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Cuerpos sin normas

Por Mayte Mederos Mayte

Llevo semanas oyendo, en radio y en la red, noticias sobre la campaña ‘La guinda del pastel’, una campaña de crowdfunding que ha puesto en marcha el colectivo Despechadas. Esta asociación trabaja para traer a España a un médico estadounidense que al parecer es una eminencia tatuando pezones y areolas en mujeres que han perdido el pecho en su lucha contra el cáncer de mama. Aquí haría cuatro reconstrucciones, y además daría clases magistrales a profesionales del sector médico y del tatuaje terapéutico para que su técnica quede en nuestro país.

'Pase lo que pase, mírame a los ojos'. Esta camiseta es una de las recompensas para participantes en el proyecto de crowdfunding 'La guinda del pastel', en MyMajorCompany, lanzado por el colectivo 'Despechadas'.

‘Pase lo que pase, mírame a los ojos’. Esta camiseta es una de las recompensas para participantes en el proyecto de crowdfunding ‘La guinda del pastel’, en MyMajorCompany, lanzado por el colectivo ‘Despechadas’.

No puedo sino estar de acuerdo con esta iniciativa. En su momento pasé por el trance de perder un pecho de forma radical, y cuando me reconstruyeron fui a una tatuadora especializada. Esa noche al regresar a casa después de la primera sesión (fueron tres), el trampantojo del pezón dibujado me hizo sentir una mujer completa por primera vez desde la mastectomía.

Lo que ocurre es que el cáncer no sólo me trajo cambios físicos y operaciones, sino también mucho tiempo para pensar. Ahí germinó mi activismo feminista, además del lésbico, y el sentido crítico que fui desarrollando me llevaba a hacerme muchas preguntas. Por ejemplo, la de por qué ejerciendo como voluntaria de una asociación contra el cáncer, en el hospital tranquilizaba a las mujeres diciéndoles que gracias a la cirugía volverían a ser ellas mismas. ¿Es que dejamos de ser mujeres por perder un pezón, o un pecho o los dos? ¿Y el único camino para recuperar la autoestima es la reconstrucción?

Mi conclusión al final del proceso es la misma que con el aborto: cuando estuve embarazada supe que no lo hubiera elegido en el supuesto de malformaciones de mi bebé, pero lucharé siempre por el derecho femenino a decidir sobre nuestro cuerpo. En este caso aplaudo cualquier iniciativa que nos permita optar a las mujeres entre el mayor abanico de posibilidades, pero también creo que el mensaje que estamos dando es equivocado.

Porque reconstruirse el pecho no es la única manera de estar bien psicológicamente, ni de sentirse deseada. Igual que el ideal de belleza delgada es una trampa malévola para millones de mujeres. Y que la tiranía de entrar en la norma hace que durante décadas se haya mutilado de forma arbitraria a quienes nacen con genitales de ambos sexos, las personas intersexuales (o hermafroditas de toda la vida).

Esa misma normatividad de los cuerpos hace que la sociedad necesite que las personas transexuales se operen, para entrar en el binarismo que algunas mentes oxidadas necesitan para entender el mundo. Por eso aplaudo con entusiasmo la visibilización que hizo en su día en Vogue la top model brasileña transexual Lea T, con un desnudo artístico que abrió puertas a quienes se oponen a la dictadura genital de la reasignación. De nuevo, defiendo que la sanidad cubra las operaciones y los tratamientos de reasignación de sexo a quien así lo desee y lo necesite para su proceso personal. Es fundamental. Pero creo que, por encima de todo, necesitamos educación y apertura de miras para entender que el mundo es plural y diverso, y que no todo el mundo tiene las mismas necesidades ni enfoques.

La semana pasada, al salir de la ducha, me dí cuenta en el espejo de que la tinta de mi pezón dibujado ha palidecido. Ya me habían advertido de que hay que renovarlo cada cuatro o cinco años. Mientras me secaba le pregunté a mi novia si para ella era un problema que lo perdiera del todo. Creo que su beso de tornillo fue suficientemente elocuente. Así que no creo que vuelva a pasar por la aguja, y tengo claro que no me sentiré menos mujer por ello.

Mayte Mederos es madre de familia numerosa y autora del blog Avatares de una amazona.

Del blanco y negro al voto arcoiris

Por Mayte Mederos Mayte Mederos firma

Parecía una cita lejana, y una campaña sin contenido, pero tras las variaciones machistas de estos días el 25 de mayo está casi aquí, y con él nuestra cita europea con las urnas. Y a estas alturas, estoy segura de que somos mayoría quienes aun nos preguntamos ¿y a quién voto?

