Archivo de febrero, 2014

El bidón a la fuente

Por Farah Karimi FarahKarimi

Hace unos días estuve hablando con una joven en el campo de refugiados de Arúa, en el norte de Uganda, donde han llegado miles de personas huyendo del conflicto en de Sudán del Sur. Y, una vez más, me di cuenta de que el tema de la seguridad es un tema sensible, que genera una situación incómoda.

Con tan sólo 17 años de edad, Nyebuony escapó del rebrote de violencia en su país, junto con sus tres hermanos. Están sin sus padres, solo quedan los hijos, como parece ser bastante común en esta crisis. Siendo la hija mayor tiene que ocuparse de sus hermanos. Y como es habitual entre las mujeres en Sudán del Sur, su tarea consiste en ir a buscar agua a la fuente recién rehabilitada y que se encuentra fuera del campamento.

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La directora de Oxfam Novib habla con un grupo de mujeres en el campo de refugiados de Arúa, en el norte de Uganda.

Nyebuony llegó a este campamento en enero. Le pregunto varias veces si se siente segura en su nueva vida como refugiada pero nunca me responde. Solo obtengo una respuesta indirecta cuando me comenta que le gustaría tener un bidón de agua más grande.

Nyebuony tiene que ir hasta la fuente de agua cuatro veces al día con su pequeño bidón. Si tuviera uno más grande, podría ir a la fuente solo dos veces al día, lo que sería un gran alivio para ella. Por desgracia, las agencias humanitarias se han quedado sin bidones, y los nuevos pedidos aún no han llegado.

La seguridad es, sin duda, un tema delicado. Las mujeres están muy marginadas en la sociedad sursudanesa. La violencia hacia ellas es algo común y está vista como un asunto privado. Es fácil imaginar lo expuestas que deben estar las madres solteras, las jóvenes y las niñas al acoso y la violencia sexual, pero sabemos muy poco al respecto. Y me preocupa que no hagamos lo suficiente para evitar las amenazas a las mujeres frente a la violencia y el abuso.

En todos los campamentos que he visitado, desde el recinto de ONU en Juba, la capital de Sudán del Sur, donde se alojan miles de personas desplazadas, a los campos de refugiados aquí en Uganda, el número de letrinas está lejos de ser suficiente y no ofrecen a las mujeres la privacidad y la protección necesaria.

Las cuestiones de género y la protección de las mujeres son temas de la vida real, y en esta crisis miles de mujeres pueden ser víctimas potenciales de la violencia y el abuso. Y así, igual que valoro los enormes logros de nuestro equipo y las organizaciones locales con las que trabajamos para responder a esta emergencia, también quiero expresar mi preocupación por la situación de la mujer. Tenemos que encontrar una solución sin demora.

Farah Karimi es directora de Oxfam Novib.

Más de lo que pensaba

Por Mariana Vidal Mariana Vidal

Hay imágenes que nos curan del pesimismo.  No son sólo imágenes, sino lo que las imágenes representan. Hace unos días, encontré en Internet una referencia al comic Meenu, y quedé automáticamente contagiada por el entusiasmo y la fuerza que presenta. En él, Meenu Rawat, una joven india, escribe sobre la vida de una auténtica heroína. La suya propia. Esta novela gráfica muestra cómo con ayuda de la organización Feminist Approach to Technology, Meenu utiliza el poder de las tecnologías para enfrentarse a los principales problemas de las mujeres en India. Una imagen vale más que mil palabras y no hay más que ver la portada para saber que hay esperanza.

Novela gráfica de Meenu. Imagen: http://www.globalfundforwomen.org/

Novela gráfica de Meenu. Imagen: http://www.globalfundforwomen.org/

La historia es una de seis seleccionadas por la organización para mostrar los valores de diversas jóvenes. Meenu pierde a su padre cuando es pequeña, y su madre debe sacar adelante sola a sus seis hijos. Aún así, rechaza todas las presiones para casar a sus hijas cuando antes y que dejen de ser una carga para la familia. Así consigue Meenu estudiar, y afrontar los muchos otros problemas que tiene una joven en su país. A los 19 años, crea esta obra para mostrar su historia y servir de inspiración a otras niñas. En su vida cotidiana hay muchos méritos, pero sobre todo muchos pequeños y grandes obstáculos. Ella va descubriendo que a pesar de todo es capaz de hacer más de lo que pensaba.

