Entradas etiquetadas como ‘escritora’

Camuflaje intelectual

Por Silvia Martínez Valero Silvia Martínez Valero

Siempre me han dicho que las ideas son propiedad de cada uno y que nadie puede obligarte a cambiar tu manera de pensar. Sin embargo, algunas mujeres lo tienen difícil para reconocer su talento y creaciones como suyas propias.

Os hablo del camuflaje intelectual: a tener que firmar con el nombre de tu marido un libro que habías escrito tú mientras cuidabas de los hijos de ambos; a tener que sonreír mientras las cámaras entrevistaban al que se llevaba los frutos de tu éxito; a tener que fingir que no pasaba nada y que era tu marido quien pintaba tus obras de arte (parecido a lo que ocurre en la reciente película Big Eyes, basada en la historia real de Walter y Margaret Keane). Pero sí, sí que pasaba. ‘¿Hace cuánto ocurrían estas cosas?’, te estarás preguntando. ‘¿Era por el siglo XIX? No, no… yo creo que incluso antes.’ Te equivocas, aunque también haya ocurrido en el siglo XIX.

Cartel de la película Big Eyes, dirigida por Tim Burton.

Cartel de la película Big Eyes, dirigida por Tim Burton.

No hace falta más que fijarse en Amandine Aurore Lucile Lupin (lamentablemente conocida como George Sand), escritora francesa de más de veinte novelas desde las sombras de su seudónimo y que, una vez pudo abandonar a su marido, también comenzó a utilizar ropas de hombre para poder moverse por  los círculos literarios de París con más seguridad. No habría sido creíble que una mujer acudiera a todas aquellas reuniones artísticas como una más. Lo importante era no ser descubierta; lo importante era engañar a la sociedad e incluso a sí misma para poder dedicarse a lo que el alma le pedía y no podía realizar. ¡Qué ironía…! Los mismos hombres que acudían a aquellas reuniones tomaban café mientras hablaban de mujeres y comentaban cuánto les había gustado aquel nuevo libro de George Sand, preguntándose si algún día llegarían a conocerle. Jamás habrían sospechado que ya lo habían hecho; se encontraban justo al lado de George: una perfecta ama de casa.

Ella es solo un ejemplo de las miles de mujeres que hicieron lo mismo en aquel siglo, en los pasados, en los siguientes y en cualquier lugar del mundo. No obstante, puede sonarte a chino lo que cuento de nuestra querida Amandine. ¿No había en el siglo XIX calamidades mucho peores?

Puede ser. Hablemos, entonces, de Robert Galbraith. ¿Qué? ¿Que quién es? Se trata de J.K. Rowling, ¿ahora sí, verdad? ¿Tampoco? ¿La autora de Harry Potter? Ya, sabía que ahora sí.

Es cierto que no fue con esta saga con la que utilizó el seudónimo, pero la mujer es la misma. Hay que aclarar que no es que tuviese miedo de no ser publicada, ya que contaba con el aval de su vasta experiencia. Sin embargo, ella misma reconoció haber elegido aquel nombre masculino para poder escribir una serie de libros policiacos sin presiones y recibir críticas imparciales. Parece que cuando escribes en ‘terreno de hombres’ siendo mujer, todo te es puesto en tela de juicio. No se equivocaba; una vez terminada la novela, al revelarle su identidad al editor, ¿adivináis qué fue lo primero que dijo?: ‘Nunca habría adivinado que una mujer hubiera escrito esto’.

Tanto Amandine como J.K. Rowling escribieron y publicaron. Lo hicieron. Realmente, no le dedicaron demasiado tiempo a pensar cómo; a fin de cuentas, tenían el talento y tenían el esfuerzo. Afortunadamente, yo –mujer y proyecto de escritora– puedo decir que no me siento con ningún tipo de presión para publicar ni reconocer nada.

¡Propongo un brindis por el cambio de los tiempos!

Silvia Martínez Valero es una joven estudiante y constructora de historias.

Cuesta abajo en camioneta: la experiencia de Becky Blanton

Por Gema Castilla Gema Castilla

Quería compartir con vosotros la experiencia de vida de una escritora y periodista estadounidense, Becky Blanton. La he conocido gracias a una charla TED donde cuenta su experiencia cuando se convirtió en una persona trabajadora pero sin hogar en EE.UU., eso le mostró como alguien puede convertirse en invisible para la sociedad y sentir su vida fuera de control.

Becky planeó ilusionada vivir en su camioneta durante un año, recorriendo su país para conocerlo a fondo, pero tras el fallecimiento de su padre, sufrió una terrible depresión y vio como su trabajo como periodista tocó su fin. Su roadtrip  se convirtió en una situación extrema, donde todas las fichas de dominó iban cayendo.

La sociedad, explica Becky, cree que vivir en una estructura de hogar permanente (da igual la calidad de la misma) representa tu valor como persona, pero no debería ser así. Lo que ella quiere decir es que juzgamos a alguien por el lugar donde vive, ya sea un apartamento o una cabaña. Seguimos estigmatizando a las personas que viven en sus coches, en casas de materiales de baja calidad o en la calle.

Porque desgraciadamente podemos ver con frecuencia en los medios de comunicación, los acontecimiento de odio y rechazo que sufren estas personas cada año. Pero  no deberíamos criminalizar el sinhogarismo, porque aunque estas personas no tengan hogar, tienen una vida.

Becky Blanton con su furgoneta, su perro y su gato. Imagen publicada en writersdigest.com

Becky Blanton con su furgoneta, su perro y su gato. Imagen publicada en writersdigest.com

Me quedo con dos frases clave de Becky: ‘el sinhogarismo es una actitud, no un estilo de vida’. Y con ‘las personas no son donde viven, donde duermen o cuál es su situación de vida en un momento dado’.

Os invito a invertir siete minutos de vuestro tiempo y escuchar la emotiva historia de esta mujer que luchó por volver a ser lo que era, conseguir un empleo de nuevo y devolver a su vida ilusión por vivir.

 

Todos deberíamos luchar contra la exclusión, la discriminación y ante todo, contra los prejuicios. Construyamos en común una sociedad para todas las personas, sin juzgar a nadie.

Gema Castilla trabaja en RAIS Fundación, entidad que trabaja por la integración sociolaboral de personas sin hogar.