zapean como lo hacían antes cuando llegaba el bloque publicitario.
Pero el mejor resultado es la puerta que nos abre: si ya la mitad de la población (y creciendo) hace otras cosas mientras ve la Televisión y si una parte importante de esas cosas que hace están relacionadas con lo que está viendo en el televisor, podemos aprovechar para realizar acciones que, utilizando la segunda pantalla, potencien el recuerdo.
El selfie más retuiteado de la historia llevó a Samsung y a la ceremonia de los Óscar a miles de millones de teléfonos móviles. A una escala más local la aparición en Master Chef del campeón de España de corte de jamón hizo que más de 120.000 personas se descargaran la App de Navidul en que esa misma persona enseña a cortar jamón.
Las posibilidades son infinitas, como lo son las posibles combinaciones entre programas de Televisión y acciones en las redes sociales. Serán acciones que llegarán a una audiencia mucho menor que las de la Televisión tradicional pero que, entre ese público al que lleguen, tendrán una eficacia mucho mayor.
No se puede decir que la Televisión haya muerto (todo lo contrario, goza de muy buena salud; nunca se había visto tanto audiovisual como ahora) pero sí que se abre una nueva era para la Televisión: la era multipantalla se adivina interesante.
También a la Televisión le ha llegado su hora digital.

 

(*) La revista Anuncios celebra estos días su 35º cumpleaños. En el número conmemorativo de este aniversario se publica este artículo del autor de este blog.

¿Hicieron bien las teles en ignorar el terror?

Ayer fue un día triste para todos.

Hoy lo sigue siendo.

Que unos seres humanos se arroguen el derecho de segar la vida y las ilusiones de otros cientos de seres humanos elegidos al azar, es desolador.

Esta vez yo no me enteré por Twitter. Estaban cenando en casa mis hijos y mi nieto, así que durante un tiempo no miré mi móvil. Cuando se iban a ir encendieron una tele nueva que sustituía a la que se rompió hace unos días; justo en ese momento La 1 había interrumpido la película para dar la noticia. Luego, no sé si inexplicablemente, siguió con la película.

Momentos de desconcierto tras la suspensión del partido Francia-Alemania

A partir de ahí, con la tele sintonizada en el 24H de TVE, seguí el avance de las noticias por Twitter. Y pude ver muchas críticas al hecho de que todas las cadenas generalistas siguieran con su programación habitual. Las frivolidades de Sálvame o las películas programadas parecían tener más importancia para los directivos de las cadenas que informar sobre unos sucesos de una tremenda gravedad.

Leo que TV3 sí interrumpió sus emisiones habituales; probablemente alguna otra autonómica también lo hizo.

De las tres funciones que los clásicos del medio atribuían a la televisión (Informar, formar y entretener) está claro que la segunda ha perdido mucho peso; la primera también, casi siempre y en casi todas las cadenas, así que, al parecer, sólo queda la tercera: entretener, panem et circensis. Incluso en un momento como el de ayer.

Por supuesto; todas las decisiones son opinables. TVE puede aducir que ya tiene una cadena especializada en noticias (24H TVE) que cubrió con éxito (acabo de leer que multiplicó por 12 su audiencia habitual; lo que tampoco significa mucho si la cifra de partida es muy pequeña); puede que alguno de los directivos de las otras considere que su función es, precisamente, entretener a su adiencia, hacerle olvidar este tipo de tragedias. O puede, incluso, que algún otro piense que el objetivo de los terroristas es conseguir la mayor repercusión posible, para así ampliar el terror y no esté dispuesto a colaborar en su éxito. Y está en su derecho; no le falta parte de razón.

Todo es opinable, claro. Pero yo creo que, en días como el de ayer, las televisiones retratan sus verdaderos intereses. Y el de hacer buen periodismo no está entre ellos.

Y tú ¿qué opinas?

48 años después

Hace poco más de un mes, a finales de agosto, poco después de volver de vacaciones, recibí un mensaje a través de Facebook:

Eduardo, egunon.

Soy Josemari Velez de Mendizabal. Si no me equivoco, estudiamos Preu en el Instituto de Vitoria-Gasteiz, allá por 1966-67.

Sí. Yo recordaba a un Vélez de Mendizábal con el que había tenido muy buena relación durante aquel curso y del que, desde entonces, no había vuelto a saber nada.

Y sí; era el mismo Josemari que yo conocía de aquella época ¡hace más de 48 años!

Edificio del actual Parlamento Vasco en el que estudié Bachiller

Después de aquel primer mensaje cruzamos unos pocos más hasta que este sábado, aprovechando que yo tenía que ir a Vitoria por razones familiares, nos hemos visto. Milagros de Internet y de Facebook en particular.

En estos años a Josemari le ha dado tiempo de dirigir empresas industriales y culturales ( la Sociedad de Estudios Vascos), de fundar una revista vasca en los primeros años de Internet, que sigue con vida 17 años después (cosa nada fácil, como sabemos quienes nos dedicamos a los medios) y hasta de recibir el Celedón de Oro, el máximo galardón que se concede en Vitoria, mi pueblo. Todo en el entorno del País Vasco, del que yo me alejé, para venir a Madrid a estudiar, al poco tiempo de nuestra despedida.

