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Cinco mujeres chinas

 Por Rosa Martín Tristán Rosa Tristán

Cinco mujeres chinas han sido detenidas por salir a la calle a defender sus derechos. Cinco activistas que pensaron que preparar acciones para el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, no podía ser perseguido en el mismo país que prepara con la ONU una cumbre mundial sobre la mujer para el mes de septiembre de este año, justo 20 años después del encuentro de Beijing; y con el mismo presidente, Xi Jinping, que dijo al tomar el poder que los derechos de las mujeres serían una prioridad en sus políticas… Lo pensaron, si, pero se equivocaron y ahora las cinco están entre rejas porque dos días antes de esa fecha preparaban una actividad tan peligrosa y delictiva como es repartir pegatinas contra el acoso sexual en el transporte público en Pekín.

Imagen de la campaña por la liberación de las mujeres chinas.

Imagen de la campaña por la liberación de las mujeres chinas.

Ha pasado más de una semana desde que Li Tingting, de 25 años, también conocida como Li Maizi, Wang Man, Wei Tingting, Zheng Churan y Wu Rongrong , conocidas activists por los derechos humanos, decidieron participar en las acciones que se planificaban a nivel global dentro del movimiento Action/2015. Es un movimiento que aglutina a más de 1.200 organizaciones de todo el mundo para que en las dos grandes cumbres políticas de este año (la Cumbre del Clima y la Cumbre sobre los nuevos objetivos de desarrollo sostenible) tengan sobre la mesa las exigencias de la sociedad civil. Entre ellas, Alianza por la Solidaridad, y como tal participamos el 8 de marzo en acciones por todo el mundo.

En China, las cinco detenidas querían repartir pegatinas a los usuarios del metro, los trenes, los autobuses con  unos delictivos mensajes: “Fin del acoso sexual, permítannos seguridad” o “Policía, detenga al acosador sexual”. Pero no fue posible. Las autoridades chinas determinaron que pretender que a una mujer no la metan mano y que el que lo haga sea denunciado, es “generar disturbios” y “buscar problemas”. Así lo han señlado.

Resulta difícil de creer, y lo digo desde las muchas desigualdades que aún sufrimos en España, que un Estado del siglo XXI, que es la gran potencia económica del momento, que prepara su propia estación espacial, que presume de innovación tecnológica, persiga y arreste a cinco jóvenes, algunas en su propia casa, por querer que no haya más vejaciones a las mujeres, y aún es más sorprendente descubrir que  el mismo Gobierno ‘vende’ pùblicamente, y ya era hora, la próxima aprobación de una ley contra la violencia de género y los abusos sexuales.

Desde Alianza por la Solidaridad hemos lanzado una campaña de recogida de firmas dirigidas al embajador de China en España. Lo hacemos porque esa doble cara, la que tiene el Gobierno de Jinping en los organismos internacionales y la que viven cada día las activistas chinas de derechos humanos, debe ser denunciada. Sólo la presión internacional puede lograr su pronta liberación.

Hace unos años conocí en Vietnam a hombres chinos que iban a buscar mujeres al país vecino. En su país no encontraban. Tras el genocidio silencioso de las niñas, más recientemente con abortos selectivos o utilizando técnicas de fecundación ‘in vitro’, generaciones enteras se han quedado, y aún se quedan, sin posibilidad de encontrar pareja. Las compraban como una mercancía más a sus familias.

Ahora, estas detenciones no hacen sino poner en el escaparate global las incongruencias de una sociedad que presume de desarrollo mientras los derechos humanos son papel mojado.

Por las cinco, que son el espejo de millones, yo ya he firmado ¿Y tú?

Rosa Martín Tristán es Coordinadora de Comunicación de Alianza por la Solidaridad.

