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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

Archivo de julio, 2016

La conciliación dio tres vueltas al mundo

Hace algo más de un mes comenté aquí que la Fundación Más Familia nos había propuesto dar la vuelta al mundo por la conciliación.

Se trataba de andar, correr o ir en bici tantos kilómetros como son necesarios para dar la vuelta al mundo a la altura del ecuador (algo más de cuarenta mil).

Hay muchas empresas, más de quinientas, que disponen de medidas de conciliación suficientes para que la Fundación les haya otorgado el título de Empresa Familiarmente Responsable; muchas de ellas son grandes empresas, con un gran número de empleados. Si todos se ponían a andar por esa causa no parecía una tarea difícil. Pero incluso en las empresas que tienen ese tipo de medidas no todos los empleados las conocen. Esa era una parte importante del reto: la comunicación, tanto interna como externa.

La conciliación es un tema importante; su comunicación también. Hay empresas que la apoyan y lo comunican bien; hay empresas que la apoyan y sólo una parte de sus empleados conoce una parte de las medidas que toman para favorecerla; hay empresas que la apoyan con poca fuerza y ni siquiera sus empleados lo conocen bien. Y, claro, hay empresas que no apoyan de ninguna manera la conciliación.

Yo participé como colaborador que soy, mi compromiso es escribir un post al mes, en el proyecto #mamiconcilia que hace ya más de dos años puso en marcha mi hija Usúe. Puse mi granito de arena, anduve unos cuantos kilómetros cada día (desde hace más de dos años lo hago ya como una rutina) y colaboré en la empresa. De hecho #mamiconcilia fue la pyme que más kilómetros hizo andando; uno de los últimos días antes de mis vacaciones acudí a recoger el premio que habíamos ganado.

Celebración de la entrega de premios "La #Conciliación da la vuelta al mundo". En Madrid el 20 de julio de 2016.

Celebración de la entrega de premios «La #Conciliación da la vuelta al mundo». En Madrid el 20 de julio de 2016.

Al final la hazaña propuesta se quedó corta: conseguimos dar más de tres vueltas al mundo. El reto para el año que viene es conseguir llegar a la Luna. Seguro que lo conseguimos.

Pero lo importante es que se hable de conciliación; en las empresas participantes se consiguió. Seguro que hacia fuera también un poco.

Tenemos que conseguir que un número cada vez mayor de empresas valoren las ventajas de la conciliación de la vida laboral, personal y familiar. Dando vueltas al mudo o viajando a la Luna lo conseguiremos.

Sumisión, de Michel Houellebecq. #Unoalmes

Estaba leyendo Sumisión cuando se produjo el atentado de Niza y también, claro, cuando ocurrió el intento de golpe de estado en Turquía.

¿Casualidades? No sé si se pueden considerar así.

Sumisión es una novela que invita a la reflexión sobre Europa y sus políticas y también sobre el islam y su evolución. En el mundo y, especialmente, en Europa.

Portada de Sumisión

Michel Houellebecq iba a presentar esta novela a principios de enero de 2015. Justo el mismo día se produjo el atentado contra la revista Charlie Hebdo. ¡Qué casualidad! Desde entonces no han dejado de suceder episodios violentos relacionados con el islamismo radical. Cada vez hay más acontecimientos de nuestra vida cotidiana que coinciden en el tiempo con actos terroristas (de lobos solitarios recientemente radicalizados o de grupos perfectamente organizados) relacionados con el Daesh.

Sumisión es una novela de anticipación política pero es sobre todo una invitación a la reflexión.

La anticipación, poca: se centra en las elecciones presidenciales francesas del año 2022. En la primera vuelta la candidata del Frente Nacional gana con unz importante ventaja; en segunda posición se produce casi un empate entre los candidatos del Partido Socialista y de la Hermandad Musulmana; en el último momento es éste el que tiene que enfrentarse en la segunda vuelta a una Marine Le Pen (a la que, si no me equivoco, nunca se llega a nombrar). Tras duras negociaciones los partidos constitucionalistas deciden sumar sus votos para frenar a la candidata ultraderechista.

Con esto no destripo el argumento porque lo realmente interesante, lo que plantea la reflexión a que invita el libro, es todo lo que ocurre después.

La voz, el narrador, es un prestigioso profesor de una de las universidades de París que contempla con asombro (y sin hacer nada por oponerse) todos los cambios que se van produciendo a raíz del cambio de presidente.

