Archivo de mayo, 2014

Del comedor a la política

Por Laura Martínez ValeroLaura Martínez Valero

Las mujeres siempre han estado al frente de la necesidad de los alimentos. Era un tema de la familia y en la familia era un tema de las mujeres‘. Así explica Relinda Sosa, presidenta de CONAMOVIDI, por qué han sido las mujeres quienes han liderado desde su inicio la creación de los comedores populares en Perú. Para quien no lo sepa, estos comedores surgieron en los años 60 y 70, como espacios en los que las mujeres cocinaban para beneficio de su comunidad. Planteados en un principio como forma de abaratar costes, ya que se compraban los alimentos de forma común y se invertía el dinero en proyectos comunes de los barrios, pronto se convirtieron también en la principal fuente de alimentación de las familias más necesitadas. Además, suponen como organización popular femenina una experiencia única que no se ha reproducido con estas dimensiones en ningún otro lugar del mundo y que ha cambiado la vida de miles de mujeres.

Relinda Sosa en su reciente visita a España este mes de mayo. (C) Pablo Tosco / Oxfam Intermón

Relinda Sosa en su reciente visita a España este mes de mayo. (C) Pablo Tosco / Oxfam Intermón

El despertar de la conciencia política puede surgir por muchos motivos, pero en el caso de Relinda está íntimamente relacionado con los comedores populares. En 1988, Relinda llegó al distrito de El Agustino (Lima) y se interesó en organizar un comedor popular. ‘Cuando me acerco a saber qué significaba ese espacio donde cocinaban bien y barato, me doy cuenta de que había varias iniciativas de comedores: unos que eran apoyados por el gobierno y otros que no lo eran. Para la organización de un comedor con apoyo estatal lo que le recomendaron fue hacerse con un carnet político del partido que estuviera en el poder, en este caso el APRA de Alan García. ‘En ese momento se me despertó un concepto político y pensé: ‘¿por qué tendría que hacerme un carnet de un partido del cual no necesariamente soy parte?’, explica Relinda. El germen estaba plantado.

Al margen del gobierno, Relinda y otras treinta compañeras fundaron el comedor autogestionario de El Agustino, Virgen de Nazaret. Además, lo integraron en la red de comedores autogestionarios ya existentes.  A Relinda le interesaba especialmente ‘el espacio de formación personal, de la autoestima, de autoreconocimiento de una misma y de formación política que este tipo de comedores proporcionaban. Para ella el comedor pasa a convertirse en un pretexto para conseguir algo más. ‘Empiezo a diferenciar que lo político no tenía sólo que ver con los partidos, sino con lo que uno hacía y a tener una posición o argumento para decir las cosas las quiero de esta manera o de esta otra’.

Desde esta perspectiva, las mujeres de los comedores han conseguido importantes logros en política, como la aprobación de una ley que reconoció jurídicamente a los comedores,  creó un programa de apoyo a la labor alimentaria que realizaban y estableció la gestión compartida del programa por parte del Estado y de las organizaciones de los comedores.  Sin embargo, aún quedan muchas cosas por hacer. ‘El Estado no escucha o escucha poco, se lamenta Relinda. Por ello, seguirán trabajando para que la voz de las mujeres sea tenida en cuenta en el contexto actual de reformas de los programas sociales, en los que ellas son expertas.

Laura Martínez Valero trabaja en el equipo de comunicación de Oxfam Intermón.

Las gafas de la igualdad

Por Flor de Torres 

¿Qué está pasando?  Esto nos pregunta la sociedad cuando compartimos información diaria, trágica, rotunda y puntual, de nuevos Flor de Torres + nuevaepisodios de asesinatos a mujeres, de feminicidios.

Es tan difícil como insultante buscar una respuesta simple y única. Es profundamente injusto cargar la responsabilidad en el fracaso de la Ley Integral (L.O. 1/2004 ).  Una ley declarada plenamente constitucional según nuestro Tribunal Constitucional y avalada por una apabullante jurisprudencia que recoge más de un centenar de sentencias, todas en el mismo sentido.

¿Qué está pasando? Busquemos entonces otras respuestas: las Sagradas Escrituras, los Códigos Penales, la literatura, la música, el cine, la poesía… y releamos sus textos con unas gafas imaginarias que nos ayuden a comprender con otras perspectivas:  la perspectiva del género,  la perspectiva de la igualdad. Si nos ponemos esas gafas imaginarias de la igualdad, podremos sentir, ver,  leer y oír de otra manera.

Con gafas. Imagen de TrasTando

Con gafas. Imagen de TrasTando

Observaremos lo mismo, pero de distinta forma y sucederá esto:

Puede que nos inquiete el hecho de que la Biblia, en el Génesis,  manifieste como Sagrada Escritura: ‘… Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre…‘, o que el Código Penal del año 1963 en su artículo 528 dijera ‘El marido que sorprendiendo a su mujer matare en el acto a los adúlteros, o alguno de ellos, o les causare cualquiera de las lesiones graves, será castigado con la pena de destierro. Si produjere lesiones de otra clase quedará exento de pena’. Sentir que Kant, Rousseau y los padres del derecho trataban a las mujeres  como ‘sujetas’ a sus relaciones familiares no nos hará enfatizar tanto en ellos.