 

Carta a Yara Sallam

Por Sagrario Monedero Sagrario Monedero

Yara Sallam fue encarcelada junto con otras 22 activistas el 21 de junio por participar en una manifestación en contra de una nueva ley que restringe el derecho de manifestación. Desde entonces, se encuentra en prisión. Fue condenada a 3 años de cárcel y uno de libertad vigilada. El 28 de diciembre se conocerá el resultado de la apelación presentada por sus abogados.

Querida Yara,

Recuerdo mi primera visita a Cairo, en diciembre de 2011 y nuestro encuentro. Habías venido unos meses antes a Madrid a hablar en una charla que conectaba el 15-M con las revoluciones del mundo árabe  y mucha gente me había recomendado conocerte. Cuando no llevábamos ni cinco minutos hablando pensé que eras una atípica chica joven árabe  que rompe los esquemas de los occidentales prejuiciosos. Todo lo que me contasteis tú y tus compañeras rompió los míos.

Yara ha sido encarcelada por defender los Derechos Humanos. #SendLoveEgyptWomen. Imagen: thefeministwire.com

Yara ha sido encarcelada por defender los Derechos Humanos. #SendLoveEgyptWomen. Imagen: thefeministwire.com

Desde aquel primer encuentro nos hemos seguido viendo en distintos lugares y la sensación al oírte hablar siempre ha sido la misma: tus palabras, tu discurso, vuestra manera de luchar, de hacer políticas y también de ser políticas es una ventana por la que el aire fresco entra a raudales y hace volar los estereotipos, los liderazgos anticuados, la política al estilo de los 70 y las “recetas” a favor de las mujeres egipcias diseñadas en despachos muy alejados de la calle.

Dentro de unas semanas se cumplirán los cuatro años de la revolución egipcia que derrocó al dictador Hosni Mubarak. Parece mentira todo lo que ha pasado en estos  años. Desde aquel enero de 2011 sigo de cerca lo que pasa en Egipto y he vivido con horror las masacres a la población y la violencia que se ejerce contra las mujeres en las calles y plazas que un día  fueron un símbolo de esperanza en el mundo entero. Por la defensa de los derechos de esas mujeres, te fue concedido uno de los premios de DDHH más importantes en África.

Hoy pienso en ti, Yara, como he pensado en ti muchos días desde junio. Pensé en ti este verano al caminar por la orilla de una playa del Mediterráneo, en uno de esos momentos en los que te sientes libre y te vienen a la cabeza personas que no lo son. Pensé en ti también mientras participaba en las manifestaciones a favor del aborto, dándome cuenta de lo fácil que es perder derechos básicos. 

En realidad, Yara, estás en la cárcel por creer que en el mundo las cosas pueden y deben ser diferentes y por defender los Derechos Humanos de todas las personas y en concreto los de las mujeres. Yara, estás en la cárcel por soñar. Y yo, que también sueño, estoy haciendo todo lo posible para que vuelvas a pisar las calles de Cairo, que es donde está tu lugar. Y probablemente lo que hago no sea suficiente para lograrlo, pero lo intento.

Y también haciendo todo lo que puedo para que Yara sepas que pienso en ti. Para que sientas en la nuca el aliento de miles de personas que, desde distintos lugares, creemos que tus sueños son importantes. Y necesarios.  Y para que sepas  que la gente que sueña tan bonito como tú nunca estará sola.

Sagrario Monedero es activista de la  ONG Alianza por la Solidaridad. e impulsora de la campaña #SendLoveEgyptWomen. Si tú también quieres apoyar a Yara y decirle que sus sueños son importantes, escríbele tu carta -preferiblemente en inglés- o reenvíale esta a yara.sallam@gmail.com o yara@eipr.org.

También puedes enviar mensajes en twitter @YaraSallam con la etiqueta #SendLoveEgyptWomen

Juntas para parar la violencia

Por Carolina García CArolina García AxS

A pesar de los esfuerzos, hasta ahora no lo hemos podido parar’. Con estas demoledoras palabras Angélica Valenzuela, guatemalteca y directora de la organización de defensa de derechos de las mujeres CICAM, ponía de manifiesto que los avances para que las mujeres puedan disfrutar de una vida libre de violencia han sido escasos y, en todo caso, poco efectivos.