¿Real? No. ¿posible? Sin duda.

Las democracias europeas se ven impotentes para frenar a quienes se oponen a las ideas que deberían ser el centro de toda la política común hacia su unión. Así puede producirse el Brexit o la llegada al poder de partidos que estén en contra de las propias ideas de democracia.

Una novela para leer…y para pensar.

 

Cuando la investigación crece, todo mejora

El pasado fin de semana ha sido noticia Mariano Barbacid, uno de los científicos españoles más reputados. El titular de la entrevista que le hacían en El Mundo no deja lugar a dudas: La ciencia española está moribunda.

Mariano Barbacid

No conozco personalmente a Barbacid, aunque es muy amigo de uno de mis mejores amigos, Antonio Contreras, que coincidió con él hace ya cuarenta años cuando los dos trabajaban en el CSIC. He seguido de cerca su trayectoria y sé que es reconocido a nivel mundial; cuando habla no dice tonterías. Así que no puedo más que lamentar el estado de nuestra ciencia.

No apoyar la ciencia y la investigación es uno de los errores clásicos de nuestra clase política, no importa la época ni el partido que gobierne. El irónico Que inventen ellos, de Miguel de Unamuno en los años treinta se ha convertido en todo un símbolo de lo que es España.

Yo sé que la investigación sociólogica y la de mercados, a la que yo me he dedicado, no tiene mucho que ver con esa investigación básica que acaba produciendo los grandes avances científicos y técnicos pero sé que cuando las cosas no van del todo bien en las empresas el gasto en esta investigación es también de las primeras partidas que se recortan; luego se suele cortar la publicidad. Y en los dos casos creo que es un error.

El caso es que cuando vuelven a ir mejor las cosas vuelve a crecer la inversión en publicidad (aquí lo hace desde 2014) y luego también vuelve la inversión en investigación.

El año pasado creció con fuerza, un 7,2% la inversión en investigación de mercados, según el estudio sectorial presentado la pasada semana. También crece la inversión en publicidad y, con algo menos fuerza la economía.

Es una buena señal.

Sólo falta que estos crecimientos se repartan mejor y lleguen a todos. También a las víctimas más duras de la crisis.

Un regalo de Dios

El golpe de estado (su fracaso, entendemos) ha sido un regalo de Dios, en palabras de Recep Tayyip Erdogan, Presidente de Turquía.

Desde el mismo momento en que volvió a hacerse con las riendas del poder empezó una dura depuración: militares golpistas (lógico), otros militares, magistrados, jueces, periodistas…y todo lo que huela a oposición. Supongo que entre los kurdos va a haber muchos damnificados.

Es la primera vez que vemos un intento de golpe de estado en un país importante prácticamente en directo en estos tiempos de redes sociales.

Yo vi muy pronto en Twitter (antes de las once de la noche) que estaba pasando algo grave en Turquía. Junto a los rumores luego no confirmados (Erdogan ha huído; ha pedido asilo en Alemania pero se lo han denegado; ahora lo intenta en Qatar,…) se podía ver en Periscope a los tanques tomando los puentes en Estambul o, después del mensaje de Erdogan por Facetime, a la gente echándose a las calles para impedir el avance de esos mismos tanques.

Civiles encaramados a un tanque tras el fracaso del golpe

En seguida la cadena 24 horas enfocó su tertulia hacia ese tema; sin mucha más información de la que podíamos recibir cualquiera de nosotros por las redes pero con la opinión de sus expertos.

En estos tiempos nadie es partidario de golpes de estado y menos si los dan los militares. Lo hemos podido ver estos días, a toro pasado, en las declaraciones de nuestros políticos de cualquier signo. Pero en las poco más de dos horas en las que no estaba claro hacia dónde se iba a decantar la balanza sí vimos algunas cosas curiosas: la primera, que nadie apoyó explícitamente a Erdogan hasta que se vio que había ganado; la segunda que, siendo un país importante de la OTAN, fronterizo con las áreas de mayor riesgo y con un reciente acuerdo con Europa para acoger de vuelta a los refugiados rechazados, ningún país se manifestó en uno u otro sentido hasta conocer la opinión de Obama. Estados Unidos es, claramente, el único líder.