Si oímos la canción ‘La mataré‘ que en la era del Posmodernismo Español, y la propia voz de Loquillo y los Trogloditas, se ponía voz y música a la banda sonora de la generación que comparto: ‘Quiero verla bailar entre los muertos, la cintura morena que me volvió loco, llevo un velo de sangre en la mirada, y un deseo en el alma, que jamás la encuentre. Sólo quiero que una vez algo la haga conmover. Que no la encuentre jamás o sé que la mataré. Por favor sólo quiero matarla. A punta de navaja. Besándola una vez más‘, puede que ustedes comiencen a darme la razón sobre la necesidad imperiosa del uso de esa crítica racional a mensajes atroces, tatuados e invisibles que acompañaba nuestras vidas.

Otro ejemplo: dos magníficas cantantes, Marta y Marília del excelente dúo ‘Ella baila sola’. Cuando en su canción ‘Mujer Florero’ cantan: ‘De mayor quiero ser mujer florero. Serán siempre órdenes tus deseos‘… tal vez ya sintamos que podrían dejar de ser nuestras bandas sonoras.

A cambio oigamos y enfaticemos con otros sonidos de mi tierra y voces de compromiso como las de Pasión Vega en ‘María se bebe las calles‘ para alegrarnos que María ya no se lava las heridas porque ‘María se escapó de su grito, María ya no tiene miedo‘. O de la prodigiosa y comprometida voz de Sole Giménez cuando nos canta un himno del empoderamiento femenino como único camino a la igualdad:  ‘La mujer que mueve el mundo con sus sueños, de ilusiones va pintando los empeños… Y cree que algo se puede cambiar de esta realidad: Por ejemplo ser feliz para sobrevivir‘.

No veremos el placer estético de recordar en la película Gilda en 1.946 a una Rita Hayworth elevada al deseo masculino supremo cuando Glenn Ford la abofetea. Ahora nos indignará que no se sepa traslucir en esa escena lo que es un acto de violencia de género sin más, con sometimiento de la mujer al propio deseo de dominación del hombre sobre ella.

Y a Neruda lo leeremos de otra forma cuando nos diga al género femenino: ‘Me gustas cuando callas porque estás como ausente’. Ni callamos ni nos ausentamos. Luchamos por la igualdad.

Y ahora con esas gafas imaginarias que nos ayudan a ver otra dimensión y la raíz del problema, vamos distinguiendo a personas tan lúcidas como el entonces Fiscal General del Estado, Javier Ugarte, que en pleno 1.907 en la Memoria de la Fiscalía General dijera:

‘Hablar del crimen pasional para enmascarar infamias, hacer del asesinato de mujeres leyenda que ennoblece groseros sadismos y exalta honores canallescos-al par que en ocasiones vindica honras conyugales, con letra de Calderón y Lope de Vega- es una gran vergüenza, reveladora de la negligente indefensión social que pide a gritos rigores de ley, inflexibilidades de Jueces, reparaciones de derechos, a cuyo amparo cuenten con verdaderas garantías la inocencia y la seguridad de la mujer’.

Y ese es el esfuerzo comprensivo y visual de la raíz del problema. Y la respuesta a la pregunta ¿qué está pasando? vendrá acompañada de otras preguntas:  ¿Estamos ofreciendo a las mujeres el ‘derecho a irse’ de esta compleja construcción histórica? ¿Tenemos disposición tanto los hombres como las mujeres a ponernos esas gafas imaginarias que nos ayuden a ver, leer, hablar y oír en igualdad?

Comencemos ya a verlo y sentirlo así. Entonces dejaremos de cuestionarlo y tendremos la respuesta de qué está pasando.

 

Flor de Torres Porras es Fiscal Delegada de la Comunidad Autónoma de Andalucía de Violencia a la mujer y contra la Discriminacion sexual.

¿Hacienda somos todas?

Por María Angustias mariangustias

Cada año, cuando relleno la declaración de la renta, me asalta la sospecha de que nuestros gobernantes tienen un oscuro plan. Está oculto entre las triquiñuelas técnicas del formulario, pero para mí es patente. Quieren que las mujeres sigamos encerradas en casa cuidando de la prole mientras los hombres tienen que garantizar el sustento familiar lejos de casa y sin tiempo para ocuparse de los quehaceres de la vida doméstica. Y acabo de descubrir, con gran alegría, que lo que parecía una sospecha es una realidad como un templo. Y no lo digo yo, sino un grupo de personas académicas que han elaborado un manifiesto, del que extraigo aquí algunos sencillos pero significativos datos.

Collage 'Igualdad ante Hacienda' del colectivo TrasTando.

Collage ‘Igualdad ante Hacienda’ del colectivo TrasTando.

El informe elaborado por la Comisión de Expertos para la Reforma del Sistema Tributario Español -por cierto, ni una experta en el equipo- que solicitó el Gobierno se refiere sistemáticamente a usted y a mí como ‘el contribuyente y su familia‘ y considera a las mujeres como cargas objeto de ‘exención por cónyuge‘. Sin embargo, las mujeres somos el 46% de la oferta laboral (el 46% de las personas ocupadas y el 47% de las personas paradas) y el 50% exacto de las personas contribuyentes individuales.

Se mantiene o aumenta la desgravación para mujeres con hijos o hijas menores de tres años (actualmente llamada ‘deducción por maternidad‘).  Según el ministro Montoro es una medida para proteger  ‘a los más débiles, a la mujer y a la familia. Sin embargo, esta fórmula, que supone 100 euros al mes tengas los ingresos que tengas, lejos de ayudar a las mujeres refuerza la idea de que tener hijos es su responsabilidad exclusiva y contribuye a sean ellas las que se ocupen del cuidado de los menores. Y muchas veces también que renuncien a entrar en el mercado laboral, y por lo tanto que renuncien a la protección social, o a la pensión, entre otros beneficios.

