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Esa edad a la que un día llegaremos

Por Rosa BrialesRosa Briales 

Josefa Caballero, Pepita, nació en O´Donnell hace 92 años. Tiene 2 hijas, 6 nietos, 11 bisnietos y una tataranieta de 12 años. Confiesa que su mayor sueño sería poder reunirlos a todos por su cumpleaños. Mantiene un contacto regular con muchos de ellos pero vive sola en su casita baja de López de Hoyos como ha hecho desde hace más de sesenta años. ‘Aquí puedo levantarme cuando quiero, salir y entrar sin tener que dar explicaciones a nadie, no me apetece ser una molestia ni ir a otro lado. Mucho menos a una residencia, al menos mientras yo pueda valerme por mi misma’. Y Pepita puede valerse por si misma,  aunque enfile el camino de sus 91 años, sus movimientos demuestran una agilidad y una energía sorprendentes. ‘Todo el mundo piensa que tengo setentaytantos’.

Pepita, junto con algunas compañeras, enseñando cocina en uno de los Authentic Tours. Imagen: Amigos de los Mayores

Pepita, junto con algunas compañeras, enseñando cocina en uno de los Authentic Tours. Imagen: Amigos de los Mayores

Lo que sí le da miedo son algunos cambios que ha empezado a notar últimamente, la memoria ya no es la que era ‘a veces no recuerdo como se escribía alguna palabra, y si al comenzar la frase debería hacerlo con mayúscula o minúscula, entonces intento hacer algo que se parezca a las dos, algo así’ . Pero por supuesto ella no piensa rendirse, la semana que viene se ha apuntado a un taller para ejercitar la memoria y prevenir esa enfermedad terrible cuyo nombre no quiere citar.

Otra cosa que a veces asusta a Pepita es la soledad, sobre todo por las noches, ‘a veces piensas qué pasaría si te ocurre algo y estás sola. La soledad es una de las peores cosas que te puede pasar cuando te haces mayor, yo tengo una familia grande y mantengo relación con la mayoría, aunque me gustaría que me hiciesen más compañía, muchas veces les digo de broma  que con todos los que somos si se turnasen para llamarme todos los días, jamás estaría sola‘.

Pero Pepita tiene suficientemente llenos los días, con su grupo de gimnasia  ‘hace poco me llevaron como un ejemplo a un gimnasio para que enseñase los ejercicios que aún hago con la pelota‘, las visitas a las hermanas Padilla que viven en el barrio o sus amigos del Centro de Día donde come casi todas las mañanas. Este año además se ha apuntado a enseñar a los más jóvenes recetas típicas españolas en el Taller de Cocina Cayena dentro de la iniciativa de los Authentic Tours. ‘Enseñar cosas a los demás me hace sentir como una niña’. Y la sonrisa de Pepita nos sigue recordando que lo que nos acercan son las cosas que tenemos en común, nada que ver con la edad.

Hoy 1 de octubre celebramos el Día Internacional de las Personas Mayores. Desde 1990 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó este día para rendirles homenaje y dar visibilidad internacional a este grupo de población. La mayoría de la ciudadanía desconoce esta celebración y su importancia teniendo en cuenta los desafíos que imponen los cambios en los modos de vida. Como cada año queremos llamar la atención de la opinión pública sobre el colectivo de las personas mayores y especialmente el problema de la soledad que afecta a un número significativo de ellas. Este año queremos tender puentes y reflejar los vínculos en común que comparten diferentes generaciones.

La música, el fútbol,  el teatro… las cosas que tenemos en común suelen ser un vínculo entre las personas. Y la edad pese a algunos prejuicios generales no supone un impedimento. La relación de nuestros mayores y voluntarios y voluntarias de Amigos de los Mayores  son pruebas diarias de ello y este año queremos extender esta experiencia al público. Para la ocasión hemos preparado los Authentic Tours, una manera diferente de descubrir rincones de la ciudad de Madrid a través de la experiencia y los conocimientos de personas mayores a las que acompañamos. Porque entre las cosas que nos unen por supuesto está un plato de buena comida y ninguna chef mejor que Josefa Caballero para enseñarnos como se hace un buen salmorejo a sus 92 años.

Rosa Briales es responsable de sensibilización de Amigos de los Mayores. Con motivo del Día Internacional de las Personas Mayoes, organizamos experiencias como los Authentic Tours. También es posible hacer una aportación y regalar compañía para personas mayores llamando al teléfono 91 359 93 05, a través de la página web o escribiendo a socios@amigosdelosmayores.org.