Josemari, al contrario que yo, ya está jubilado, aunque sigue plenamente activo. Él ha escrito en su blog, en euskera, un relato de nuestro encuentro del sábado. Ha tenido el detalle de enviarme la traducción al castellano. Como yo no me veo capaz de contar las cosas mejor de lo que él lo hace le he pedido permiso para reproducir aquí sus palabras. Son éstas:

 

LA PATRIA ESTA CERCANA PERO
Han transcurrido cuarenta y ocho años desde que nos dijimos adiós por última vez, muy seguramente sin llegar a pronunciar esa palabra, y sin sospechar en lo mínimo que no nos volveríamos a ver hasta casi medio siglo después. El pasado sábado nos reencontramos físicamente, tras habernos detectado hace unas pocas fechas en el amplio mundo de Internet.
No sé quién escribió que la patria es el espacio creado por quienes cursan juntos el bachiller. Aceptando esa idea, los compañeros de pupitre de aquel período escolar son compatriotas. Eduardo Madinaveitia y yo coincidimos en el Instituto de Enseñanza Media de Vitoria-Gasteiz, y al término de nuestros estudios en aquel centro nos separamos sin atisbar qué es lo que nos depararía la vida. Cada uno echó a andar por caminos diferentes, cargados con nuestra ligera mochila de diecisiete años de experiencia vital. Anteayer nos volvimos a reunir y tras el emotivo abrazo comenzamos a desgranar nuestro paso por la vida, y hasta hablamos de nuestros respectivos nietos.
Fue una hora de gran intensidad, arañando en nuestros respectivos almacenes de recuerdos, y como no podía ser de otra manera, ya hemos quedado para una próxima ocasión.
¡Qué cercana está la patria y qué poco la conocemos!

Estadios de fútbol: las nuevas catedrales

Ya he contado aquí algunas veces que yo aprendí a leer con El Correo (que entonces se llamaba El Correo Español-El Pueblo Vasco ¡nada menos!). El diario, como ahora, se editaba en Bilbao aunque tenía unas páginas dedicadas a Álava y no como ahora (y desde hace muchos años) una edición dedicada a mi provincia de nacimiento. Los deportes eran en aquella época, aún más que ahora, un tema central en los diarios.

Así que desde pequeño yo ya sabía que un estadio de fútbol, el del Athletic Club de Bilbao, podía ser una catedral e incluso, como aquel, San Mamés, estar dedicado a un santo; un santo, por otra parte, muy poco conocido por sus actividades mientras estuvo en persona en la tierra.

Durante mis paseos terapeúticos por Madrid, de los que también creo haber hablado aquí, me ha sorprendido contemplar las colas de visitantes, en muchos casos turistas que bajan de un autobús, que se forman ante los estadios de fútbol, especialmente ante el Santiago Bernabéu.

También durante mi última visita a Barcelona vi que algunas de las rutas que ofrecían los autobuses turísticos hacían especial hincapié en su paso y parada en el Nou Camp.

Así que no me ha extrañado ver esta mañana un tuit de una alucinada Amalia Blanco ante la noticia: el Tour del Bernabéu recaudó el año pasado 16 millones de euros, más que cualquiera de los grandes museos y monumentos que tenemos en la ciudad.

Además, la mayor parte de los visitantes salen con bolsas de papel con el logo del equipo correspondiente; no se conforman con pagar la entrada sino que compran camisetas u otro tipo de objetos del club.

Por sorprendente que pueda parecer a cualquier persona con sentido común, los estadios de fútbol de los grandes equipos y su colección de copas, botas y balones se han convertido en los nuevos lugares de peregrinación, los trofeos en objeto de culto y las figuras de esos equipos en los nuevos santos venerados por los fieles o forofos.

¡Un magnífico retrato de los valores de esta sociedad en la que vivimos!

La Vuelta y Aru ganaron también en audiencia social

A propósito de la Vuelta a España, que justo finalizaba, me fijaba en mi último post  en el valor publicitario de algunas pruebas ciclistas y de sus protagonistas.

Desde Kantar Media, la empresa que se dedica a medir estas cosas me hicieron llegar a través de Twitter (gracias Mariayun) un informe mucho más completo y actualizado sobre la repercusión de la prueba en Redes Sociales. Como creo que es muy interesante, comparto aquí alguna de las conclusiones.

A lo largo de sus 21 etapas, la Vuelta acumuló 181.923 tuits, algo menos de 9.000 de media por día. Las etpas de montaña son las que alcanzaron una mayor repercusión en la red de microblogging: la que más la que terminaba en Cercedilla, en la que se decidió el resultado final: 6.307 autores escribieron más de 23.000 tuits que alcanzaron a 384.808 personas diferentes y consiguieron casi tres millones de impresiones (2.969.151).

A las 17:31 del pasado sábado, el momento en que Aru atacó para ganar la Vuelta, se produjo el mayor pico de audiencia social. El tono de los tuits que se produjeron en ese momenot fue positivo en tres de cada cuatro ocasiones.

Fabio Aru, ganador de la Vuelta

La etapa del 2 de septiembre, Andorra La Vella/ Cortals d´Encamp, considerada la más dura de la historia de la Vuelta fue la segunda con mayor audiencia social, con 20.860 tuits. Fue la etapa en la que Chris Froome, uno de los grandes favoritos, sufrió una caída que le obligó a retirarse al día siguiente. Froome fue el protagonista del mayor número de tuits de ese día.

La audiencia social es un buen indicador de la repercusión de un evento, pero sus resultados suelen diferir de lo que el mercado considera como audiencia real de los programas, la que miden los audímetros: son conceptos distintos. La etapa de Cercedilla, la que definió el ganador y el resto del podium, no fue la más vista (le superaron la de Andorra, que le superó por casi un 20% de espectadores y fue la única que superó los dos millones de espectadores de media, y las dos que finalizaron en Asturias).

Las cifras de la Vuelta quedan lejos de las obtenidas en julio por el Tour de Francia, el mayor evento ciclista del año y también el evento deportivo más tuiteado ese mes. A lo largo de la pruba se registraron 368.327 comentarios.