¿Cómo lograr una oportunidad frente a la amenaza del clima?

Rosa_Martínez

Por Rosa Martínez

Aunque los países llamados desarrollados (Europa, Estados Unidos, Canadá) son los principales responsables del cambio climático, no son los que a día de hoy están sufriendo sus consecuencias de una manera más dura (al menos no todavía y no por mucho tiempo, en todo caso). Por el contrario, son los países que menos han contribuido al cambio climático, y por tanto, la población mundial más pobre la que más está viendo afectado su, ya de por sí, precario modo de vida.

Las mujeres y las niñas sufren especialmente los efectos del cambio climático. Imagen: Getty Images.

Las mujeres y las niñas sufren especialmente los efectos del cambio climático. Imagen: Getty Images.

Como la mayor parte de las cuestiones que afectan a los derechos, son las mujeres, por norma general más pobres y más vulnerables en cualquier sociedad,  las que más sufren las consecuencias del cambio climático.

Su incidencia en la agricultura, los desastres naturales, o las migraciones afecta de manera diferente y más severa a las mujeres debido al rol social, la discriminación y la pobreza que sufren. Cultivar comida o buscar combustible y agua en un contexto climáticamente hostil es el día a día de millones de mujeres en el mundo. Y por si fuera poco, según estudios de la ONU en caso de desastre natural tienen más posibilidades de morir. No es de extrañar por tanto, que hoy día las mujeres supongan 20 de los 26 millones de personas refugiadas que se han desplazado a consecuencia del cambio climático.

Entonces ¿qué tenemos que cambiar para que las mujeres tengan una oportunidad real frente al cambio climático? En primer lugar es imprescindible sensibilizar a la sociedad sobre la justicia climática y las consecuencias sociales y demográficas del cambio climático. La Cumbre del Clima que empieza hoy debe cerrar un acuerdo justo que asegure derechos humanos para todas las personas, teniendo en cuenta que sin igualdad de género no habrá desarrollo.

Hay que conseguir un reparto justo de los fondos disponibles para adaptación y mitigación del cambio climático, priorizando los lugares donde el impacto es mayor. Por ejemplo, el 32% de este dinero acaba en Europa y sólo el 4% en el África subsahariana, y además menos del 1% está enfocado a las necesidades de las mujeres en los países más afectados. Y por último, la eterna cuestión del acceso al poder. Las negociaciones climáticas están en manos de hombres: sólo el 20% de los miembros los comités de la ONU para cambio climático son mujeres y el 10% del equipo directivo del Green Climate Fund. Las mujeres deben aumentar su representación en la toma de decisiones climáticas.

Garantizar los derechos, contar con más recursos y tener una mayor representación es imprescindible si queremos construir un mundo justo e igualitario. Sabemos que empoderar a las mujeres, puede cambiar el mundo, por eso es necesario contar con las mujeres en la lucha contra el cambio climático.

Rosa Martínez es coportavoz de Equo 

1 comentario

  1. Dice ser Antonio Larrosa

    La vida humana, justa no es.

    Clica sobre mi nombre

    10 diciembre 2015 | 16:11

Los comentarios están cerrados.