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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

Santiago Microsoft Bernabeu

En este pequeño mundito nuestro del marketing, en el que tanto nos gusta introducir palabros en inglés, últimamente se habla mucho de naming.

Aunque inicialmente esa expresión se utiliza para las técnicas de creación de nombres para las empresas y las marcas (y hay empresas especializadas en eso) en estos meses lo hemos visto, sobre todo, aplicado a la utilización de marcas ya existentes para nombrar espacios públicos, en muchos casos estadios deportivos.

Sabemos que el estadio del Bayern de Múnich es el Allianz Arena, con el nombre de la compañía alemana de seguros. O que el Arsenal juega en el estadio Emirates, por las líneas aéreas del pequeño estado del Golfo.

Incluso una compañía española, Telefónica, ha dado nombre a espacios emblemáticos de Londres o Praga. En el O2 Arena se celebraron varias competiciones de los Juegos Olímpicos del año pasado.

En España vimos como Vodafone buscaba un terreno ajeno a los deportes y se apropiaba poco antes del verano de la estación de Metro de Sol.

Pero la polémica ha saltado a la opinión pública, ¡cómo no!, cuando se ha planteado el cambio de nombre del estadio Santiago Bernabéu. Nada más saltar esa posibilidad a la palestra se han conocido los nombres de tres candidatos: Microsoft, Audi y la propia Emirates. El precio que debería pagar el ganador se sitúa en torno a los 35 millones de euros anuales.

Veremos en qué queda pero parece que las marcas han encontrado otro terreno para asociarse con valores reconocidos por, al menos una parte de, la población

 

5 comentarios

  1. El fútbol es un circo para engañar y tener entretenidos a los bobos http://xurl.es/dzjlq

    14 noviembre 2013 | 10:36

  2. Dice ser JJ

    Yo votaría por tachar en todos los vagones del metro la palabra «bodaphone». Sol es sol, y es de todos. Me parece que no hay derecho a poner a esta compañía estafadora ni a ninguna otra en el metro de los españoles.a cambio de instalar wifi en una línea de metro.

    14 noviembre 2013 | 13:42

  3. Dice ser Pitato

    No pienso consumir NI UN SOLO PRODUCTO que utilice esta forma de publicidad.

    14 noviembre 2013 | 13:44

  4. Dice ser Iòsif

    ¿Naming? ¿En serio? ¿Nos estamos volviendo «tonticos»? Ya he visto esta mañana «coaching» y el «efecto Grow». ¿Aun quedan edactores que piensan que esto es «guay»?

    14 noviembre 2013 | 14:51

  5. Dice ser Goliat

    De entrada, estoy de acuerdo con Pitato. Esta nueva forma de naming fricciona con sensibilidades de amplios sectores de la población, precisamente de la población a la que se dirige. Por ejemplo, cientos o miles de trabajadores españoles no se dejaron los cuernos hace 100 años en contruir unos túneles y una estación de Metro, para que ahora una única persona decida ponerle a esa estación el nombre de una compañía extranjera, a la que no le ha templado el pulso para despedir estos meses atrás en España -silenciosamente, eso sí, porque los medios no van a incomodar a quienes les pagan una suculenta publicidad- a cientos de empleados, a mayor gloria de su cuenta de resultados. Ni siquiera temporalmente, ni siquiera apellidando con su nombre original.

    En estos casos, se antoja imprescindible una consulta previa y vinculante a los verdaderos dueños del bien que se quiere renombrar; en el caso de una estación de Metro a los ciudadanos mayores de 16 años, en el caso de un estadio de fútbol a los socios del equipo o en «excepciones legales» (juas!) como la del «club de Chamartín», a sus abonados. De lo contrario, si se impone la decisión unipersonal del alcalde o presidente de turno, se corre el riesgo de la empresa que se publicita no salga muy bien parada…

    Buen fin de semana!!

    15 noviembre 2013 | 11:26

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