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La víctima número 54

Por Charo Mármol

‘Recuerdo que andaba liada con el almuerzo, me es imposible olvidar ese día, cuando recibí una llamada de teléfono de Alicia donde me anunciaba que dejaba a Fran y se venía a casa con el niño.  Al fin se decidía. Se suponía que en un par de horas a lo sumo se reuniría conmigo, pero tardaba. Intenté localizarla a través del móvil, imposible, no contestaba, imaginé que podría estar conduciendo. Esperaría un poco más. Fue tomar aquella decisión y sonar el teléfono de casa. Jamás pude imaginar lo que habría de escuchar. Mi hija estaba ingresada en el hospital, presuntamente, como oficialmente había que denominarlo, por agresiones físicas de su marido. Creí que el mundo se hundía a mis pies’.

Esto que acaban de leer forma parte de uno de los relatos que hemos recibido en la convocatoria del I Concurso de Relatos Cortos sobre Violencia de Género que hemos convocado en la Fundación Luz Casanova.

Entonces me di cuenta de que podría haber sido la víctima número 54. Imagen de TrasTAndo

Entonces me di cuenta de que podría haber sido la víctima número 54. Imagen de TrasTAndo

A los dos meses de mi embarazo empezaron los golpes y las palizas. He denunciado tres veces, pero las  dos primeras  volví a tomar contacto con él y me volví a creer las mentiras que me decía y las promesas que me hacía. La tercera denuncia fue porque él me dio una gran paliza;  me tuvieron que ingresar en el hospital y operarme, me rompió la mandíbula.

Entonces me di cuenta de que yo podía haber sido la víctima número 54. Nunca  olvidaré este número, ni el día en que mis amigas me  preguntaron dónde tendrían que llevarme la próxima vez las flores, si al hospital o al cementerio. Entonces me di cuenta que mi carrera era hacia el cementerio, que no iba a ninguna otra parte’.

Esto corresponde a una historia real. Es la historia de Maribel (por supuesto es un nombre ficticio). He quedado con ella en una soleada mañana del mes de mayo. Tiene 31 años y tres hijos. Hace cuatro meses que está en el Centro de emergencia  Luz Casanova. La veo tranquila, contenta, con ganas de hablar, aunque durante nuestra conversación, en un par de ocasiones, su voz se entrecorta y los ojos se le llenan de lágrimas al rememorar lo vivido.

Es ella la que ha pedido hablar conmigo. Muchas mujeres no quieren hablar, quieren olvidar el calvario por el que han pasado. Maribel quiere hablar porque quiere decir algo a las mujeres que viven una situación como la que ella ha vivido: ‘Yo quiero contar mi historia para decirles a las mujeres que viven una situación como la mía que hay salida y que hay mucha ayuda. No estamos solas. Porque eso es lo que piensas cuando está viviendo el infierno de los malos tratos, ¿adónde voy con mis hijos tan pequeños?. Hay salida y hay mucha gente que está dispuesta a ayudarte. Simplemente hay que descolgar un teléfono y llamar. No hay que llegar al extremo de verte en un hospital. El no va a cambiar, no cambian porque yo le he dado mil oportunidades y a él nunca le he importando, porque si le hubiera importado algo no me habría hecho lo que me ha hecho. El amor no golpea, y esa es la única forma de querer de “ellos”, los golpes  y los celos  es la gran enfermedad que tienen’

En nuestra conversación le pregunto cómo se encuentra ahora después de este tiempo en la Casa. ‘Cuando denuncio y llego a la casa no podía hablar mucho. No sabía si lo que estaba haciendo estaba bien o mal. Estaba muy confundida.. No podía hablar no sólo porque no tenía apenas habla sino porque no sabía bien lo que estaba haciendo, si estaba bien o mal. Me sentía culpable porque él estaba en prisión preventiva. Yo me preguntaba ¿qué he hecho? El está en la cárcel por mi culpa. En ese momento me sentía culpable, pero yo no lo he metido en la cárcel, el sólo lo ha hecho: duerme y despierta en una celda porque él lo ha querido’  Continúa ‘He llegado a este punto con mucha ayuda de las profesionales de aquí, me he dado cuenta de que yo no había hecho nada. Aquí me han ayudado a verbalizar y poner nombre a lo que vivía: yo era una mujer maltratada aunque cuando  lo estaba viviendo y oía hablar de los malos tratos,  pensaba: yo no estoy viviendo nada de esto, él no es tan malo…. No quería poner nombre a lo que estaba viviendo….’