Solas en la ciudad

Por Rosa Briales Rosa Briales

El verano es un momento de respiro y descanso para muchos de nosotros. Sin embargo, para muchas personas mayores en la ciudad de Madrid, en esta época del año los pocos familiares que tienen, los vecinos que les alegran los días con un saludo en la escalera, se han marchado de vacaciones, y el sentimiento de soledad con el que conviven se acrecienta.

Cuando Antonia cumplió 80 años, y aunque nunca lo hubiera imaginado, pasó el día sola, arropada solamente por su mesa camilla. Antonia es cordobesa, una mujer simpática y entrañable, le encanta charlar, socializar, el contacto con los demás. Fue educada en las labores del hogar, en particular se ha dedicado muchos años a la costura, y ha sido profesora de corte y confección. A los 25 años vino a vivir a Madrid. Estuvo casada y no tuvo hijos. Trabajó en casa de escritores, ayudándoles en la cocina y en las tareas del hogar. Muestra con orgullo los libros que le han dedicado.

Antonia cartel

Hace algunos años sufrió una caída. Desde entonces sale poco de casa y pasa sus días en un piso pequeño en el barrio de Argüelles. Pasa las horas leyendo, viendo la televisión y cosiendo. Escribe y habla por teléfono con sus amigas. Le gusta el teléfono fijo y la correspondencia, la comunicación “de toda la vida”, y de hecho, es una experta en la materia. Con su sonrisa y su alegría es capaz de transmitir y contagiar a los que la rodean el gusto y placer de vivir la vida. Le gustaría salir más, ir a visitar a sus amigas y organizar reuniones y meriendas en las casas, como solía hacer, pero con la edad todo se ha complicado. Ir a hacer la compra, sencillamente salir de casa se ha convertido en una experiencia ocasional, de la que disfruta cuando tiene visitas, y una mano amiga que pueda cogerle del brazo.

Antonia acompañada

Hace un par de años le hablaron de Amigos de los Mayores, una organización que se dedica a apoyar a las personas mayores que viven o se sienten solas, a través de voluntarios. Al principio tuvo sus dudas. Para Antonia, no fue sencillo aceptar que necesitaba ayuda, decidirse a solicitar un voluntario y abrir sus puertas a nuevas personas. Finalmente se animó a ponerse en contacto con la organización, y unos meses después conoció a Angel.

Angel es publicista, valenciano, de 30 años, y en ese momento acababa de instalarse en Madrid. Sentía que la vida le sonreía y tenía ganas de compartir su alegría con otras personas haciendo un voluntariado. Tenía muy presente la relación con su abuelo, y se puso en contacto con Amigos de los Mayores.

Antonia suele decir que tiene dos ángeles, uno arriba y otro abajo. Angel viene a visitarle todos los sábados, e intenta animarle para salir con ella a la calle, y que pueda tomar el aire. Cuando está ocupado el fin de semana sustituye la visita del sábado por una tarde entre semana. Sabe lo importante que es para Antonia esta visita semanal. También lo es para él, ambos se enriquecen mutuamente, y han ido construyendo una bonita amistad. Juntos van dos veces al año a las fiestas tradicionales de Amigos de los Mayores, en San Isidro y Navidad.

La vida de Antonia ha cambiado mucho desde entonces. El pasado verano pudo disfrutar también de un fin de semana de vacaciones en la sierra de Gredos, junto con otras personas mayores de la Fundación. Fue una experiencia inolvidable, hizo nuevas amigas, y este 83 cumpleaños tiene planeado hacer una comida en su casa, y preparar unas migas para todas, una de sus especialidades. Con un poco de ayuda, será una fiesta inolvidable, como las que solía organizar.

Como Antonia, en Madrid hay más de 150.000 personas mayores que viven solas, en España son más de 1.800.000 personas mayores, y este verano lo pasarán de nuevo en soledad.

Para visibilizar esta situación, Amigos de los Mayores ha creado la campaña de sensibilización multicanal #NoCumpleAñosFeliz con el objeto de traducir esa información en una acción directa como pueden ser nuevos voluntarios y voluntarias, socios o aportaciones económicas que ayuden a desarrollar los programas de acompañamiento de la entidad. Amigos de los Mayores lanza #NocumpleAñosFeliz en unos meses de verano donde la soledad se acrecienta para muchas personas mayores debido principalmente a la reducción de sus escasas redes sociales como consecuencia de factores como las vacaciones familiares y a las altas temperaturas que dificultan la posibilidad de salir de casa.

Este verano, ACOMPAÑA, COLABORA, IMPLICATE.