Página del comic. Imagen: http://www.globalfundforwomen.org/

Página interior del comic. Imagen: http://www.globalfundforwomen.org/

Está en inglés, pero merece la pena leerlo -o mirar los dibujos y fotografías, que son muy expresivos- y tomar nota de las infinitas posibilidades que un ser humano, una niña, una joven, puede desarrollar. Se puede descargar gratuitamente en esta página. Y pensar en que somos capaces de hacer más de lo que pensamos, siempre.

 

Mariana Vidal es comunicadora y especialista en América Latina.

Los chicos malos

Por Angélica Guzmán Angelica Guzmán

Hace algunos días, nuevamente volvíamos a ver algunas noticias sobre el aumento de la violencia de género durante el noviazgo entre las parejas jóvenes. ¿Cómo pueden permanecer o incluso aumentar las relaciones desiguales y los roles patriarcales en pleno siglo XXI?

La tecnología evoluciona, la sociedad evoluciona, y por qué no, las formas de maltrato y las desigualdades también. Bien lo expresa Pamela Valenciano en su representación “No sólo duelen los golpes”: Antes los príncipes venían a caballo, ahora vienen en moto.

Nos escandalizamos cuando una menor de edad es agredida por su pareja, pero no caemos en la cuenta de los valores de género y desigualdad que transmiten muchas de las series y películas que nuestros jóvenes ven. Series en las que, en muchos casos se reproducen y perpetúan los estereotipos de género. Historias en las que la chica (que bien puede ser la chica popular y envidiada por todas,  o por el contrario, la chica callada y tímida con escasas relaciones sociales) cae en los brazos del “chico malo”  con la convicción de que él cambiará por ella, o en su defecto, seguirá siendo el chico malo pero, en la intimidad, con ella, cuando nadie los ve, será el príncipe azul que tanto tiempo ha esperado. Bien es cierto que no aparecen agresiones (sería demasiado evidente), no suelen aparecer tampoco insultos, a no ser que los guionistas nos hayan convencido previamente de que en ningún caso son un ataque, sino una vía de escape del pobre “chico malo” ante la incomprensión manifiesta de su “amada”.

Guía 'No te líes con los chicos malos', de malostratos.org

 

Pero sí siguen transmitiéndose imágenes tan trilladas y repetidas como el chico triunfador y rompecorazones frente a la chica fácil y buscona. Relaciones insanas, en las que predomina no el amor sino al dependencia, no el apoyo sino la exclusión, no el tú y yo, sino el nosotros. Representaciones en las que siguen mostrándose los celos como algo no sólo natural, sino necesarios, y que incluso, en este punto, se observan diferencias de género: si el chico es celoso está demostrando su amor, si la chica es la celosa es una exagerada y  posesiva.  Además, a menudo los chicos aparecen reclamando su espacio y su independencia mientras las chicas reclaman el cariño y la atención. Todo ello bajo la falsa imagen evolucionada de personajes ataviados con tatuajes, piercings, peinados pintorescos y un lenguaje actual, muy a menudo utilizado para descalificar, en muchos casos, a padres o profesores por su incomprensión, algo que sin duda provoca en los jóvenes un sentimiento de identificación absoluta.

No podemos ni debemos negar los avances que se han hecho en igualdad y más concretamente, los esfuerzos dirigidos a modificar la imagen de la mujer en los medios de comunicación, pero de la misma forma, no podemos ni debemos dejar de ser conscientes de que la figura de “chico malo”, a pesar de su imagen evolucionada y actualizada,  sigue siendo una garantía de la continuidad de los roles y estereotipos de género.