Cada cinco años la misma tesitura. Y no es solo una sensación personal: el euroescepticismo asoma la cola y hace que vaya disminuyendo paulatinamente nuestra participación. Aunque esta octava legislatura tiene una novedad que quizás anime la partida, y es que por primera vez elegiremos de forma prácticamente directa la presidencia de la Comisión Europea, el puesto que ahora ocupa el portugués Durao Barroso.

Pero además hay una poderosa razón para que nos acerquemos el domingo a las urnas, y es que desde 2009 ha llovido mucho, y de creer que Bruselas quedaba muy lejos, hemos pasado a ver las políticas europeas marcar el paso al que teníamos que marchar los países más golpeados por la crisis. Tan solo por eso, merece la pena que nos planteemos todo lo que nos jugamos con nuestra abstención. Así que, una vez convencida de la importancia de mi voto, me pregunto qué opciones merecería la pena priorizar. ¿Qué enfoque será más útil para defender distintas realidades en Europa?  ¿Existen opciones reales para diferentes intereses?

Después de la  lamentable exhibición de estos últimos días, ¿no es posible encontrar listas ‘violetas’ que realmente defiendan los derechos de las mujeres? Creo que tenemos una gran apuesta en Iniciativa Feminista, porque como bien dice su cabeza de lista Juana María Santana, ‘la igualdad inclusiva es el más potente factor de desarrollo social’. Y en eso creo firmemente.

¿Qué opción puede ser más progresista o respetar los derechos de una gran diversidad de personas?  Optar por el PP y su candidato, un retrógrado y machista redomado, sería suicida. Pero además, si alguien del colectivo LGBTI se plantea votarle debería hacérselo mirar, sabiendo que Arias Cañete firmó el recurso contra el matrimonio igualitario.Por otra parte, el PSOE se vende como el voto útil para la izquierda española. Menuda paradoja, con lo inútil que está siendo su oposición al gobierno. Eso sin contar con que luego en el Parlamento Europeo las fuerzas populares y socialistas se alían en gran parte de las decisiones.

Así que, una vez fuera del férreo bipartidismo al que el sistema nos somete, encontramos 37 candidaturas más   entre las que, una vez descartadas las conservadoras que ya conocemos bien, sigue sin ser fácil elegir. Y ahí es donde me pregunto, como persona LGTBI, ¿dónde debería ir el ‘voto rosa’?

Como evidencia este mapa de la ILGA (Asociación Internacional de Lesbianas y Gays), en Europa sigue habiendo mucho trabajo por hacer, y la LGBTIfobia a aún es responsable de muertes, torturas y vejaciones en algunos países del viejo continente.  Incluso en los que tenemos leyes que nos protegen, la discriminación está a la orden del día.


Rainbow Map 2014

Por eso me parece capital que votemos a quienes apoyan la igualdad y la diversidad. Como bien dicen las asociaciones pro derechos humanos a través del vídeo #NoHateEP2014  ,  la campaña está poblada de candidaturas homófobas, racistas y xenófobas.

En ese sentido es de lo más acertada la acción de la ILGA, que ha lanzado la campaña “Come Out” (“Da el paso”), en la que se pide a las y los candidatos del próximo Parlamento Europeo y la Comisión Europea que expresen su determinación a trabajar por los Derechos Humanos y la igualdad LGTBI.  Hasta el momento han firmado 1.082 candidatos, 158 en España. Así que el voto rosa, indudablemente, debería estar entre Iniciativa Feminista, PSOE, La Izquierda Plural, Los Pueblos Deciden, Coalición por Europa, Primavera Europea, Podemos, L’Esquerra pel Dret a Decidir, el Partido Andalucista, Partido X, Piratas y PACMA.

No es fácil hilar fino el análisis entre tantas opciones. Hay muchas propuestas interesantes en los tres apartados anteriores en el programa de Iniciativa Feminista. O en el de Podemos, interesante también por haberse financiado mediante crowdfunding, sin pedir dinero a los bancos, y por fijar su ideario en la lucha contra la corrupción. Aunque tenga mis dudas sobre algunos de sus planteamientos, a veces más valen esas dudas que algunas de las certezas que por desgracia tenemos sobre otras candidaturas.

¿Y servirá para algo votar a uno de los pequeños? Yo creo que sí. Salgamos de la amenaza del voto útil y vayamos a expresarnos masivamente. Si no, nos esperan otros cinco años de poner nuestra cabeza en la bandeja de la Europa más retrógrada. Yo no quiero hacerlo, prefiero defender como mínimo la opción del voto-protesta. O dar colores a mis votos.

Mayte Mederos, Coordinadora del Área de Familias Diversas de Algarabía, la asociación LGBTI de Tenerife, es madre de familia numerosa y autora del blog Avatares de una amazona.