Entradas etiquetadas como ‘acceso a la tierra’

Gertrude no pudo volar

Por Mª Ángeles Fernández

Iba a ser la primera vez que salía de su país, incluso de su entorno más cercano. Las ganas de ver nuevos horizontes eran evidentes. El liderazgo de su colina iba a traducirse en una experiencia en el extranjero. Pero no hay viaje ni tampoco relato. La historia de Gertrude desde Burundi a Bilbao no puede escribirse. ¿No se puede contar?

La burocracia ha demostrado la absoluta desigualdad de las mujeres en este pequeño país de la región de los Grandes Lagos. Gertrude ya tiene documentación personal y, por tanto, la ciudadanía negada a muchas de sus compatriotas, también ha legalizado su matrimonio, pero aún no ha logrado la cotitularidad de la tierra en la que trabaja cada día. ¿Si hubiera tenido algo a su nombre podría haber tomado el vuelo?, ¿si hubiera demostrado que es propietaria podría haber llegado a Bilbao? Las probabilidades tiñen las respuestas: esa documentación habría facilitado el proceso. Sin duda.

Aline, líder de una organización burundesa, durante su reciente visita a Bilbao. Imagen de Helena Bayona.

Gertrude Nyandwi no ha venido a Euskadi a conocer escuelas de empoderamiento o explotaciones ganaderas y agrícolas gestionadas por mujeres. Sí lo ha hecho Aline iyonizigye, que no para de sonreír y de contar la importancia del abono agrícola y del cambio en la gestión de los cultivos para la vida de su colina (la unidad administrativa más pequeña que existe en Burundi) y de las mujeres que habitan en ella. Lee el resto de la entrada »

Mauritania: negar la tierra es un acto de violencia contra la mujer

 Por Carmen Suárez

Wane Depha se define a sí misma como una mujer rural. Pero en Mauritania, su país, ser mujer y trabajar en el campo es una tarea difícil y complicada, con el agravante de que, para  muchas de ellas, el trabajo en el campo es la única herramienta que tienen para luchar contra la pobreza.

Wane Depha durante una entrevista en Barcelona el pasado octubre. Imagen: Oxfam Intermón.

Desgraciadamente, la mayoría de las  mujeres no pueden acceder a la propiedad de la tierra, no controlan su tierra. Por eso su trabajo es casi nulo, porque no tienen posibilidad de decisión sobre lo que quieren cultivar. En muchas ocasiones trabajan en tierras de arroz que son muy difíciles de cultivar y, si no lo hacen, el propietario de las tierras se las quita’, explica. Y, claro, al no ser propietarias ‘no pueden acceder a los créditos de los bancos para  obtener ayuda para los cultivos. Por eso es importante que estas mujeres consigan ayuda financiera para poder acceder a las tierras y tengan así el poder y la libertad para explotarlas como quieran’

Ante esta situación, este círculo vicioso que parecía imposible de romper, Wane Depha y otras mujeres como ella no se resignaron y pasaron a la acción. En su caso,  trabajando como  secretaria de alimentación  de una entidad denominada  Comité de Solidaridad con las víctimas de la violación de derechos del hombre, que pertenece a ROSA, un colectivo de ONG que lucha para garantizar la seguridad alimentaria.

“Mi trabajo –explica- consiste en movilizar a las mujeres rurales sobre la importancia de poder tener control sobre la tierra”. En opinión de Depha, estas mujeres “sufren violencia porque consideramos que el tener no acceso a la tierra, que es fuente de vida,  es una clase de violencia  contra  ellas”.   Pero no es la única situación de  violencia que padecen las mujeres en su país y nos menciona otras, como por ejemplo la derivada  del divorcio, “si  el hombre se divorcia, se va y deja a la mujer y a los hijos sin ningún tipo de soporte, sin nada. También es violencia, por ejemplo, el matrimonio precoz.”

Depha considera que “es muy importante realizar una labor de sensibilización,  y poner a la disposición de esas mujeres leyes y textos de leyes que recogen sus derechos y alentarles  a luchar por ellos. Por eso les animamos  a asistir reuniones, cursos  etc.  para enseñarles lo que pueden hacer  para luchar por sus derechos y por su autonomía financiera”

Poco a poco en Mauritania va cobrando fuerza el liderazgo femenino. Es un movimiento muy combativo y que consigue logros sólidos: “Si hoy existen  mujeres parlamentarias que acceden a puestos de decisión, mujeres senadoras, médicos…  es gracias a estas líderes que se han organizado y coordinado  por los derechos de las mujer y  que trabajan para que se pueda obtener su cota de 20% de participación en el proceso electoral. Es un trabajo de colaboración y participación que se ha hecho por todas estas mujeres”.

Durante toda esta semana, continuamos con actividades y contenidos para promover los derechos de las mujeres. A las 17:00 puedes seguir en streaming el programa especial de Carne Cruda  «Mujeres al borde de un ataque de medios», realizado en colaboración con Oxfam Intermón en el Congreso de Periodismo Digital de Huesca.

