Por Dori Fernández
Parece que se me ha soltado la pluma (la gramatical, se entiende, la otra está bien adherida), y aquí vengo con otra reflexión que, si eres de las personas que están comprometidas con la igualdad entre mujeres y hombres, va a resultarte igual de alarmante que a mí.
Hace ya unos días el Ministerio de sanidad, políticas sociales e igualdad presentó la Campaña para la prevención de la violencia de género 2015, dirigida este año, igual que el anterior, a prevenir el maltrato entre jóvenes. El eslogan de la campaña es ‘Si tu chico te da miedo, cuéntalo’ y está siendo transmitida en prensa, radio, televisión, Internet y hasta en los cines; eso sí, afortunadamente sólo hasta el 7 de mayo. El spot, protagonizado por las actrices Nerea Camacho y Vecky Velilla, muestra a dos chicas adolescentes que sufren el control de sus parejas (varones) e insta a romper el círculo de la violencia machista e iniciar una nueva vida.
Hasta aquí todo parece acertado, ¿verdad? El problema llega cuando una pone en práctica la empatía y se coloca en la perspectiva del joven o adolescente (varón) que ve o escucha dicha campaña. ¿Qué siente? ¿En qué papel se ve en el relato de ficción que muestra la campaña? Se lo voy a adelantar para que no tengan que pensar mucho: se siente fatal, confuso, indignado y cabreado.