Archivo de diciembre, 2014

Princesas malhabladas

Por Mariana Vidal Mariana Vidal

 Me encanta compartir aquí este video de las ‘princesas malhabladas’, niñas vestidas como personajes de Disney que sueltan sapos por su boca como el ‘negrito sandía’ que cantaban en ‘Cosas de Niños’. Quizá ya lo hayan visto, porque lo ha visto más de un millón y medio de personas. Y sí, es un anuncio de un grupo feminista para vender camisetas con mensaje.

Captura del video de 'princesas malhabladas'. de la organización F8H.

Captura del video de ‘princesas malhabladas’ de la campaña FCKH8.

Ha despertado críticas, como no podía ser de otra forma, pero curiosamente -o no tanto- las críticas refuerzan el estereotipo que el video quiere cuestionar. Pero merece la pena compartirlo. Porque presenta con gracia algunas ideas sobre las que deberíamos reflexionar quienes realmente queremos lo mejor para nuestras niñas y niños. Así que aquí está:

Discriminación salarial, violencia sexual, exigencias estéticas… ¿Deberíamos preocuparnos menos por el lenguaje que usan las niñas, y más sobre las amenazas que se ciernen sobre ellas? El debate está servido.

Mariana Vidal es comunicadora y especialista en América Latina.

Feliz Día de Armarios Abiertos

Por Mayte Mederos Mayte

Hasta que la ley me permitió casarme, odiaba las bodas. Y eso que con una familia tan grande me tocó asistir a una larga sucesión de ellas. No es que me molestasen las ceremonias, al contrario: nadie se emocionaba más que yo, que me gusta un ritual romántico como el comer. Pero todo -empezando por el hecho de que no invitasen a la novia que ni imaginaban que tenía- me recordaba que el anillo y el traje no estaban hechos para mí, y que en la liga del amor las lesbianas nos quedábamos fuera.

Por suerte la ley del Matrimonio Igualitario cambió las cosas en España y, como muchas otras personas LGBTI, pude disfrutar del derecho a hacer de mi capa un sayo (en mi caso, casarme con la madre de mis criaturas en una lluviosa tarde de enero, en el salón de plenos de mi ayuntamiento)

Armarios abiertos en las familias. Imagen de TrasTando.

Armarios abiertos en las familias. Imagen de TrasTando.

Sin embargo, ese sentimiento de exclusión y de quedarnos con cara de tontas no acabó con la igualdad ante la ley. Porque la discriminación va muy por delante de nuestros derechos, así que la misma frustración de entonces se nos repite a las mujeres que amamos a mujeres cada navidad.

No importa cuánto te gusten las fiestas, los polvorones y los villancicos. Si eres una mujer lesbiana o bisexual es más que probable que tu familia no lo sepa. O que lo sepa y no lo apruebe, que no sé qué es peor. Y que tengas que ir a la cena de nochebuena con tus hermanos y sus parejas, echando de menos a tu chica y sintiendo que es totalmente injusto. Pero no se queda ahí: da gracias si, además, no tienes que aguantar comentarios y chistes homófobos o machistas en esas fantásticas cenas en las que reírse de los demás es un clásico que no falla. Lo único en lo que se ponen de acuerdo el cuñado petardo y el estirado de tu primo, oye.

Qué le vamos a hacer si la navidad es un imperativo en estas fechas, tengas las creencias que tengas. Pero con el agravante de que en España es la fiesta de la religión católica, casualmente la confesión que más lucha por condenarnos al doble ostracismo: por mujeres, y por no heterosexuales. Así que nos toca celebrar por narices unas fiestas que son a lo LGBTI lo que el nazismo al pueblo judío. Eso sí, como si fuera lo más normal del mundo, y sin que nadie se cuestione nada.

Pero a pesar de este caldo de cultivo yo, que soy optimista por naturaleza y encima he tenido mucha suerte en la vida, brindo porque proliferen familias como la mía: diversa, abierta y respetuosa. Para que los armarios se abran en todas las casas como las ventanas de los calendarios de adviento. Para que nuestras hijas e hijos reciban en estas fiestas regalos no sexistas, que les enseñen roles igualitarios. Y para que vean modelos de familia que engloben todo lo que sus corazoncitos quieran conseguir en la vida.

Esa es la navidad que quiero. ¡Felices fiestas!

