Entradas etiquetadas como ‘Caribe’

7 demandas de las mujeres latinoamericanas

Por Susana Arroyo Susana Arroyo

Patricia Arquette se robó el show en la reciente gala de los Oscar cuando llamó a luchar por la igualdad de género en Estados Unidos. «A todas las mujeres que han dado a luz y pagan sus impuestos, ha llegado el momento de tener el mismo salario y los mismos derechos (que los hombres)», dijo emocionada tras recibir el premio como mejor actriz de reparto.

A propósito del “Arquettazo”, de la próxima cumbre “Mujeres y Poder” organizada por el Gobierno de Chile con el apoyo de ONU Mujer y del Debate sobre derechos económicos de las mujeres organizado en Nicaragua por la Campaña Iguales, nos preguntamos ¿qué pedimos las mujeres de Latinoamérica y el Caribe a los Estados para acabar con las desigualdades que nos afectan? Aquí van siete puntos (¡y contando!):

  1. Invertir más en nosotras que en la basura: En la región se invierte muy poco en reducir las brechas entre hombres y mujeres. En Bolivia, el presupuesto nacional en equidad de género no supera el 1% del total de los recursos públicos. Se invierte más, por ejemplo, en el manejo de desechos. Como dice Silvia Fernández del Colectivo Cabildeo: ¡No logramos ganarle a la basura! ¿Qué no hay dinero suficiente? Sí que lo hay: Gravando el 3,5% de las fortunas de los milmillonarios latinos, 32 millones de personas podrían salir de la pobreza, muchas de ellas mujeres.
  1. Reconocer que cuidar es una tarea que vale y mucho: Cuidamos a los hijos propios y a los ajenos, a las personas mayores, a las que tienen alguna discapacidad y a cualquiera que lo requiera. Cuando en el mundo se repartió el trabajo, a nosotras nos colgaron la etiqueta de “cuidadoras”, una de las actividades más importantes, pero menos valorada de la historia y aún invisible en las cuentas de los Estados. Según la economista Corina Rodríguez, se estima que, sólo en México, el valor del trabajo de cuidado equivale al 20% del Producto Interno Bruto, un monto que supera a la riqueza generada por las remesas o las exportaciones de petróleo.
Las mujeres de América Latina reclaman los mismos derechos que sus colegas varones. (c) Pablo Tosco / Oxfam Intermón

Las mujeres de América Latina y el Caribe reclaman los mismos derechos que sus colegas varones. (c) Pablo Tosco / Oxfam Intermón

  1. Garantizarnos más y mejores empleos: Sí, tenemos mayor presencia en el mercado laboral, pero en condiciones precarias, sobre todo en el ámbito doméstico y de los cuidados, caracterizado por la informalidad, los bajos salarios y la carencia de servicios sociales básicos. Esta sigue siendo la ocupación de mayor peso para las mujeres activas de Latinoamérica y la puerta de entrada al mercado laboral de las más pobres. ¡Gobiernos, queremos trabajos, pero así no!
  1. Pagarnos igual que a los hombres: Ganamos menos que ellos por iguales labores y eso tiene que cambiar. En 2010 las mujeres de la región ganábamos el 78% de lo ingresado por nuestros colegas varones. De seguir así, requeriríamos 75 años más para cerrar por completo la brecha de género en los ingresos laborales. ¿Qué estamos esperando?
  1. Hacernos traje a la medida: Las políticas de los gobiernos no siempre toman en cuenta nuestras realidades. Los seguros sociales, por ejemplo, se han diseñado en función de la posición de las personas en el mercado laboral, por lo que excluyen a quienes no se insertan laboralmente o a quienes lo hacen de modo precario, como las mujeres. Los Estados deben escuchar nuestras voces (¡plurales, populares y diversas!). Tenemos mucho que decir sobre muchos asuntos. Y sobre la política comercial, fiscal y económica, también.
  1. Garantizar nuestra autonomía: Esto es obvio, pero insistimos. Necesitamos acceso a ingresos suficientes, obtenidos en condiciones que no reproduzcan ni profundicen la desigualdad y que sí garanticen nuestra autonomía sobre el control y uso de los recursos económicos propios. Así de simple.
  1. Este punto es urgente y doloroso: Necesitamos –exigimos- que no nos maten. La tasa de feminicidios en Latinoamérica y el Caribe creció 50% más que la de los homicidios en general. En la lista de países con más asesinatos de mujeres en el mundo, 14 países de la región están entre los 25 primeros. El Salvador ocupa el deshonroso primer lugar, Guatemala el tercero y Honduras el sétimo. Es así: la desigualdad desata la violencia.

Vamos, señores, actúen. No es mucho pedir.

Susana Arroyo es responsable de comunicación de Oxfam en América Latina. Tica de nacimiento, vive en Lima. Pide que cambiar el mundo nos valga la alegría, no la pena.

El hombre valiente no es violento

Por Júlia Serramitjana  Julia Serramitjana

Hombres que lloran mientras mecen bebés. ¿Por qué no? ¿Qué hace a un hombre valiente? Para mí, el hombre es valiente cuando rompe estereotipos y asume que las emociones  también forman parte de su comportamiento. Reprimirlas está muchas veces en la base de las expresiones violentas.

Esta es una de las reflexiones que me planteé durante el pasado año mientras vivía en Centroamérica, en Panamá, cuando conocí  la iniciativa ‘El Valiente no es violento‘ y el trabajo que están llevando a cabo varias agencias de Naciones Unidas en el marco de la Campaña ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres en América Latina y El Caribe.

Y es que, según datos de ONU Mujeres, en las Américas, el 29,8% de las mujeres han sido víctimas de violencia física y/o sexual ejercida por parte de su pareja, y el 10,7% ha sufrido violencia sexual por alguien fuera de la pareja.

Los  jóvenes que participan en la iniciativa pueden hacer sus propias propuestas. (c) ONU Mujeres

Los jóvenes que participan en la iniciativa hacen sus propias propuestas. (c) ONU Mujeres

Es impresionante ver cómo los mismos jóvenes son quiénes están actuando como agentes de cambio para dar la vuelta a esta situación en sus casas, escuelas y comunidades, impulsando proyectos que contribuyan a poner fin a esta lacra en diferentes países de la región. Por ejemplo, me llamó la atención la colaboración que se está llevando a cabo con MTV, una excelente forma de conectar con los jóvenes, y en la que propuesta más creativa será protagonista de un video en MTVLA. También se han llevado a cabo acciones en países como Ecuador o Cuba, donde ya ha empezado a dar sus frutos.

A través de esta iniciativa, se quiere hacer ver que los auténticos “héroes” no son los que pegan, maltratan o discuten, sino los que escuchan, respetan y dialogan. ¡Estupendo enfoque! Desde que lo descubrí, no he dejado de seguir y apoyar esta iniciativa en Facebook  y Twitter 

Lo que más me gustó es que se toma como referencia una atribución de la masculinidad, “la valentía”, para vincularla a valores que implican no ser violento y generar acciones positivas. Incorpora a los hombres jóvenes como parte de la solución, no sólo del problema.  Y es que ser valiente no es ser violento. Ser valiente es lograr cambiar ese estereotipo y son ellos quiénes pueden lograr sembrar la semilla para un futuro sin violencia contra las mujeres y las niñas.

 

 

 

Júlia Serramitjana es periodista y trabaja en Intermón Oxfam