Seguimos hablando y me habla de sus hijos y de la fuerza que recibe de ellos para emprender esta nueva etapa de su vida. ‘Si miro al futuro quiero vivir y quiero ser feliz. Doy gracias a Dios porque tengo otra oportunidad para estar con mis hijos, doy gracias a Dios por mi familia y por mis hijos, sobre todo por mis hijos que ahora cuando les miro pienso que podría haber dejado a tres niños pequeños sin madre, esto para mi es muy importante, el estar viviendo con ellos esto es lo que me da la fuerza, todo la fuerza que me faltaba me la han dado mis hijos’

Mi conversación con Maribel acaba y ahora leo los relatos enviados al Concurso. Muchos son terribles, pero como tantas veces la realidad supera a la ficción. Cuando escribo estas líneas 28 mujeres han sido asesinadas en España sólo por el hecho de ser mujeres. Muchas otras viven en silencio y en soledad un verdadero calvario.

Hay salida. Solo hay que descolgar el teléfono y marcar: 016

Video de la casa de acogida Luz Casanova:

Charo MármolCharo Mármol es comunicadora, feminista, militante de causas perdidas y autora del blog La mecedora violeta.

 

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El silencio de las víctimas

Por Flor de Torres Flor de Torres

Ellas, las víctimas de violencia de género, apenas pueden hablar cuando acuden a las Instancias Judiciales. Sus frases son entrecortadas porque les asoma frecuentemente el llanto, les cuesta fijar sus ojos pues tienen la mirada perdida y están muy lejos de nuestras vidas y de nuestros tiempos. Sus tiempos son otros y sus códigos de conducta y emocionales distintos.

Un paso al frente. La denuncia es un paso necesario para superar la violencia de género. Imagen de TrasTando.

Un paso al frente. La denuncia es un paso necesario para superar la violencia de género. Imagen de TrasTando.

Y también están las víctimas que no vienen, las ancianas, los hijos, los nietos, los incapaces, los acogidos, los menores. Todos ellos victimas silenciosos del maltrato. A ninguno el día a día puede ofrecerle un horizonte de esperanza. Nadie les guía, entre otras cosas porque no conocen el camino. Todos ellos están en manos de sus maltratadores y solo las Instituciones públicas, privadas, Instancias Judiciales, los vecinos, los amigos, los compañeros, la policía, los médicos que las atienden, o los conocedores de su situación son los obligados a denunciar.
Porque en el día después todas ellas tienen algo en común. Vienen de distintos orígenes, incluso de distintos países, tienen distintas historias, costumbres, estratos sociales, profesiones, domicilios. Pero cuando se descubren como víctimas, cuando el miedo, la rabia y la impotencia les empuja, lo hacen de la misma forma: En silencio y a escondidas.

Y es saber donde acudir, en que momento, como asegurar su integridad, su situación jurídica, su salud física y mental y garantizar a los menores, a sus menores, la educación en igualdad, en respeto a los valores tan íntimos como la libertad, la igualdad, la dignidad y la integridad, el objetivo prioritario para su detección y protección.

Contribuir a que los malos tratos se hagan visibles, es la esencia de su combate. Cada Ayuntamiento tiene un Centro de Información a la mujer, un centro de Igualdad donde se les atiende, se les asesora, se les da asistencia psicológica, asistencial y Jurídica. Los Servicios de Atención a Víctimas de los Juzgados tienen completos equipos multidisciplinares gratuitos para idénticos fines y el Instituto de la Mujer también posee esos recursos, Las Diputaciones poseen sus Áreas de Igualdad con profesionales y asesoramiento jurídico y psicológico. Los Centros de Salud, principalmente en Urgencias se han formado y han protocolizado sus actuaciones para dar cuenta diaria y puntual a la Fiscalía de violencia a la mujer de situaciones que detectan con sospecha de violencia de género cuando la mujer no quiere o no puede denunciar. Todos ellos nos coordinamos y nos auxiliamos en la información. Y en el momento preciso actuamos denunciando. La Policía y la Guardia Civil les atenderán con personal especializado.

