Entradas etiquetadas como ‘trata de mujeres’

¿Cómo hablar de la trata de personas para acabar con ella?

Por Nuria Coronado

España tiene una triste alfombra roja: la que se despliega para dar la bienvenida a la trata, la esclavitud del siglo XXI. Somos el país de entrada en Europa en tráfico de mujeres y niñas con fines de explotación sexual. Aquí llegan diariamente cientos de mujeres desde Latinoamérica, África y otros países europeos engañadas por las mafias para convertirse en simple mercancía. Se calcula que hay unas 45.000.

Imagen del rodaje de la película 'Chicas nuevas 24 horas', de Mabel Lozano.

Imagen del rodaje de la película ‘Chicas nuevas 24 horas’, de Mabel Lozano.

Cada una de ellas deja de ser persona para mutar en carne distribuida al peso allá donde sus captores, chulos y proxenetas saben hay demanda. Pasan de ser un yo a una sin nadie. Su explotación mueve en España 5 millones de euros al día y los medios de comunicación cada vez informan más de ello.

Con el fin de que los periodistas contribuyan a informar con rigor y por lo tanto llegar a erradicar este delito, la Comunidad de Madrid, en colaboración con LID Editorial y Apramp, acaban de lanzar el primer manual de estilo en España titulado: Cómo Informar sobre la trata. Nadie mejor para escribirlo que la periodista y experta en comunicación Charo Izquierdo. Más de diez años de esfuerzo para erradicar esta lacra y una novela sobre ella, titulada ‘Puta no soy’, la han llevado a dar un paso más allá y ofrecer a sus colegas algunas pautas eficaces para ser parte de la solución, y no parte del problema.

Por desgracia hay demasiados informativos que siguen hablando de tráfico de blancas, un término propio de siglos pasados cuando se llevaba a mujeres blancas a África o Asia para ser explotadas sexualmente. Hoy la trata afecta a mujeres de cualquier raza. Utilizar el lenguaje correcto es trasladar a la opinión pública la realidad a la que se enfrentan unos 20 millones de mujeres y niñas en todo el mundo’.

Informar con objetividad es el primer escalón para visibilizar y acabar con la lacra, dejar de victimizar a quienes la sufren, animar a la denuncia y proteger de manera más eficaz a las mujeres de un delito que afecta a los Derecho Humanos.

Estas son 10 de las recomendaciones imprescindibles que encontraremos en la guía:

