Cumbre de París, último día: Nada sobre nosotras sin nosotras

Hoy escribe Sagrario Monedero López.  Desde la Cumbre sobre Cambio Climático en Paríssagrario monedero

Jessica es una mujer de piel muy morena, bajita y muy sonriente. Aunque su aspecto transmite mucha cierta fragilidad, Jessica es una luchadora nata. En el año 2013, el tifón Haiyán arrasó su pueblo llevándose por delante su casa, sus cosechas, su proyecto de vida y sus ilusiones. También acabó  con la vida de uno de sus hijos. El tifón Haiyán provocó en Filipinas la muerte de más de 6000 personas, miles de desaparecidos y desaparecidas y cuatro millones de personas desplazadas. Aunque afectó fuertemente a grandes sectores de la población filipina, las consecuencias fueron más graves en el caso de los grupos en peor situación. El de las mujeres, especialmente.

Melanie Smith InspirAction Filipinas tifon Haiyan

Afectados por el tifón Haiyan en Filipinas. Imagen de Melanie Smith, Inspiraction

Después de todo lo que hemos leído esta semana en Más de la mitad, no estoy descubriendo nada si digo que las mujeres sufren más duramente las consecuencias del cambio climático. Y, ¿por qué? Pues se puede resumir en que la pobreza tiene rostro de mujer y son las personas más pobres las que más expuestas están al cambio climático (al mismo tiempo que, por cierto, son las que menos han contribuido a generarlo). En países en desarrollo como Filipinas, son las mujeres las que más dependen de sectores como el de la agricultura, muy vulnerable a los efectos del cambio climático y sus viviendas suelen estar construidas con materiales de peor calidad, poco resistentes a tormentas, inundaciones o huracanes. También con frecuencia  suelen estar emplazadas en las zonas más marginadas y en peores condiciones en cuanto al terreno y a la cercanía a los caudales fluviales.

Pero esto no es todo. Sabemos que cuando se producen desastres naturales, las mujeres tienen menos acceso a medios anticonceptivos por lo que existe mayor probabilidad de que se produzcan embarazos no deseados, con los efectos que éste tiene tanto si se sigue adelante como si no. Más ejemplos: en situaciones de desastre y crisis humanitaria aumenta el riesgo de las mujeres de sufrir violencia sexual debido al hacinamiento y a la situación de caos que se suele producir en la zona.

Pero esto no es sólo un problema de las mujeres que viven en países del sur global. También las mujeres europeas se ven afectadas de manera distinta por cuestiones relacionadas con el medio ambiente: la proporción de mujeres en situación de pobreza energética en España es mayor que la de hombres. Y no sólo en los impactos hay diferencias, sino también en la generación del calentamiento global: según un estudio del European Institute for Gender Equality, en el uso del coche privado como medio transporte los hombres europeos nos ganan por goleada.

En estos días se está celebrando en París la Cumbre de Naciones Unidas contra el cambio climático conocida como COP21. Es la primera vez en la historia que estamos a punto de conseguir  un acuerdo global, vinculante y justo sobre cambio climático. Sin embargo, este proceso está pecando de ser ciego ante las desigualdades de género y de no reconocer que las mujeres contribuyen de manera distinta al cambio climático y que, sobre todo, se ven afectadas también de manera distinta por los impactos de éste. Ayer, a la entrada al recinto de Le Bourget donde están teniendo lugar las negociaciones, podíamos leer en un cartel: “Nada sobre nosotras sin nosotras”. Los derechos de las mujeres y la equidad de género deben ser parte fundamental del acuerdo que salga de esta cumbre y de las estrategias de lucha contra el cambio climático. Y sí… si las mujeres están siendo ya las más afectadas por los impactos del mismo es esencial que estén incluidas en todos los espacios de decisión de manera equitativa.  Es lo mínimo que se puede pedir.

Sagrario Monedero López  es responsable de incidencia política de InspirAction.

2 comentarios

  1. Dice ser Opinador

    Vuestro victimismo roza ya la paranoia.

    11 diciembre 2015 | 15:14

  2. Dice ser Vanessa

    Creo que mientras haya a quien le interese transmitir esa imagen de que las mujeres tenemos «mucha cierta fragilidad» y somos una especie de discapacitadas o menores de edad nunca conseguiremos la igualdad real y que quienes tienen acceso a dar su opinión en los medios de comunicación deberían avergonzarse de perpetuar estas opiniones. Esa cárcel que vendéis solo está en vuestras cabezas y en el momento en que os liberéis seréis conscientes de que el mundo no es una guerra de géneros.

    Ahora, como en ocasiones anteriores, eres (sois) libres de censurar el comentario y que no aparezca, para mostrar solo los de quién está de acuerdo contigo (con vosotras) pero al menos siendo consciente de que contribuyes a luchar contra la libertad de expresión y de que continúas con la la estrategia del avestruz respecto a las críticas, aunque sean educadas.

    12 diciembre 2015 | 01:10

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