Pero además debe de estar presente el empoderamiento de la mujer para afrontar un proceso. Su fortaleza interior para no derrumbarse y para atravesar el camino Judicial.

Los Juzgados de Violencia a la Mujer y la Fiscalía de Violencia a la Mujer son los encargados de tramitar su caso. Sabemos cómo es la víctima de violencia de género y por ello le aseguramos una atención especializada en la materia. Su protección física y psíquica de acuerdo con sus circunstancias personales así como protección policial. Se les dota de una dotación económica y se les adecua sus peticiones civiles en relación a los hijos y manutención en el mismo momento de la interposición de una orden de Protección que sea indicadora de una situación objetiva de riesgo para ella. Se les otorga atención especializa a través del Servicio de Atención a Victimas con tratamiento integral y acompañamiento a Juicio y se les dota de Abogado y Justicia Gratuita desde el inicio del proceso.

Y la experiencia me dice que la protección a las víctimas de violencia de género es más eficaz con la denuncia. En 2013 de las 54 víctimas mortales no habían denunciado 43 y en el 2014 de las 29 víctimas mortales no denunciaron 20.

No se puede proteger a una mujer que no denuncia. Desgraciadamente allí no llegamos y por ello todas las Instituciones nos hemos conectado para intercambiarnos información y proceder en defensa de los derechos de las víctimas que siguen visitándonos la mayoría de las ocasiones en silencio. Alcemos la voz en su nombre.

Flor de Torres Porras es Fiscal Delegada de la Comunidad Autónoma de Andalucía de Violencia a la mujer y contra la Discriminacion sexual.

Salir de la violencia, ser feliz

Por M.J.G y J.M.M  fabricanciones - generando igualdad

Lo fundamental para prevenir actos de violencia de género es que puedas reconocer tú misma que los estás sufriendo.

Va más allá de un puñetazo o‬ un golpe. Las palabras son las que hacen que lleguemos al punto de aceptar un‬ puñetazo como algo normal.‬

 

Todo empieza con una manipulación psicológica. Él va haciendo que te alejes de‬ todo lo que quieres y de todos a los que quieres, que dejes de tener vida‬ social y familiar y que te centres únicamente en él. Se basa sobre todo en hacerte‬ creer que sin él no eres nada.‬

Cuando tu pareja te obliga a estar en un sitio determinado aunque te esté‬ anulando totalmente sin dejarte ni siquiera hablar con nadie.

Cuando recibes‬ un golpe por llegar 10 minutos tarde, cuando recibes otro golpe y te dice que es que lo tenías que haber llamado por teléfono y no lo has hecho.

Cuando te pega un empujón porque simplemente estas dando una opinión distinta a la suya. Cuando te dice que eres una inútil por no pensar como‬ él, que nunca serás nada sin él, que te quedarás sola si lo dejas.

Estos son‬ síntomas de una violencia de género que tanto nosotras como nuestro‬ entorno tenemos que detectar y prevenir.‬

No dejes que nadie te manipule, que nadie te convenza de que no vales nada, de que no sirves para nada.

Que no te quiten el derecho a expresarte, a reír, a comunicarte…

No normalices situaciones de este tipo y sobre todo déjate‬ ayudar.‬

“Grita” por lo que estás pasando, por encima del miedo y la vergüenza.

Cuando alguien de tu entorno (familia, conocido, amiga, amigo, compañera o compañero de‬ trabajo…) te comente que no eres tú cuando te encuentras al lado de tu pareja, y te exprese síntomas como los citados anteriormente, no los rechaces. Hazles‬ caso, tómalos en cuenta, sé fuerte, corta esa relación dañina y que mata tu‬ vida.‬

Nunca des segundas oportunidades. Eso lo único que hace es reforzar a tu agresor, hacerle sentir más poderoso.

‪Siente que no estás sola, y que lo que estás pasando no es algo que te merezcas.

Tú no tienes la culpa de lo que pasa, aquí sólo hay un culpable y es la persona que te limita, te golpea, te veja, te insulta. Ésta es la persona culpable.‬

Todos tenemos derecho a ser felices, no dejes que nadie te mate en vida.

‪‪El llanto, el miedo, la pena y los lamentos son enemigos tuyos. Juegan en‬ tu contra.‬

Cámbialos por la rabia y el valor.