Edna Cali y María Morales durante el Seminario

María Morales y Edna Cali, participantes guatemaltecas en el II Seminario Internacional sobre Feminicidio. Imagen: Ana Sara Lafuente / Oxfam Intermón.

El II Seminario Internacional sobre Feminicidio se clausuró la semana pasada en Madrid  mañana con el compromiso de más de 30 organizaciones europeas y latinoamericanas de redoblar los esfuerzos para que la violencia contra las mujeres y su forma más extrema, el feminicidio, formen parte de una verdadera agenda política, además de la mediática. Se necesitan leyes efectivas, con presupuesto, pero además un verdadero compromiso más allá de las palabras bonitas.

Las cifras que nos llegan del otro lado del Atlántico son aterradoras: Entre una y tres mujeres mueren cada día en Centroamérica; en Perú “10 mujeres al mes son asesinadas, sólo por el hecho de ser mujeres» contaba Liz Meléndez de la organización peruana Flora Tristán. Pero aquí la cosa no está mejor; los datos del último informe del Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE) demuestra que Europa no es un continente ajeno a la violencia contra las mujeres: Una de cada cuatro europeas ha sufrido violencia doméstica. Carmen Martínez del Lobby Europeo de Mujeres reivindicaba un paso adelante por parte de la UE para hacer frente al problema “En Europa se ha legislado hasta las etiquetas de las tabletas de chocolate, no se entiende como no existe un instrumento común para luchar contra la violencia contra las mujeres”. En España la reciente presentación del Informe Sombra sobre la situación española respecto al cumplimiento de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres (CEDAW) demuestra el desmantelamiento de las políticas de género, lo que ha implicado menos recursos para la lucha contra la violencia hacia las mujeres y un repunte de la violencia machista.

Durante el Seminario las organizaciones convocantes, hicieron un llamado a la UE para que incluya la lucha contra el feminicidio y el fin de su impunidad como prioridad en el marco de la cooperación al desarrollo y el diálogo político bilateral y regional, en particular, las medidas para la prevención, el acceso a justicia efectiva, la reparación del daño, y las garantías de no repetición.

La próxima cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (UE-CELAC), que tendrá lugar en junio de 2015 en Bruselas es una nueva oportunidad de posicionar este tema y que el compromiso de los estados vaya más allá de la mera firma en un papel. Las organizaciones y movimientos de mujeres no se van a quedar quietas y ya organizan la ofensiva política conjunta para hacer frente a un problema que nos afecta a todas las sociedades por igual. Porque juntas somos más fuertes.

Carolina García es activista por los derechos de las mujeres en Alianza por la Solidaridad

Comprar sexo no es deporte

Por  Carolina García y Asunción Miura  amiuraCArolina García AxS

El balón ha echado a rodar en Brasil, pero en las calles continúan las protestas. La semana pasada miles de mujeres salieron a la calle convocadas por la Marcha Mundial de las Mujeres para exigir al gobierno brasileño que dé un paso adelante por los derechos de las mujeres. Y especialmente por una de las cuestiones que están ahora sobre la mesa como es la trata de personas y la explotación sexual, que se incrementa de forma espectacular durante el Mundial.

Imagen de la campaña 'Comprar sexo no es deporte', puesta en marcha por varias organizaciones durante el Mundial de Brasil.

Imagen de la campaña ‘Comprar sexo no es deporte’, puesta en marcha por varias organizaciones durante el Mundial de Brasil.

