Vandana Shiva: biodiversidad, semillas y derecho a la alimentación

Por María Luisa Toribio María Luisa Toribio

Científica, filósofa y activista, Vandana Shiva es referente indiscutible en la defensa de la biodiversidad. Es autora de numerosos libros en los que explica con claridad cuestiones peliagudas como las consecuencias que tienen en la producción de alimentos y en la vida de campesinas y campesinos en todo el mundo las leyes de propiedad intelectual, las patentes de organismos vivos o la liberalización del comercio.

Vandana Shiva, científica, activista, filósofa y escritora India.  (c) Pablo Tosco / Oxfam Intermón

Vandana Shiva, científica, activista, filósofa y escritora India.
(c) Pablo Tosco / Oxfam Intermón

Nacida en la India, reconoce en Gandhi una fuente constante de inspiración en su vida. No en vano comparte con él su convencimiento de que la suma de pequeñas acciones es capaz de lograr grandes cambios.

El algodón, cultivo esencial en la India, es otro nexo de unión entre ambos. En la época de Gandhi ocupó un lugar central en su lucha no violenta por liberar al país de la colonización. Hoy, el algodón vuelve a ser protagonista; también la colonización, aunque ésta ha adquirido formas más complejas y difíciles de percibir. Cuando los países se invadían con el objetivo de apropiarse de sus recursos, la situación era obvia a los ojos de cualquiera. Hoy en día, la colonización tiene su punta de lanza en complejos acuerdos de liberalización del comercio, en leyes de propiedad intelectual, en el trato de privilegio que los gobiernos otorgan a las grandes corporaciones… Todo ello negociado al margen de la ciudadanía. Eso sí, la apropiación de los recursos sigue siendo el objetivo. La apropiación, incluso, de las semillas, fuente de vida.

En la India, los campesinos que viven del cultivo del algodón ya no pueden disponer de las semillas, no pueden guardarlas ni intercambiarlas con otros campesinos como han hecho toda la vida. ¿La razón? Más del 90% del algodón que se cultiva en el país es transgénico (la variedad Bt, modificada genéticamente con una bacteria) y las semillas han pasado a ser un “producto patentado” propiedad de empresas biotecnológicas, principalmente Monsanto. Los agricultores tienen que comprarlas para cada cosecha.

Este nuevo modelo agrícola les fuerza también a gastar más dinero en fertilizantes y en pesticidas. Un cambio imposible de asumir por los pequeños agricultores, obligados a pedir créditos que no podrán devolver si la cosecha no es buena… Entran así en una espiral de endeudamiento que ha provocado un dramático incremento de suicidios en el mundo rural. En 2011, el documental Bitter Seeds (Semillas Amargas) se hizo eco de la situación. Este cambio en el modelo agrícola ha sido posible gracias a los acuerdos de libre comercio que han abierto las puertas a la entrada de las grandes corporaciones.

No es de extrañar que las semillas sean una de las grandes preocupaciones de Vandana Shiva. Impulsora de la organización Navdanya, que promueve una agricultura sostenible, ha movilizado a millones de agricultores en defensa de su derecho a conservar y utilizar las semillas tradicionales, que hacen posible una agricultura diversa y adaptada a las condiciones de cada lugar. Ha creado una red de semillas ecológicas, iniciando un movimiento global por la libertad en el uso de las semillas. A través de Navdanya ya se ha logrado conservar más de 5.000 variedades de cosechas, entre ellas 3.000 variedades de arroz.

Vandana Shiva está plasmando en la realidad su convencimiento de que la creatividad humana es capaz de generar alternativas frente a un modelo de globalización económica que se está derrumbando.

 

María Luisa Toribio Bióloga y activista, con una mirada global al mundo que me lleva a implicarme en causas  como el medio ambiente, la pobreza, los derechos humanos, las poblaciones indígenas… Convencida de que las múltiples crisis que vivimos tienen raíces comunes y de que toca impulsar cambios profundos. 

4 comentarios

  1. Dice ser Nubeser

    La verdad es que este mundo nunca dejará de sorprenderme.
    Las grandes corporaciones quieren su parte del pastel a toda costa y no les importa que sea pisar al más débil.
    Cada año aparecen las cifras de la comida que tiran los «países desarrollados» y con esas sobras nadie en el mundo pasaría hambre.
    La globalización está cayendo y no me extraña, entre todos conseguiremos un mundo mas justo y con oportunidades para todos.

    16 julio 2014 | 08:23

  2. Dice ser Julia

    ella es una IDOLA!!

    08 agosto 2014 | 02:22

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