Rosa Briales es responsable de sensibilización de Amigos de los Mayores. Es posible hacer una aportación y regalar compañía para personas mayores llamando al teléfono 91 359 93 05, a través de la página web o enviando un mail a socios@amigosdelosmayores.org.

Ya llegan las Reinas Magas

Por Flor Martínez Yustas 

Comienza con un pequeño temblor en la comisura del labio. Es sólo un cosquilleo. Pero el reloj da las once, se abren las puertas de entrada y una risa de emoción estalla en Lorenzo. ¡Ya están aquí! ¿Quiénes son esa comitiva que viene los jueves con un cargamento de sonrisas? Podrían ser los Reyes Magos por las fechas que corren, pero ellas son tres mujeres de carne y hueso. Desde hace más de siete años un micro batallón de cuidados irrumpe semanalmente en la residencia para combatir cualquier atisbo de soledad que las personas mayores que allí viven puedan sentir.

Para muchos mayores en residencias, la visita de las voluntarias es la de las Reinas Magas. Imagen: amigos de los mayores.

Para muchos mayores en residencias, la visita de las voluntarias es la de las Reinas Magas. Imagen: amigos de los mayores.

No importa si tienen familia o no, si las auxiliares les hablan todo el día o si las trabajadoras sociales y terapeutas les dan cada dos por tres un achuchón. Los mayores de las residencias siempre necesitarán ese poquito más que sólo un amigo sabe dar. Y, aunque ya tienen algunos dentro de la residencia, tener amigos también fuera es absolutamente necesario. ¿Quién si no traería ese saco cargado de aire fresco y energía desbordante? Las Reinas Magas llegan con un extra de cariño, miradas cómplices y esa escucha activa y atenta de quien está ahí por la única e irremplazable razón de que quiere estarlo.

Lorenzo y Karen se conocieron hace más de siete años en una residencia de Madrid. Ella, junto a Marisol y María, han logrado que cada semana Lorenzo sonría y casi llore de alegría mientras exclama “Me hacéis feliz”. Como Lorenzo hay más de 270.000 personas viviendo en residencias que están deseando que se les dé la oportunidad de hacer nuevas amistades sin necesidad de enviar una solicitud ni saberse la clave del WiFi.

En Amigos de los Mayores, después de once años en Madrid dedicándonos principalmente a acompañar a personas mayores en sus domicilios, hemos decidido echarnos la mochila a la espalda y mudarnos a las residencias. Porque la amistad crece en todas partes y estar rodeado de gente no significa que a veces no puedas seguir sintiéndote solo/a. Necesitamos más personas que, como Karen, María y Marisol, se animen a hacerse voluntarios/as (y amigos/as) y se embarquen en esta nueva cruzada de quienes queremos lograr que, cada día, más personas mayores se sientan felices, queridas y acompañadas.

Como Reyes Magos perennes, nos vamos a pasar este año 2015 y muchos más regalando compañía a las personas mayores. Con nuestros trineos, sonrisas y buenos deseos, estaremos presentes en residencias de Madrid, San Fernando de Henares, Cantoblanco, Tres Cantos… ¿Y tú?

Flor Martínez Yustas forma parte del equipo de Amigos de los Mayores. Es posible colaborar en el voluntariado de la organización, hacer una aportación y regalar compañía para 2015 llamando al teléfono 91 359 93 05, a través de la página web o enviando un mail a socios@amigosdelosmayores.org.

Magdalena y el Gordo de Navidad

Por Rosa Briales  Rosa Briales

Magdalena ha tenido una vida intensa y cargada de experiencias. Cuando repasa su juventud hay una de la que está especialmente orgullosa: haber repartido suerte por España durante años. Porque Magdalena fue durante mucho tiempo lotera en la conocida administración Doña Manolita de Madrid. Ella tuvo el honor de vender el Gordo de 1975. Aquella mañana de diciembre cuando llegó a su trabajo le llamó la atención la cantidad de fotógrafos y periodistas que había en la puerta. Su jefe le hizo pasar dentro y le contó que habían vendido ‘El Gordo’.

Magdalena con el recorte de la noticia del 'Gordo' de Navidad que vendió. Imagen de Amigos de los Mayores.

Magdalena con el recorte de la noticia del ‘Gordo’ de Navidad que vendió. Imagen de Amigos de los Mayores.

