Presencia no es poder. Las mujeres, lejos aún de la toma de decisiones

Por María SolanMaría Solanasas 

Las próximas elecciones generales del 26 de junio representarán, muy probablemente, un nuevo avance de la presencia de las mujeres en el Parlamento.  La undécima legislatura surgida de las elecciones del pasado 20 de diciembre contó con la cifra más alta de diputadas de la historia de la democracia, con 139 mujeres (un 39,71 % de la Cámara). Según datos del Instituto de la Mujer, la progresión desde la primera legislatura (1979-1982) con un 5, 14% de mujeres, ha sido más o menos constante, hasta alcanzar la cifra más alta en la octava legislatura (2004-2008) con un 36% de mujeres. La décima y novena legislaturas contaron con un 35,71% de mujeres diputadas.

Hillary Clinton, en un acto electoral. Imagen: G3.

Hillary Clinton, en un acto electoral. Imagen: G3.

Nos vamos acercando, pues, al objetivo de paridad en el Congreso de los Diputados, en buena medida impulsado por la Ley de Igualdad Efectiva entre hombres y mujeres (que establece la obligatoriedad de incluir no más de un 60% ni menos de un 40% en cada tramo de cinco candidatos y candidatas en las listas electorales). La verdadera clave del incremento de mujeres en el Congreso ha sido el lugar que han ocupado en las listas electorales, especialmente en aquellas circunscripciones donde están en juego un número más reducido de escaños, en particular en el nuevo escenario político de reparto de votos entre un mayor número de formaciones políticas. Que las mujeres encabecen las candidaturas en un número suficiente de las 52 circunscripciones electorales es, más que nunca, esencial para garantizar una presencia relevante de mujeres en el nuevo Parlamento que salga de las urnas.

Las listas electorales del pasado 20 de diciembre incluyeron un 36% de mujeres como cabeza de listas (lo que se tradujo, como se ha mencionado, en casi un 40% de mujeres diputadas).  Las de las elecciones del 26 de junio elevan la cifra de mujeres que encabezan candidaturas hasta el 38,9%, lo que debería llevar a una mejora de la presencia de mujeres en el próximo Parlamento. Sin embargo, no todas las formaciones políticas se acercan a la paridad en cuanto al número de mujeres encabezando las listas electorales, y hay diferencias sustanciales entre ellas. Así, el PP incluye a 19 mujeres como cabeza de lista (frente a 33 hombres), lo que representa un 36,53%; el PSOE presenta a 27 mujeres como cabeza de lista (frente a 25 hombres), lo que representa el 51,92%; Unidos Podemos incluye a 20 mujeres encabezando sus candidaturas (frente a 32 hombres), lo que constituye el 38,46%; y  Ciudadanos, con el menor número de mujeres encabezando sus listas, a 15 (frente a 37 hombres), lo que representa el 28,84%.

Si comparamos las cifras del legislativo español con las cifras del congreso y del senado de EEUU, la distancia es considerable. Sólo 104 parlamentarias (el 19,4% del total de 535 miembros), o lo que es lo mismo,  20 senadoras (el 20% del total) y 84 congresistas (el 19,3% del total).

Sin embargo, la presencia, siendo esencial, no se traduce aún en España en capacidad real de toma de decisiones. Como bien señalaba Lidia Fernández Montes en un reciente artículo, la presidencia del gobierno sigue siendo una cuestión de hombres, como también la presidencia de las comisiones parlamentarias relevantes, o la portavocía de los grupos parlamentarios.

El tratamiento que algunos medios de comunicación ha dado a la presencia de mujeres en las candidaturas de sus respectivas formaciones políticas demuestra lo mucho que queda por hacer para que la participación política de las mujeres no quede lastrada por estereotipos de género.

En EEUU, un país donde la presencia de mujeres en el legislativo es muy limitada,  la elección de Hillary Clinton como candidata a la presidencia de una de las dos principales formaciones políticas ha hecho historia.

Presencia no es poder. Y en España aún queda recorrido para que las mujeres, además de tener presencia, ocupen puestos relevantes en la toma de decisiones políticas. Que encabecen las candidaturas en sus respectivas circunscripciones es un paso en la buena dirección, que debería traducirse, para producir nuevos avances, en puestos relevantes de toma de decisiones políticas en el Parlamento que salga de las urnas.

2 comentarios

  1. Dice ser Ángel

    La paridad es una lacra, un error y corrección política trasnochada disfrazada de igualdad. Tengo entendido que ahora mismo hay más juezas que jueces en España, supongo que entonces no hay problema no?

    Los puestos de trabajo deben estar ocupados por quien los merezca, sea quien sea, importando sólo sus capacidades.

    16 junio 2016 | 09:36

  2. Dice ser buscando igualdad donde hay base de prejuicio...

    En Instagram se censura un pezón.

    16 junio 2016 | 12:50

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