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La manada: mucho más que un debate jurídico

Por Susana Martínez Novo

Como jurista pienso que no se puede hablar de justicia en términos absolutos. Detrás de las leyes, mejores o peores, hay en la mayoría de los casos una labor de depuración e interpretación y esa labor corresponde a los jueces y magistrados, que diariamente nos ilustran con sus sentencias.

Pero en este caso la sentencia de la manada ha supuesto un mazazo moral para gran parte de la sociedad. Una vez más, vemos con estupor como en los procesos de género se investiga e interroga sobre la reacción de la víctima y su comportamiento frente a las agresiones y sin embargo se minimiza el valor de su testimonio, obviando que el miedo es libre, así como múltiples las reacciones que cada individuo pueda experimentar ante una situación límite.

Movilización del 8 de marzo en Madrid. Imagen de Pablo Tosco / Oxfam Intermón.

Igualmente se olvida que, en los delitos de género, el entorno, los estereotipos y el dominio de un grupo sobre otro generan una violencia ambiental que sumada a una posición de inferioridad física y numérica y a unas circunstancias de aislamiento, me resulta muy difícil pensar que no constituyan una intimidación.

En efecto, podemos hablar de la sentencia y de la interpretación, a mi juicio absolutamente benevolente y desmarcada de la realidad social, que se ha dado a los hechos probados en la misma.

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Corresponsabilidad y malentendidos

SusanaMartinezNovo70

Por Susana Martínez Novo

Nuevamente se plantea desde instancias gubernamentales dar salida al Proyecto de Ley de corresponsabilidad parental, fundamentado entre otros motivos en el fomento de la responsabilidad de ambos progenitores para el ejercicio de las relaciones paternofiliales tras la ruptura de la convivencia.

La corresponsabilidad es fundamental en la crianza de los niños. Imagen: Towar / CC0 Public Domain

La corresponsabilidad es fundamental en la crianza de los niños. Imagen: Towar / CC0 Public Domain

Se olvida el legislador que la realidad social continúa azotando a las mujeres, siendo estas el sector que más se ha visto perjudicado por las medidas de restricción económica. La precariedad en el empleo afecta más a las mujeres, y son las mujeres las que más tiempo dedican al cuidado de la prole y de los mayores.

En este contexto, pretende nacer una ley sobre las bases de una premisa errónea. Me pregunto por qué no empezamos por fomentar las medidas de inserción laboral e independencia económica de las mujeres para lograr que la implicación de ambos progenitores sea análoga durante la convivencia y logrado este primer y básico objetivo, adaptamos la norma a la realidad social que se pretende regular.

Por otra parte, no existen en nuestro país estudios fundamentados sobre el efecto que las medidas de custodia compartida han tenido sobre los menores, cuando ha sido impuesta por nuestros tribunales, premisa que igualmente considero necesaria.

Pero es más, la custodia compartida es posible y ya está siendo acordada en la praxis de nuestros tribunales cuando las circunstancias del caso y el interés de los hijos e hijas así lo aconsejan.

En tal sentido es reiterada la jurisprudencia del Tribunal Supremo, y a tal efecto cito la reciente Sentencia nº 619/2014, de 30 de octubre de 2014, que establece que la guarda y custodia compartida se acordará cuando ‘concurran criterios tales como la práctica anterior de los progenitores en sus relaciones con el menor, y sus aptitudes personales, los deseos manifestados por los menores competentes, el número de hijos, el cumplimiento por parte de los progenitores de sus deberes en relación con los hijos y el respeto mutuo en sus relaciones personales‘.

También se establece que la custodia compartida conlleva como premisa la necesidad de que exista entre los padres ‘una relación de mutuo respeto, que permita la adopción de actitudes y conductas que benenficien al menor y no perturben su desarrollo emocional’.

La excesiva normativa y el exceso de celo, llevan al quienes legislan a introducir en el Anteproyecto de Ley de corresponsabilidad parental medidas tales como la posibilidad de otorgar una guarda compartida aun cuando ninguno de los progenitores solicite su ejercicio compartido, o incluso cuando sobre ambos puedan pesar indicios fundados de haber cometido actos de violencia, entre ellos o respecto de sus hijos e hijas. Esto conculca de forma palmaria el criterio lógico y razonable del Tribunal Supremo.

