El mango que cambia vidas

Por Patricia Polite Patricia Polite

Tuve la suerte de viajar durante una semana a Burkina Faso con Oxfam Intermón hace un par de meses para visitar y conocer de primera mano los proyectos que desarrollan en el país. Además, se trataba de mi primera visita a África, por lo que viajaba con especial interés por descubrir desde un país, un nuevo continente, que en algunos casos puede significar un nuevo mundo.

Visitamos varias cooperativas en la región cercana a Bobo Dioulasso, la segunda ciudad más importante del país. Una de ellas fue la asociación de secadoras de mango de Beredougou. Allí nos explicaron cómo gracias a la idea del secado de las frutas, consiguieron comenzar a desarrollar la economía local. Anteriormente, en la época de recolección sólo vendían el mango en los mercados de las poblaciones cercanas. Así, mucha parte de la producción se acababa pudriendo y echando a perder. Ahora, sin embargo, cortan el mango y lo secan, para posteriormente envasarlo y poder exportarlo a países, principalmente de Europa.

El hecho de haber conseguido crear una industria próspera, internacionalizada y sostenible, es una gran noticia. Pero todavía lo es más saber que, gracias al trabajo incansable de las mujeres que tuvimos la suerte de conocer, este cambio no es sólo económico.

Patricia Polite durante su visita a Burkina Faso en octubre de 2013

Patricia Polite durante su visita a Burkina Faso en octubre de 2013

Las mujeres que forman parte de la cooperativa no consiguen únicamente aportar un salario extra a sus familias. En todos los casos sin excepción, el dinero que reciben estas mujeres se invierte directamente en la sanidad y la educación de sus hijos. En Burkina Faso, ambas son públicas pero no absolutamente gratuitas, por lo que existen muchas familias que no tienen ni siquiera el dinero necesario para una visita médica o para comprar un cuaderno y un bolígrafo para la escuela. Es decir, un sueldo extra en las familias significar invertir, directamente y sin vuelta atrás, en el futuro del país. Sin vuelta atrás porque una vez que una generación está escolarizada, no hay vuelta atrás en el desarrollo.

Pero aquí no se acaba, sino que viene a mi modo de ver la parte más bonita o, al menos, laque a mí más me llegó de la historia. La actual vicepresidenta de la Asociación, Rosalie Soma, fue la primera mujer que entró a formar parte de la cooperativa. Ella fue la pionera en ponerse a trabajar codo con codo con los hombres y en sentarse a decidir cómo se debían hacer las cosas. Ella fue también la que contando su experiencia logró convencer a otras tantas mujeres. Y lo que ahora mismo más le llena de alegría, además de obviamente haber contribuido a la economía, salud y educación de los más cercanos, es que en la actualidad es requerida por diferentes cooperativas para ejercer de consultora, contar su experiencia y dar sus consejos.

Ese orgullo de realización profesional y personal, y cómo se le iluminaban los ojos al contarlo, fue para mí uno de los momentos más especiales del viaje. Porque ese cambio en el comportamiento de esa gran mujer, ese pequeño cambio, conlleva el cambio en muchas ideas preconcebidas y contribuye a derribar estereotipos y a mejorar la sociedad del país en su conjunto.

Patricia Polite es socia de Oxfam Intermón desde hace varios años. En octubre de 2013 viajó a Burkina Faso donde conoció los alimentos con poder.

2 comentarios

  1. Dice ser Sicoloco del casting de Foolyou

    En España también triunfa mucho «el mango»,el mango que te mango mangándotelo.

    27 diciembre 2013 | 11:40

  2. Dice ser Lola

    Chapó por todas esas mujeres emprendedoras.

    29 diciembre 2013 | 13:42

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