Existen claros vínculos entre el aumento de la demanda, la creciente explotación de mujeres, niñas y niños en el comercio sexual y los grandes eventos deportivos, donde proxenetas y tratantes se lucran proveyendo a los compradores de sexo con una oferta de seres humanos vulnerables. Pasó durante el Mundial de Sudáfrica y está pasando en Brasil, es uno de los países, con el índice de turismo sexual más alto junto con República Dominicana, Costa Rica, Venezuela y Puerto Rico. Esto no es ningún secreto, pero los organizadores prefieren mirar hacia otro lado.

Ante esta flagrante vulneración de derechos, varias organizaciones españolas (Alianza por la Solidaridad, Médicos del Mundo, Comisión de investigación contra los malos tratos, Plataforma por la abolición de la prostitución, Federación de Planificación Familiar Estatal, Federación de ONGD de Madrid, Iniciativas de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Foro de Turismo Responsable, Paz y Desarrollo, Tertulia Feminista Alternativas Insólitas), junto con la Coalición Internacional contra el tráfico de mujeres, niñas y niños (CATW) hemos lanzado en redes la campaña #ComprarSexoNoEsDeporte para pedir a España, a la Federación Española de Fútbol y a los jugadores de la selección que se comprometan para poner fin a la  trata y a la explotación sexual.

El Gobierno de Brasil ha tomado medidas para prevenir la trata sexual en el país, especialmente la infantil, invirtiendo 4 millones de dólares para asistir víctimas, campañas de concienciación e incluso prohibiendo la entrada en el país de personas con antecedentes por este tipo de delitos. Sin embargo, esta cifra no es comparable con los 10.000 millones de dólares, según datos del gobierno brasileño, invertidos en estadios, infraestructuras, movilidad, seguridad, etc. La realidad es que el gobierno brasileño está más preocupado por contentar a la FIFA que a su ciudadanía.

A pesar de las protestas, la cuestión está lejos de ser solucionada, más bien al contrario. En 2002, Brasil incluyó la prostitución en la lista de profesiones autorizadas para cualquier persona mayor de 18 años y en la actualidad se está debatiendo un proyecto de ley para regularizar esta práctica; que no está diseñado ni para garantizar los derechos de las mujeres, ni para resolver la situación de estas mujeres. El proyecto, pretende separar la prostitución “por elección” de la explotación sexual, lo que supone de facto legitimar el trabajo sexual ignorando la pobreza, discriminación y violencia de género que promueven la comercialización de millones de niñas y mujeres en Brasil.

Sin embargo esta problemática traspasa fronteras y el resto de los países deberían también luchar contra la explotación sexual. 159 países han ratificado el Protocolo de Palermo de la ONU para para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente mujeres, niñas y niños.

La explotación sexual es delito. Legitimar esta práctica, sin cuestionar el papel de los hombres, del capital y del Estado, es una trampa cuya consecuencia es el refuerzo de la opresión de las mujeres, convertidas en moneda de cambio para el beneficio de mafias y el divertimento de individuos, cómplices de una pesadilla que convierte seres humanos en mercancías.

Puedes unirte al manifiesto firmando aquí y compartiéndolo en las redes sociales con el HT #ComprarSexoNoEsDeporte

 

Carolina García es activista por los derechos de las Mujeres en Alianza por la Solidaridad y Asunción Miura es Enlace en España de la Coalición Internacional contra el tráfico de mujeres, niñas y niños.

Personas, no mercancías

Por Carmen Miguel Carmen Miguel

La semana pasada pudimos escuchar  las duras palabras de Paloma, una mujer mexicana víctima de un cartel que la explotó sexualmente, la obligó a drogarse y a realizar ritos satánicos, la segunda que recientemente ha visto reconocido su derecho de asilo en España por este motivo. La primera, en octubre de 2013, fue una joven nigeriana a la que una mafia le exigía 20.000 euros, a pagar mediante la explotación sexual.

Nuestra sociedad normaliza escandalosamente este crimen y todo lo que conlleva. En consecuencia se invisibiliza el vínculo existente entre estas prácticas y las violaciones de derechos humanos que sufren las mujeres víctimas de trata a las que se obliga a prostituirse.