Angélica Guzmán es trabajadora social y psicóloga, colaboradora de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, y por encima de todo, fiel creyente de que otro mundo es posible.

La ruta de Shaira

Por Mélida Guevara Foto_2 Mélida Guevara 70

Shaira Ali era una adolescente dulce, muy sensible a las necesidades de las niñas y niños (era voluntaria en guarderías) y vivía con su  familia (madre, padre, hermana/o). Se quitó la vida a los 16 años de edad. Algunos meses después de su muerte, me llegó a mi correo este dibujo que ella hizo en el corto tiempo de dos semanas que estuvo apoyando nuestro trabajo desde nuestras oficinas centrales en Estados Unidos:

Dibujo de Shaira Ali sobre la ruta de las mujeres para salir de la violencia en El Salvador. Imagen: Shaira Ali 2011. Cedido por Oxfam.

Dibujo de Shaira Ali sobre la ruta de las mujeres para salir de la violencia en El Salvador. Imagen: Shaira Ali 2011. Cedido por Oxfam.

Shaira nunca estuvo en El Salvador. Sin embargo, se interesó por el trabajo del programa y lo dibujó sorprendentemente. Ella diseñó la ruta del acceso a la justicia de las mujeres, y su dibujo fue parte de un proyecto que presentó en su escuela.

La familia Ali, en su memoria, ha contribuido a la creación de un espacio lúdico para las niñas, niños y adolescentes de las escuelas públicas en El Salvador. La creación de este espacio tiene su base en la experiencia acumulada que desde el año 2005 se viene realizando en torno a la prevención de la violencia de género junto con organizaciones sociales comprometidas en generar cambios.

En el año 2007, cuando se inició el trabajo con el Ministerio de Educación en centros escolares,  nos planteamos el enorme desafío de hacerlo de una manera diferente y creativa. Así se  inició la deconstrucción de cuentos tradicionales incorporando elementos desde una perspectiva de derechos y de prevención de violencia de género. Así, las niñas, niños y adolescentes han participado de obras de teatro participativo, llevando la ruta del arte una vez al año a cada escuela seleccionada.

Ahora con la creación de este espacio lúdico se da la oportunidad a que las escuelas lleven en cualquier época del año a sus estudiantes a través de una ruta guiada y puedan conocer más de las instituciones que tienen responsabilidad y son garantes de los derechos de las mujeres y la niñez, así como de reafirmar sus derechos y aspectos relacionados a la prevención de la violencia de género.

La Ruta del Arte está en la Casa de la Cultura de la Ciudad de Santa Tecla, en El Salvador. Les invitamos a visitar este espacio desde cualquier parte del mundo, aunque sea de forma virtual, como hizo Shaira, a quien recordamos con especial reconocimiento y cariño.

Panel de la Ruta del Arte promovida por Oxfam en El Salvador

Panel de la Ruta del Arte promovida por Oxfam en El Salvador.

Mélida Guevara coordina un programa de prevención de violencia en El Salvador y Guatemala dentro del programa de Justicia de Género de Oxfam. A través de la ‘ventana ciudadana’  trabaja con otras mujeres en escuelas, (con estudiantes, docentes, madres y padres), y también con funcionarias y funcionarios públicos para mejorar la vida de las mujeres que acuden a la justicia. 

Tú la conoces

Por Belén de la Banda @bdelabanda

Seguro que la conoces. Está muy cerca de ti.  Es esa mujer a la que admiras porque gracias a ella las cosas en tu trabajo, en tu familia, en el colegio de tus hijos, en tu barrio, en tu pueblo, en tu asociación o en tu ciudad, funcionan mejor. Porque ha conseguido que algo cambie. O porque tiene un objetivo que merece la pena, se está moviendo y merece conseguirlo.