Se mantiene la desgravación por tributación conjunta de los matrimonios, una medida que no propicia la participación laboral de las mujeres casadas, manteniendo a muchas de ellas en la economía sumergida o dependientes económicamente de sus maridos.

Hay muchas otras medidas incomprensibles -al menos para mí- que explica este magnífico documento. Es el momento de pensar lo que significan estas decisiones antes de que se apliquen al formulario PADRE. ¿O no?

 

Maria Angustias es ama de casa. No cotiza pero piensa. Es crítica, curiosa y desobediente.

Dos pasos adelante y uno atrás

Por Maribel Maseda Maribel Maseda 2

Nicaragua se convirtió en 2012 en uno de los 7 países del continente en nominar y condenar cualquier tipo de violencia contra la mujer.  Su famosa ley 779, ‘ley integral contra la violencia hacia las mujeres’  quería facilitar el reconocimiento de los diferentes tipos de maltrato que ocurrían fundamentalmente dentro del ámbito afectivo provenientes de una cultura que ancestralmente posiciona a la mujer muy por debajo del varón.

Diversas organizaciones participaron -y continúan haciéndolo-, en la labor continuada de procurar una sociedad más justa en cuanto a igualdad de oportunidades, en especial para la mujer y la niñez. Su eficacia reside sin duda en numerosos factores, entre ellos, la formación experta de sus integrantes y en la efectividad y coherencia de sus programas de capacitación y divulgación que dan cobertura a los ámbitos sociales y psicológicos, procurando herramientas que fortalezcan tanto sus capacidades como el reconocimiento de los medios en los que pueden desarrollarse.

Ana Patricia Martínez Corrales, de la organización nicaragüense FUNDEMUNI, durante una reciente visita a Barcelona. Imagen: Pablo Tosco/Oxfam Intermón.

Ana Patricia Martínez Corrales, de la organización nicaragüense FUNDEMUNI, durante una reciente visita a Barcelona. Imagen: Pablo Tosco/Oxfam Intermón.

Ana Patricia Martínez Corrales, Directora de la Fundación para la promoción y el desarrollo de las Mujeres y la niñez (FUNDEMUNI), explica este proceso  hacia la equidad social en clave de positividad y avances apoyándose en los logros y huyendo de arquetipos  obsoletos e ineficaces. Incide en la conveniencia de cubrir la problemática de la desigualdad abarcando todas las esferas que finalmente se ven involucradas en ella. Así, sus completos y acertados programas  hacia mujeres y niñas, además de prestar  asistencia legal, apoyo psicosocial, etc., se extienden a sus demandas de necesidades alimenticias, concienciación  del derecho de la mujer a participar de su cuerpo, de las decisiones familiares y sociales, de la política.

Ana Patricia procura en todo momento asentar la entrevista que mantiene conmigo en  datos objetivos, sin dejarse llevar por consideraciones particulares o subjetivas. Su respeto y amor por Nicaragua no deja de sentirse junto  a su deseo y confianza en que la consecución de un mundo más justo y equitativo es posible.

Hay que trabajar lo individual para que llegue a lo colectivo‘, y hay que hacerlo, además, teniendo en cuenta que hay que llegar a las mujeres y niñas que viven en el medio rural, porque la información llega de diferente forma allí donde el patriarcado está más instaurado como forma de vida.

Su trabajo es duro, constante, a menudo agotador, pero muy coherente. ‘No hay que involucrar solo  a la mujer‘. Sus programas integran dinámicas con jóvenes varones con los que trabajan la masculinidad como aspecto diferenciado del machismo. Igualmente, trabajan con jóvenes mujeres  la feminidad como aspecto que no precisa de la sumisión o la renuncia. ‘Es importante que sepan que no deben ser manipuladas a la hora de vivir su sexualidad‘.

Pero Fundemuni no es una Organización limitada ni territorial ni social ni políticamente. Forma parte, entre otras, de la Red nacional de mujeres contra la violencia y con todas las herramientas legales que pueden utilizar, denuncian la preocupante tasa de femicidios que lejos de disminuir, aumenta sin una implicación firme y  responsable por parte del Estado. No obstante, este mismo Estado las considera como una valiosa plataforma que facilita la participación más activa de la mujer.

Ana Patricia considera que los Movimientos de mujeres que trabajan por la equidad deben mantenerse alejadas de partidismos políticos, pero es fundamental el trabajo conjunto con los poderes públicos. Trabajar lo individual es complejo pero más aún lo es alcanzar al colectivo, ya que , en medio de ambos, se asientan estrategias escrupulosamente estudiadas  que puedan modificar  las propuestas de ley y hasta las leyes mismas, cuando estas puedan amenazar la organización del mundo  de manera simplista y efectiva para muchos, en hombres a un lado y mujeres al otro.

La famosa ley 779 lo fue, lo es y lo seguirá siendo por todo el esfuerzo, coherencia, ética y honradez de muchas organizaciones y movimientos de mujeres que dejaron patente su deseo de conseguir la equidad sin utilizar los mismos recursos agresivos y discriminatorios que las habían anulado a ellas  anteriormente.