Mayte Mederos es madre de familia numerosa y autora del blog Avatares de una amazona.

Magdalena y el Gordo de Navidad

Por Rosa Briales  Rosa Briales

Magdalena ha tenido una vida intensa y cargada de experiencias. Cuando repasa su juventud hay una de la que está especialmente orgullosa: haber repartido suerte por España durante años. Porque Magdalena fue durante mucho tiempo lotera en la conocida administración Doña Manolita de Madrid. Ella tuvo el honor de vender el Gordo de 1975. Aquella mañana de diciembre cuando llegó a su trabajo le llamó la atención la cantidad de fotógrafos y periodistas que había en la puerta. Su jefe le hizo pasar dentro y le contó que habían vendido ‘El Gordo’.

Magdalena con el recorte de la noticia del 'Gordo' de Navidad que vendió. Imagen de Amigos de los Mayores.

Magdalena con el recorte de la noticia del ‘Gordo’ de Navidad que vendió. Imagen de Amigos de los Mayores.

Magdalena ha vivido casi toda su vida en Madrid, trabajando en negocios de la Gran Vía: teatros, cafeterías y administraciones de loterías. Ha consagrado su vida a hacer felices a los demás. Cuidó de sus padres enfermos hasta que murieron, no tiene hijos, nunca se casó. Magdalena vive sola desde hace muchos años, en un piso pequeño, con una pequeña pensión. No se queja demasiado de su situación ni se arrepiente de las ocasiones perdidas, dice que intenta vivir ‘el aquí y el ahora’.

Sin embargo en ocasiones se siente sola, sobre todo cuando se acercan las Navidades. Como Magdalena cerca de 150.000 personas mayores viven solas en Madrid, son cerca de 1.800.000 en España,  y muchas también pasan estas fiestas en soledad. Cenan solas en Nochebuena, hace tiempo que han dejado de recibir regalos o tarjetas y ya no tienen cerca a alguien que simplemente les felicite el Año Nuevo. Para ellas la Navidad hace tiempo que dejó de ser una época bonita que compartir en  familia. Estos días los pasan espantando recuerdos. Algunos juegan a la Lotería, a casi todos les gustaría cambiar su suerte.

Magdalena, disfrutando del 'aquí y el ahora'. Imagen de Amigos de los Mayores.

Magdalena, disfrutando del ‘aquí y el ahora’. Imagen de Amigos de los Mayores.

Nosotros sí creemos que cambiar su suerte es posible, no sólo estas Navidades sino el resto del año. Tener amigos, esperar con ilusión un timbre que suena, volver a salir a la calle, olvidar esa silla vacía que te acompaña en Nochebuena… pensamos que estar acompañado no debería ser un premio que dependa del azar, como un décimo de Lotería. Hace 5 años, Magdalena entró a formar parte del programa de acompañamientos de Amigos de los Mayores, y conoció a Christiane. Llevan juntas desde entonces, suelen bajar a dar un paseo, a veces se quedan en casa y toman algo mientras hablan de todo lo inimaginable. A las dos les interesa el budismo y suelen intercambiar experiencias. Magdalena le cuenta cosas sobre su infancia en el pueblo y los animales para hacerla reir. Para ella Christiane ya es una amiga más.

En Amigos de los Mayores trabajamos cada año por intentar cambiar la situación de centenares de personas mayores que viven solas en Madrid. Hacemos acompañamientos a domicilio o al médico, posibilitamos que disfruten de vacaciones en verano, de visitas, actividades de ocio y fiestas en San Isidro y en Navidad. Intentamos que las personas mayores tengan una vida más digna y  lo conseguimos gracias a la ayuda de personas cientos de voluntarios: algunos donan su tiempo, otros aportan recursos económicos.

Magdalena no conoció nunca a la persona a la que vendió aquel décimo premiado, pero  escuchó  que era alguien humilde y que las cosas le fueron bien. Se alegra mucho de haber ayudado a cambiar su vida. Hoy tenemos la posibilidad de ayudar a mejorar la vida de Magdalena y la de muchas personas como ella, ayudarnos a que su compañía no sea sólo una cuestión de suerte.

Rosa Briales es responsable de sensibilización de Amigos de los Mayores. Es posible hacer una aportación y regalar compañía para 2015 llamando al teléfono 91 359 93 05, a través de la página web o enviando un mail a socios@amigosdelosmayores.org.