Magdalena ha vivido casi toda su vida en Madrid, trabajando en negocios de la Gran Vía: teatros, cafeterías y administraciones de loterías. Ha consagrado su vida a hacer felices a los demás. Cuidó de sus padres enfermos hasta que murieron, no tiene hijos, nunca se casó. Magdalena vive sola desde hace muchos años, en un piso pequeño, con una pequeña pensión. No se queja demasiado de su situación ni se arrepiente de las ocasiones perdidas, dice que intenta vivir ‘el aquí y el ahora’.

Sin embargo en ocasiones se siente sola, sobre todo cuando se acercan las Navidades. Como Magdalena cerca de 150.000 personas mayores viven solas en Madrid, son cerca de 1.800.000 en España,  y muchas también pasan estas fiestas en soledad. Cenan solas en Nochebuena, hace tiempo que han dejado de recibir regalos o tarjetas y ya no tienen cerca a alguien que simplemente les felicite el Año Nuevo. Para ellas la Navidad hace tiempo que dejó de ser una época bonita que compartir en  familia. Estos días los pasan espantando recuerdos. Algunos juegan a la Lotería, a casi todos les gustaría cambiar su suerte.

Magdalena, disfrutando del 'aquí y el ahora'. Imagen de Amigos de los Mayores.

Magdalena, disfrutando del ‘aquí y el ahora’. Imagen de Amigos de los Mayores.

Nosotros sí creemos que cambiar su suerte es posible, no sólo estas Navidades sino el resto del año. Tener amigos, esperar con ilusión un timbre que suena, volver a salir a la calle, olvidar esa silla vacía que te acompaña en Nochebuena… pensamos que estar acompañado no debería ser un premio que dependa del azar, como un décimo de Lotería. Hace 5 años, Magdalena entró a formar parte del programa de acompañamientos de Amigos de los Mayores, y conoció a Christiane. Llevan juntas desde entonces, suelen bajar a dar un paseo, a veces se quedan en casa y toman algo mientras hablan de todo lo inimaginable. A las dos les interesa el budismo y suelen intercambiar experiencias. Magdalena le cuenta cosas sobre su infancia en el pueblo y los animales para hacerla reir. Para ella Christiane ya es una amiga más.

En Amigos de los Mayores trabajamos cada año por intentar cambiar la situación de centenares de personas mayores que viven solas en Madrid. Hacemos acompañamientos a domicilio o al médico, posibilitamos que disfruten de vacaciones en verano, de visitas, actividades de ocio y fiestas en San Isidro y en Navidad. Intentamos que las personas mayores tengan una vida más digna y  lo conseguimos gracias a la ayuda de personas cientos de voluntarios: algunos donan su tiempo, otros aportan recursos económicos.

Magdalena no conoció nunca a la persona a la que vendió aquel décimo premiado, pero  escuchó  que era alguien humilde y que las cosas le fueron bien. Se alegra mucho de haber ayudado a cambiar su vida. Hoy tenemos la posibilidad de ayudar a mejorar la vida de Magdalena y la de muchas personas como ella, ayudarnos a que su compañía no sea sólo una cuestión de suerte.

Rosa Briales es responsable de sensibilización de Amigos de los Mayores. Es posible hacer una aportación y regalar compañía para 2015 llamando al teléfono 91 359 93 05, a través de la página web o enviando un mail a socios@amigosdelosmayores.org.

Emilia y las rosas contra el olvido

Por Rosa Briales Rosa Briales

La soledad es un sentimiento que asola los países llamados desarrollados. Cada vez más expandido, afecta  especialmente a las personas mayores. Después de una larga vida vivida, con miles de historias para contar y compartir, muchas personas encuentran que no tienen con quien compartir sus historias pasadas y presentes. En Amigos de los Mayores movilizamos a personas sensibles a esta realidad, que acompañan un ratito a la semana a personas mayores que viven solas y con pocos recursos en Madrid. Para este Día de la Madre, queremos hacer un homenaje especial a todas las mujeres mayores, que han sido madres o han desempeñado este papel en nuestra sociedad. Hemos lanzado la campaña ‘Rosas contra el olvido‘ para apoyar su bienestar. Muchas de sus apasionantes historias están contadas en el blog Vidas Mayores.

Emilia, con uno de los libros de su biblioteca. Imagen: Proyecto Vidas Mayores.

Emilia, con uno de los libros de su biblioteca. Imagen: Proyecto Vidas Mayores.