Cuando las organizaciones de mujeres decidieron evaluar la ley 230 que añadía reformas para prevenir la violencia intrafamiliar y descubrieron las grandes grietas que portaba dicha ley por la que los ‘ex’ quedaban excluidos de ella y podían seguir asesinando y torturando impunemente, la red de mujeres contra la violencia y diversos Movimientos, presentaron en la Asamblea nacional un anteproyecto de ley que abarcara aquellos supuestos y situaciones que habían quedado ignorados. No se aprobó y la Corte Suprema presentó el suyo propio. Los movimientos y Organizaciones de mujeres, mostraron su voluntad cívica, conciliadora y reunificadora solicitando que se construyese un anteproyecto con lo mejor de las dos propuestas presentadas.  En 2012 se aprobó la ley 779 y meses mas tarde se reformó, para sorpresa de muchos, introduciendo una contradicción en el contexto de la violencia intrafamiliar, la mediación, argumentando la obligación de  la mujer de salvar la unidad familiar.

Ana Patricia es consciente de que aún queda trabajo duro por hacer, pero también de que el paso hacia atrás con el que tienen que acostumbrarse a dar sus pasos adelante, no deben hacer desaparecer los logros que tantas y tantas mujeres nos han dejado y a los que han dedicado gran parte de sus vidas.

Somos muchos hombres y muchas mujeres los que entendemos  que las mediaciones únicamente son posibles cuando las partes involucradas se comprometen en , desde y para la igualdad y existe la misma voluntad en el acto de mediación.

Mujeres como ella y Movimientos y Organizaciones como Fundemuni, María Elena Cuadra, Red de mujeres contra la violencia, y tantas y tantas otras, trabajan mientras el mundo duerme un sueño en el que le cuesta comprender otra realidad.  No generan violencia, luchan contra ella. Pero esto provoca un movimiento en las conciencias y una reacción a veces a favor a veces en contra. Admirable su perseverancia en que las hijas de tantos padres y madres vivan una vida más justa.

 

Maribel Maseda es Diplomada Universitaria en Enfermería, especialista en psiquiatría y experta en técnicas de autoconocimiento. Autora de obras como HáblameEl tablero iniciático, y La zona segura.

República Dominicana: vencer el ‘huracán desigualdad’

Por Susana ArroyoSusana Arroyo

Los desastres no son naturales. Las lluvias y las tormentas sí, pero sus efectos sobre la vida de las personas pueden evitarse; o al menos reducirse, y mucho. Eso lo sabe bien Flor Deli Cabrera, productora de leche y dirigente de la Federación de Campesinos Independientes Mamá Tingó, que a sus 54 años presume de recordar cada uno de los huracanes que han azotado a su comunidad, Las Terreras, en la República Dominicana: “Los recuerdo todos desde que tengo uso de sentido. En el huracán David, en 1979, perdí las vacas; lo mismo me pasó con Olga y Noel en 2007”.

Flor Deli no habla con tristeza, sino con el temple de quienes llevan toda su vida volviendo a empezar, sacando fuerza de donde parece no haberla. “En 2012, el huracán Sandy nos dejó sin nada de la noche a la mañana, pero nos levantamos y luchamos por la comunidad, porque eso siempre vale la pena”, asegura. Ella habla también con la esperanza y el poder que nacen de su capacidad (y de la de su gente) de salir adelante.

Pero el más destructivo de todos los desastres que afectan a esta isla del Caribe es la desigualdad: el 42,2% de la población dominicana es pobre, aunque el crecimiento económico del país supera al de la región latinoamericana. ¿Por qué? Gracias al turismo, la minería y la exportación de azúcar, la economía ha crecido de manera sostenida durante las últimas décadas, pero también lo ha hecho la brecha social. Cada vez hay menos gente que tiene mucho y sigue habiendo mucha gente que tiene poco, debido a la escasa inversión pública, el debilitamiento del Estado y la ausencia de políticas económicas y fiscales que redistribuyan la riqueza. Ahí nace la verdadera tragedia.

Cuando es desigual el acceso a la salud y la educación, a la vivienda digna y a los recursos productivos es cuando miles de personas, como Flor Deli, quedan sobreexpuestas a huracanes, tsunamis y otras amenazas a las que se enfrenta el país. Esa injusticia, como los desastres, tampoco es natural.

Flor Deli Cabrera ya sabe cómo reducir el impacto de los huracanes que cada cierto tiempo la obligaban a volver a empezar (c) Fran Alonso / Oxfam Intermón

Flor Deli Cabrera ya sabe cómo reducir el impacto de los huracanes que cada cierto tiempo la obligaban a volver a empezar (c) Fran Alonso / Oxfam Intermón

Aumentar el poder de las personas

¿Cómo romper ese círculo desastre – recuperación – desastre otra vez? ¿Cómo evitar que la desigualdad nos gane la partida? Pues construyendo poder. Preparamos a las comunidades para que conozcan sus amenazas, incrementen sus capacidades y recursos para afrontarlas y exijan a las autoridades su derecho a recibir una atención de calidad antes, durante y después de las emergencias. A la vez, de la mano de organizaciones locales socias, solicitamos al Estado políticas públicas que reduzcan la pobreza y la desigualdad, que protejan los medios de vida de la población y que ayuden de forma rápida y eficaz a las personas más afectadas por los desastres.

La percepción del riesgo es absolutamente subjetiva. La gente que vive en las riberas de los ríos o en las laderas de las montañas propensas a los deslizamientos no suele pensar que su vida está en riesgo, por increíble que parezca. Tiene “naturalizada” la amenaza a la que está expuesta y, sobre todo, su vulnerabilidad ante ella. Cambiar ese chip puede tardar años.