¡Viva la hospitalidad!

Por María Alexandra Vásquez 

Os invito a que nos coloquemos como espectadores de una situación que vivió una persona un sábado por la mañana. Toma un autobús interprovincial y al llegar a su primera parada, se baja del autobús y se dirige al maletero para sacar sus cosas. El conductor arranca el autobús sin previo aviso, y se cierra el maletero automáticamente, cuando la persona está dentro. La gente que lo ve desde la calle empieza a gritar para avisarle de que está una persona dentro, y al darse cuenta el conductor, frena,  abre el maletero y se baja del autobús para ver qué pasa. La persona intenta salir, pero cuando el maletero se abre, le golpea en la cabeza y la impulsa dos metros atrás. Queda inconsciente por unos minutos. Escucha a lo lejos que el conductor expresa que tiene mucha prisa, y que no puede hacer nada y se marcha, tras indicar al acompañante de la persona que la lleve al centro de salud que está a una calle de allí. Sin más, el autobús se va. Y la persona es auxiliada por unos vecinos, que la ayudan a llegar al centro de salud.

 

Si la convivencia fuera como en los anuncios... Imagen de TrasTando.

Si la convivencia fuera como en los anuncios… Imagen de TrasTando.

La persona sufre traumatismos en piernas y columna vertebral, que afectan a sus vértebras lumbares, dorsales y paravertebrales. Padece varias contracturas en la pierna, y mantiene los músculos inflamados después de 13 meses durante los cuales no ha podido cumplir con las sesiones de fisioterapia necesarias por falta de dinero. Permanece con fuertes dolores que le impiden ponerse en pie y en razón de la imposibilidad de tener autonomía desde los servicios sociales le asignan la ayuda a domicilio por dependencia para un semestre.

Tenemos la paradoja de que el conductor, responsable de sus pasajeros, y en este caso la persona que con su irresponsabilidad genera el daño, ‘se escaquea’ -usamos el término coloquial que significa evitar un trabajo, una obligación o una dificultad con disimulo-. Y en cambio hay unos vecinos, simples espectadores, que prestan su apoyo, ayudan, a pesar de que para ellos la víctima es una total desconocida. ¿Cómo es posible que seamos tan diferentes y que entre todos seamos capaces por un lado de generar acogida, ayuda, apoyo y por otro, indiferencia, rechazo, insensibilidad y desprecio?

Podríamos pensar en las causas y nos llevaría mucha ‘tinta’, que no vamos a malgastar porque sin duda la insensibilidad e indolencia existen. Esperemos que la causa responda a la ignorancia del sufrimiento del otro, que nos hace ser responsables de actitudes así, calificables de ‘pecado de omisión’ -por no entrar en el delito de omisión del deber de socorro, regulado en el Título IX del Código Penal con pena de prisión-, en el que cabría inscribir la actitud del conductor. Se inició un juicio penal, pero del letrado privado, después de recibir sus honorarios profesionales, no se supo más. La víctima no pudo someterse a los exámenes periciales ordenados por el juez, y el proceso se encuentra suspendido, según tuvo que investigar la víctima por su cuenta.

Pecar, desde el punto de vista cristiano, se entiende como esa trasgresión voluntaria de un precepto tenido por bueno, que alude directamente a la negación de prestar auxilio a una persona que lo necesita, teniendo las posibilidades humanas para ello. Es una actitud inadmisible, pero ¿qué pasa cuando introducimos en la situación las caracteristicas de la víctima? ¿Podría cambiar algo? Pensamos que puede pasarle a cualquier persona: mi herman@, marid@, hij@, prim@, niet@, sobrin@, o en cualquier circunstancia: imaginemos que no le pase en su país, sino que se haya marchado a otro a buscar trabajo. La víctima es una mujer de Guinea Ecuatorial de color, de mediana edad con tres hijos: 10,  13 y 1 año, sin papeles en España desde hace 8 años, con un trabajo precario a jornadas parciales en empleo doméstico, hasta el accidente, que ella y sus hijos sobreviven gracias a las redes de apoyo sociales, que vienen a ser testimonios de solidaridad, aprecio, acogida y hospitalidad.