Concurso Avanzadoras

Concurso Avanzadoras organizado por Oxfam Intermón

En nuestro trabajo en Oxfam Intermón, y también en este blog y en 20 minutos, conocemos a mujeres así que viven en todo el mundo. Es emocionante ver cómo son capaces de cambiar la realidad, de hacerla mejor cada día. Poco a poco o a grandes saltos. Durante mucho tiempo estuvimos buscando la forma de contar lo que hacen sin caer en lugares comunes o frases manidas. Costó bastante. Pero finalmente encontramos la palabra Avanzadoras: define a las mujeres que avanzan y hacen avanzar. Seguro que conoces el perfil.

Mujeres como Elena Alfaro, arquitecta y madre de dos hijas, que está moviendo cielo y tierra para que las familias españolas tengan libros de texto gratuitos. O María Alexandra Vásquez, abogada colombiana que lucha para defender los derechos de las personas inmigrantes que acuden a la ONG en la que trabaja. O Laura G. Estévez, oncóloga que trabaja día tras día para que se tenga en cuenta el lado emocional del cáncer de mama.

Sabemos que son muchas, y que también están aquí, en nuestro país. Y con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, queremos rendirles un pequeño homenaje. Por eso te pedimos que nos ayudes a conocerlas y hemos lanzado este concurso. Si conoces a una de ellas, o tú misma lo eres, no dudes en participar. Necesitamos conocerlas para ayudar a su causa. El premio será facilitar su encuentro con los medios de comunicación el próximo 7 de marzo  y realizar un vídeo con su historia para que todo el mundo conozca lo que valen y ayudar a que consigan sus objetivos.

Seguro que conoces a alguien en tu entorno (alguien de tu familia, una amiga, una compañera del AMPA de tu colegio… y seguro que merece la pena que todos la conozcamos. Porque con Avanzadoras como ella, este mundo es mejor. Ayúdanos a encontrarla antes del 3 de marzo.

Porque cuando avanza ella, avanzamos todos.

Belén de la Banda es periodista y trabaja en Oxfam Intermón

La zona segura

Por Maribel Maseda Maribel Maseda 2

La mujer que padece el maltrato es difícilmente comprendida por los que no lo han sufrido. Incluso ella tarda un tiempo en darse cuenta de que la estaban maltratando ¿Cómo puede distorsionarse de tal manera la realidad? ¿Tanto poder tiene el maltratador sobre su víctima y sobre la sociedad en general?

Portada del libro 'La zona segura'. Imagen: Editorial Lid.

Portada del libro ‘La zona segura’. Imagen: Editorial Lid.

En realidad este poder es ficticio y se debe a la zona gris en la que vive la mujer maltratada. Una zona que no le permite reconocer su zona segura que no es otra cosa que el espejo sano de la vida. En este lado están situados los que intentan hacerle ver lo peligroso y dañino de su pareja y de su relación con ella.

La zona segura es la que reconoce la vida porque coincide con las expectativas que tiene de ella. En el terreno sentimental, la expectativa del amor y de la convivencia a través de este, le permite identificar los malos días como momentos temporales y benignos para la relación, que se mantendría intacta a pesar de ellos. Y después de estos malos días, no se desarrollan actitudes defensivas o de ataque para proseguirla. Más bien, desde la zona segura, al no existir sensación de presión nociva por parte del otro, se crece y aprende conjuntamente. En esta zona, se necesita que cada uno sea quien es porque es un valor enriquecedor para ambos.

En la zona gris en la que vive el maltratador, sin embargo, precisa de la anulación del otro para poseer poder. La vida nunca coincidirá con sus expectativas y a partir de aquí reaccionará bruscamente a su frustración. Hará responsable de su insatisfacción a su pareja, que haga lo que haga, nunca conseguirá resolver. El maltratador siente que no encajará nunca en el modelo de vida que quiere para él, y precisará gobernar el submundo que irá creando, la zona gris. Así sintiendo que hay una vida que domina y a un súbdito inferior al que somete, hace soportable su frustración.