'Slave' (Esclava). Imagen cedida por Ira Gelb.

‘Slave’ (Esclava). Imagen cedida por Ira Gelb.

La Red Española Contra la Trata estima que existen 50.000 mujeres y niñas víctimas de trata y explotadas sexualmente en nuestro país ¿Por qué hasta ahora sólo se ha concedido derecho de asilo a 2 mujeres? Hasta hace poco en España, la trata se entendía como un delito a perseguir y una cuestión migratoria. La mayor parte de casos se canalizaban a través de la ley de extranjería, concediendo en ocasiones a las víctimas una autorización de residencia por circunstancias excepcionales.

En los últimos años han aumentado los esfuerzos internacionales para combatir la trata de personas y la explotación sexual: El Protocolo de Palermo aprobado en el año 2000 fue un primer paso. 5 años más tarde, el Consejo de Europa promovía un Convenio que centraba la lucha contra la trata en los derechos humanos y la protección de las víctimas.

Pero la piedra angular para la protección a las personas refugiadas es la Convención de Ginebra de 1951 que establece para pedir asilo o refugio la persecución “por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas”. La Convención de Ginebra no menciona explícitamente entre las causas para solicitar asilo el que una persona sea perseguida por motivos de género. Pero desde hace varias décadas el ACNUR (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados) empezó a recomendar a los Estados que interpretasen que la persecución por motivos de género tenía cabida dentro de las persecuciones por “pertenencia a un determinado grupo social”. Pese a estas recomendaciones, los Estados han sido reacios a reconocer como refugiadas a las mujeres que alegaban ser perseguidas por motivos de género.

La trata de personas es una violación de los derechos fundamentales a la libertad y seguridad, a no ser sometida a esclavitud, a tortura, o a trato inhumano o degradante. A las mujeres víctimas de trata se les rapta, se les viola, se las convierte en esclavas sexuales, se les obliga a prostituirse, a realizar trabajos forzados, se les extirpan órganos, se les maltrata física y psicológicamente, se les priva de alimentos o de atención médica… Estas violaciones de derechos humanos equivalen a persecución, aunque no las lleve a cabo un agente estatal, sino redes criminales o incluso miembros de la familia o de la comunidad. No reconocerlo es un síntoma de la visión androcéntrica, en la que se invisibiliza a las mujeres, que tienen los Estados a la hora de interpretar la normativa internacional de Asilo y Refugio.

La resolución de octubre de 2013 fue un hito en el camino por la defensa y reconocimiento de los derechos de las mujeres. Siete meses después, la concesión de asilo a Paloma afianza este camino. Esperamos que estas resoluciones no sean las últimas, y ayuden a reconocer a la violencia contra las mujeres como persecución por motivos de género y como una violación de sus derechos humanos. Esperamos también que poco a poco, entendamos que las mujeres víctimas de trata son PERSONAS y no mercancías.

 

Carmen Miguel es abogada especialista en Derecho de las personas migrantes y asesora de Alianza por la Solidaridad

Derechos de quita y pon

Por Sandra Johansson sjohansson

Nunca había imaginado que los derechos de las mujeres pudiesen conquistarse con puntos y comas; pero los derechos también avanzan o retroceden con lápiz y borrador. Una sola palabra puede marcar la diferencia, por eso justo antes de la ansiada semana de vacaciones, feministas de todo el mundo nos dedicamos en Nueva York, en la 47ª Comisión de Población y Desarrollo, a marcar esa diferencia en una de las reuniones de mayor importancia para garantizar uno de los derechos humanos más fundamentales: los derechos sexuales y reproductivos.

Reunión de la 47ª Comisión de Población y Desarrollo de Naciones Unidas, en abril de 2014. Imagen: UNFPA.

Reunión de la 47ª Comisión de Población y Desarrollo de Naciones Unidas, en abril de 2014. Imagen: UNFPA.