Pero en ese intervalo hubo algunos momentos, en los coloquios y en las redes se veía, en los que una parte de la opinión no veía mal el triunfo del golpe. Al fin y al cabo Erdogan ha ido dando pequeños golpes desde el poder para cambiar a su país y convertirse en un líder perpetuo. Con su islamismo moderado ha conseguido destruir uno de los pilares del estado laico de la Turquía moderna, la que surgió hace casi un siglo del golpe de estado de Ataturk y los jóvenes turcos. No dudó en modificar las leyes para poder ser Presidente y acumular un poder que anteriores presidentes no tenían. Ha aprovechado la guerra en la frontera con Siria para apretar un poco más las tuercas a la minoría kurda de su país.

Un político que, una y otra vez, consigue el apoyo mayoritario de su pueblo pero que no termina de concitar la simpatía de la opinión pública europea. Una Europa cada vez más dependiente de que Turquía sea una frontera fuerte y a la vez más temerosa de que, en una creciente islamización, los elementos marginales acaben convirtiéndose en ese peligro cada vez menos latente que son los islamistas inadaptados.

Esta vez el golpe no ha triunfado. ¿Llegaremos a saber quién estaba detrás?

 

El paro en Madrid

Hace unos días se ha reproducido la polémica sobre los datos del paro en Madrid. Al parecer la Comunidad (gobernada por Cifuentes, del PP) crea más empleo que el Ayuntamiento (Gobernado por Carmena, de Podemos).

Carmena y Cifuentes tras una comida en diciembre

Ya fue un argumento empleado en la campaña electoral: hay políticas que crean empleo y otras que lo destruyen. Seguramente es verdad.

Pero yo me pregunto: en unas poblaciones tan interrelacionadas como las de Madrid, capital y comunidad, en las que la capital representa además un porcentaje altísimo de su población ¿es posible discriminar de esa manera los datos?

Los datos de la EPA se refieren al lugar de residencia del entrevistado. En mi empresa que está en Madrid capital (por los pelos, pero en la capital) trabajan muchas personas que viven en núcleos diferentes. Si mi empresa pasara una buena racha y creara empleo ¿lo crearía sólo en Madrid capital o, si contrata a personas que viven, pongo por caso, en Majadahonda, lo estaría creando también en la comunidad?

Siguiendo con el sector publicitario: cuando Group M decidió llevarse sus instalaciones de la capital a Majadahonda ¿restó empleo en la capital o, si no contrató a nadie, dejó las cosas igual? Ahora que su matriz WPP ha decidido concentrar todas sus empresas en el edificio de la calle Ríos Rosas ¿creará empleo en la capital (aparte de los obreros que están acondicionando el edificio)?

Por otra parte, cuando se crea empleo en la capital también se crea en la comunidad, en la que está incluida.

Es bonito crear polémicas y si además tienen connotaciones políticas aún parecen tener más morbo pero en muchos casos, y este es uno, yo creo que los datos no dan para tanto.

Marcas que regalan buenos cortometrajes

Se habla mucho de que los consumidores estamos hartos de publicidad y que lo que deben hacer las marcas es atraernos hacia lo que nos quieren contar y no interrumpir con su mensaje lo que estamos haciendo.

Cada vez hay más gente que discute la idea con la que nos hemos desenvuelto en los últimos años: pagamos con nuestra atención a la publicidad los contenidos que los medios nos ofrecen gratis o a precio inferior al de coste. Una idea que yo creo que sigue siendo válida y que está en la base de la supervivencia de los medios.

Pero hay momentos en los que las marcas nos regalan unos contenidos que apetece ir a buscar. En eso que ahora se llama branded content hay marcas que son verdaderas maestras y llevan mucho tiempo avanzando por ese camino. Una de ellas es Red Bull y su apuesta por los deportes extremos o por la música.

Pero justo en estas últimas semanas me he encontrado con dos cortometrajes que merece la pena ver. Uno de ellos Las pequeñas cosas nos lo regala Estrella Damm, que lleva varios años en esta línea desde que comenzó a proponernos canciones del verano con su línea de comunicación Mediterráneamente. Se trata de una pequeña obra de arte con dirección de Alberto Rodríguez y protagonismo de Jean Reno y Laia Costa.

El otro, 17 años juntos, celebra los primeros 17 años de ING Direct en España. Dirigida por Javier Fesser y protagonizada por Luis Bermejo, Diana Peñalver, Waldemar Vidalón y Milagros Monrroy es una comedia salpicada de sentimientos que toca el tema de la inmigración, la familia y las relaciones sociales. Merece la pena verlo.

No sé si con estas acciones las marcas aumentarán sus ventas. Posiblemente sí. Pero lo que sí tengo claro es que se ganan nuestra simpatía.