En la zona gris en la que vive una persona maltratada, precisa de la aceptación de su maltratador. Ha sido arrastrada a ella precisamente por el esfuerzo de  mantener su zona segura. Ha intentado comprender a su agresor, sus motivos, sus exigencias, sus “malos días”. Y ella ha revisado sus propias conductas intentando mejorar la calidad de la relación. Al hacerlo, se ha ido situando en la frontera de las dos zonas. Y se ha situado ahí porque la otra persona desde su zona gris no utiliza su esfuerzo para crecer sino para ganar a través del menosprecio del mismo.  Pero desde la zona segura de la que parte ella, esta actitud perversa no se contempla, no tiene sentido, simplemente no existe, y así sin darse cuenta, cuanto más se esfuerza ella, más se introduce en la zona gris del maltratador.

No es fácil recuperar la zona segura, pero lo importante es que es posible. Retroceder hasta un punto de su vida en el que siente que estaba en esa zona le ayudará a reconocerla.

 

Maribel Maseda es Diplomada Universitaria en Enfermería, especialista en psiquiatría y experta en técnicas de autoconocimiento. Autora de obras como Háblame, El tablero iniciático, y La zona segura, que se presenta mañana jueves 20 de febrero en Madrid.

Transfobia

Por Flor de Torres Flor de Torres

Ser transfóbico es rechazar a tus iguales. Es un odio que se instala en el estigma al que sometemos a un colectivo: el de los y las transexuales que está cifrado en 1 por 10.000 habitantes y pendientes de tratamiento integral a su disforia de género en un total de 3.000 en  España. La cifra es mucho mayor pues estos son datos oficiales de la comunidad médica. Muchas personas transexuales provienen del fenómeno migratorio y no se acercan a centros médicos oficiales para su tratamiento por estar indocumentados.

La transfobia incluye la intolerancia, el acoso, la agresión, la injuria, la violación, la violencia psicológica, la no aceptación de sus derechos o la negación  de asilo en nuestro país cuando su país de origen persigue a la persona y denigra sus derechos humanos. Su  base real es la negación de la identidad de género, que es tan personal como cualquier otro derecho.

 

Poster de la película Transamerica.

Poster de la película Transamerica.

Apenas han pasado 60 años de leyes tan vergonzosas, tan denigrantes con los derechos humanos como la Ley de vagos y maleantes de 1954 o la Ley de peligrosidad y rehabilitación social de 1970 que castigaba a las personas que no cumplían los estereotipos del binarismo sexual y de género.

Ha sido el movimiento social y la necesidad de transmitir el mensaje que una persona es hombre o mujer porque así se siente para que comencemos a respetar  el derecho a ser y sentirse con la  identidad de género que cada persona decide como propia y que coincidirá o no con su genitalidad.

Y es que la identidad sexual no es lo mismo que la identidad de género. La sexual vendrá después, cuando esa persona transexual  derive en situaciones de afectividad hacia hombres o mujeres en su libertad sexual.

Yo siento y respeto al  ser humano plural, con matices, colores  e identidades diversas. Y esa es hoy una realidad pues se ha superado el binarismo sexual excluyente.

Prueba de ello son los avances legales que los nombran. Andalucía puede llegar a convertirse en la Comunidad que cumpla las recomendaciones de la Unión Europea en su informe de 12/12/12 de no discriminar a los y las transexuales. Navarra y País Vasco ya cuentan sus propias normas autonómicas, pero sería la andaluza la que siga la estela de la ley argentina por apostar con una Ley  Integral  de Transexualidad así como por un tratamiento integral a la persona transexual. Un avance en derechos que espera su convalidación parlamentaria tras ser registrada hace escasos días. Un impulso necesario en discriminación positiva a un colectivo hasta hoy invisible en instituciones y en derechos.

Por ello no discrimines a tus iguales.  Lleva siempre contigo el artículo 14 de la Constitución. No salgas nunca sin él.

 

Flor de Torres Porras. Fiscal Delegada de la Comunidad Autónoma de Andalucía de violencia contra la mujer y contra la discriminación por identidad sexual y de género.