El documento final de esta conferencia no sólo son palabras; para bien o para mal es una declaración de intenciones, que marcará  el rumbo a seguir durante las próximas décadas para garantizar estos derechos tan íntimos y tan controvertidos a la vez. Pero las palabras importan. Importan a los estados, porque les comprometen. E importan para millones de personas, porque son la diferencia entre tener o no derecho a decidir sobre las cuestiones más fundamentales de su existencia: ¿Quiero tener hijos? ¿Ahora? ¿Cuántos? ¿Quiero casarme? ¿Quiero tener relaciones sexuales? ¿Con quién?… 

Cartel de la campaña '20 formas en las que ha cambiado el mundo en los últimos 20 años'. Su texto dice: El uso de anticonceptivos ha crecido. Pero todavía hay una enorme necesidad sin cubrir. Unos 222 millones de mujeres no tienen acceso a métodos modernos de contracepción.' Imagen: UNDPA.

Cartel de la campaña ’20 formas en las que ha cambiado el mundo en los últimos 20 años’. Su texto dice: El uso de anticonceptivos ha crecido. Pero todavía hay una enorme necesidad sin cubrir. Unos 222 millones de mujeres no tienen acceso a métodos modernos de contracepción.’ Imagen: UNDPA.

El mejor ejemplo es la palabra aborto. Los estados combinan este sustantivo con adjetivos como ‘legal’ y ‘seguro’, lejos de la realidad, pero de acuerdo con sus convicciones. Para los que ganaron la batalla esta vez, se trata de ‘abortos seguros únicamente donde son legales’. Una combinación de palabras que tiene como consecuencia que 47.000 mujeres mueran al año debido a abortos inseguros. Las mujeres abortan digan lo que digan las leyes. La diferencia está en si lo pueden hacer en condiciones seguras o no. Algo que con unas palabras bien combinadas, se puede hacer realidad. ‘Abortos seguros’ a secas. Para todas. Vivan donde vivan. Para ellas  no es un juego de palabras, es cuestión de vida y muerte.

Por otra parte, la inclusión de la palabra soberanía también borra de un plumazo derechos conquistados a lo largo de décadas. No estamos hablando de soberanía sobre nuestros cuerpos, como los territorios independientes que son. Hablamos de la soberanía a la que se acogen los estados para no respetar los derechos de las mujeres. Un cheque en blanco para tener el ‘derecho soberano’ de implementar, o no, los compromisos acordados a nivel internacional, según sus valores religiosos, éticos y culturales. Esto significa mantener leyes que violan derechos básicos, como el derecho a ser niñas, y no esposas.

En este sentido no deja ser curioso cómo los países forman alianzas que en otros contextos serían  imposibles, como es el caso del grupo árabe y la Santa Sede. Su delegado decía no entender por qué la gente necesita tantos derechos sexuales y reproductivos, él tampoco los puede ejercer y no hay ningún problema. Controversias aparte, no deja de ser irónico ya que precisamente el haber elegido libremente vivir en celibato y no casarse, implica que de facto está ejerciendo sus derechos sexuales y reproductivos. Si fuera una niña de 10 años en muchos países del mundo, es muy poco probable que hubiera podido hacer esa elección.  Ya le hubieran concertado un matrimonio.

A pesar del fuerte vínculo con el desarrollo, palabras como derechos sexuales y reproductivos son verdaderos tabúes, pero son claves para acabar con las desigualdades sociales y económicas en todo el mundo. El desarrollo sostenible solo es posible si estos derechos se cumplen.

Sandra Johansson, activista por los derechos de las mujeres, trabaja en Alianza por la Solidaridad

Un gran género de comunicación

Por Belén de la Banda @bdelabanda

¿Somos las mujeres como dicen los medios que somos? Desde que, hace casi un año, lanzamos este blog, he tenido oportunidad de darle muchas vueltas a la realidad, los estereotipos, y volver de nuevo a la realidad de las mujeres, en nuestro país y en el mundo. Cada día tengo ocasión de leer muchas propuestas y aportaciones de mujeres que no se parecen en nada a lo que se ve en la tele, ni a lo que dicen los anuncios.