Un logro importante es que, hoy, la gente es más consciente de las amenazas que la rodean y del efecto que tienen sobre sus vidas. Atrás quedaron expresiones como “los huracanes no pasan por aquí” o “las tormentas tropicales se producen cada 18 años”. Cada vez son más las personas que, como Millys Espinoza, exigen su derecho a una vida segura y se preparan para conseguirla.

Salvar vidas que salven vidas

Cada año, las tormentas, las depresiones tropicales y los ciclones amenazan a la República Dominicana desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre. Las lluvias, inundaciones y deslizamientos que llegan a su paso golpean con especial fuerza a la agricultura campesina, un sector castigado por las pérdidas, las deudas y el abandono estatal.

Estamos hartas de perder las cosechas todos los años, pero estos huertos comunitarios podrían solucionar de una vez por todas los problemas que tenemos después de cada inundación”, dice Millys Espinoza, que vive en El Peñón, en la provincia de Barahona. Como muchas mujeres productoras, ahora sabe que la construcción de huertos familiares en zonas no inundables facilita y mejora su alimentación y la de su comunidad. “Más de treinta años viviendo en el campo y no comía hortalizas. ¿Se imagina? ¡Ahora como vegetales todos los días!”, cuenta orgullosa. “Me como lo que siembro, y lo que sobra, lo vendo.” Con ese dinero, esta joven madre de tres niños paga deudas y ahorra para comprarse una casa, una que ningún huracán se pueda llevar.

Su historia es la de otras 35 mujeres afectadas por el desborde del río Yaque en El Peñón. La de casi cuatro millones de dominicanos que viven en la pobreza. La de 1.500 millones de personas que viven en lugares inseguros en todo el mundo. Millys y Flor Deli deben estar en el centro de todos los esfuerzos (estatales, privados y de la cooperación internacional) que tengan como objetivo el desarrollo real, sostenible y justo de la República Dominicana.

 

Susana Arroyo es responsable de comunicación de Oxfam en América Latina. Tica de nacimiento, vive en Lima. Quiere que cambiar el mundo nos valga la alegría, no la pena.

Identidad a la fuga

Por Angélica Guzmán Angelica Guzmán

A menudo,  tras años en una relación de pareja alguna de las partes, o incluso ambas, comienza a ser consciente del malestar que la propia relación le genera, y  aparecen de forma recurrente preguntas del tipo ¿cómo hemos llegado aquí? Relaciones en las que la falta de respeto y la pérdida de libertad, o lo que es peor, de identidad se ha ido haciendo cada vez más latente.

Imagen basada en la fotografía promocional de la película 'Novia a la fuga', que protagonizaron Julia Roberts y Richard Gere en 1999.

Imagen basada en la fotografía promocional de la película ‘Novia a la fuga’, que protagonizaron Julia Roberts y Richard Gere en 1999.

Muchas veces restamos valor a factores como la asertividad, el ser capaz de manifestar en cada momento nuestras sensaciones, positivas y negativas, sin que ello tenga que implicar de forma inequívoca una discusión o una situación de tensión. El espacio personal, el diálogo, la manifestación de los sentimientos y  la negociación de condiciones son algunos aspectos que, especialmente en las primeras etapas, se dejan de lado en beneficio de complacer a la otra persona como medio para que la pareja llegue a buen fin.  Muchas veces creemos que renunciar a nuestros pequeños deseos no tiene importancia, y posiblemente en muchas ocasiones sea así, pero ¿dónde está el límite en el que esas pequeñas cosas comienzan a tener importancia? ¿Cuándo el ‘si no te apetece salir nos quedamos en casa’ se convierte en ‘es que ya nunca salimos, nunca tienes en cuanta lo que yo quiero’?

Poco a poco, de forma ‘natural’, tendemos a ir abandonando el ‘yo’ para convertirnos en un ‘nosotros’, en el que nuestra identidad personal se diluye en una identidad común de pareja, muy bonito a ojos de Hollywood pero poco práctico y sano para la satisfacción y bienestar personal.  A veces, intentamos amoldarnos tanto a esa persona que tenemos al lado, que llegamos a no saber cuáles son nuestras preferencias o nuestros gustos.  Un ejemplo quizá banal, pero muy ilustrativo de esto aparece en la película ‘Novia a la Fuga’ en la que la protagonista, Julia Roberts,  asume como propia la preferencia culinaria de cada una de sus parejas, llegando a no saber cuáles son las suyas propias. ¿Acaso es malo que los gustos cambien o evolucionen? Por supuesto que no, siempre y cuando esos cambios sean fruto de una evolución y/o transformación personal, y no del intento de ser más a fin a una pareja.

Y es que, esas pequeñas cosas que a corto plazo parecen facilitar la relación de pareja, a la larga, suponen una historia de renuncias y censuras constantes que conllevan un vacío que hace que, lo que en un primer momento eran diferencias propias de dos personas independientes que inician un camino juntas, se convierta en una fuente de malestar y angustia. En muchos casos asumimos que la pareja es renuncia y a menudo cedemos sin ser conscientes de que sin duda es una mala inversión. No se trata de egoísmo, sino de igualdad, equidad, negociación y diálogo, de querer estar con la persona que conocemos y no de quien puede llegar a ser cuando se amolde a nosotros, de querer mantener una relación con una persona libre, independiente y con identidad propia.