La ley de Kari

Por Irene Milleiro Irene Milleiro

Sabía lo que tenía que hacer, su madre se lo había contado muchas veces: descolgar, marcar el 9, después el 1 y después otra vez el 1. Pero no se oía nada. Colgó y lo intentó otra vez: 9-1-1. Otra vez nada.

El pasado 1 de diciembre, Kari Hunt fue asesinada por su marido – del que quería divorciarse- en la habitación del un motel en Marshall, Texas. Había ido allí para dejarle durante unos días a sus hijos, de 9, 4 y 3 años.

Kari Hunt en una imagen familiar. Foto cedida por Hank Hunt para la petición de Change.org

Kari Hunt en una imagen familiar. Foto cedida por Hank Hunt para la petición de Change.org

Cuando vio que su padre atacaba a su madre con un cuchillo, la hija mayor intentó llamar a emergencias desde la habitación del motel. Sabía cómo hacerlo: marcar el 911 (nuestro 112) y contarles lo que pasaba. Lo marcó una y otra vez, pero al otro lado no había nadie. La pequeña no sabía que antes necesitaba marcar el 9 para obtener línea. Kari murió apuñalada a manos de su marido.

Lo intenté, abuelo, pero no funcionaba.” Eso es lo que la pequeña le dijo al padre de Kari, Hank Hunt. Y por eso Hank inició una petición en Change.org pidiendo al Congreso y al Senado que obliguen a hoteles y moteles en EEUU a cambiar sus sistemas, de forma que el 911 sea un número de acceso directo desde cualquiera de sus teléfonos. Para que nadie, nunca, en un momento de pánico, pueda tener problemas para comunicarse con el servicio de emergencias. Porque como dice en su petición “Los segundos cuentan, y cuando una niña de 9 años es lo suficientemente madura y valiente como para llamar a pedir ayuda, alguien debe contestarle”.

La petición de Hank explotó. En muy pocos días consiguió la firma de más de 400.000 personas, el apoyo de varios congresistas y una enorme repercusión en todos los medios de comunicación. Y los resultados no han tardado en llegar: la semana pasada, uno de los miembros de la Comisión Federal de Telecomunicaciones suscribió la petición, y envió una carta a las 10 mayores cadenas hoteleras en Estados Unidos, pidiéndoles que informasen sobre el estado de sus sistemas telefónicos. Y la Asociación Americana de Hoteles y Alojamientos ha anunciado la creación de un grupo de trabajo para abordar el tema.

El cambio del sistema telefónico de los hoteles no va a acabar con la violencia contra las mujeres en EEUU. Pero si al final Hank consigue lo que pide en su petición, e intuyo que así será, nunca más un niño o un adulto tendrán problemas para acceder a los servicios de emergencia cuando lo necesiten. Y seguro que en algún momento esto supondrá salvar alguna vida, prevenir alguna muerte. Justo lo que buscaba Hank: que la muerte de su hija Kari no fuese en vano y que el dolor y la frustración de su nieta no tenga que volver a vivirlo nadie.

Grandes problemas, miles de pequeñas soluciones. Ese es el modelo de cambio detrás de Change.org. La gente no es tonta: saben que firmando una petición no se acaba con los recortes o con la discriminación. Pero sí que se puede conseguir que no se elimine un helicóptero de salvamento, o que se expediente a un colegio que haya podido discriminar. Es como cambiar una foto píxel a píxel: al principio los cambios parecen pequeños, pero al final la foto entera es diferente. Muchas fotos han empezado a cambiar en 2013.

Irene Milleiro es responsable de campañas de Change.org

Madres versus transgénicos

Por María Luisa Toribio María Luisa Toribio

Ituzaingó es un barrio de la provincia argentina de Córdoba en el que la vida discurría con normalidad. Pero hace años cobró un protagonismo no deseado por sus habitantes. Los problemas de salud alcanzaron una dimensión alarmante: un alto porcentaje de cáncer, niñas y niños con graves malformaciones, muertes prematuras, problemas respiratorios, de riñón… ¿Qué estaba pasando? Un grupo de madres, con Sofía Gatica a la cabeza, sintieron que no podían quedarse impasibles.