Hace poco más de una semana tuve la suerte de que me invitaran a participar en el encuentro Entre líneas: comunicando igualdad desde los medios de comunicaciónorganizado por Alianza por la Solidaridad en un agradable café librería del centro de Madrid. Estaban en la mesa las responsables de varios medios que cada día cuentan la realidad con enfoque de género (lo cual no debería ser una excepción, sino un indicador mínimo de calidad periodística). Compartimos una pequeña presentación de estos medios, sobre los que espero tener oportunidad de hablar más en otros momentos.

Ameco Press es un ejemplo de agencia de noticias pionera y resistente: con más o menos equipo, con mejor o peor financiación, luchando contra todas las adversidades, lleva muchos años sensibilizando a los medios a través de un servicio de gran calidad. Su directora, Cristina P. Fraga, nos hablaba de la larga trayectoria del periodismo desde los años 70 en España, y de las muchas dificultades que encuentran todavía para que algunos medios regionales reproduzcan las noticias respetando el lenguaje inclusivo, que permiten que las noticias se entiendan mejor.

Ana Requena nos presentó el jovencísimo blog micromachismos de eldiario.es, inspirado en el internacional everydaysexism, donde se pueden denunciar, comentar, compartir, todas esas costumbres y situaciones donde se tropieza una y otra vez con las actitudes patriarcales, sexistas, discriminatorias. Lo pequeño en este caso no es hermoso, y muchas veces ni siquiera es tan pequeño. La buena noticia de Ana es que micromachismos está entre los espacios más leídos de su medio, y creciendo.

Pikara Magazine es un medio ‘con conciencia social y optimista’ fundado en 2010 por cuatro periodistas, en el entorno de  una asociación sin ánimo de lucro. Andrea Momoitio, su subdirectora, hablaba de cómo en su trabajo incluyen necesariamente una perspectiva amplia, no sólo feminista sino LGTB. Pikara, que tiene edición digital y en papel, es una apuesta profesional pero también un proyecto de sociedad civil y civilizada.

Fue muy interesante la presencia de Lourdes Sandoval, de la asociación de comunicadores sociales Calandria, de Perú. No sólo a través de estudios sino también de proyectos comunitarios y de formación, Calandria trata de transformar la visión de de los profesionales de medios de comunicación en determinadas zonas para que informen de manera más igualitaria.

Éstos, y otros: son muchos los ejemplos que muestran que, también en comunicación, las cosas se pueden y se deben hacer mejor. Y mejor quiere decir de forma más igualitaria. Con propuestas como éstas, tenemos mucho donde aprender y compartir. Éste también es nuestro compromiso.

Andrea Momoitio (Pikara Magazine), Ana Requena (Micromachismos, eldiario.es), Belén de la Banda (Más de la mitad, 20 minutos), Cristina P. Fraga (Ameco Press) y Lourdes Sandoval (Calandria, Perú)

Andrea Momoitio (Pikara Magazine), Ana Requena (Micromachismos, eldiario.es), Belén de la Banda (Más de la mitad, 20 minutos), Cristina P. Fraga (Ameco Press) y Lourdes Sandoval (Calandria, Perú). Imagen: Alianza por la Solidaridad.

Hay muchas experiencias comunes y diversas entre estos medios, que merecía la pena compartir: cuánto cuesta cambiar la imagen estereotipada de las mujeres, cuánto cuesta visibilizar determinados temas, por qué se ve a las mujeres como un nicho de negocio o una minoría cuando no lo somos… Muy interesantes debates, que compartimos con las mujeres y hombres que estaban allí, y que compartiremos aún más a través de todos estos medios.

 

Belén de la Banda es periodista y trabaja en Oxfam Intermón