No tengas vergüenza. Tú no eres culpable de nada.

Cuéntalo a quien creas que te puede ayudar…verás como siempre encuentras‬ a alguien que te tienda una mano.‬

Una vez des el primer paso, no te arrepentirás.‬  Habrás conseguido cambiar tu angustia por tranquilidad.‬

 

 M.J.G y J.M.M son dos mujeres víctimas de violencia de género, integrantes del taller de fabricanciones de Rafa Sánchez en la Asociación Generando igualdad

Hablan las mujeres víctimas de la trata

Por Helga FlamtermeskyHelga Flamtermesky

En las noticias de esta semana nos contaban que en España habían desarticulado una red que traficaba con mujeres chinas para la explotación sexual. En resumen, eran esclavas: sometidas, controladas, humilladas, amenazadas.  Mientras veía las noticias imaginaba las cosas que les podían estar pasando por la cabeza a esas mujeres. Ser rescatada también implica afrontar otros miedos y otros problemas. Ojalá las escuchen, ojalá entiendan el porqué de sus silencios, ojalá les respeten el derecho de no denunciar a aquellas que así lo decidan. Lo digo más alto: DECIDAN. Sí, las víctimas de trata deciden sobre sus vidas. Durante la trata tomaron decisiones para sobrevivir, para aguantar, para escapar.

Desafortunadamente para muchas personas las víctimas son solo mujeres rotas e incapaces, como se refirió a ellas un político en Madrid durante un evento sobre la trata.  Verlas así les niega su capacidad de transformación, y deja en el olvido la cantidad de conocimientos que hay en sus experiencias y estrategias sobreviviendo y luego reconstruyéndose.

En el 2007 empecé hacer una investigación sobre la trata de mujeres cuyo objetivo era empoderar a las víctimas situándolas como agentes sociales.  Un trabajo precioso pero muy doloroso. Aún hay recuerdos  e imágenes de la investigación que no cicatrizan.

Autoretratos realizados por mujeres víctima de trata.

Autoretratos realizados por las mujeres víctima de trata que han participado en la elaboración de la Guía sobre Trata de Mujeres.

La investigación se realizó en Filipinas, Estados Unidos, Colombia y España. Participaron más de 22 mujeres de 15 nacionalidades.  Las mujeres que participaron habían vivido diferentes formas de trata: explotación sexual, tráfico de órganos, matrimonio servil y forzado, trabajo en régimen de esclavitud (experiencias que ellas mismas han explicado en forma de cuentos). Algunas hacía más de 10 años que habían conseguido salir de la trata y otras acababan de hacerlo. Algunas habían pedido ayuda, otras habían denunciado, la mayoría habían escapado, muy pocas habían sido rescatadas. Diferentes religiones y diferentes idiomas. Y aun así, logramos conectar entre nosotras y trabajar juntas, sin que nadie nos financiara. Teníamos en común que éramos inmigrantes y que teníamos ganas de hacer visibles las reflexiones y las propuestas de las víctimas.

Las mujeres se situaron como evaluadoras sobre los expertos, analizando sus políticas y sus protocolos de atención. A ellas les costaba ver reflejadas sus vivencias en esos documentos, hasta que después de mucho preguntar descubrimos que la mayoría de los expertos y políticos que trabajan sobre la trata nunca habían tenido contacto con una víctima, o sea, trabajan en base a víctimas imaginadas.

A partir de allí decidimos llevar a cabo diferentes  iniciativas como la construcción de un espacio virtual www.mujerfrontera.org donde las víctimas pudieran hablar, dar ideas y propuestas. Hace tres semanas empezamos a difundir la Guía Sobre la Trata de Mujeres que durante dos años fuimos construyendo (disponible en español, inglés y francés). Es la primera vez que las víctimas de trata hacen recomendaciones a los profesionales, y además dan recomendaciones a otras víctimas para que se cuiden o para que escapen.  Todo basado en sus propias experiencias.

Espero de verdad que estas mujeres sean escuchadas y que la guía tenga mucha difusión. Con ello, estoy segura de que conseguiremos evitar nuevos casos y atender mejor a las víctimas de la trata.

Helga Flamtermesky, coordinadora del proyecto Mujer Frontera (www.mujerfrontera.org)