 

Angélica Guzmán es trabajadora social y psicóloga, colaboradora de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, y por encima de todo, fiel creyente de que otro mundo es posible

Sophie Germaine y la revolución de las matemáticas

Por María Aurora Esteban María Aurora Esteban

La vida de Sophie Germain es una fuente de inspiración para mí como profesora de matemáticas, pero creo que puede serlo también para el resto de mujeres independientemente de su profesión. Fue una mujer que en plena Revolución Francesa decidió dedicar su vida a las matemáticas. Tuvo que enfrentarse a numerosos obstáculos, pero nunca se rindió. Con inteligencia e imaginación supo hacer frente a los problemas con los que se encontró.

Collage de imágenes de Sophie Germaine. @TrasTando

Collage de imágenes de Sophie Germaine. @TrasTando

Su historia me llamó especialmente la atención por el hecho de que, aunque nunca tuvo acceso a una educación formal (siempre fue autodidacta), eso no fue un impedimento para que se convirtiera en una mujer ilustrada. Admiro su tenacidad y su enorme fuerza de voluntad por abrirse camino en el espacio del saber. Además de la creatividad con la que solucionaba los problemas que la vida le planteaba.
Sophie Germain nació en 1776 en París. Su padre fue un burgués cultivado y liberal que participó activamente en la Revolución Francesa.
Sophie comenzó a estudiar Matemáticas a los trece años en la biblioteca de su padre. Tras leer cómo murió Arquímedes a manos de un soldado por no responderle cuando estaba ensimismado con un problema, se despertó su interés al pensar: ‘¿Qué cosa tan maravillosa podía abstraer a una persona hasta dejarse matar?’

Sus padres estaban preocupados por esa pasión que sentía por las Matemáticas y, para que no pudiera estudiar por las noches a escondidas, decidieron dejarla sin luz, sin calefacción y sin sus ropas. Pero ella, lejos de amilanarse, se envolvía en mantas y estudiaba a la luz de una vela que previamente había escondido. Cuentan que un día la encontraron dormida sobre su escritorio, con la tinta congelada y una hoja llena de cálculos. Sus padres acabaron por rendirse a la evidencia y, aunque no comprendían su interés por las Matemáticas, decidieron dejarla libre para que estudiara.

Cuando tenía 18 años se fundó la Escuela Politécnica de París. Como era de suponer, no admitía mujeres. Esto no detuvo a Sophie; conseguía los apuntes de los alumnos. A final de curso tenían que entregar una memoria con sus investigaciones y Sophie redactó la suya bajo el seudónimo de Monsieur LeBlanc. Cuando el profesor Lagrange, el famoso matemático, leyó su trabajo, quedó impresionado y quiso felicitar personalmente a Monsieur LeBlanc. Al ver que se trataba de una joven quedó muy sorprendido pero reaccionó bien. Reconoció el talento matemático por encima de los prejuicios y la animó a seguir estudiando.

Sophie se decidió por la Teoría de Números después de leer la obra de Gauss y comenzó a cartearse con él para mostrarle sus investigaciones, siempre bajo seudónimo. Hasta dos años después, Gauss no supo que se trataba de una mujer. Sorprendido al conocer su identidad, elogió su talento. En 1811, Sophie participó en un concurso de la Academia de las Ciencias de París. Al tercer intento consiguió el Premio Extraordinario de la Academia. A partir de ese momento se ganó el respeto de la comunidad científica y fue la primera mujer en acudir a las sesiones de la Academia, no como esposa de académico. Murió en París en 1831 a causa de un cáncer de mama a la edad de 55 años. Su vida fue breve, pero siempre será recordada por su talento excepcional, su valor y su dedicación a la ciencia.
Esta historia de hace casi tres siglos puede parecernos muy lejana en el tiempo, pero por desgracia sigue teniendo actualidad si pensamos en los lugares del mundo en los que aún se les ponen trabas a las mujeres para poder estudiar.

María Aurora Esteban es profesora de Matemáticas y autora del blog La campana de Gauss.

Del blanco y negro al voto arcoiris

Por Mayte Mederos Mayte Mederos firma

Parecía una cita lejana, y una campaña sin contenido, pero tras las variaciones machistas de estos días el 25 de mayo está casi aquí, y con él nuestra cita europea con las urnas. Y a estas alturas, estoy segura de que somos mayoría quienes aun nos preguntamos ¿y a quién voto?

Cada cinco años la misma tesitura. Y no es solo una sensación personal: el euroescepticismo asoma la cola y hace que vaya disminuyendo paulatinamente nuestra participación. Aunque esta octava legislatura tiene una novedad que quizás anime la partida, y es que por primera vez elegiremos de forma prácticamente directa la presidencia de la Comisión Europea, el puesto que ahora ocupa el portugués Durao Barroso.

Pero además hay una poderosa razón para que nos acerquemos el domingo a las urnas, y es que desde 2009 ha llovido mucho, y de creer que Bruselas quedaba muy lejos, hemos pasado a ver las políticas europeas marcar el paso al que teníamos que marchar los países más golpeados por la crisis. Tan solo por eso, merece la pena que nos planteemos todo lo que nos jugamos con nuestra abstención. Así que, una vez convencida de la importancia de mi voto, me pregunto qué opciones merecería la pena priorizar. ¿Qué enfoque será más útil para defender distintas realidades en Europa?  ¿Existen opciones reales para diferentes intereses?

Después de la  lamentable exhibición de estos últimos días, ¿no es posible encontrar listas ‘violetas’ que realmente defiendan los derechos de las mujeres? Creo que tenemos una gran apuesta en Iniciativa Feminista, porque como bien dice su cabeza de lista Juana María Santana, ‘la igualdad inclusiva es el más potente factor de desarrollo social’. Y en eso creo firmemente.

