Ni gallinas ponedoras ni objetos sexuales

Por Maribel Tellado Maribel Tellado

Cuando en Amnistía Internacional España empezamos a hablar de la futura campaña global contra la penalización y el control de los derechos sexuales y reproductivos, alguien comentó que el tema sonaba a ‘gallinas ponedoras’. Baste esa anécdota para reflejar la asociación casi inmediata que se establece con el rol procreador de la mujer al oír hablar de este amplio conjunto de derechos humanos.

Sin embargo, los derechos sexuales y reproductivos tienen que ver con la posibilidad de las personas de decidir sobre el propio cuerpo. Son la definición, firme y rotunda, del cuerpo como parte inherente e imprescindible de nuestra identidad, de nuestra dignidad, de nuestra autonomía, de nuestra capacidad de disfrutar e, incluso, de amar y ser felices.

Aspectos esenciales en nuestras vidas como decidir cuándo y con quién tener relaciones afectivas e íntimas, si establecer una familia y de qué tipo, si tener o no hijos, cuestiones cruciales como poder vivir sin sufrir violencia sexual, sentirnos libres de mostrar la propia identidad y de disfrutar nuestra sexualidad sin que se nos castigue por ello, son asuntos que determinan nuestras vidas y que entran de pleno en el ámbito de los derechos humanos.

Rajkumari Devi de 24 años es nepalí y ha sufrido el prolapso uterino, una extenuante y dolorosa dolencia que consiste en que la musculatura pélvica se debilita y el útero desciende hacia la vagina. Son muchas las causas que lo provocan, como llevar pesadas cargas durante el embarazo o inmediatamente después de él, tener hijos siendo aún muy joven o tener varios hijos en rápida sucesión, pero todas están relacionadas con el hecho de que las mujeres no tengan control sobre su cuerpo, su salud y su vida. © Amnistía Internacional

Rajkumari Devi de 24 años es nepalí y ha sufrido el prolapso uterino, una extenuante y dolorosa dolencia que consiste en que la musculatura pélvica se debilita y el útero desciende hacia la vagina. Son muchas las causas que lo provocan, como llevar pesadas cargas durante el embarazo o inmediatamente después de él, tener hijos siendo aún muy joven o tener varios hijos en rápida sucesión, pero todas están relacionadas con el hecho de que las mujeres no tengan control sobre su cuerpo, su salud y su vida. © Amnistía Internacional

Parecería indiscutible que pudiéramos decir aquello de ‘en mi cuerpo mando yo‘. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, sobre todo si hablamos del cuerpo femenino. Miremos donde miremos, encontramos dramáticas situaciones en que otros, empezando por el propio Estado, se apropian de la intimidad de las mujeres y las niñas, y las castigan cuando se atreven a proclamar la soberanía sobre su propio cuerpo.

Volviendo a la anécdota, ¿porqué estos derechos evocan automáticamente el papel de las mujeres como máquinas reproductoras? ¿no será que los estados favorecen que se les de un trato que recuerda al dispensado a las gallinas de granja, cuya única finalidad es que pongan cuantos más huevos mejor?

En países como Burkina Faso, donde a menudo se casa a niñas de tan solo diez años, a muchas mujeres se les niega el acceso a los anticonceptivos si no van acompañadas del marido. Fatua sufrió violencia a manos de su esposo porque sólo paría niñas. El hombre buscó una segunda mujer para que le diera un niño. Fatua tuvo que huir del maltratador cuando en un nuevo embarazo supo que venía otra niña. Murió trayéndola al mundo.

En Nepal, más de medio millón de mujeres padecen prolapso uterino, una enfermedad obstétrica debilitante de la que no se atreven a hablar por vergüenza y que tiene graves consecuencias para su salud, sus relaciones y su posición dentro de la comunidad. No es culpa de un gen nepalí, no. La causa son los numerosos hijos que tienen, uno tras otro, desde muy temprana edad. Adolescentes que empiezan a parir pronto y ya no paran, cargan grandes pesos durante el embarazo y son las últimas en comer de la casa, lo que queda, después del marido y su familia.

En Irlanda, Savita murió porque se le negó un aborto terapéutico y, en El Salvador, Beatriz estuvo a punto de perder la vida por la misma causa. En España, un anteproyecto de ley enormemente restrictivo ronda peligrosamente esa senda. Problemas distintos que parecen responder a una máxima: ‘si no paren, no valen‘.