Emilia vive en el centro  de Malasaña,  entre  ultramarinos chinos, tiendas de ropa vintage y locales de moda de repletos de veinteañeros. El barrio aún guarda espacio  para miles personas como ella, testigos privilegiados de su evolución durante los últimos ochenta años. Porque Emilia ha vivido en esta casa, su casa desde 1935, cuando llegó con apenas cuatro años en las vísperas de la Guerra Civil, ‘cuando los «pacos» se subían a los tejados del 2 de Mayo y tenías que tener cuidado para que no te disparasen’. Y aunque hace tres años que Emilia no sale a la calle, considera que el barrio no ha evolucionado precisamente para mejorar. ‘Antes las fiestas del barrio eran mucho más bonitas, llenas de majas y chisperos. Los últimos años esto se había llenado de coches, cuando era niña uno de los primeros coches que se vio por el barrio fue el de mi padre, un seiscientos  blanco muy bonito’.

Emilia es una persona cultivada y curiosa, en los rincones de su casa se amontonan los libros. Todo le interesa, conversar con ella es como un ejercicio de prestidigitación, manejando mil temas en el aire y saltando de uno a otro. Y así pasamos de la literatura al arte, y del arte los viajes y entonces Emilia enciende un pitillo. ‘Tengo 84 años y me fumo un paquete diario como he hecho desde que tenía 15. Hace poco vino a verme el médico, me inspeccionó los pulmones y me dijo que disfrutase, que lo mejor que podía hacer era disfrutar de los años que me quedasen de vida y fumar a gusto’. Dice exhalando el humo con una sonrisa. Bastan cinco minutos de charla con Emilia para saber que es una mujer de carácter.

Sólo hay dos cosas de las que se arrepiente en su vida; el no haber tenido hijos que la acompañen en su vejez y no estudiar medicina, su verdadera pasión. ‘En aquella época era muy infrecuente que las mujeres, sobre todo las de clase media, fuésemos a la Universidad, y en mi caso ante la falta de recursos mi padre optó por apoyar al varón, en concreto a mi hermano mayor. Pero Emilia ha seguido interesándose por la Medicina y poniendo a prueba su capacidad de diagnóstico en situaciones más cotidianas; como cuando el año pasado se cayó en casa y supo instantáneamente que se había roto la cadera o demostrando que es poco impresionable, como aquella vez en Colombia cuando intentaron robarle el reloj y ella se negó. Su agresor entonces le cortó de un tajo las venas de la muñeca y ella acudió a la Embajada ensangrentada. Tuvo la sangre fría suficiente para pedir una ambulancia mientras sus compañeros se desmayaban y ella agradecía mentalmente el que le hubiesen cortado las venas y no los tendones.

Porque sí, han oído bien, Emilia vivió en Colombia siete años y medio y lo mejor será empezar por el principio. Al no poder estudiar medicina se apuntó a una escuela oficial de secretariado en la Calle Fuencarral, su padre nunca quiso que trabajase pero cuando este falleció su primera experiencia laboral pareció caerle del cielo. Emilia tenía 34 años. El hijo de una amiga fue destinado a Bogotá como cónsul y necesitaba una secretaria particular. Emilia se presentó a la entrevista y en unos meses volaba con destino a Colombia previa escala de un mes de vacaciones en Miami. 

De sus años en Colombia guarda recuerdos imborrables. Un día Emilia encontró a su jefe hablando con un joven de unos treinta años con bigote y bastante guapo. Estuvieron hablando durante un buen rato y a ella le pareció muy agradable, al marcharse le regaló un libro dedicado. Aquel libro era Cien Años de Soledad y el joven se llamaba Gabriel García Márquez.

Hace apenas seis meses que conocimos a Emilia. Una vecina con la que tiene una relación muy estrecha descubrió lo que hacíamos en Amigos de los Mayores y le recomendó que nos llamase. Tras entrevistarse con nosotros, y como a veces se sentía un poco sola, decidió solicitar un voluntario. En pocas semanas Daniela comenzó a visitarla. Daniela es mexicana, tiene 25 años y estudia diseño en Madrid. Para ella Emilia se ha convertido en una amiga muy especial. Juntas charlan de mil cosas, a las dos les encanta leer y tras conocer la anécdota con García Márquez decidió regalarle ‘Crónica de una muerte anunciada‘ Está empeñada en que Emilia salga con ella a dar una vuelta ‘aunque sólo sea hasta la plaza del 2 de Mayo‘.

 

Rosa Briales es responsable de sensibilización de Amigos de los Mayores. Para este Día de la Madre, Amigos de los Mayores ha diseñado Rosas contra el olvido, un regalo solidario realizado artesanalmente por  personas con discapacidad intelectual de los centros especiales de empleo de APMIB. Con los beneficios se financian proyectos de acompañamiento afectivo para personas mayores. Más información en info@amigosdelosmayores o en el 913599305.