  • No basta con informar. A la hora de dar noticias sobre la trata la cobertura ha de hacerse desde la información ética que huya de victimizar aún más a quienes la padecen. Tampoco hay que hurgar en su desgracia, ni exhibirla con sensacionalismo. Se trata de mostrar el problema desde la perspectiva de los Derechos Humanos.
  • Recordar que la trata de personas es una expresión real de situaciones de violencia más extremas, puesto que desprovee al ser humano de libertad recalcando que es un delito en el que necesariamente se pasa por los estadios de la captación, la privación de libertad y explotación.
  • Diferenciar la localización de la trata y los fines de la misma. Ya que esta puede producirse en el interior del propio país en el que reside la víctima: en él tie­nen su origen y en él, su destino o ser el punto d epartida para ser llevadas después a un tercer país. Además distinguir si es con fines de explotación sexual, trabajos forzosos, delincuencia, servidumbre, matrimonio o para venta de órganos.
  • No confundir trata con tráfico. La trata de personas no es igual que tráfico ya que este suele darse ilícito con migrantes. Hay que vigilar en especial que la trata de personas no se reduzca meramente a un problema de migración, de orden público o de delincuencia organizada.
  • Conciencia y respeto. Se trata de informar para concienciar a la ciudadanía en torno a la magnitud del problema pero respetando en las informaciones o noticias la confidencialidad de las víctimas. Muchas de las víctimas son madres y están amenazadas, tanto ellas como sus familias.
  • No culpabilizar y, menos aún, rechazar. En la transmisión de información no se puede albergar duda alguna sobre la responsabilidad de las víctimas. Dejar claro que los culpables son quienes las engañan, las compran, las trasladan, las alojan y las explotan, convirtiéndolas en esclavas. Tampoco hacer responsables a las familias de la venta de sus hijas. Ellas también son víctimas. Hay que explicar que este delito se produce como fruto de situaciones de absoluta miseria y que está ligada a la pobreza y a la feminización de la misma.
  • Prohibido el sensacionalismo. Huir de dar detalles escabrosos o imágenes en las que se ve a la mujer casi desnuda en un prostíbulo. Utilizar imágenes neutras o que pongan el foco en el culpable de la situación. Hablar de clientes y traficantes que son los que lo provocan el delito. Nunca publicar imágenes de niñas. Lo mejor es aportar cifras y datos que ayuden a situar y a ilustrar la magnitud del problema.
  • Sacar la trata del ámbito de las noticias de sucesos. Si se informa sólo como un suceso estaremos siendo parciales. Informar con regularidad sobre el tema y no sólo cuando se produce una redada para destacar que es un negocio y por eso no se acaba.
  • Destacar el gran trabajo de las fuerzas de seguridad y ongs. Todos ellos trabajan 24 horas y sin descanso para ayudan a todas estas mujeres a salir de la situación. Hacen una labor, muchas veces desconocida, en favor de devolverles no solo la libertad física sino también vital.
  • Promover la denuncia y la esperanza de una vida nueva. Se trata de narrar los hechos haciendo hinca pie en la importancia de que ellas (o cualquiera que conozca de la situación) denuncien para que intervengan las fuerzas de seguridad y se les pueda ayudar a una nueva vida lejos.

Nuria Coronado es periodista, editora en www.lideditorial.com  y responsable de Comunicación de Juan Merodio

Claves legales para un Premio Goya

Por Flor de Torres Porras
flor de torres nueva recortada

La posibilidad de que una película sobre la trata de mujeres logre un Premio Goya es ya en sí una buena noticia. Es buena noticia que los y las profesionales del cine se comprometan con la visibilidad de una tragedia social, seleccionando entre las nominadas para la categoría de mejor película documental un drama realista que se desvela en un impresionante largometraje: ‘Chicas Nuevas 24 horas’ de la Directora Mabel Lozano.

Estela, una de las protagonistas de la película, durante el rodaje en Paraguay. Imagen de la película 'Chicas nuevas 24 horas'

Estela, una de las protagonistas de la película, durante el rodaje en Paraguay. Imagen de la película ‘Chicas nuevas 24 horas’

Yandy, Sofía, Ana Ramona y Estela son sus protagonistas: todas son víctimas de trata  de seres humanos con fines de explotación sexual. Las dos primeras son menores de edad, y son además presentadas en la desnudez de sus derechos, estigmatizadas, atropelladas en sus derechos. El mecanismo de la trata de mujeres con fines de explotación sexual esta milimétricamente plasmado en la película, especialmente en el punto que encadena el atropello de derechos con los beneficios del negocio. Estas mujeres y niñas son tratadas como materia prima, instrumento de cambio. Con un valor de mercado equiparable a las drogas o las armas. Un denigrante delito.

Respecto al delito, existen claves legales para entenderlo y enfrentarlo: la Unión Europea, a través de la Directiva  2012/29/UE del Parlamento Europeo y del Consejo de 25/10/12  considera que la violencia por motivos de género se entiende como una forma de discriminación y una violación de las libertades fundamentales de la víctima. Y comprende, sin limitarse a ellas, la violencia en las relaciones personales, la violencia sexual (incluida la violación, la agresión sexual y el acoso sexual), la trata de personas, la esclavitud y diferentes formas de prácticas nocivas, como los matrimonios forzosos, la mutilación genital femenina y los denominados ‘delitos relacionados con el honor‘. Este ha  sido el  mandato marco que ha servido para armonizar en estos últimos meses las leyes en España dotándolas de la necesaria perspectiva de género que este delito exige.