Muchas veces actuamos por condicionamientos externos, que nos llevan a olvidar de que todos somos seres humanos con dignidad, que bajo cualquier circunstancia los valores que deben prevalecer son el respeto, la solidaridad y la hospitalidad, porque cualquier día esa víctima puede ser cualquiera de nosotros. El ser migrantes simplemente nos indica que hemos sido personas valientes, arriesgadas y con una profunda esperanza de encontrar un espacio donde desarrollar nuestras propias capacidades, aportar todo lo que traemos, y formar parte de una comunidad que no es perfecta, aunque pretenda serlo, y que se alimenta de la diversidad innata de todos para construir sociedades plurales, democráticas y justas.

María Alexandra Vásquez forma parte del área jurídica del Centro Pueblos Unidos.

Cuerpo a tierra: caso ganado

Por Irene Milleiro Irene Milleiro

Hace ya más de un año les contaba en este blog el caso de Silvia, una militar extremeña a la que el Ejército decidió no renovarle el contrato tras sufrir un cáncer de mama. Les contaba como Basi, la madre de Silvia, decidida a evitar que cometiesen una injusticia contra su hija, creó una petición en Change.org pidiendo al Ministerio de Defensa que abriese una investigación y readmitiese a Silvia en el Ejército.

Mujeres en el ejército. Imagen de change.org tuneada por TrasTando.

Mujeres en el ejército. Imagen de change.org tuneada por TrasTando.

Buenas noticias: les han dado la razón, a ellas y a las más de 100.000 personas que firmaron su petición. El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura ha condenado al Ministerio de Defensa a readmitir a la soldado, a pagarle todos los atrasos desde mayo de 2013 (más intereses) y a cubrir las costas del juicio. El Tribunal ha señalado, como Silvia defendía, que «no es admisible» que las bajas justificadas derivadas de su proceso oncológico sean tenidas en cuenta a la hora de no renovarle el contrato, y que la responsabilidad no puede recaer en la propia enferma «que nunca puede ver mermados sus derechos profesionales por padecer enfermedad».

Acabo de hablar con Silvia y estaba exultante. El Ejército era su vida, y ahora podrá volver. Ha estado estudiando enfermería estos meses y su sueño es poder combinar sus dos pasiones: la Sanidad y las Fuerzas Armadas. Otro ejemplo de lucha ciudadana que se ha visto recompensada.

Que tengan muy felices, y luchadoras, fiestas.

Irene Milleiro es responsable de campañas de Change.org

Creencias que marcan y arrastran

Por Alejandra Luengo Alejandra Luengo

Hace pocos días participando en un congreso sobre trauma, una compañera psicóloga dijo ante un público de más de doscientas personas, principalmente mujeres, que las mujeres ya podíamos tener cuidado por el daño que causábamos y podíamos generar en nuestras hijas e hijos.

A mí dicho comentario me llegó como una cuchillada, y me molestó, por esa sensación de seguir perpetuando modelos de familia y de género que marcan y dañan a mujeres y hombres, ¿hasta cuándo? Freud ya puso la diana de la responsabilidad de la enfermedad mental en la madre mirando bastante poco la actuación de los padres; que además de pene para engendrar, tienen y poseen otras cualidades y aspectos que marcan la personalidad de niñas y niños.

Imagen del proyecto Ducati Man Igale, donde varios mecánicos imitan la presentación fotográfica de una modelo. Más fotografías y análisis en Mutua Motera

Imagen del proyecto Ducati Man Igale, donde varios mecánicos imitan la presentación fotográfica de una modelo. Más fotografías y análisis en Mutua Motera

¿Ha pasado casi un siglo, y tan poco hemos avanzado? ¿Seguimos las mujeres mirándonos y siendo observadas críticamente? ¿Sigue la sociedad cargando sobre las madres el peso y la responsabilidad de la familia? Para mí claramente sí. Se sigue repitiendo el modelo donde la mujer tiene la responsabilidad del cuidado, del afecto y del dar, y el hombre permanece en un lugar más alejado, enfocado en el aspecto profesional, perdiéndose parte de lo que es esa relación íntima con los hijos.

Esto me hace pensar muchas cosas, pero sobre todo la gran maleta que seguimos arrastrando llena de creencias falsas que nos perjudican:

Algunas de ellas son respecto a que la madre es la única figura de apego y de protección para el bebé, dejando al hombre en un lugar más periférico, cuando el hombre puede ser una figura íntima de cuidado, y de seguridad aunque no amamante.

