Celos y violencia: en la frontera del Derecho

Por Flor de Torres flor de torres nueva recortada

Que una mujer ponga fin a una relación sentimental de forma unilateral nunca debe servir para justificar conductas violentas por parte de su pareja. Los celos envuelven esas reacciones tras las rupturas. Pero son solo eso: su envoltorio. No la causa ni el fin de las mismas. Su origen es la posesión y su consecuencia es la violencia de género. Por tanto nunca servirán para atenuar una conducta ilegal como es la violencia de género basándose en un estado pasional. Esta afirmación categórica encuentra su eje en la igualdad de hombres y mujeres, en el Artículo 14 de nuestra Constitución y desde luego en el sentido común. Y aparece refrendada doctrinalmente por el Tribunal Supremo: En una muy reciente sentencia donde se concluye que ninguna conducta de violencia hacia las mujeres puede tener su atenuación basada en un ‘estado pasional‘ o en el difuso concepto de ‘celos’ (salvo casos excepcionales y contrastados pericialmente con oscurecimiento grave de sus facultades psíquicas y disminución de la inteligencia y voluntad, excediendo del leve aturdimiento que suele acompañar a los delitos de violencia de género, y basados en causas de enfermedades previas).

El celoso extremeño

Ilustración de ‘El celoso extremeño’ de Miguel de Cervantes. Imagen: Editorial Kapelusz.

Porque en palabras del Alto Tribunal ‘las personas deben comprender que la libre determinación sentimental de aquellas otras con las que se relacionan no puede entrañar el ejercicio de violencia alguna en materia de género… La actuación se ha de producir dentro de un cierto sentido ético ya que su conducta y sus estímulos, no puede ser amparada por el Derecho cuando se apoyan en una actitud antisocial reprobada por la conciencia social imperante… Los celos no constituyen justificación del arrebato u obcecación (STS 904/2007, de 8 de noviembre). El desafecto o el deseo de poner fin a una relación conyugal o de pareja no puede considerarse como un estímulo poderoso para la parte contraria y no tiene eficacia para sustentar una posible atenuante de arrebato u obcecación (SSTS 1424/2004, de 1 de diciembre y 201/2007, de 16 de marzo)’.

Afirmaciones como esta sientan doctrina. Reajustan y deconstruyen los falsos mitos del ‘amor romántico‘ unido al difuso concepto de ‘celos‘ o  ‘estado pasional‘ para justificar conductas que hoy son delitos de violencia a la mujer amparadas en el arrebato y la obcecación que produce el abandono. Porque toda relación debe desenvolverse en un plano de igualdad. Como la única que debe prevalecer.

Esos falsos mitos sobre la violencia de género están basados en creencias estereotípicas. Son falsedades se sostienen amplia y persistentemente, y sirven para minimizar, negar o justificar este tipo concreto de violencia. Y lo que es peor: para darle carta de naturaleza o atenuar conductas que denigran y devalúan la igualdad de las mujeres.

Tengamos argumentos para rebatirlos, los ojos, los oídos, los sentidos bien abiertos pues parecen surgir nuevos modelos que desarrollan un discurso a menudo paternalista y falsamente instalado en la igualdad que nunca han creído. Y es necesario tener el refuerzo legal de Resoluciones tan claras y ejemplares como estas del Tribunal Supremo.

No se pueden legitimar los discursos disfrazados de igualdad pero que mantienen ejes de control a la mujer basados en el modelo que precisamente critican, cuestionando, negando y poniendo en duda tanto las situaciones de discriminación que padecen las mujeres como las medidas para corregir estas desigualdades.

Pero: ¿por qué ignoran realidades contrastadas empírica y judicialmente? ¿Cómo combatirlas? ¿Cómo desnudar el disfraz de los salvadores, los protectores que no creen en la igualdad como antídoto de la violencia de género? ¿Qué lenguaje? ¿Qué construcción hemos de utilizar para que se instalen en el discurso de la igualdad y no vuelvan con por el mismo camino que renuncian para cuestionarla?

Tal vez ignoren -o no les importe- que la ONU manifieste constantemente que ‘la forma más común de violencia experimentada por las mujeres en todo el mundo es la violencia dentro de la pareja’. Cabría comenzar por destruir definitivamente el sistema patriarcal tan pegado a la propiedad y a la posesión, donde se legitiman conductas basadas en los celos y que derivan en la violencia de género.

Por ello los celos no tienen el acogimiento social ni mucho menos el legal en la violencia a la mujer. Los celos son un pariente muy lejano del amor, una falsa sensación del querer. Encierran el miedo a la pérdida y una profunda inseguridad. Y es que los celos se adentran en la propiedad y en la cosificación. Son expresiones de posesión y como tales, antídotos de libertad. Están del lado de la cobardía. Son la antesala de la violencia de género.