¿Es un buen progenitor o progenitora quien resuelve sus conflictos con violencia? ¿Puede considerarse en algún caso que un comportamiento violento redunda en interés del menor?

Considero que debemos hacer un llamamiento a la cordura, y más cuando se trata de decidir sobre el desarrollo y cuidado de nuestros hijos e hijas. Hay que dar un mínimo margen de confianza a los padres para que decidan sobre las medidas que van a regir el futuro de sus relaciones, interviniendo solo en caso de conflicto y, por supesto, sin llegar al punto de imponer por la fuerza lo que ninguno de los dos padres quiere.

Donde impere la sensatez, no tiene que imponerse la norma.

Susana Martínez Novo. Abogada y activista. Presidenta de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, participa también en la Asociación Española de Abogados de Familia.

Niñas y niños en medio de la violencia

Por Susana Martínez-Novo SusanaMartinezNovo70

Que un niño o una niña que convive en un ambiente violento es víctima directa de esa violencia, es un hecho incuestionable. Nos basta ver su forma de comportarse y las secuelas que la huella de la violencia deja en estos menores. Los expertos señalan que determinadas sintomatologías son típicas en estos casos y prestando atención podemos detectar cuando están sufriendo vivencias violentas.

Las niñas y niños que viven en ambientes violentos muestran sus sentimientos en sus dibujos. Imagen: Comisión de Investigación de Malos Tratos a Mujeres.

‘El miedo’, dibujado por un niño de diez años. Imagen: Comisión de Investigación de Malos Tratos a Mujeres.

¿Como llegan las y los menores que acuden a nuestra entidad? La psicóloga nos comenta que lo primero que debemos entender es que se expresan con un lenguaje diferente.

Nos hablan a través del cuerpo y del movimiento. En ocasiones llegan con un bloqueo emocional y esto se traduce en su negativa a verbalizar sus vivencias, en su falta inicial de expresividad. Es frecuente la aparición de conductas regresivas, o de otras como la pérdida de atención y concentración. En el colegio suelen mostrar cambios en sus relaciones, muestran agresividad o inhibición hacia sus iguales. Nos hablan, pero debemos descifrar su lenguaje.

¿Cómo trabajamos para ayudarles? Lo importante es ir equilibrando sus emociones, que reordenen su mundo interior. Que aprendan a generar recursos ante situaciones difíciles. La forma de trabajar es distinta con cada niña, con cada niño, y también según cada terapeuta.

En nuestra entidad hay profesionales que utilizan herramientas como el juego. Los juegos de construcción y  destrucción les ayudan a organizar su mundo, los juegos de mesa les ayudan a entender las normas y los tiempos, los dibujos les ayudan a relacionarse y nos muestran su estado de ánimo. Es infinito lo que puede observarse a través del dibujo de un niño o una niña.

Siempre decimos que la educación en igualdad es la forma de prevenir la violencia de género.  Hasta ahora hemos hablado de maltrato, sin embargo ¿a qué llamamos  educación en igualdad? ¿A qué nos referimos cuando hablamos de ‘buen trato’? Seguro que en este sentido cada  persona tiene unas ideas diferentes y es aquí donde debemos alcanzar un consenso de mínimos que nos permita dibujar una línea uniforme para erradicar este tipo de violencia.

Las personas, en nuestra sociedad, cada vez tendemos más al individualismo, y en las relaciones de pareja la lucha por el control y la autoridad se traduce en el sometimiento y la pervivencia de la desigualdad de géneros. Nos olvidamos de cómo debemos relacionarnos con otras personas.  Por ello es imprescindible trabajar desde la infancia las relaciones entre iguales, el lenguaje, los juegos, la resolución de conflictos y en palabras de la psicóloga Paula Roldán  ‘la sexualidad como una forma de relación humana basada en el respeto’.

Susana Martínez Novo. Abogada y activista. Presidenta de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, participa también en la Asociación Española de Abogados de Familia.