¿Qué opción puede ser más progresista o respetar los derechos de una gran diversidad de personas?  Optar por el PP y su candidato, un retrógrado y machista redomado, sería suicida. Pero además, si alguien del colectivo LGBTI se plantea votarle debería hacérselo mirar, sabiendo que Arias Cañete firmó el recurso contra el matrimonio igualitario.Por otra parte, el PSOE se vende como el voto útil para la izquierda española. Menuda paradoja, con lo inútil que está siendo su oposición al gobierno. Eso sin contar con que luego en el Parlamento Europeo las fuerzas populares y socialistas se alían en gran parte de las decisiones.

Así que, una vez fuera del férreo bipartidismo al que el sistema nos somete, encontramos 37 candidaturas más   entre las que, una vez descartadas las conservadoras que ya conocemos bien, sigue sin ser fácil elegir. Y ahí es donde me pregunto, como persona LGTBI, ¿dónde debería ir el ‘voto rosa’?

Como evidencia este mapa de la ILGA (Asociación Internacional de Lesbianas y Gays), en Europa sigue habiendo mucho trabajo por hacer, y la LGBTIfobia a aún es responsable de muertes, torturas y vejaciones en algunos países del viejo continente.  Incluso en los que tenemos leyes que nos protegen, la discriminación está a la orden del día.


Rainbow Map 2014

Por eso me parece capital que votemos a quienes apoyan la igualdad y la diversidad. Como bien dicen las asociaciones pro derechos humanos a través del vídeo #NoHateEP2014  ,  la campaña está poblada de candidaturas homófobas, racistas y xenófobas.

En ese sentido es de lo más acertada la acción de la ILGA, que ha lanzado la campaña “Come Out” (“Da el paso”), en la que se pide a las y los candidatos del próximo Parlamento Europeo y la Comisión Europea que expresen su determinación a trabajar por los Derechos Humanos y la igualdad LGTBI.  Hasta el momento han firmado 1.082 candidatos, 158 en España. Así que el voto rosa, indudablemente, debería estar entre Iniciativa Feminista, PSOE, La Izquierda Plural, Los Pueblos Deciden, Coalición por Europa, Primavera Europea, Podemos, L’Esquerra pel Dret a Decidir, el Partido Andalucista, Partido X, Piratas y PACMA.

No es fácil hilar fino el análisis entre tantas opciones. Hay muchas propuestas interesantes en los tres apartados anteriores en el programa de Iniciativa Feminista. O en el de Podemos, interesante también por haberse financiado mediante crowdfunding, sin pedir dinero a los bancos, y por fijar su ideario en la lucha contra la corrupción. Aunque tenga mis dudas sobre algunos de sus planteamientos, a veces más valen esas dudas que algunas de las certezas que por desgracia tenemos sobre otras candidaturas.

¿Y servirá para algo votar a uno de los pequeños? Yo creo que sí. Salgamos de la amenaza del voto útil y vayamos a expresarnos masivamente. Si no, nos esperan otros cinco años de poner nuestra cabeza en la bandeja de la Europa más retrógrada. Yo no quiero hacerlo, prefiero defender como mínimo la opción del voto-protesta. O dar colores a mis votos.

Mayte Mederos, Coordinadora del Área de Familias Diversas de Algarabía, la asociación LGBTI de Tenerife, es madre de familia numerosa y autora del blog Avatares de una amazona.

Huellas que no callan

Laura Martínez Valero

Por Laura Martínez Valero

Cuando hace unas semanas leí la entrada de Belén de la Banda sobre las madres de Soacha, me pregunté qué sería de esas mujeres y de tantas otras si nadie les brindara la oportunidad de dar a conocer su historia. Seguramente, como mujeres coraje que son, conseguirían que sus voces acabaran escuchándose. Pero también podría haber ocurrido que el silencio, el mejor aliado para que los crímenes queden impunes, hubiera ganado.

Luz Marina Bernal, ante las imágenes de su hijo. Imagen: Pablo Tosco / Oxfam Intermón.

Luz Marina Bernal, ante las imágenes de su hijo. Imagen: Pablo Tosco / Oxfam Intermón.

Por ello, no puedo por menos que quitarme el sombrero ante los profesionales de la comunicación que dan voz a la injusticia y que están comprometidos con el verdadero periodismo. Es el caso de Pablo Tosco y Ander Izaguirre y su documental ‘Huellas que no callan’, que hace un par de meses tuve la oportunidad de ver en el Congreso de Periodismo Digital de Huesca. Quedé impresionada ante la delicadeza y el respeto con el que daban voz a cuatro mujeres, cuatro lideresas que en realidad son una sola: la mujer colombiana, que durante más de cinco décadas ha sido la principal víctima del conflicto armado y a la vez la más silenciada y menos conocida.

Durante los treinta minutos de duración del documental, estas mujeres cuentan en primera persona su historia. Nada de voces en off o rótulos, que sean ellas quienes hablen. Luz Marina Bernal, una madre de Soacha cuyo hijo fue secuestrado y asesinado extrajudicialmente por el ejército colombiano; Ana Secue, lideresa indígena que lucha contra los actores armados por el derecho a su tierra; María Lucely Durango, que perdió a su hijo a manos de narcotraficantes en Medellín, y Olga Neicy Gómez, una de las miles de mujeres que han sido víctimas de violaciones tanto por parte del ejército como de la guerrilla. Y es que lo que necesitan es hablar, cuanto más alto mejor, y sobre todo escucharse. “Cuando uno habla de violencia contra las mujeres todas se quedan calladas. Aquí no pasa nada. No a mí no me pegan, no a mí no me tratan mal. Pero cuando uno empieza a ahondar y a generar confianza las mujeres empiezan a soltarse y empiezan a hablar” explica Olga Neicy a cámara.