Y por ello los celos no tienen ningún encaje legal ni social. Resoluciones como esta del Tribunal Supremo sirven para indicar el camino de la igualdad porque nos ayudan a deconstruir la desigualdad tan profundamente enredada en la violencia a las mujeres. Y lo estamos haciendo paso a paso edificando el sólido edificio de la igualdad desde sus cimientos.

Flor de Torres Porras es Fiscal Delegada de la Comunidad Autónoma de Andalucía de Violencia a la mujer y contra la Discriminación sexual. Fiscal Decana de Málaga.

6 comentarios

  1. Dice ser El_Soberano

    Tu artículo es tendencioso y da entre pena y asco.

    Estoy de acuerdo en lo que dices, pero… ¿por qué dices solamente «mujeres» y no personas? Hay una estadística de 2014 que dice que por cada tres mujeres muere un hombre a manos de su pareja.

    Es cierto que sois más vosotras, aunque me sorprende y alucina que para algo como los celos, ni siquiera hagáis mención de que «nos afectan a todos». Las personas más celosamente enfermas que he conocido han sido mujeres.
    Es cierto que un tio celoso es un gilip-…. lo que no justifica que se entierre el hecho de que hay celosas de psiquiátrico sueltas. Tampoco justifica que en el insti, una chica pueda mirar el móvil de su novio y no pase nada y si es al revés, es violencia de «género».

    A ver si os enteráis de una vez: mientras discriminéis a los hombres en vuestro discurso, cada vez vais a perder más adeptos a vuestra causa, y también más adeptAs, que tienen hijos, hermanos, y maridos.

    02 febrero 2016 | 08:18

  2. Dice ser Laura

    Estupendo artículo, como todos los de Flor. Para mí también es una gran triunfo que por fin la justicia empiece a ver los celos como lo que son, una forma más de camuflar la violencia contra la mujer. Nunca deberían ser un atenuante. Las cifras y estadísticas ponen de manifiesto como esos celos machistas causan la muerte de muchas mujeres al año. Son uno más de los primeros síntomas de una violencia que acaba terminando en feminicidio en muchas ocasiones.

    02 febrero 2016 | 10:07

  3. Dice ser shan

    PARA 1#DICE SER EL SOBERANO
    Equiparar una lacra social como la violencia de género y todo lo que abarca (maltrato, violaciones, feminicidio…) con casos puntuales como el número de hombres que mueren a manos de sus parejas -sabiendo que dentro de este porcentaje entran los casos de parejas homosexuales donde es el hombre quien mata a otro hombre y también aquellos asesinados a manos de mujeres cuyo móvil era la autodefensa- es como mínimo machista y negacionista de esta realidad. El feminismo no niega ni desea este porcentaje, sino que pelea para que el machismo no intente equipararlo con el feminicidio en España.

    02 febrero 2016 | 13:20

  4. Dice ser Pernales

    Para 3# Dice ser shan:

    Me parece vergonzoso justificar un asesinato, como hace usted, cuando apela a la autodefensa. Y me parece vergonzoso clasificar a las víctimas de asesinato en víctimas de primera y víctimas de segunda categoría en función del sexo de éstas o del número de éstas.
    El feminismo niega la existencia de víctimas hombres a manos de sus mujeres desde el momento en que ha maniobrado para que se oculten las estadísticas de hombres víctimas de violencia por parte de las mujeres.
    Me parece vergonzoso que cuando es una mujer la que mata al marido, inmediatamente se habla de caso puntual y se buscan eximentes o justificaciones, y cuando es el hombre el que mata a la mujer se criminalice a todos los hombres como si todos nosotros fuésemos intrínsecamente asesinos.
    Y me parece vergonzoso que se presente siempre a la mujer como víctima incapaz de ningún mal cuando, a pesar de lo que parece y quieren hacernos creer, los malos tratos a los hijos son principalmente perpetrados por las madres; y a pesar de que las mujeres ganan por goleada en lo que se refiere a malos tratos psicológicos.

    02 febrero 2016 | 15:53

  5. Dice ser No te mires el ombligo

    Para Dice ser Pernales:

    Pues a mí me parece vergonzoso que bases tus afirmaciones en tu experiencia personal. ¿Las mujeres ganan en goleada en maltrato psicológico? ¿Son las principales maltratadoras de hijos? Quiero ver las estadísticas. Te basas en mitos que lo único que hacen es perjudicar la lucha por la igualdad.

    ¡Deja de mirarte el ombligo y sentirte tan ofendido y pon de tu parte para cambiar la mentalidad! Puedes empezar por cambiar la tuya, tan victimista, por ejemplo.

    02 febrero 2016 | 16:46

  6. Dice ser ohman

    En cuestión de celos, hombres y mujeres somos iguales.

    02 febrero 2016 | 17:54

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