Sofía Gatica, durante una visita a España. Imagen: Greenpeace

Sofía Gatica, durante una visita a España. Imagen: Juan Felipe Carrasco

Han pasado los años y las Madres de Ituzaingó se han convertido en uno de los símbolos de la lucha contra la multinacional Monsanto y sus cultivos transgénicos. Argentina tuvo el triste privilegio de ser la vanguardia de la invasión de campos latinoamericanos por la soja transgénica. Con el apoyo de las autoridades, pronto se convirtió en el principal cultivo del país, desplazando a la producción local. Un cambio drástico del modelo de producción agraria que ha generado pobreza, enfermedades y la deforestación de grandes superficies de bosques.

Casi 20 años después de la llegada de Monsanto, Argentina es el vivo ejemplo de la mentira de la agricultura transgénica, presentada como la panacea para atajar el hambre en el mundo: millones de hectáreas donde antes se producían alimentos para el consumo se dedican ahora al cultivo intensivo de soja para la exportación, cuyo destino es la fabricación de agrocombustibles y de piensos para ganado.

La soja de Monsanto está modificada genéticamente para ser resistente a un herbicida, el glifosato, que produce la propia compañía –con el nombre comercial de RoundUp– desde los años 70. Un negocio redondo para la multinacional que vende el paquete completo: las semillas modificadas y el herbicida que se emplea en su cultivo. El glifosato se fumiga abundantemente sobre los extensos campos de soja transgénica, con frecuencia muy cerca de zonas habitadas, y contamina el aire, los suelos, el agua, los ríos… De ahí los problemas de salud en las poblaciones afectadas. Ante quienes pretenden negar los efectos del glifosato sobre la salud, Sofía Gatica es contundente: ‘somos lo que ustedes niegan’.

Durante décadas Monsanto ocultó informes sobre la toxicidad del glifosato, que acabaron saliendo a la luz a raíz de varias denuncias. Es parte del juego sucio de la compañía. Os recomiendo el documental de investigación El Mundo según Monsanto, de Marie-Monique Robin. También está publicado en libro.

Es muy interesante, porque cuando se conoce la estrategia global –y el poder inmenso– de Monsanto resulta aún más admirable el coraje y la determinación de las Madres de Ituzaingó y el duro camino que han tenido que recorrer para hacer oír su voz. Ignoradas por unos, amenazadas por otros, han continuado una lucha incansable que las ha llevado a viajar fuera de su país para denunciar lo que está ocurriendo y buscar apoyos. En 2012, una gira por varios países europeos (entre ellos España), las llevó también hasta el Parlamento Europeo.

Sofía Gatica, que recientemente fue atacada y que ha recibido amenazas de muerte, hace un llamamiento para que se escuche la voz de las víctimas. “No a Monsanto, sí a la vida” son las palabras que cierran este sobrecogedor llamamiento.

 

María Luisa Toribio Bióloga y activista, con una mirada global al mundo que me lleva a implicarme en causas  como el medio ambiente, la pobreza, los derechos humanos, las poblaciones indígenas… Convencida de que las múltiples crisis que vivimos tienen raíces comunes y de que toca impulsar cambios profundos.  

Carmen Sarmiento y la mitad del mundo

Por Charo Mármol Charo Mármol

Hace días tenía que preparar un artículo para el 8 de Marzo, día Internacional de la Mujer Trabajadora, y se me vino a la cabeza una de las pioneras en sacar a la luz muchas realidades de mujeres: la periodista de TVE Carmen Sarmiento, que tantas veces nos ha acercado con su trabajo a las mujeres de aquí, de España, y a las de cualquier parte del mundo. Y de pronto la eché en falta, eché en falta su voz en la televisión pública, esa televisión que ahora nos llena las tardes con un programa donde nos acerca a las personas que viven el dolor de la injusticia, pero no se pregunta por las causas de esa injusticia. Eché en falta los programas de Carmen porque ella, cuando entonces nadie lo hacía, nos acercó a los pueblos del Sur: a los hombres, a los niños… pero sobre todo a las mujeres, ‘el Sur de todos los Nortes’, le gusta decir a ella cuando se refiere a las mujeres.