Otras son las referentes a que la mujer debe ser sumisa, pendiente de los demás, cuidadora de los otros, sin grandes aspiraciones, “dadora”, pendiente de su apariencia física, espectadora de las acciones del hombre, pasiva, etc, y el hombre todo lo contrario; el estar activo, el buscar el poder, la fortaleza, la autoridad, etc.

He llevado muchos grupos de mujeres adultas y de tercera edad hace años, y lo cierto es que no encuentro muchas diferencias de lo que me comentaron en su día de lo que creían que debían ser, y lo que muchas chicas jóvenes señalan que consideran que tienen que ser y comportarse ‘como mujeres’.

De hecho, los modelos de mujeres que están en los medios de comunicación siguen reforzando esto. Baste ver un capítulo de una serie aparentemente inofensiva que ven actualmente niños, y niñas, para apreciar esos matices. Podréis escuchar las frases de estas adolescentes, vestidas y maquilladas para ‘triunfar’ en una sociedad donde lo que brilla es la apariencia. Así en esta canción de Violetta una chica rivaliza con otra mientras le grita… ‘Mi corazón es todo lo que yo tengo’, ‘Si es por amor es todo lo que soy’

Mientras tanto al hombre se le sigue impidiendo expresar emocionalmente, y se le impone una coraza de fortaleza señalando que significa varonilidad.

Seguramente hace unas semanas visteis este corto que compartía nuestra compañera Catalina Villa: Mayoría oprimida de la cineasta francesa Eléonore Pourriat, que relata un día de un hombre que vive en una sociedad donde se han invertido los roles de género. Refleja situaciones cotidianas que las mujeres viven, sin embargo en este caso el que las experimenta es un hombre, que además es padre.

Eliminar los estereotipos asignados tanto a hombres como a mujeres nos corresponde a toda la sociedad. Hay que redefinirnos hacia lo que deseamos ofrecer al mundo, y a las próximas generaciones, no limitándonos sino sumando. Redefinir lo que es poder, y los valores para hombres y mujeres que tienen sentido para construir una sociedad más igualitaria, más justa, y sobre todo más libre para decidir.

Me encuentro cada vez más hombres que me dicen que no quieren ser como sus padres que estuvieron en una posición alejada, distante emocional, y que aunque se hayan separado de sus parejas ellos quieren dar a sus hijas e hijos el cuidado, afecto y protección que echaron en falta. Damos pasos hacia adelante y retrocedemos en otros. Vamos a ritmo lento, a veces en una dirección oscilante. No hay que bajar la guardia.

Alejandra Luengo. Psicóloga clínica,  combino la atención psicológica en servicios públicos con la consulta privada. Creo firmemente que se pueden cambiar las cosas y en esa dirección camino. Autora del blog unterapeutafiel.

El comercio justo y la independencia de las mujeres indias

Por Sandra CavaSandra Cava

La India está considerado el cuarto país más peligroso del mundo para las mujeres (según una encuesta de Thomson Reuters). Las mujeres indias viven una gran discriminación, y cada día nos alcanzan noticias de bodas infantiles, exclusión de las niñas en las escuelas y múltiples violencias.

En este contexto, muchas mujeres dependen completamente de su marido y aquellas que, por una razón u otra, están solas o no tienen el apoyo de sus esposos se encuentran en una situación extremadamente vulnerable. Es el caso de las víudas, de las mujeres que sufren violencia doméstica, de aquellas cuyos maridos están en el paro…

Siendo conscientes de esta situación y de la importancia de su independencia económica, algunas cooperativas, como Creative Handicrafts, ofrecen a las mujeres con escasos recursos que habitan en los slums de Bombay una oportunidad para vivir por sus propios medios. Trabajan con un sueldo y unas condiciones justas confeccionando ropa respetando los valores asociados al comercio justo y creen firmemente que la independencia económica es el primer paso hacia la autosuficiencia y el empoderamiento.

Las mujeres indias que trabajan en la cooperativa Creative Handycrafts tienen un salario digno gracias al comercio justo (c) Johny Joseph

Las mujeres indias que trabajan en la cooperativa Creative Haniycrafts tienen un salario digno gracias al comercio justo (c) Johny Joseph

Para los consumidores, estas prendas de comercio justo suponen un producto de alta calidad realizado con materias primas 100% naturales y confeccionadas a mano en unas condiciones dignas; pero para ellas es una oportunidad de transformar sus vidas y la de sus familias, dándoles la posibilidad de atisbar un futuro mejor.