Hoy, día que se presenta ‘Huellas que no callan’ en el Fórum de Cine Documental de Salamanca, me gustaría que no nos olvidáramos de quienes han estado allí para recoger lo que las huellas que marcan a estas mujeres tenían que decir.  A ellos y ellas, gracias.

Laura Martínez Valero trabaja en el equipo de comunicación de Oxfam Intermón.

Conectar con la propia sexualidad

Por Alejandra Luengo Alejandra Luengo

La sexualidad forma parte de nosotros y nosotras desde que nacemos y configura gran parte de las relaciones que tenemos a lo largo de nuestra vida. Últimamente reflexiono con frecuencia sobre lo que implica para las mujeres su sexualidad; o mejor dicho: la falta de conexión con ésta.  En pinceladas generales, hablo de situaciones que no sucedieron hace cincuenta años: algunas me las he ido encontrando los últimos años, en los últimos meses, y no son tan ajenas a las historias de muchas de las mujeres con las que me relaciono. Me gustaría reflexionar sobre los ejemplos de cuatro mujeres con sus respectivas historias de vida muy distintas.

Imagen de Sergio Perea.

Imagen de Sergio Perea.

Pienso en Jessica, una adolescente que conocí en Perú hace más de una década, y que con 12 años había sufrido abuso por parte de su padrastro. Desde el colegio se dio la voz de alarma cuando la menor sufrió un desvanecimiento en el centro y se descubrió que estaba embarazada, aspecto que su madre conocía perfectamente.

O en María José, mujer española de cincuenta años, casada desde hace más de dos décadas con su marido, único hombre con el que ha mantenido relaciones sexuales, y madre de tres hijos. Su experiencia sexual nunca había sido placentera, y resaltaba que no sabía lo que era el orgasmo del que tanto se hablaba.

Carmen, de treinta y cinco años; abogada con gran éxito profesional. Está casada y tiene un hijo. Cuando nos entrevistamos por primera vez hace meses, manifestaba entre sollozos que muchas de sus relaciones sexuales son para complacer a su pareja y que a menudo le resultan desagradables.

O María, en plena adolescencia con sus quince años, que fue traída a España por su madre. Esta menor ha tenido en estos últimos dos años más de cinco parejas sexuales, algunas mayores de edad. Se quedó embarazada hace meses y finalmente abortó.

Personas aparentemente muy distintas, vidas e historias muy diferentes, y que sin embargo comparten un aspecto común: Son mujeres que desconocen su sexualidad: de dónde viene, lo que significa y lo que implica en su identidad. Y es que cuando hablamos de sexualidad tenemos que ir más allá de saber lo que es un clítoris, una vagina, un pene, un orgasmo o un preservativo.

En unas por defecto, en otras por exceso, se llega a lo mismo: ha habido un sometimiento al placer del varón. En esas cuatro mujeres tan distintas no hay una conexión con su propia sexualidad, ni conocimiento de la misma. Son ejemplos de distintas generaciones en los que se perpetúa un mismo modelo: hombres y mujeres priorizan el placer masculino, sometiendo y anulando de una forma más o menos encubierta la sexualidad femenina.

¿Qué ocurre con estas mujeres de distintos mundos que no se sienten con la legitimidad para decir y actuar desde el ‘no quiero’ o ‘quiero esto’? ¿Cómo es posible que a menudo acaben ‘mutilando’ su deseo, su placer, o su propio descubrimiento? Experiencias de mujeres del primer y del tercer mundo que no se deben quedar sólo en palabras, sino en reflejos para el cambio.

Maria José, María, Carmen decidieron iniciar un proceso profundo de autoconocimiento. Un libro que siempre recomiendo a las mujeres para avanzar en su trabajo de conocimiento sexual es Tu sexo es tuyo de Silvia de Béjar. A mí me parece muy adecuado ya que se lee muy fácilmente, y hace hincapié en el derecho a conocerse y decidir desde ejemplos muy concretos de la vida íntima y sexual.

Estas mujeres a través de su propio análisis histórico pudieron reflexionar y analizar todas aquellas creencias falsas que habían interiorizado y las expectativas hacia sí mismas respecto a su sexualidad y hacia la de los varones. De esa toma de conciencia aprendieron sus derechos sexuales y cómo estos afectaban en su identidad. Hubo ya actuaciones concretas afrontando las consecuencias de decir lo que no querían, y sus deseos explícitos, favoreciendo la posibilidad de poder ir mejorando su autoestima y seguridad en la medida que se ha podido averiguar todo el potencial de su sexualidad y lo que implica.

En todo este camino en algunos casos les han acompañado sus parejas, y en otros ellas han elegido continuar sin esos hombres que les estaban restringiendo. Carmen decía el otro día en sesión que se está conectando con su parte más animal de disfrute y que se permite decir lo que le gusta y lo que no, disfrutando mucho más. Tenemos que potenciar relaciones sexuales igualitarias donde ninguna persona pierda; es trabajo de todas y todos.

 

Alejandra Luengo. Psicóloga clínica,  combino la atención psicológica en servicios públicos con la consulta privada. Creo firmemente que se pueden cambiar las cosas y en esa dirección camino. Autora del blog unterapeutafiel