Carmen Sarmiento con un grupo de mujeres en India. Imagen: Charo Mármol

Carmen Sarmiento con un grupo de mujeres en India. Imagen: Charo Mármol

Hoy, sin que sea 8 de marzo, quiero hacer un pequeño homenaje a esta luchadora por los derechos de todos los seres humanos pero sobre todo de las mujeres. He tenido el privilegio de trabajar con ella en ‘Los excluidos’, las dos últimas series que hizo en TVE antes de jubilarse.

Carmen fue la primera reportera de guerra en  TVE, en un mundo predominantemente masculino, aún hoy lo es, y con muchas dificultades para una mujer. Su lucha por la igualdad también la ejercicitó dentro de ‘la casa’ como llamaban los trabajadores a TVE. Y esto, soy testigo, le costó algún que otro disgusto. Empezó desde muy joven como subdirectora del ya mítico programa Informe semanal, que ahora  este gobierno, después de décadas de gran audiencia e innumerables premios, ha desterrado a un horario de medianoche. Hizo entrevistas a grandes personajes tanto en la vida social y como en la política. Se jugó la vida y estuvo a punto de perderla  en más de una ocasión: en la emboscada de Nicaragua, en Brasil donde estuvo detenida, en Colombia secuestrada, en Guatemala… Todo esto lo cuenta en sus libros y forma parte de la memoria informativa de muchas personas.

Ha recibido innumerables  premios como reconocimientos a su trayectoria y a su coherencia de vida. Uno de estos reconocimientos llegó en 1992, cuando el VIII Festival de Cine realizado por Mujeres» le concede el Premio al Mejor Documental  por su programa ‘Perú, la cólera del hambre’ de la serie ‘Mujeres de América Latina’. Este programa fue igualmente galardonado en 1993 en el Concurso de Televisión de los Encuentros de los Medios de Comunicación Norte-Sur, celebrado en Ginebra. Paradójicamente, mientras cosechaba premios fuera, Carmen hacía pasillos, castigada en TVE.

Su trabajo ha marcado su vida, pero  también la de muchas otras personas. Personas que nos hemos ido encontrando a lo largo de nuestros viajes. Como un jesuita menorquín, arquitecto. Cuando nos encontramos con él en Camboya, nos contó que ante la visión de ‘Los Marginados’, una de las serie más vistas de Carmen, decidió hacerse jesuita y marcharse a misiones para trabajar por un mundo más justo y humano.

O como tantas y tantos periodistas que nos hemos encontrado y que le han dicho: ‘Yo me he hecho periodista porque quería ser como tú’. O aquella mujer mayor, analfabeta en Valencia, que aprendió a leer motivada por los programas de Carmen… Seguramente ha hecho por las mujeres, por el feminismo y por la igualdad entre hombres y mujeres mucho más de lo que ella misma es capaz de llegar a pensar.

Pero hay otra cosa que quiero subrayar: su capacidad de conmoverse ante el dolor, la pobreza y la injusticia, a pesar de los años que ha llevado en contacto directo con ella. A Carmen el contacto con la pobreza, muchas veces miseria, no le ha endurecido el corazón. Al contrario, creo que la ha llevado a mirar al mundo con pasión y con compasión.

Carmen ha luchado por los pobres, por los excluidos, o como ella dice, por los mineros de Asturias, pero lo que ha diferenciado  el trabajo de Carmen de otros muchos profesionales ha sido su lucha por mirar y contar la vida a través de los ojos de las mujeres, las más excluidas entre los excluidos.

Charo Mármol es comunicadora, feminista, militante de causas perdidas y autora de la mecedora violeta