Así  la flamante reforma del Código Penal por L.O  1/15 que entró en vigor en Octubre de este año ha desarrollado  la tipificación del delito de trata de seres humanos, (artículo 177 bis) incluyendo entre los hechos constitutivos de trata, el intercambio o transferencia de control sobre las personas. Se  ha incorporado la entrega o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de la persona que controla a la víctima. Se ha incluido  entre las finalidades la explotación para que las víctimas cometan actos delictivos para los explotadores, y la celebración de matrimonios forzados. Y se ha negado el derecho de un condenado extranjero por trata a sustituir su  pena por expulsión del territorio nacional, además de una especial atención al comiso de los beneficios de este delito.

Y el Estatuto de la Víctima, por Ley 4/2015   delimita el concepto de vulnerabilidad de las víctimas objeto de trata visibilizándolas de esta forma:

‘… ciertos colectivos de víctimas, que verían ampliada su asistencia y protección con el catálogo general de derechos de la víctima, ante la ausencia de una regulación específica para ciertos colectivos de víctimas con especial vulnerabilidad, se pretende otorgarles una protección especial en este texto  … relativo a la lucha contra los abusos sexuales y la explotación sexual de los menores y la pornografía infantil, así como la Directiva 2011/36/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 5 abril de 2011, relativa a la prevención y lucha contra la trata de seres humanos y a la protección de las víctimas’

Las víctimas del delito de trata de seres humanos y la explotación sexual son mujeres que han sido usadas, denigradas, violadas, abusadas, calladas, esclavas  sexuales y finalmente son olvidadas, invisibles y están profundamente solas. Con la impresionantes voces  que en la película de Mabel Lozano rompen el silencio de esa esclavitud sexual. La voz valiente de Mabel Lozano, directora de ‘Chicas nuevas 24 horas’ permite a las personas que ven su documental entender y preocuparse por este problema al mismo tiempo que las nuevas reformas legales nos ponen en el camino de que llege el rigor de leyes a los responsables y que la atención, acción y protección integral lleguen a  las mujeres que son objeto de explotación sexual.

Mabel Lozano nos ha vuelto a remover la conciencia.  A su trayectoria intensa como documentalista se une su   compromiso social  por todas las discriminaciones que acompañan a las mujeres por el hecho de serlo. Cualquier persona honrada que vea esta película queda sobrecogida ante una realidad que no vemos  pero que está  en nuestras ciudades, muy cerca de nuestras casas,  en nuestros países y en el de sus cuatro protagonistas que realizan un tránsito inverso a sus países de origen para ayudarnos a entender los mecanismos que las han llevado a ser esclavas. Por eso el documental está rodado en Perú, Colombia, Paraguay, Argentina y España.

Gracias  a Chicas Nuevas  24 Horas la realidad invisible de estas mujeres cobra vida. Porque nos atraviesa  sin tacones, sin ropa interior,  sin desnudez de cuerpos, sin clubes de alterne. Sus miradas y sus palabras son suficientes para observar y comprender sus tragedias fuera del estigma y del prejuicio. Solo es posible con  sus miradas limpias unidas a la solidez de la empatía.  Y esta visión sólo puede provocar el más enérgico rechazo y activismo ante la desnudez  e invisibilidad de los derechos de estas mujeres y niñas. Aprendemos a escuchar a Yandy, Sofía, Ana Ramona y Estela. Porque su integridad física y moral, su honor y el robo de sus vidas por parte de sus captores se hacen visibles en la película. Y ésta nos ayuda a entender y proteger a más mujeres como ellas.

Esta no es sólo una gran película: es una batalla, la que estas mujeres sencillas, con una cineasta a la cabeza, libran contra poderosos enemigos. Los que se aprovechan de este negocio indigno donde las mercancías tienen nombres de mujer. Inmensa la dirección de Mabel Lozano, sólo al nivel de su compromiso, su activismo social imprescindible para evitar que sigamos aceptando el sufrimiento de miles de mujeres invisibles y desnudas de derechos.

