Por Flor de Torres
El Instituto Andaluz de la mujer ha publicado la Guía de madres y padres para hijas que sufren violencia de genero con el elocuente título: ‘El novio de mi hija la maltrata. ¿Qué podemos hacer?‘.
Y es que los padres y madres no poseemos herramientas de afrontamiento psicológico ante el problema de normes magnitudes ejercido a nuestras hijas. La violencia de género proyectada a las menores de edad puede producir efectos devastadores en su integridad física y mucho más aun en su futura integridad moral. En esta guía se nos aportan instrumentos de detección, afrontamiento y, cómo no, de actuación. Se integran los primeros auxilios psicológicos que podemos ofrecer a nuestras menores. Y se plasman en primera persona testimonios reales de cómo se manifiesta esta realidad, como la de esta menor que nos la relata en primera persona:
‘Me estuvo insistiendo durante un montón de tiempo, decía que había cambiado, que se había dado cuenta de que sin mí no podía vivir, incluso sus amigos me lo decían, que estaba muy cambiado, así que le di otra oportunidad. A los pocos días empezó a presionarme preguntándome con cuantos chicos había estado mientras no estuvimos juntos, y a decirme que mis primas no lo miraban bien, que no le daban otra oportunidad, ni mis padres tampoco. Me gastaba bromitas con la ropa que me había comprado, diciéndome que ya no me hacía falta porque ya no iba a tener que ligar. Al final todo era lo mismo otra vez. Había hecho como que había cambiado sólo para que volviera con él, pero en cuanto me tuvo segura…’.
Un testimonio que en nada se diferencia de los testimonios de mujeres que en su mayoría de edad sufren la misma situación. Pero ¿Cómo podemos evitar que conductas que realizan maltratadores se reproduzcan en las menores de edad?
Desgraciadamente los datos estadísticos del informe Detecta también del Gobierno Andaluz a través del Instituto Andaluz de la Mujer nos aportan poca esperanza sobre de la realidad de nuestra juventud.
En el informe Detecta se concluye que:
- Uno de cada cuatro adolescentes andaluces cree que la mujer debe estar ‘en su casa con su familia.’
- El 10% de los jóvenes andaluces cree que es el hombre el que debe tomar las decisiones importantes en la pareja.
- Más del 20% cree que la mujer es más débil que los hombres.
- El 50% de los jóvenes piensa que la mujer aguanta la violencia de género.
Con estas conclusiones el problema puede estar en nuestras madres, las madres o a las esposas de nuestros amigos, en nuestras amigas. Pero también en sus hijas o las nuestras. Algo más difícilmente detectable en la juventud por la fugacidad e inmediatez de las relaciones sociales de nuestros menores basadas y apoyadas en instrumentos que fomentan y apoyan el control entre ellos como whatsapp, Twitter, Facebook, Tuenti, Instagram. Medios telemáticos que a veces se nos escapan a los padres en todas sus dimensiones por ser una forma de relación social invisible a nuestros ojos. Y se esconden en ellas las falsas pruebas de amor de la entrega de claves y contraseñas de sus cuentas a sus parejas también menores que multiplican, fomentan y dan carta de naturaleza al control.
No sigamos buscando causas. No justifiquemos conductas. No validemos la violencia de género con conceptos tan vagos y sin conexión a las agresiones como: Celos, alcohol, drogas, trastornos de personalidad, irritabilidad, pensamientos impulsivos, falta de control, propiedad, emancipación, separación, autonomía de la mujer. No hay ni una sola palabra, ni un solo concepto, ni siquiera un pensamiento que pueda adornar o aminorar la vergüenza que la sociedad siente por la violencia ejercida a la mujer y a las menores. Y es que está impregnada en formas de relación y control que son las aprendidas y perpetuadas.
Pero eso no legitima su continuidad pues no estamos condenados a sentir la vergüenza social del maltrato. Es nuestro debito a nuestras hijas el seguir luchando contra los actos que demuestran la violencia de género ejercida sobre ellas. Más aún si se manifiesta a tan temprana edad. Por ello:
- Interioricemos el problema, detectémoslo y cuanto antes denunciémoslo.
- Invirtamos en las generaciones que nos siguen: En las chicas jóvenes como apuesta segura para que también lo detecten.
- Eduquémosles en Igualdad.
- Desterremos los falsos mitos del amor romántico basado en la sumisión y la desigualdad que tanto daño les hace y que es la semilla de la violencia de género.
- Destruyamos la violencia que pasa de padres a hijos eliminando su germen.
- Rompamos en mil pedazos los roles de chicos y chicas basados en patrones patriarcales.
Pensemos en que las menores no serán víctimas de la violencia de género en un futuro si se ha ganado definitivamente la igualdad frente al presente orden patriarcal. Un ‘orden’ que deriva en violencia a la mujer cuando se impone como rol aprendido y transmitido. Como el único posible. Basado en relaciones de control personal, mental y tecnológico hacia nuestras menores como única forma de relación posible.
Y frente a ello apostemos por la educación en valores de igualdad. Esta apuesta sí que es segura, pues ganará definitivamente la batalla contra la violencia de género y el status quo del denostado sistema patriarcal. Vamos a ello con nuestros hijos e hijas. Sin espera. Es la herencia que tenemos que dejarles: Un mundo en igualdad y sin violencia de género. Unas relaciones de pareja donde no exista nunca más la posibilidad que el novio de nuestra hija la maltrate.
Flor de Torres Porras es Fiscal Delegada de la Comunidad Autónoma de Andalucía de Violencia a la mujer y contra la Discriminación sexual. Fiscal Decana de Málaga.