Antes de que termine marzo

Por Beatriz Blanco

La semana pasada, el 8 de marzo, el violeta se mezcló con el negro en las calles por las mujeres muertas por violencia de género y se realizó un paro simbólico en muchos lugares del mundo para reivindicar la igualdad. Desde la Fundación Luz Casanova nos unimos al Paro Internacional de Mujeres y nuestras voces se alzaron junto a las de miles de mujeres de más de 23 países. El objetivo: conseguir que la igualdad sea una realidad y ninguna mujer sufra injustas condiciones  laborales, exceso de cargas de trabajo, sueldos inferiores, abusos sexuales, violaciones, matrimonios forzados… ni mucho menos que sean asesinadas. La Fundación Luz Casanova, junto con otras organizaciones también decoramos la madrileña Plaza de Chamberí con mandalas tejidas en distintos talleres de igualdad. Porque #MadridNecesitaFeminismo

Hay que destinar más recursos a proteger a las víctimas y prevenir la violencia. Imagen de Mohamed Nohassi.

Hubo quién planteó: ‘¿y para cuándo el día de los hombres?’ La respuesta, sencilla: ojalá que no existiese el Día de la Mujer, porque ello significaría que se ha acabado con desigualdad salarial (en torno al 24%), que ya se ha roto el techo de cristal, y por supuesto que ya no existe violencia de género en ninguna de sus manifestaciones.

Está claro que algo no se hace bien cuando cada año siguen muriendo a manos de sus parejas o ex parejas una media de sesenta mujeres y solo el 1,8% de la población, según el CIS de enero, lo considera un problema grave. Es casi inconcebible esta percepción, sobre todo porque las muertes son solo la punta del iceberg del maltrato.

Hay que destinar más recursos reales tanto para proteger a las víctimas como para prevenir los casos, y nada mejor para eso que una buena educación en igualdad desde edades tempranas.

Entre los más jóvenes aún perviven muchos estereotipos. Un estudio realizado en 2015 sobre la violencia sexual por la Universidad de Granada entre el alumnado de enseñanza secundaria señala que un 12% de las chicas afirma haber sufrido abuso sexual y un 20% presiones y chantajes para mantener relaciones sexuales. Además, el 90% de los chicos justifica la violencia sexual con la excusa del consumo de alcohol y drogas y un 80% de los varones cree que cuando una chica dice “no” a mantener una relación sexual es un “sí enmascarado”. Y el 34,3% de los varones opina que hay mujeres que por su manera de vestir son culpables de sufrir agresiones sexuales.

Si sigue la tendencia, 2017 no va a ser un año fácil. A día 2 de marzo habían muerto 16 mujeres a manos de sus parejas o ex parejas y ocho menores habían perdido a sus madres, según datos de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. De las victimas, 4 habían denunciado y tres de ellas a tenían orden de protección.

Pero hay que insistir en que los asesinatos son el último peldaño. ¿Por qué tiene una mujer que pasar miedo al volver sola a casa de madrugada? ¿Por qué no se aplica la misma vara de medir ante situaciones idénticas entre chicos y chicas,  al ejercer su libertad sexual? ¿Cuántos micromachismos vivimos cada día? Esto también es violencia de género.

Algo se está haciendo mal.

Beatriz Blanco es colaboradora de la Fundación Luz Casanova

1 comentario

  1. Dice ser la verdad

    Las mujeres también son educadoras, tienen mucho peso en la educación, así que algo estarán haciendo «mal». Hace falta un poco de autocrítica y dejar de buscar «culpas» fuera, aunque solo sea por responsabilidad social. No me refiero a la mujer en el conjunto, me refiero al fundamentalismo feminista, que no son todas, pero como esto se mide en relación al ruido. Un poema, todo un poema.

    19 marzo 2017 | 23:56

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