Flor de Torres Porras es Fiscal Delegada de la Comunidad Autónoma de Andalucía de Violencia a la mujer y contra la Discriminación sexual. Fiscal Decana de Málaga.

Una pregunta que rompe vidas

charo_izquierdo_lateral

Por Charo Izquierdo 

Quién iba a pensar que una pregunta tan inocente y buena a priori podría deparar resultados tan negativos:

‘¿Quieres un trabajo?’

Ya, claro; hay que responder en positivo. Un trabajo nunca se rechaza cuando se habita alojado en la miseria. En cambio, hay lugares en el mundo en los que una contestación afirmativa, en busca del cielo prometido, podría conducir a las llamas de un infierno temido. Porque así, sin violencia, con la benevolencia que se le supone a quien brinda un empleo honorable, como camarera, como modelo, como cocinera, como secretaria, así, en ausencia de hecho violento, se está procediendo al reclutamiento de una nueva persona esclava.

Imagen del proyecto 'Chicas nuevas 24 horas', de la directora cinematográfica Mabel Lozano.

Imagen del proyecto ‘Chicas nuevas 24 horas’, de la directora cinematográfica Mabel Lozano.

Así, con la aceptación de un trabajo, en ocasiones bajo el influjo de lo que en algunas culturas es el rito religioso del vudú, tal vez atrapadas por un supuesto novio, los llamados loverboys, son reclutadas las nuevas esclavas, especialmente las destinadas a la explotación sexual.

No es novedoso. Lo he estudiado. Lo he escuchado de mujeres que escaparon de esa esclavitud, que fueron víctimas de trata con fines de explotación sexual. Lo he hablado con rumanas, brasileñas, argentinas, mexicanas, lo he sabido de los labios de una peruana, protagonista principal de mi novela Puta no soy (Lid Editorial), basada en uno de los personajes del documental Chicas nuevas 24 horas, de Mabel Lozano. Siempre se activa el mismo mecanismo.

Sin embargo, leer sobre ello, sobre esa maquinaria, en el informe La trata de seres humanos, el negocio del comercio con personas, investigación de María José Castaño Reyero, para la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, me ha interesado, tal y como ella lo explica, como un proceso. ‘De las acciones incluidas en el concepto normativo internacional de trata de personas se deduce que la trata es un proceso. A fin de cuentas la trata de seres humanos constituye un mecanismo mediante el cual conseguir esclavizar a una persona’.Y así es. ¿De qué personas? En su mayoría, de esas que no disponen del dólar diario que las sacaría de la miseria absoluta. De esas que se agarran a cualquier clavo que les acerque al sueño de una vida mejor. Generalmente mujeres, sobre todo cuando hablamos de mujeres y niñas cuyo destino es la explotación sexual. Los tratantes buscan personas vulnerables, y la pobreza es un factor determinante de vulnerabilidad. Como bien recuerda la investigadora, ‘para la Organización de Naciones Unidas, la mayoría de los 1.500 millones de personas que viven con 1 dólar o menos al día son mujeres; en un contexto global de subordinación de las mujeres a los hombres, el predominio de las mujeres entre la población empobrecida apunta al denominado proceso de feminización de la pobreza’.

El caldo de cultivo no puede ser más idóneo para que los tratantes recluten entre esas personas a los 20,9 millones víctimas de trata en el mundo, según datos de la Organización Internacional del Trabajo, de los que se supone que un 55% son mujeres y niñas, siendo el 79% de la trata para explotación sexual (según UNICEF, hasta dos millones de niños en el mundo están sometidos a comercio sexual).

