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Facebook, Apple, y los beneficios de la congelación

Por María Pazos Morán María Pazos

Facebook y Apple han anunciado un original beneficio para sus empleadas: congelarles los óvulos para que puedan ser madres cuando se queden sin trabajo. Gran consuelo: despedidas, sin sueldo pero con óvulos congelados a los 50 años. Cuando ya solo quedaban rescoldos de la hoguera en la que se ha quemado a Mónica de Oriol, esta noticia aviva la llama.

¿Beneficio laboral? Imagen de TrasTando.

¿Beneficio laboral? Imagen de TrasTando.

Está muy bien que estos acontecimientos provoquen alarma social; la discriminación de las mujeres en el empleo es insostenible. Pero ¿Qué haremos ahora? Podemos escandalizarnos una vez más, con razón, pero eso seguirá sin arreglar el problema que está sobre la mesa: las empresas perciben la maternidad como un riesgo y ello repercute negativamente sobre el empleo de todas las mujeres.

La situación es absurdamente interesante. La semana pasada pregunté a un empresario del metal qué le parecían las declaraciones de Mónica de Oriol. Su respuesta literal fue: “Ah, ¿te refieres a esa que ha hablado demasiado?” Ese mismo empresario me recordó que es perfectamente legal tener una plantilla masculina al 100%. En ese caso, ni siquiera hay obligación de tener las instalaciones que  sí exige la normativa cuando la plantilla es de ambos sexos (ya saben, las mujeres no pueden pisar vestuarios masculinos). Eso se llama segmentación ocupacional.

Naturalmente que también hay muchas empresas con plantillas mayoritariamente femeninas (entre otras la de Mónica de Oriol, según ella declara). De hecho, se señala con razón, ellas trabajan mucho y bien. Es cierto: a igualdad de remuneración las mujeres son más productivas. Eso se llama brecha salarial.

En medio de todos estos escándalos, el Gobierno sigue desaparecido. ¿Cómo es posible que la única reacción de la Ministra de Trabajo haya sido negar el problema? Sin embargo, el problema existe y la solución es única: cambiar la organización de los cuidados. Si los hombres tuvieran el mismo permiso de paternidad que actualmente tienen las mujeres, como propone la PPIINA, ellas no se verían obligadas a reducir sus jornadas o a tomar excedencias. Las empresas que ahora contratan mujeres agradecerían que sus empleadas tuvieran al lado a otra persona que asumiera la mitad del cuidado infantil. Por su parte, las empresas que ahora contratan solo hombres abrirían sus puertas a las mujeres con mucha más facilidad.

Claro que también hay que cambiar los horarios de trabajo, pero eso es muy fácil: la ley de las 35 horas semanales ha funcionado en Francia. Y por supuesto que los servicios públicos son cruciales: hay que universalizar el derecho a la educación infantil y a la atención a la dependencia.

Mientras los poderes públicos no hagan su trabajo, la realidad continuará siendo la misma por mucho que nos duela.  Así pues, dirijamos la vista a esos gobiernos y a los parlamentos que deben legislar. ¿Qué modelo de sociedad queremos y qué medidas son necesarias para alcanzarla? Para contestar a estas preguntas, la PPIINA ha convocado un debate público el 25 de octubre. Al día siguiente, 26 de octubre, saldremos a la calle para exigir los permisos iguales, intransferibles y pagados al 100%.  ¡Todas las personas están invitadas!

María Pazos Morán es Investigadora del Instituto de Estudios Fiscales y activista de la PPIINA(Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción). Autora del libro Desiguales Por Ley.  

Amas de casa y paro

Por María Pazos Morán María Pazos

El Presidente de la mayor organización patronal española (CEOE) dice que el paro es del 26% en España porque 1 millón de amas de casa se han apuntado para recibir subsidios. No es verdad: la tasa de actividad femenina española es menor que la de nuestros vecinos europeos (Francia, Portugal, Alemania, Reino Unido…). Tampoco es posible que, salvo casos de verdadero despiste, alguien se apunte al paro con la esperanza de un subsidio para ex-amas de casa. Como se ha encargado de recordar Cándido Mendez, los subsidios solo son para personas que pierden un empleo. Así que El Sr. Rosell se lució.

 

Cocinando. Imagen de Belén de la Banda.

Cocinando. Imagen de Belén de la Banda.

Pero lo verdaderamente alarmante es que ese señor realmente piensa que las mujeres deberían haberse quedado en casa. Este es el imaginario social de nuestro empresariado, y a partir de ahí podemos hacernos una idea del calvario de las mujeres en el mercado laboral español.

En política tenemos anécdotas de este estilo, como la protagonizada por el Ministro de Justicia Enrique Mújica en 1990, pero pertenecen a otra época. Hoy un ministro no se permitiría esos deslices verbales, por el momento. Sin embargo, es muy preocupante que ni el Gobierno ni el PP hayan reaccionado a esas declaraciones del representante de la patronal. ¡Cuidado, que ningún avance es irreversible!

Los sindicatos sí han reaccionado, pero sus declaraciones también son bastante preocupantes. El Secretario General de UGT dice que es normal que las ‘cónyuges de los parados’ busquen trabajo cuando su pareja ha perdido el empleo y hay que alimentar a la familia. ¿Le parecería normal que un ama de casa buscara empleo simplemente porque está hasta los pelos de ser ama de casa? ¡Qué ocasión perdida para recordar que todas las personas, incluidas las mujeres, tienen derecho al trabajo, tal y como figura en la Constitución!

La verdad es que las mujeres aún están excluidas de los derechos básicos: derecho a un empleo digno, a un salario digno, a unas prestaciones sociales dignas, Derecho a la independencia económica para poder decidir sobre nuestras propias vidas. Derecho al aborto (interrupción libre del embarazo) para poder decidir sobre nuestros cuerpos.

No se niega que tengamos todos esos derechos, e incluso se utiliza un lenguaje correcto algunas veces. Hasta se declara como objetivo la incorporación de las mujeres al empleo. Pero la realidad es que nos hemos incorporado al empleo (y al paro, claro está, sobre todo al paro) sin ayuda de nadie y a pesar de los incentivos en contra.

La realidad es que cuando nos hablan de ‘derechos de las mujeres’ no se refieren a la necesidad de que las mujeres también tengamos derechos humanos y laborales. Se refieren justamente a lo contrario: excedencias, empleos a tiempo parcial, paguitas para cuidadoras, permisos de maternidad mucho más largos que los de paternidad… Los mal llamados ‘derechos de las mujeres’ son medidas para que las mujeres sigan cuidando y solo duran mientras ellas realizan esas tareas. No dan derechos sociales y nunca son suficientes para existir independientemente. Eso sí, sirven para que sigamos siendo ‘cónyuges’.

 

 

María Pazos Morán es licenciada en Matemáticas por la UCM y máster en Estadística por la Universidad de Harvard. Actualmente trabaja en el Instituto de Estudios Fiscales (Ministerio de Economía y Hacienda, España), desde donde coordina la línea de investigación ‘Hacienda Pública e Igualdad de Género’. Una de las personas promotoras del llamamiento urgente ante la reforma fiscal que prepara el Gobierno. Su último libro publicado es ‘Desiguales Por Ley‘. Pertenece a la PPIINA y al Fórum de Política Feminista