Desde Colombia: más allá del dolor

Por Sole Giménez Sole Giménez

Hoy escribo desde la tranquila ciudadela amurallada de Cartagena de Indias después de una semana inolvidable en Bogotá visitando y conociendo de primera mano la problemática de la violencia sexual dentro del marco del conflicto armado.

Me cuesta poner palabras a las intensas emociones que hemos vivido todos los que hemos tenido la suerte de hacer este viaje al corazón herido de las mujeres colombianas. Porque ¿cómo explicar sólo con unas cuantas palabras todos los matices, todas las historias, todo el dolor, el sufrimiento, la frustración, el miedo, la angustia y la rabia que estas mujeres nos han transmitido no solo de palabra sino con sus gestos comedidos, sus miradas, sus silencios preñados y sus lágrimas?

Ellas que representan a cientos de miles de mujeres, niños y niñas que el fuego abrasador del conflicto armado ha ido quemando en esta tierra los últimos casi sesenta años, nos han hecho ver el poco valor que tiene la vida cuando hay una tierra rica y deseada, cuando una ideología, unos intereses comerciales, unos valores patrióticos o un deseo de poder ciega a los hombres y los hace anteponer esas tristes razones a lo verdaderamente importante: las personas.

No importa demasiado el motivo, y en Colombia hay muchos, ellas aquí siempre han salido perdiendo. Han perdido sus casas, su tierra, sus familias, sus hijos, hasta el sentido de su propio cuerpo y su razón de ser.

Lo han perdido todo menos la esperanza. Sí, la esperanza es el brillo que hay en el fondo de sus fuertes miradas, esperanza de que lo que ellas han sufrido no le pase nunca a nadie más, esperanza de que todo al fin y al cabo puede y debe cambiar. Sólo es cuestión de tiempo y voluntad. Ellas han tenido el valor de superar el sufrimiento y hacerle frente uniendose y reforzandose las unas a las otras de tal manera que hoy en Colombia hay un hermoso entramado de asociaciones de mujeres  que crece día a día recogiendo todas y cada una de sus diferencias, tejiéndolas y  unificandolas en una sola voz.

Y esta voz es la que piden que sea escuchada en su propio país, por sus propios hermanos. La voz de las mujeres que se sienten y son más que simples víctimas olvidadas pues su voz lejos de quedarse sólo en el tan justificado lamento es una voz llena de ideas de futuro, de propuestas sociales, culturales incluso económicas y políticas  con perpectivas renovadas, de deseos de avances colectivos hacia el respeto, la integración, la rectificación y la paz.

Es una voz que ha sabido de alguna manera no quedarse en el rencor y el odio que suscitan los demonios del conflicto armado , si no que ha sabido dar un paso adelante hacia el necesario cambio de perspectiva que  traerá esta tan necesaria paz.  Ellas son la avanzadilla del cambio, el ejemplo a seguir, las heroínas de esta tierra colombiana que el día que sea capaz de enfrentarse a la verguenza que siente por los horrores cometidos, se dará cuenta que  ellas son su verdadera fuerza.

Mujeres valientes, aguerridas, con una fortaleza y una  voluntad inquebrantable que serian la envidia de cualquier país. Colombia entera debe escuchar sus voces cargadas de futuro y sentirse orgullosa de tenerlas aquí trabajando día a día por esta tierra y por sus gentes.

Colombia entera  ha de oírlas y por supuesto en este momento histórico de diálogo, sus propuestas y su ejemplo deben ser escuchados en Bogotá y en la Habana, en la tierra como en el cielo.

 

 

 

3 comentarios

  1. Dice ser panchenko

    disculpa pero tu concepto es muy fachista y burgues. que dices de la colombia libre, aquella que esta en manos de su pueblo, la que ha sido liberada. visita esa colombia, no la burguesa la sometida y despues escribe. ser un facho arrepentido no significa ser socialista.

    zapatero es el guia,
    lenin el salvador.

    29 octubre 2013 | 10:26

  2. Dice ser Laura

    Panchenko, te recomiendo que veas el precioso vídeo de Sole Giménez y que te informes un poco. Miles de mujeres han sufrido la violencia en Colombia, en muchos casos violencia sexual especialmente dirigida contra ellas. Y no se visibiliza porque no interesa y porque se inculca la educación de callar.

    Ahora están alzando su voz y alguien como la cantante sole Giménez las respalda para darles notoriedad pública. Eso es compromiso y valentía!!!

    Mucho ánimo a todas y sigan así!!!

    29 octubre 2013 | 12:40

  3. Dice ser Israel

    Leyéndote me has hecho pensar en un canto esperanzado de la mano de otra gran voz de origen peruano: Susana Baca, quien interpreta un hermoso poema de Alejandro Romualdo:

    Si me quitaran totalmente todo
    Si por ejemplo me quitaran el saludo de los pájaros
    O los buenos días del sol sobre la tierra
    Me quedaría aún una palabra
    Aún me quedaría una palabra
    Donde apoyar la voz

    Si me quitaran las palabras o la lengua
    Hablaría con el corazón
    Si me quitaran una pierna bailaría en un pie
    Si me quitaran un ojo lloraría en un ojo
    Si me quitaran un brazo
    me quedaría el otro
    para abrazar a mis hermanos
    Para sembrar los surcos de la tierra
    Para escribir todas las playas
    con tu nombre
    amor mío

    29 octubre 2013 | 16:59

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