Habla la investigadora de las mujeres que entran todos los años en Europa occidental para ser explotadas sexualmente, que La Organización Internacional de las Migraciones cifra en 500.000, ‘la mayoría –escribe- no son ciudadanas de países ricos y desarrollados, sino que proceden de países que se debaten en el subdesarrollo y el atraso. Los encargados de reclutarlas –que pueden llegar a cobrar hasta 500 dólares por cada una- generalmente lo hacen con falsas promesas de empleo como modelos, secretarias o dependientas en un país rico’. Con ellas se nutren clubs, prostíbulos, saunas, calles…

La autora habla del cruce de fronteras, de ‘traslados que se realizan en el marco del tráfico ilícito de migrantes, de cualquier movimiento de personas extranjeras que trate de burlar la legislación española sobre inmigración’, habla de ‘tratantes que buscan el modo de que las víctimas entren en el país de destino con su situación regularizada, con un visado de trabajo o con uno de turista de duración determinada’. Pero lo cierto es que ya no hay solo una trata de mujeres que provienen de América o de África o de Asia, y que requieren por tanto visados y o pasaportes en regla (que habitualmente el tratante retira a la víctima).

En España el 60% de las víctimas provienen de los Balcanes, de países europeos cuyo visado no es condición para entrar. Y en cualquier caso, recuerda la autora que en la fase de transporte de las víctimas, los instrumentos legales europeos no requieren el cruce de una frontera, de modo que el concepto tráfico de personas con fines de explotación también se aplica cuando se produce en el ámbito nacional.

Este año en el que se celebra por segunda vez el 30 de julio como el Día Internacional de la Lucha contra la Trata de Personas, quince años después de que la ONU adoptara el llamado protocolo de Palermo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente de mujeres y niños, hay que seguir recordando que bajo estas frases, bajo estos términos, imposibles de resumir en una sola palabra, se esconde una realidad que sí puede, en cambio, resumirse en una palabra: esclavitud.

Hablamos de trata de personas (en este término se incluye la laboral, la que tiene fines de explotación sexual y la de venta de órganos) y hablamos de violación de derechos humanos fundamentales. Violación de dignidad. Como dice Castaño Reyero, ‘violación del derecho a la vida, la salud, la libertad y la seguridad, la libertad sexual, la intimidad’…

No podemos, desde mi punto de vista, no debemos olvidar la perspectiva de género, porque como decía anteriormente estamos ante otra manifestación más de la feminización de la pobreza, y además ante una de las mayores manifestaciones de la violencia ejercida sobre las mujeres obligadas a ejercer la prostitución. Y, sin embargo, no puedo estar más de acuerdo con la investigadora en que tanto en el enfoque como en la articulación de las posibles soluciones hay que incluir la perspectiva de los derechos humanos violentados.

Y para quien dude de las magnitudes de este crimen que afecta a más de cuatro millones de personas y que mueve al año 35.000 millones de dólares, un dato escalofriante del informe, que ya adelantaba en el último capítulo de mi novela, con diferente exposición: ‘El comercio trasatlántico necesitó cuatrocientos años para llevar al Nuevo Mundo a doce millones de esclavos africanos’. Pues bien, en apenas diez años, ‘se calcula que cerca de treinta millones de mujeres y niños han sido objeto de trata en el sudeste asiático’.

‘¿Quieres un trabajo?’

Charo Izquierdo es periodista y autora de la novela Puta no soy (Lid Editorial)

¿Quién viste a las víctimas de trata?

Por Mabel Lozano
mabel lozano
La semana pasada se multaba con 600 euros a las mujeres que estaban ejerciciendo la prostitucion en la conocida Colonia Marconi de Madrid. Una multa de la Nueva Ley de Seguridad Ciudadana o ‘Ley Mordaza’, en su articulo 37, apartado 5, que dice así: ‘La realización o incitación a la realización de actos que atenten contra la libertad e indemnidad sexual, o ejecutar actos de exhibición obscena, cuando no constituya delito’.