Un convenio para prevenir la violencia en Europa

Por Susana Martínez Novo SusanaMartinezNovo70

Cuando estudiaba Derecho decían mis profesores que las normas deben adaptarse a la realidad social del tiempo en que deban ser aplicadas. Sin embargo cuando hablamos de violencia de género, nos encontramos con que la conciencia social y política todavía está muy por detrás de la legislación.

El pasado 6 de junio fue publicado en el BOE el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica – Convenio de Estambul-, abierto a la firma el 11 de mayo de 2011.

Con frecuencia, el maltratador obliga a la víctima a obedecer sus caprichos mediante coerción  y amenazas. Ilustración de Ana Sara Lafuente.

Con frecuencia, el maltratador obliga a la víctima a obedecer sus caprichos mediante coerción y amenazas. Ilustración de Ana Sara Lafuente.

El convenio constituye a mi modo de ver un intento bien intencionado de promover las políticas públicas contra la violencia de género, comenzando por la necesidad de visibilizar la existencia de la violencia mediante la recogida de datos, que en muchos paises todavía no se realiza. Pero sobre todo supone un avance y un reconocimiento de otras formas de discriminación hacia la mujer hasta ahora silenciadas.

Condena el convenio todas las formas de violencia contra las mujeres, incluyendo la sexual, matrimonios forzados, mutilación genital femenina, y esas otras más sutiles como la privación arbitraria de la libertad y la violencia económica, que las organizaciones que trabajan en defensa de los derechos de las mujeres vienen poniendo de manifiesto desde hace mucho tiempo.

Parece que no acabamos de enterarnos que determinadas formas de violencia como el control de las actividades de la pareja, de los horarios, los movimientos, de los ingresos familiares… provocan de forma ineludible una dependencia personal y económica del violento, que bajo el paraguas del amor y del paternalismo no deja salida. Pero es más, por fin se censura la existencia de justificaciones de tipo cultural, religioso y específicamente el  ‘honor’  como fundamento de las conductas violentas.

De esta forma discursos como los ofrecidos por determinados personajes de marcada relevancia social, sacerdotes y otros cargos públicos, especialmente en pequeñas localidades donde su opinión es fuente de ideología y transmisión de valores, quedan ahora más que nunca deslegitimados y deben ser objeto de rechazo y reproche social.

Por otra parte, produce cierta satisfacción contemplar como se aborda la necesidad de asignación de recursos financieros y humanos para la aplicación de las políticas públicas dirigidas a estos objetivos, y se hace especial hincapié en el reconocimiento que a todos los niveles debe otorgarse a la labor de las organizaciones no gubernamentales, por su experiencia en la materia y a la necesidad de establecer una cooperación eficaz con dichas organizaciones.

Creo que no podemos olvidar el servicio que desde las organizaciones se ofrece a las víctimas y que la cooperación entre instituciones y organizaciones es un cauce necesario para rentabilizar recursos y para favorecer el seguimiento personalizado de los casos.

Por no ir más lejos, el otro día me decía una mujer: ‘¿Cómo quieren que no nos desanimemos si en el Punto Municipal han atendido a mi hija en tan solo dos ocasiones en más de tres meses y está psicológicamente destrozada?’ Por supuesto, le hemos ofrecido terapia grupal en nuestra organización.

Ahora estamos a la espera de ver como se pone en marcha la aplicación del Convenio, que entrará en vigor en nuestro país el próximo 1 de agosto. Tres años ha tardado España en ratificar dicho convenio, pero lo más patético y sorprendente es que a fecha de hoy solo 11 países de los 47 que conforman el Consejo de Europa lo han ratificado y en concreto que países como Francia y Alemania todavía no lo hayan hecho. ¿ No sufren sus mujeres algún tipo de discriminación o violencia?

Esto pone de manifiesto que la violencia de género todavía no forma parte de las prioridades de la agenda política de muchos países de la Unión Europea y si esto es así como pretendemos que se remueva la conciencia social de las y los ciudadanos que viven bajo esos gobiernos y de los otros que queramos o no, nos dejamos manejar por las prioridades de Europa.

 

Susana Martínez Novo. Abogada y activista. Presidenta de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, participa también en la Asociación Española de Abogados de Familia.