Carmen Suarez es periodista y colabora con el equipo de comunicación de Oxfam Intermón.

¿Revolución sin mujeres?

 

Por María Teresa Fernández Ampié

“Mire compañera, la verdad es la revolución no se puede hacer sin la participación de las mujeres”

Inicio de la canción El cenzontle pregunta por Arlen, dedicada a Arlen Sui, mártir de la Revolución en Nicaragua.

Hoy 19 de julio se cumplen 37 años del triunfo de la Revolución Popular Sandinista en Nicaragua, un hecho que marcó tanto la historia del país, sino la historia personal de quienes vivimos ese momento de transformación social. Como muchas mujeres de mi generación participé en la lucha contra la dictadura somocista en el movimiento estudiantil, levantando  barricadas, y con la Revolución en las distintas tareas, la alfabetización, la recolecta de algodón y café para que el país obtuviera divisas…

Así conocí a muchas mujeres en las tareas de la Revolución Popular Sandinista: obreras agrícolas o campesinas, como Nubia Quintero. Ella con 27 años se involucró en la revolución y además de aportar en las tareas de la causa, era madre de cinco hijos y productora. Dedicaba una buena parte de su tiempo a cosechar maíz y ajonjolí, a pesar de no tener tierra propia. Participaba en la revolución con la esperanza de un futuro mejor para ella, para sus hijos y su país.

Desde el 2006, cada año las mujeres rurales organizadas le recuerdan al Gobierno de NIcaragua que tiene una deuda con las mujeres rurales. Exigen que se cumpla la ley que otorga tierra a las mujeres. Imagen: coordinadora de mujeres rurales.

Desde el 2011, cada año las mujeres rurales organizadas le recuerdan al Gobierno de NIcaragua que tiene una deuda con las mujeres rurales. Exigen que se cumpla la ley que otorga tierra a las mujeres. Imagen: coordinadora de mujeres rurales.

Como Nubia, conocí a muchas mujeres campesinas, algunas productoras y otras obreras agrícolas que trabajaban para grandes terratenientes, pero soñaban con tener una parcelita. Ellas y yo creímos que al triunfar la revolución, todas y todos seríamos beneficiados por igual. Sin embargo la reforma agraria iniciada en 1981, dos años después del triunfo, aunque reconocía el derecho de las mujeres a tener tierra, nos demostró que no fue así: de cada 100 personas a las que se entregó tierra, solamente 8 fueron mujeres. De esa manera, sin proponérselo, la revolución también contribuyó a  invisibilizar a las mujeres en el campo, y siguió la vieja cultura patriarcal de no reconocer a las mujeres como sujetas políticas de cambio y agentes de la producción agrícola.

Que la tierra estuviera en manos de los hombres era visto como algo normal, pero el involucramiento de muchas en cooperativas y otras formas organizativas y la necesidad de tener sus propios recursos como sí los tienen los hombres, les fueron abriendo un horizonte de derechos que ellas no conocían. Tanto así que hoy Nubia es la Presidenta de la Cooperativa Nuevo Amanecer, en la Comunidad Lechecuagos, del departamento de León, en Nicaragua. Después de la revolución, Nubia reconoce que las mujeres descubrieron que podían hacer muchas cosas que se consideraban tareas de hombres, como ser dueñas de la tierra, pero lamenta que aún después de tantos años, muchas no tengan parcelas propias.

En Nicaragua como en aquellos años, el gobierno sandinista hoy (en su tercer período de gobierno) afirma que no se puede hacer la revolución sin la participación de las mujeres, pero decirlo no es suficiente, como no lo fue en los años 80.  En aquel momento fue la reforma agraria la que representó la esperanza perdida, hoy tenemos la ley 717, Ley Creadora de un Fondo para compra de Tierra con Equidad de Género para mujeres rurales, aprobada en 2010 por una mayoría de diputados sandinistas y de los partidos de oposición, pero que hasta la fecha no se cumple, ya que no se asigna la partida presupuestaria que le corresponde en el Presupuesto General de la República.

Nubia, y miles de mujeres que alquilan tierra, piden prestada o producen a medias en tierra que no es suya, cada vez que llega la celebración de la revolución, esperan que por fin al Gobierno no se le pase la oportunidad de pagar la deuda que tiene pendiente con las mujeres rurales.

Pagar esa deuda contribuiría a una mayor participación política de las mujeres en organizaciones, cooperativas, salir de la violencia, negociar en el núcleo familiar, producir agroecológicamente, tener mayores ingresos para ellas y sus  familias, tener activos productivos para su empoderamiento y alcanzar una vida de bienestar.

María Teresa Fernández Ampié preside la Coordinadora de Mujeres Rurales de Nicaragua. Casi 20 años trabajando a favor de los derechos de las mujeres rurales nicaragüenses, promueve la organización y la participación activa de las mujeres en su propio empoderamiento y desarrollo.