Imagen de una multa impuesta la pasada semana en la Colonia Marconi. Fuente: Mabel Lozano / Apramp

Imagen de una multa impuesta la pasada semana en la Colonia Marconi. Fuente: APRAMP

Las trabajadoras sociales de la Asociación APRAMP veían estupefactas como eran multadas las mujeres que ejercen la prostitución en un espacio abierto como es este conocido polígono madrileño.

Detrás de la prostitución –no es que se sospeche, sino que está comprobado– en muchas ocasiones está la trata, la explotación sexual, el abuso y la violencia. Y, desde luego, es una actividad que ampara gravísimas violaciones de derechos humanos y perpetúa la esclavitud de muchas mujeres y niñas.

El ejercicio de la prostitución de forma consentida no implica ‘voluntariedad’, teniendo en cuenta que puede existir un sometimiento ‘voluntario’ a un abuso debido a una situación de vulnerabilidad económica o social. Por tanto, la Ley Mordaza está vulnerando más aún los derechos de las potenciales víctimas de trata.

Si se multa a estas mujeres y niñas lo que se va a conseguir es que sus ‘amos’, los chulos y proxenetas que se lucran de ellas, las van a trasladar a lugares mas escondidos, a pisos mas difíciles de localizar por la policía, por las asociaciones especializadas, lo que las hará mucho más vulnerables y las expondrá a todo tipo de violencia.

Esta multa hace también que la deuda contraída por las mujeres en sus países de origen, cuando son engañadas con el falso ‘sueño migratorio’, aumente más: lógicamente estos 600 euros, como todo el resto del dinero, saldrán del cuerpo de la mujer.

Como dice mi querida amiga Flor de Torres, fiscal de violencia de género de Andalucía, cuando hablamos de trata hablamos de mujeres ‘desnudas de derechos’. Y quien las debería vestir por el contrario las despoja e, incluso más, las condena a una mayor exclusión social.

Porque con esta medida es verdad que se las llevarán de los polígonos, limpiarán nuestras calles y plazas donde estas mujeres estan a la vista de todos –algo por otra parte que las protege–, pero desde luego los proxenetas no van a renunciar a tan buen negocio. Un negocio en el que todo son ganancias, pues el cuerpo de una mujer, si es joven y se cuida, puede llegar a venderse en múltiples ocasiones durante el mismo día, incluso contra su voluntad.

Mabel Lozano es documentalista. Directora de Chicas Nuevas 24 Horas, película contra la trata de mujeres y niñas para la explotación sexual. En 2015 ha recibido el premio Avanzadoras de 20 Minutos y Oxfam Intermón.

Refugio contra la trata

Por Mariana Vidal Mariana Vidal

Ayer pude escuchar en la cadena SER la voz de ‘Paloma’, la segunda víctima de trata de personas para explotación sexual que ha logrado asilo político en España. La historia de esta mujer, que habla con nombre supuesto, y de quien sólo conocemos su voz, es estremecedora.  Ha logrado salir de la esclavitud, llegar a nuestro país y protagonizar un proceso de dos años hasta demostrar que su vida sigue en peligro y que en México nadie, ni las instituciones, ni la policía, la defendieron de sus secuestradores, violadores y explotadores.

Cartel de Apramp sobre la trata de personas.

Cartel de Apramp sobre la trata de personas.

Con la voz dolorida, y en llanto, ‘Paloma’ ha enviado un clarísimo mensaje a quienes mantienen vivo el lucrativo negocio de la trata de personas: quienes consumen sexo tienen que saber que lo hacen con niñas, adolescentes y mujeres secuestradas y torturadas. Que las mafias que organizan estos servicios son equivalentes a las que trafican con armas y drogas.

‘Paloma’ superó la pesadilla gracias a una ONG, Accem, que tiene en su página web una clara explicación de qué es y cómo se produce la trata de personas. En nuestro país, entre 20 mil y 50 mil mujeres están sometidas a esta situación, según las organizaciones que trabajan para erradicarla.