En mi caso ING Direct ya la tenía ganada. Hace 17 años, en aquel mes de mayo de 1999 participé en su lanzamiento y durante los siete años siguientes colaboré en el crecimiento de una marca que ha llegado a ser la imagen de su categoría.

Me parecen dos auténticos regalos; dos cortometrajes absolutamente recomendables. Yo los recomiendo.

¿Por qué fallan las encuestas?

En las últimas semanas hemos vivido sonoros fracasos de estudios electorales.

El referéndum sobre el Brexit es un buen ejemplo. Si hay una consulta con resultado fácil de prever es un referéndum. Las encuestas acertaron el resultado real, salvo las de los últimos días cuando tras el asesinato de la diputada Jo Cox detectaron un vuelco, que finalmente no se produjo, . ¿No será que, con las prisas, esas encuestas de los últimos días olvidaron la representatividad de las muestras?

Es mucho más fácil hacer encuestas por internet, o hacer más entrevistas en los núcleos más grandes, o hacerlas en barrios de clases medias…y todo eso habría sesgado los resultados hacia la permanencia.

Votando en un colegio electoral del País Vasco

Las elecciones españolas son mucho más complejas. En realidad se celebran 52 elecciones y para estimar bien los resultados habría que hacer 52 encuestas de tamaño suficiente y con muestras representativas en cada una de ellas. Pocos institutos pueden hacerlas; en los días previos casi nadie las hace; seguramente sólo el CIS.

Pero el día de las elecciones se utilizó una muestra de gran tamaño para realizar la exit poll, la encuesta llamada israelita de voto declarado al salir del colegio electoral. Y los errores fueron, una vez más, de bulto.

Creo que cada vez tiene menos sentido realizar el desembolso necesario para montar un estudio así, cuando los resultados reales se conocen tan sólo un par de horas después.

Pero merece la pena analizar por qué se producen esos errores y creo que el sector debe tomarse en serio esta tarea.

¿El problema está en el tamaño de la muestra, en su representatividad o, resulta que ahora hay una parte considerable de la población que miente? Yo no creo que mucha gente mienta para nada; o, en todo caso, que mienta ahora más que antes. Yo pienso en la falta de representatividad como la mayor fuente de errores.

El mercado publicitario y el de medios dependen en tan gran medida de resultados de encuestas (que nunca tienen un día de las elecciones para comprobar su verdadera calidad) que no nos podemos permitir el lujo de mantener las puertas abiertas a la duda.

Creo que una parte importante de los errores puede deberse a la falta de representatividad de las muestras utilizadas.

En el caso de los estudios electorales tenemos la famosa cocina, que estima los resultados que se publicarán a partir de los obtenidos en la encuesta y de toda la experiencia anterior del instituto encargado de la realización del estudio. La cocina no tendría por qué llevar a peores resultados pero sí se presta a interpretaciones que en otros estudios no se dan.

Aneimo, la patronal del sector, publicó una nota para los medios en la que aclara algunos de los puntos que deben cumplir las encuestas (las normas internacionales de ESOMAR). En su último punto abre una puerta a la sospecha:

ANEIMO quiere dejar constancia de que ninguna de las empresas integradas en esta Asociación efectuó un Sondeo a pie de Urna con ocasión de las elecciones generales del 26J.
¿Quiere decir que las empresas contratadas ese día por los medios no cumplieron las normas?

El Cine español triunfa fuera

Tres de cada cinco espectadores de películas españolas en 2015 no vivían en España.

Ramón Colom, Presidente de FAPAE, dio a conocer hace unos días el informe «El cine español en el mercado internacional 2015» en el que se pueden ver un gran número de datos interesantes.

Ramón Colom en la presentación del estudio

El año pasado el cine español ingresó 270 millones de euros; de ellos 160 corresponden a proyecciones de películas españolas en el extranjero. 26 millones de espectadores vieron películas españolas fuera de nuestro país.

En 2015 se produjeron en España 254 películas, el 15,5% de las producidas en Europa.

El 19,2% de la recaudación de los cines españoles correspondió a películas españolas. Con este dato España se sitúa en novena posición entre los países europeos por cuota de cine autóctono. No me parece el mejor dato posible. Parece que el cine español tiene peor imagen entre los españoles que en el extranjero.

No nos damos cuenta del valor, no sólo económico, que puede tener el cine desde el punto de vista de la influencia cultural.

