Paco, la zorra, las brujas y las talibanas

Por Lorena Moncholí

Paco está triste, le han divorciado.

No fue su culpa, él es la víctima.

“¿Cómo osa la zorra (sic.)?”. Así la llama, por haberle dejado.

Paco tiene un amigo importante, con silla en la RAE, premios y algún que otro libro.

Tranquilo, Paco, voy a ponerles verdes a todas, ¡por nuestra amistad!’, le dice el periodista. ‘¡Que tengo columna y nada que escribir esta semana!’.

Paco era feliz con su moto y sin asumir responsabilidades. Con descendencia, pero sin saber ni cómo alimentarla, que de eso ya se ocupaba la otra.

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Asamblea de Brujas (1600), Art History Museum, Vienna. Obra de Frans Francken II, el Joven

Cuando una jueza le explicó que divorciarse no era ‘vivir los nuevos 30’, sino destinar las tres cuartas partes del sueldo a seguir manteniendo a su hijo, Paco se enfadó mucho. También, cuando le explicó, por sentencia, que los hijos deben quedarse a vivir en su casa de siempre y con los que sepan criarles y darles de comer de caliente, que para tigretones y foskitos ya hay una tarde a la semana.

Paco le echa la culpa de su tragedia a las brujas de las amigas, que manipularon a su inocente mujer que no sabía pensar por sí sola. O eso creía. Quizás, si la hubiera aislado de ellas, como hacen esos maltratadores de la tele, otra hubiera sido su suerte.

Paco tiene una personalidad muy débil. Antes de que le echaran, era un pijoprogre orgulloso. Eligió a conciencia un colegio para su prole, pero ahora, como ‘la zorra’ le ha dejado, ya no le gusta. Quiere fastidiar.

Antes le preocupaba mucho concienciar a su hijo sobre el sufrimiento de los refugiados de guerra y a su amigo también, o por lo menos eso creíamos cuando nos enseñaba sangre en directo para obligarnos a reflexionar en horario de comida, o cuando nos contó cómo le afectaba todo lo que retransmitía. Ahora a los dos les parece digno de burla e inútil. Ahora quieren la sangre para que a esos niños holgazanes les entre la letra.

Paco, como todo hombre blanco heterosexual de 40, estaba acostumbrado a ser el centro de todo. Ahora es el último mono de nada. Y su amigo esto no puede soportarlo.

Y nos lo inventa como la víctima de las talibanas más crueles, como una Malala Yousafzai cualquiera, pero en hombre y sin balazos en la cara por querer estudiar, que eso de perder casi la vida (o morir asesinadas) es cosa de mujeres. Él vive amenazado, en un colegio también, pero por las meriendas que le da a su hijo.

Las madres del colegio, en realidad, pasan mucho de Paco. Sí puede que estén preocupadas por la pandemia de obesidad infantil, que provoca que, hoy, sus hijos, tengan menos esperanza de vida que la que tienen ellas mismas. Pero Paco cuenta que le vigilan, le intimidan, le amenazan, le discriminan. Qué duro es para un hombre imaginarse lo que cada día viven de verdad cientos de miles de mujeres en el mundo.

El machismo de su amigo, el que escribe, es tal, que no puede ni concebir que haya padres recogiendo a sus hijos de la escuela. Sólo hay madres en el cuento chino de Paco. El Señor de la T tiene columna y libertad de expresión para perpetuar los estereotipos de género (no génera, que dan sillas a cualquiera), que matan a las mujeres.

Nosotras, también tenemos. Hasta para reírnos de su misoginia y androcentrismo, mientras seguimos llorando, serias, a nuestras muertas. Esas a las que sus asesinos también llamaron zorras, por dejarles, como hace Paco y nos cuenta, orgulloso, su amigo. Esas que también estuvieron tristes, pero de verdad y, desgraciadamente, sin alas.

Lorena Moncholí Badillo es Abogada colegiada, Agente de Salud de Base Comunitaria certificada por Salud Pública de la Conselleria de Sanitat de la Comunidad Valenciana y el EVES.