Además de lograr autonomía económica, de poder decidir ellas mismas qué hacen con el dinero que ganan, a través de las cooperativas pueden acceder a formación profesional y a programas educativos gratuitos para sus hijos e hijas. Para las más necesitadas, incluso se puede acceder a comida.

Creative Handicraft es uno de los grupos productores de la India que elabora las piezas de comercio justo de la colección de Veraluna de Oxfam Intermón.

 

Sandra Cava forma parte del equipo de comunicación de Oxfam Intermón.

 

Nazaret Castro y las puertas giratorias

Por María Luisa Toribio  María Luisa Toribio

Nazaret Castro es una joven periodista española afincada en Argentina que después de lograr el apoyo de muchas personas a través de un proyecto de crowdfunding ha publicado recientemente el libro Cara y cruz de las multinacionales españolas en América Latina. Una investigación sobre el terreno que presta especial atención a las poblaciones afectadas por la privatización de servicios (agua, luz, telefonía…) o por megaproyectos (represas, minería, extracción de petróleo…). En muchos de los casos hay multinacionales españolas implicadas.

Portada del libro de Nazaret Castro. Imagen: Frontera D.

Portada del libro de Nazaret Castro. Imagen: FronteraD.

La investigación de esta periodista aterriza en la otra realidad de la ‘Marca España’, muy diferente de la que con tanto entusiasmo promueve el actual Gobierno identificando los intereses de las grandes empresas con los de toda la ciudadanía: si a Repsol, Sacyr o Endesa les va bien, a España le irá bien… lo que ‘justifica’ que Gobierno e instituciones del Estado se desvivan en su apoyo.

No es nuevo. Estrategias de apoyo a las grandes empresas se repiten en otros países, con Estados Unidos a la cabeza, pero la falta de novedad no le quita un ápice de indecencia. Máxime cuando se observan esas puertas giratorias de paso fácil entre la política y los consejos de administración de las empresas. Hoy aquí, mañana allí y los intereses se confunden.

El libro de Nazaret Castro está plagado de ejemplos que configuran la otra cara de la Marca España. Instalaciones eléctricas en mal estado ¡espeluznantes las cifras de personas que mueren electrocutadas!, servicio deficiente, cortes de luz y facturas elevadas que se llevan buena parte del presupuesto familiar, son algunas de las quejas por el servicio que prestan las filiales de Gas Natural Fenosa en barrios populares de Colombia. No están más contentos con la gestión del agua y el alcantarillado que realiza la filial del Canal de Isabel II o con Telefónica y los servicios de telefonía.

Privatizar los servicios públicos es un asalto en toda regla: dejan de ser derechos de la ciudadanía y se convierten en negocio para las grandes empresas.

Otro motivo de fuerte descontento social son los megaproyectos. En el sur de Chile, la comunidad mapuche se opone a la construcción de una gran represa sobre el lago Neltume, un proyecto de Endesa Chile. Hay antecedentes para saber cuáles serían las consecuencias, basta mirar a las represas en el Alto Bio Bio, donde también aparece el nombre de Endesa.

Los proyectos de represas crecen como setas en América Latina. ¿El objetivo? Principalmente producir energía para sostener la actividad extractivista. Un modelo productivo depredador de recursos naturales, que ni siquiera los gobiernos aupados por movimientos sociales y con sensibilidad hacia las necesidades de la población y la lucha contra la pobreza han sido capaces de romper. Destruir la Naturaleza que sostiene la vida sigue siendo la tremenda contradicción en la que se basa el modelo económico.

Las comunidades indígenas, campesinas y rurales son víctimas habituales de este furor extractivista. De hecho, la minería es una de las principales causas de conflicto social en América Latina. Otra fuente de conflictos, el petróleo, hace que Repsol ocupe un lugar destacado en el libro. Las denuncias de violaciones de derechos humanos y de contaminación se repiten en Colombia, en Argentina, en Perú… llegando a ser objeto de campañas como Afectados/as por Repsol y Repsol Mata.