Jay, activista LGBTI ugandesa y cabeza visible de la organización Freedom and Roam habla por teléfono con un colega. En su país, el presidente Museveni acaba de firmar la entrada en vigor de la Ley contra la Homosexualidad. Esta ley institucionalizará el odio y la discriminación contra las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales en Uganda. Su aprobación supone una vulneración grave de los derechos humanos en el país. Jay piensa que su teléfono puede estar intervenido y que sufrirá consecuencias por su orientación sexual. © Pete Muller

Jay, activista LGBTI ugandesa y cabeza visible de la organización Freedom and Roam habla por teléfono con un colega. En su país, el presidente Museveni acaba de firmar la entrada en vigor de la Ley contra la Homosexualidad. Esta ley institucionalizará el odio y la discriminación contra las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales en Uganda. Su aprobación supone una vulneración grave de los derechos humanos en el país. Jay piensa que su teléfono puede estar intervenido y que sufrirá consecuencias por su orientación sexual. © Pete Muller

Los derechos sexuales y reproductivos también garantizan el derecho a poder disfrutar de la propia sexualidad sin coacción, discriminación ni violencia. La forma tan brutal e impune de atacar la sexualidad de las personas se ha convertido en algo cotidiano en el mundo entero. Demasiadas veces los Estados legitiman estos abusos en leyes y códigos penales. El presidente de Uganda acaba de aprobar una ley que penaliza la homosexualidad, y es sólo uno de los 80 países que castigan de algún modo las relaciones entre personas del mismo sexo.

Para muchísimas mujeres y niñas ni siquiera existe la sexualidad, porque sólo conocen la violencia sexual. Legislaciones que permiten que los violadores evadan la justicia si se casan con la víctima, ponen a las mujeres en manos de su verdugo, por ley y para siempre. Recientemente, el apoyo de la acción internacional a la lucha de las mujeres marroquíes logró enmendar un artículo del código penal que permitía exactamente eso. Pero aún existen disposiciones similares en Túnez y Argelia y se quieren instaurar en Mozambique. He aquí el Estado favoreciendo que se utilice a las mujeres y las niñas como objetos sexuales para uso y disfrute de otros.

Nada de todo lo anterior debería ocurrir. Impedir que las personas puedan decidir sobre su propia sexualidad, su reproducción, sus relaciones y su identidad; desproteger a las víctimas de la violencia sexual y permitir que quede impune; negar el acceso a la educación y a la salud sexual y reproductiva, son graves violaciones de los derechos humanos.

Por ello, Amnistía Internacional ha puesto en marcha la campaña #MiCuerpoMisDerechos, para exigir que los Estados respeten, protejan y hagan realidad los derechos sexuales y reproductivos de todas las personas.

Porque estos derechos son derechos humanos universales.

 

Maribel Tellado es responsable de la campaña #MiCuerpoMisDerechos de Amnistía Internacional

La campaña mundial #MiCuerpoMisDerechos de Amnistía Internacional exigirá a los estados que las personas puedan decidir sobre su propia sexualidad y reproducción.

11 comentarios

  1. Dice ser Brisha

    Propietarias de su propio cuerpo dice! Jajaja no tienes fe.

    Creadoras de mano de obra barata, cuanto más barata mejor. El sistema capitalista exige que sean vuestros úteros patrimonio de la humanidad. ¿Qué somos muchos? Da igual, necesitamos más hijos para mantener el sistema actual. Reproduciros pues gallinitas.

    El sistema capitalista se cae, se hunde cada vez más y para sostenerlo es necesario seguir creando millones de pobres para explotarlos. Sobre todo en las nuevas zonas de influencia industrial. Niños para que trabajen y puedan suplir a sus padres por menos dinero.

    No, no sois propietarios de vuestro útero, jamás lo seréis. Estáis obligadas a parir como conejas y nosotros obligados a preñaros, el sistema así lo requiere. Y cualquier otro pensamiento es contra él, es terrorismo y se ha de pagar.

