Por Flor de Torres
El jueves pasado tuve la ocasión de asistir a un estremecedor y magnifico estreno en el Festival de cine de Málaga que nos dejó a todos los asistentes sin palabras. El documental se llama ‘Chicas nuevas 24 horas’, y me conmovió e indignó a partes iguales. Al terminar, sólo pude abrazarme a Mabel Lozano, su directora, y darle las gracias por compartir las historias de Yandy, Sofía, Ana Ramona o Estela. Las dos primeras son menores de edad, y todas ellas son víctimas de trata con fines de explotación sexual desde sus propios países. Un largometraje rodado en cinco países (Argentina, Paraguay, Colombia, Perú y España) y que se adentra en la selva del alto andino de Paraguay, que es triple frontera donde las mujeres son la misma mercancía que las drogas o las armas.
Cualquier víctima ha de ser oída siempre en primera persona, con la atención, empatía y sensibilidad que nos expresa Mabel a través de sus voces. Son las palabras de estas cuatro supervivientes de la trata la guía del documental. Mabel nos sitúa frente a frente a las víctimas invisibles de la trata de mujeres con fines de explotación sexual. Desnudas también en derechos.
Y lo hace con la perspectiva de un negocio mundial que mueve 32 millones de dólares al año, de los cuales una buena parte se inyecta con la connivencia de Europa, sólo por publicitar y ofrecer víctimas bajo títulos como el de la película que inspiró a su directora: “Chicas nuevas 24 horas”, recogido precisamente de las ofertas publicitarias. Y es que España tiene el vergonzoso honor de ser el tercer país consumidor de este producto, precedido solo por Tailandia y Puerto Rico.
Las dos terceras partes de víctimas de trata en el mundo son mujeres y de ellas el 79% lo son o lo serán con fin de explotación sexual. Son datos oficiales de Naciones Unidas. Por ello la trata es un crimen contra la mujer y con marcado componente de género. Exige un compromiso de los Estados de llevar la protección de las mujeres tratadas a todos sus extremos, al igual que se hace hoy ya con las víctimas de violencia de género.
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