Pero el asilo -sólo dos casos en nuestro país hasta ahora- y las ONG no son suficientes para afrontar un problema que se inicia poniendo dinero en manos de un mafioso para que te permita violar a una mujer. Una sociedad que llega a este grado de dolor y explotación no puede ser una sociedad sana. Miremos alrededor y dejemos de sentir que todo este dolor es invisible. Reaccionemos.

 

Mariana Vidal es comunicadora y especialista en América Latina.

¿De quién hablamos cuando hablamos de prostitución?

Por Susana Martínez-Novo SusanaMartinezNovo70

La semana pasada tuve ocasión de ver la película Evelyn, de Isabel de Ocampo, un documento impactante sobre la captación de una joven peruana por una red de trata con fines  de explotación sexual en España. La recomiendo para quien quiera acercarse a la realidad de las víctimas y entender los mecanismos que hacen que una mujer, en este caso una menor, se vea forzada a ejercer la prostitución. Esta película incita a la reflexión.

Cartel de la película Evelyn

Cartel de la película Evelyn, dirigida por Isabel de Ocampo

Cuando hablamos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, nos olvidamos de que estamos tratando un problema que afecta a los derechos humanos, con un claro contenido de  género.

La mayoría de las acciones emprendidas desde los organismos institucionales se centran en la lucha contra las redes de trata y las  formas de comisión delictiva de la actividad, y más recientemente en el fomento de incipientes medidas de atención a la víctima, y esto con escasos recursos y muchas cortapisas. 

Hay que tener en cuenta  que una de las barreras con las que nos encontramos es la de la competencia territorial y la falta de coordinación que existe entre las instituciones y los Gobiernos de los países en los que se insertan las redes de trata. Ni tan siquiera las legislaciones  son uniformes en la persecución de estos delitos, que tienen distintas y variadas formas de comisión,  e incluso algunos son permisivos, por motivos de política económica o ideológica. Los tratantes lo saben y se aprovechan de ello.

Por otra parte, todavía no existe una radiografía suficientemente significativa del fenómeno de la trata.

Muchas  pueden ser las razones. Es un negocio que mueve una gran industria tras la que se esconden intereses económicos que seguro que la mayoría de nosotros ni tan siquiera nos llegamos a imaginar. Ejemplo de ello son los anuncios de prostitución y de ‘venta’ de  sexo, que todavía se exhiben sin pudor en nuestros medios de comunicación, salvo honrosas excepciones como la del diario que nos acoge. 

Pero lo más grave es que este es un fenómeno en el que impera una tolerancia social, expresa en ocasiones, implícita en otras, de la que todos somos cómplices. Algunos hablan de la prostitución como una relación mercantil, otros más sensibles a la materia, hablan de  acabar con las redes, pero ¿quién habla de los consumidores del sexo?

Nos sonrojamos. Éste es un tema molesto, pues desgraciadamente puede afectar a cualquiera de nuestros amigos y conocidos,  y tendemos a no querer enterarnos o incluso a disculparlo. La falta de información a este respecto es alarmante. No sabemos cuál es el  volumen real de la demanda de prostitución en nuestro país, cuál es el perfil de los “usuarios”, en qué franjas de edad y nivel económico y social se mueven

Para evitar que nuestras hijas ejerzan la prostitución, es necesario que nuestros hijos no estén dispuestos  a pagar por el sexo.

Por ello es necesario que se pongan en marcha y se hagan efectivas medidas de prevención, que comiencen por la educación, y la transmisión de valores no discriminatorios por los medios de comunicación, avaladas por  normas internacionales, como la Directiva 2011/36 de la Unión Europea, que en su artículo 18 señala:

Los Estados miembros adoptarán medidas apropiadas, como la educación y la formación, para desalentar y disminuir la demanda, que es el factor que favorece todas las formas de explotación relacionadas con la trata de seres humanos.

 

Susana Martínez Novo es abogada y activista.