15 comentarios

  1. Dice ser Antonio

    Por dios que respuesta tan pobre.

    Sin contar las historias que te has montado.

    Perez Reverte lo tiene muy fácil así.

    Un saludo.

    28 noviembre 2016 | 09:38

  2. Dice ser Dawn

    Cuando leí el artículo de Pérez Reverte me quedé con la duda de por qué me sonaba tan mal. Todo aclarado. Gracias!

    28 noviembre 2016 | 10:56

  3. Dice ser Cristina

    Ya era hora de que alguien le respondiera… Gracias por decirlo tan clarito…

    28 noviembre 2016 | 11:30

  4. Dice ser Judit

    Pérez-Reverte se aburre y no sabe qué escribir. Entonces se emplea a fondo y escribe su gran columna basura, escrita como la basura y de contenido basura. La gran basura del siglo de Reverte. ¡Libertad de expresión para otro misógino, que no pasa nada!. Pero sí pasa. Lo explica bien Lorena para que no se olvide. Gracias por evidenciar con tanta lucidez.

    28 noviembre 2016 | 12:50

  5. Dice ser Judit

    Pérez-Reverte se aburre y no sabe qué escribir. Entonces se emplea a fondo y escribe su gran columna basura, escrito como la basura y de contenido basura. La gran basura del siglo de Reverte. ¡Libertad de expresión para otro misógino, que no pasa nada!. Pero sí pasa. Lo explica bien Lorena Moncholí para que no se nos olvide. Gracias por evidenciar con tanta lucidez.

    28 noviembre 2016 | 13:05

  6. Dice ser Ángel

    Supongo que en un divorcio (cuyo motivo no conocemos) lo normal es que el marido se quede sin casa ni coche, y deba buscarse la vida con un tercio de su sueldo, en lugar de aportar el dinero según haga falta como hará la mujer.

    Mi pregunta es: si el divorcio ya estaba arreglado con acuerdos beneficiosos para ambas partes, ¿por qué ha tenido que cambiarse para beneficiar más a la mujer?

    «Paco, como todo hombre blanco heterosexual de 40, estaba acostumbrado a ser el centro de todo. Ahora es el último mono de nada. Y su amigo esto no puede soportarlo.»

    ¿¿¿¿¿¿¿???????? ¿Sabes quién és siquiera? Porque del artículo no se saca nada de esto. Si sabes quién es, explicaría mucho, porque si no saltas a conclusiones sin sentido.

    28 noviembre 2016 | 13:40

  7. Dice ser Paco

    Ángel soy el colega de Reverte que trapichea a escondidas con los Foskitos a la salida del cole. Pobrecito de mí. ¿No os doy penica?

    28 noviembre 2016 | 13:57

  8. Dice ser Elisa

    Gracias Lorena, tus palabras expresan exactamente lo que he sentido al leer el artículo del tipo este.

    28 noviembre 2016 | 14:04

  9. Dice ser Cake

    Básicamente te estás inventado la historia de Paco y sus motivaciones personales en base a tus propios prejuicios personales. No digo que el sr. Reverte no haya podido hacerlo también, pero su versión suena mucho más creíble que la suya, menos fanática, fantasiosa, simplista y acusadora.

    Buen intento, supongo…

    28 noviembre 2016 | 14:34

  10. Dice ser Cathy

    Muchas gracias por tener el valor de contestar a «uno de los grandes» que por alguna razón sentió la necesidad de defender lo no defendible… o a caso nos quiso hacer reír… ?!?! A ver si la próxima vez se lo piensa mejor porque me parece vergonzoso su artículo sobre su gran amigo Paco.