Un historial nada envidiable para la empresa a la que el Gobierno del Partido Popular ha permitido realizar sondeos en aguas de Canarias pese a la fuerte oposición de la ciudadanía, las instituciones insulares y el movimiento ecologista. Otro genuino proyecto #MarcaEspaña.

María Luisa ToribioBióloga y activista, con una mirada global al mundo que me lleva a implicarme en causas  como el medio ambiente, la pobreza, los derechos humanos, las poblaciones indígenas… Convencida de que las múltiples crisis que vivimos tienen raíces comunes y de que toca impulsar cambios profundos. 

Carta a Yara Sallam

Por Sagrario Monedero Sagrario Monedero

Yara Sallam fue encarcelada junto con otras 22 activistas el 21 de junio por participar en una manifestación en contra de una nueva ley que restringe el derecho de manifestación. Desde entonces, se encuentra en prisión. Fue condenada a 3 años de cárcel y uno de libertad vigilada. El 28 de diciembre se conocerá el resultado de la apelación presentada por sus abogados.

Querida Yara,

Recuerdo mi primera visita a Cairo, en diciembre de 2011 y nuestro encuentro. Habías venido unos meses antes a Madrid a hablar en una charla que conectaba el 15-M con las revoluciones del mundo árabe  y mucha gente me había recomendado conocerte. Cuando no llevábamos ni cinco minutos hablando pensé que eras una atípica chica joven árabe  que rompe los esquemas de los occidentales prejuiciosos. Todo lo que me contasteis tú y tus compañeras rompió los míos.

Yara ha sido encarcelada por defender los Derechos Humanos. #SendLoveEgyptWomen. Imagen: thefeministwire.com

Yara ha sido encarcelada por defender los Derechos Humanos. #SendLoveEgyptWomen. Imagen: thefeministwire.com

Desde aquel primer encuentro nos hemos seguido viendo en distintos lugares y la sensación al oírte hablar siempre ha sido la misma: tus palabras, tu discurso, vuestra manera de luchar, de hacer políticas y también de ser políticas es una ventana por la que el aire fresco entra a raudales y hace volar los estereotipos, los liderazgos anticuados, la política al estilo de los 70 y las “recetas” a favor de las mujeres egipcias diseñadas en despachos muy alejados de la calle.

Dentro de unas semanas se cumplirán los cuatro años de la revolución egipcia que derrocó al dictador Hosni Mubarak. Parece mentira todo lo que ha pasado en estos  años. Desde aquel enero de 2011 sigo de cerca lo que pasa en Egipto y he vivido con horror las masacres a la población y la violencia que se ejerce contra las mujeres en las calles y plazas que un día  fueron un símbolo de esperanza en el mundo entero. Por la defensa de los derechos de esas mujeres, te fue concedido uno de los premios de DDHH más importantes en África.

Hoy pienso en ti, Yara, como he pensado en ti muchos días desde junio. Pensé en ti este verano al caminar por la orilla de una playa del Mediterráneo, en uno de esos momentos en los que te sientes libre y te vienen a la cabeza personas que no lo son. Pensé en ti también mientras participaba en las manifestaciones a favor del aborto, dándome cuenta de lo fácil que es perder derechos básicos. 

En realidad, Yara, estás en la cárcel por creer que en el mundo las cosas pueden y deben ser diferentes y por defender los Derechos Humanos de todas las personas y en concreto los de las mujeres. Yara, estás en la cárcel por soñar. Y yo, que también sueño, estoy haciendo todo lo posible para que vuelvas a pisar las calles de Cairo, que es donde está tu lugar. Y probablemente lo que hago no sea suficiente para lograrlo, pero lo intento.

Y también haciendo todo lo que puedo para que Yara sepas que pienso en ti. Para que sientas en la nuca el aliento de miles de personas que, desde distintos lugares, creemos que tus sueños son importantes. Y necesarios.  Y para que sepas  que la gente que sueña tan bonito como tú nunca estará sola.

Sagrario Monedero es activista de la  ONG Alianza por la Solidaridad. e impulsora de la campaña #SendLoveEgyptWomen. Si tú también quieres apoyar a Yara y decirle que sus sueños son importantes, escríbele tu carta -preferiblemente en inglés- o reenvíale esta a yara.sallam@gmail.com o yara@eipr.org.