Se exhibieron a nivel internacional 132 películas, un 16% menos que el año anterior. Aun así sólo en dos años anteriores (21012 y 2014 se superó esta cifra).

Méjico es el país en el que se exhiben más películas españolas, seguido por Italia. El cine español triunfa más en Latinoamérica (afinidad lingüística) que en Europa (proximidad geográfica y económica).

La isla mínima, de Alberto Rodríguez ha sido la película española con mayor repercusión internacional y por ello ha conseguido el Premio FAPAE-ComScore.

600 islandeses no vieron el partido

Islandia está siendo la sensación de la Eurocopa de fútbol.

Que un país de 300.000 habitantes haya llegado a los cuartos de final del torneo, que se sitúe como uno de los ocho mejores países de Europa tras eliminar a los ingleses, los inventores de ese deporte, un país mucho más grande y que presume de tener la liga de clubes más importante del mundo, es, cuando menos, sorprendente.

Un jugador islandés celebra el gol del triunfo frente a Inglaterra.

Pero también está siendo la sensación en el mundo de la medición de televisión. Según una noticia que han publicado diversos medios, nada menos que el 99,8% de los islandeses vieron el partido entre Inglaterra e Islandia por televisión.

Estoy seguro de que fueron muchísimos los islandeses que vieron ese partido. En un país pequeño en el que el balonmano es el deporte nacional, tiene que ser toda una sensación que el equipo nacional de fútbol se clasifique por primera vez para la fase final de un torneo europeo, más aún que supere la fase de grupos y ¡claro! más todavía que juegue en octavos de final contra Inglaterra. Pero…

No sé cuántos hogares tendrán audímetros en Islandia. Por el tamaño del país supongo que no llegarán a seiscientos; o sea que en número de personas no estaremos hablando de más de 2.000. Por tanto, hablamos de que cuatro de esas personas que tienen audímetros en casa no vieron el partido…puede ser.

Pero por otro lado veo que había gente viendo el partido en pantallas en las calles; no sé cómo será el parque de bares en Islandia, seguro que muy pequeño comparado con el español. Pero alguno habrá y tendrá tele y quizá sintonizó el fútbol.

Pero…mucho más aún: en las imágenes de los partidos se ve que la selección islandesa tenía su pequeña, o no tan pequeña, hinchada en los campos de fútbol. Parece que el 8% de la población (26.000 personas) acompañó al equipo a Francia. Hoy mismo, esta tarde, en el partido de cuartos de final contra Francia, se espera que haya 15.000 islandeses entre el público.

Unos datos muy impresionantes pero también muy incoherentes, que demuestran que en cuestión de números estamos dispuestos a creernos cualquier cosa, sin pensar demasiado.

Eso sí: ¡qué grandes son, otra vez, esos islandeses que vuelven a darnos lecciones como ya ocurrió en la crisis o con ocasión de los papeles de Panamá!

Y lo serán sea lo que sea que ocurra hoy en el partido ante Francia.

¿Medimos bien la inversión en Móviles?

Hace unos días ZenithOptimedia, el grupo para el que trabajo, publicó sus previsiones de inversión publicitaria a nivel mundial para los próximos años. Una de las conclusiones, la más llamativa, la que consiguió ser el titular en muchos medios, es que en el año 2017 (o sea ya mismo) la inversión en publicidad móvil superará a la inversión dirigida a PC.

El crecimiento de la inversión publicitaria en el próximo año vendrá por el camino del Móvil.

El último informe sobre inversión en publicidad digital publicado por la IAB y elaborado por la prestigiosa consultora PwC nos decía que en España la inversión en Móviles representaba, en 2015, el 6,1% de la inversión en publicidad digital.

La publicidad en el móvil se ha visto impulsada por la presencia de los smartphones, el vídeo y las redes sociales.

España es, según la mayoría de las fuentes, el país de Europa con una mayor proporción de smartphones en el casi universal equipamiento de teléfonos móviles.

Hay algo que no me cuadra: ¿los anunciantes españoles no se han dado cuenta de que todos llevamos un móvil en el bolsillo? ¿tenemos en España los comercializadores más torpes de publicidad en Móviles? ¿Vamos a pasar de 6% a 51% en menos de un año?

¿O será que estamos atribuyendo mal los datos y parte de la inversión que en realidad va a móviles se la estamos asignando a PC?

Quizá los expertos de PwC me puedan dar la respuesta.