    29 noviembre 2016 | 00:27

  11. Dice ser Miguel

    Cuando Paco se suicide por haberse quedado en la miseria, viendo a su hijo 2 fines de semana al mes y viviendo en un piso compartido como si tuviera 23 años, pasará a ser uno más de la interminable lista de víctimas de suicidio masculino (80% de los suicidios son hombres) durante el proceso de divorcio.
    Lo que se critica en la columna de Pérez-Reverte es la facilidad que se puede tener para hundir en la miseria a un hombre en este país. Cómo en un abrir y cerrar de ojos Paco pasó a ser un ciudadano de segunda.
    Cómo se le ningunea al hombre en los juzgados de familia, en los servicios sociales, en el sistema educativo, etc…
    Tu artículo es un intento ridículo, un quiero y no puedo.
    Ve a pedir la subvención que llegas tarde.

    29 noviembre 2016 | 15:40

  12. Dice ser Elena

    Gracias por poner palabras y dar voz a lo que he pensado al leer la columna de Reverte. El machismo muchas veces es tan sutil que much@s no pueden verlo… No hay que dejar pasar ni una! Gracias Lorena, las gafas de genero te aportan, además de mucha conciencia y conocimiento, muchas veces la sensación de que estamos solas frente a algo que es más grande que nosotras, estamos aún muy lejos de que la sociedad comprenda como cada acto suma, y las palabras de este señor están cargadas de un profundo desprecio e ignorancia ante la situación de la mujer en este país y ahora.

    29 noviembre 2016 | 22:15

  13. Dice ser guess

    Creo que no has comprendido bien a Reverte.

    29 noviembre 2016 | 23:28

  14. Dice ser Jorge

    Aunque sea un seguidor total de Don Arturo, reconozco que el artículo de «Paco» me pareció patético, rancio y lo peor, muy machista. No parece el mismo escritor de maravillas como «Patente de corso»o «No me cogerán vivo». Así que entiendo perfectamente esta respuesta, genial artículo y bien respondido. No se trata de mujeres ni de hombres, sino de sentido común. Que es lo que ha faltado en el momento que ha dicho «las zorras». Muy cutre Don Arturo, muy cutre.

    18 diciembre 2016 | 01:39

  15. Dice ser Dibi

    Para ser sincero, no he acabado de leer el artículo de Lorena, he tenido bastante cuando he leído que el muy bellaco de Paco era un sinvergüenza por no asumir que tenía que destinar 3/4 partes de su sueldo a la pensión de sus hijos cuando un rato antes la autora nos informa que no asumía su responsabilidad y no sabía como alimentar a sus hijos. Digo yo que serían igualmente alimentados del sueldo que llevaba a casa.
    Paco, el bellaco, eligió un buen colegio para sus hijos mientras pudo pagarlo, lo que no entiende la dulce Paca, su ex, es que la situación después del divorcio o separación es bien distinta y Paco no puede hacer frente a una pensión de 3/4 partes de su nómina, pagar el domicilio donde vivirán sus hijos (y de paso la dulce Paca) y sobrevivir los veinte años o más que le queden hasta la emancipación de los peques, ello supone pagar vivienda propia y alimentos, amén del resto de gastos ineludibles.
    Afortunadamente las cosas están cambiando y ya es posible ver como algo bastante normal la custodia compartida y que las sentencias de separación o divorcio no contemplan que los hijos tengan que mantener el estatus de antes de la quiebra familiar y todos tienen que apretarse el cinturón llegado el caso, que la solución ya no pasa por llevar al hombre a la indigencia mientras el resto no ven comprometido su nivel de vida.
    En realidad el problema de los Pacos no es sólo el problema de los Pacos. Es el problema también de las mujeres que se relacionan con los Pacos, de sus nuevas parejas y de los hijos de éstas con éstos que digo yo también tienen derecho a una vida digna, aunque les joda a las dulce Pacas.
    Y por último, el bajo índice de natalidad tiene más que ver con la situación en que se quedan o pueden quedar los Pacos tras un divorcio que otros a los que apuntan las feministas más rancias. Y es que hay que pensárselo bien antes de lanzarse a la aventura de tener hijos con cualquiera so pena de acabar como un Paco cualquiera.

    19 diciembre 2016 | 19:11

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