    Si tu hijo es anormal, si nacerá con algún tipo de carencia o deformidad, no importará. Lo presentaran como un monstruo al que es necesario ayudar, y los buitres de las ONGs te rondaran de por vida haciendo tu vida y la de tu pequeño monstruo más humillante.
    Pero así, dando pena, se perpetuara su poder sobre tu cuerpo (y el nuestro). Tus hijos, nuestros hijos, multiplicados por un millón de hijos vivirán más, trabajaran más, y se multiplicaran más. Para no dejar caer el sistema.

    Terrorista, tu útero es nuestro y estas obligada a parir. Mala madre, mala esposa, mala hermana, mala hija. Tus vástagos trabajaran en nuestras fábricas conociendo solo el frio, el hambre y el miedo.

    ¿O acaso deseas dejar caer el sistema?

    06 marzo 2014 | 11:02

  2. Dice ser Brisha

    Por cierto la publicidad de 20min para adelgazar muy acorde con la orientacion reivindicativa de este blog… Alguna se sentira gorda.

    06 marzo 2014 | 11:50

  3. Dice ser Perikin

    Dice ser Brisha: Totalmente de acuerdo contigo, es una pena que todavía muchisima gente no se de cuenta de esto

    06 marzo 2014 | 12:20

  4. Dice ser ¿objeto sexual qué es?

    Eso de objeto sexual no se entiende mucho. ¿Es como querer crear seres asexuados, antinatura o algún abuso que se comete?
    ¿Cristiano Ronaldo en slips es un objeto sexual, las Victorias Secrets, la smodelos y modelos en lencería, los tangas, la minifalda, el bikini…?
    ¿Qué es ser objeto sexual?

    06 marzo 2014 | 12:29

  5. Dice ser que todas las playas sean nudistas

    Que vaya la gente a playas nudistas para que se les quite la machangada, que aprendan a respetar su cuerpo, a aceptarlo como parte natural y base suya e igual se acaba la tontada milenaria.

    06 marzo 2014 | 12:32

  6. Dice ser la rop aes el enemigo

    Todos desnudos y se acabó la tontería.
    Viva la fiesta.

    06 marzo 2014 | 12:37

  7. Dice ser Maria

    Debemos luchar tod@s por nuestros derechos de manera respetuosa. Proteger a las niñas para que de adultas tengan una vida digna, es tarea de todos.

    06 marzo 2014 | 12:43

  8. Dice ser Type

    Lo que subyace bajo la idea de que las mujeres decidan su vida reproductiva, es que los hombres no podrán decidir sobre su propia reproducción. Si el útero de la mujer pertenece a ésta, y la decisión de reproducirse también, entonces el hombre queda sin acceso a un bien material: los hijos. No puede decidir tener hijos, ni cuántos, ni cuándo. Depende por completo de la mujer. Esto demuestra que bajo la costumbre, la moral, los prejuicios, los discursos, lo que hay es una simple cuestión de poder, de intereses. Los hombres lucharán como posesos para defender su privilegio.

    06 marzo 2014 | 16:17

  9. Dice ser Carlos Martín Ciscar

    Por sentido común, justicia y dignidad:

    “Impedir que las personas puedan decidir sobre su propia sexualidad, su reproducción, sus relaciones y su identidad; desproteger a las víctimas de la violencia sexual y permitir que quede impune; negar el acceso a la educación y a la salud sexual y reproductiva, son graves violaciones de los derechos humanos. “Nada de todo lo anterior debería ocurrir”

    06 marzo 2014 | 17:17

  10. Dice ser Ivallekas

    En palabras del escritor Eduardo Galeano: » Si Eva hubiese escrito el Génesis, ¿ cómo sería la primera noche de amor del género humano?
    Eva hubiera empezado por aclarar que ella no nació de ninguna costilla, ni conoció a ninguna serpiente, ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios nunca le fijo que parirás con dolor y tu marido te dominará. Que todas esas historias son puras mentiras que Adán contó a la prensa»
    ¿Qué? si no es la lectura en una sociedad patriarcal que desde el miedo a perder los privilegios de unas relaciones asimétricas de poder, aún sigue considerando en consecuente lógica del mercado la mercantilización de las personas, y el sistemático obstáculo de las políticas públicas para que sean efectivos, garantizados jurídica y socialmente los derechos sexuales y reproductivos… que también son derechos humanos Universales.

    07 marzo 2014 | 13:11

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