También puedes enviar mensajes en twitter @YaraSallam con la etiqueta #SendLoveEgyptWomen

Dos premios para pensar… en tu móvil

Por Belén de la Banda @bdelabanda

Recientemente, dos premios de gran prestigio, uno otorgado en España y otro en Europa, nos llevan a pensar en situaciones que podrían parecer muy lejanas si no fuera porque vivimos en un solo mundo. El premio Príncipe de Asturias de la Concordia de este año reconoció la labor de la periodista congoleña Caddy Adzuba, defensora de la libertad de prensa y de los derechos de las mujeres en su país, a quien ya conocimos en este mismo blog hace unos meses, de la mano de Alicia Cebada. El Premio Sajarov, del Parlamento Europeo, ha reivindicado la tarea del ginecólogo Denis Mukwege, que trabaja en la rehabilitación de las mujeres víctimas de violaciones y agresiones sexuales en el Este de la República Democrática del Congo.

Caddy Adzouba, activista congoleña contra la violencia. Imagen de Ouka Lele.

Caddy Adzouba, activista congoleña contra la violencia. Imagen de Ouka Lele.

Se utiliza a la mujer como arma de guerra: se dieron cuenta de que cuando se ataca a las mujeres se aniquila a toda la población‘, denuncia Adzuba, que ha podido ver cómo a través de las violaciones a las mujeres y el secuestro de niños para convertirlos en soldados esclavos se destruye a la familia en su país, y se destierra cualquier base de desarrollo. Amenazada de muerte, esta abogada y periodista en Radio Okapi pide que se desvelen los intereses económicos que están detrás de esta perversa situación.

Denis Mukwege, Premio Sajarov del Parlamento Europeo 2014. Imagen: europarl.org

Denis Mukwege, Premio Sajarov del Parlamento Europeo 2014. Imagen: europarl.org

Denis Mukwege, como ginecólogo, dedica su vida a reconstruir los cuerpos de miles de mujeres y niñas congoleñas víctimas de violaciones en grupo y violencia sexual brutal en la guerra de su país. Le han destrozado dos hospitales, pero desde que reconstruyó su centro sanitario en la localidad de Panzi ha atendido a más de cuarenta mil mujeres. Las dimensiones de esta violencia lo llevaron a reflexionar sobre el origen y el propósito de tanto sufrimiento. ‘No se trataba tan solo de actos violentos de guerra, sino que era parte de una estrategia… se violaba a varias personas al mismo tiempo, públicamente, en una noche podía violarse a toda la aldea. Con ello no solo hacían daño a las víctimas, sino a toda la comunidad, a la que obligaban a observar la escena. El resultado de esta estrategia es que las personas se veían obligadas a huir de sus pueblos, abandonar sus campos, sus recursos… todo’.

Ambos están comprometidos en la recuperación de las mujeres y las niñas, en todos los ámbitos, para que puedan tener una vida digna y quieran volver a vivir, volver a la escuela. Y denunciar a los responsables de las agresiones. Ambos defienden que las mujeres tienen que ser, en su país y en el mundo, ciudadanas de pleno derecho y no víctimas. Situarse en pie de igualdad y pasar a tomar decisiones sobre su futuro y el de su sociedad: ‘La mujer que fue hasta ahora víctima tiene que estar en la mesa de negociaciones porque sabe lo que sufrió y lo que se debe reivindicar’, declaró Adzuba antes de recoger su galardón.

Ambos saben también que la inacción de otros países tiene causas injustificables, como el coltan que se produce masivamente en las minas de esta región africana y que permite que funcionen los teléfonos móviles, tabletas y ordenadores de todo el mundo. No se trata de violencia gratuita, sino de grupos violentos que tratan de establecer el control sobre zonas de una enorme riqueza. Y si nadie pone freno, seguirán comportándose de esta manera.

No es una guerra lejana y desconocida a la que tengamos que resignarnos. Todos podemos colaborar con la lucha de estos dos congoleños defensores de las mujeres, de muchas formas. Desde el consumo cotidiano, como nos sugiere la Fundación Jane Goodall, hasta el apoyo a campañas informativas y de incidencia dirigidas a los distintos actores que protagonizan este mercado de dolor.

Belén de la Banda es periodista y trabaja en el equipo de comunicación de  Oxfam IntermónAhora empeñada en promover la campaña ‘cambia su agua, cambia su vida‘.