Maribel Villar: el cacao que salva vidas

Por Yasmina Bona Yasmina Bona

Me gusta el chocolate, desde siempre. Y todavía me gusta más desde hace unos días, cuando conocí a Maribel Villar y entendí que puede ser la clave para que muchas personas puedan vivir dignamente. Maribel vino a Barcelona a explicar cómo producen el cacao de comercio justo en República Dominicana. Desde el primer minuto me di cuenta de que lo que mueve a esta mujer, lo que la empuja a avanzar cada día, es una profunda convicción: cualquier cosa, por difícil que parezca, se puede lograr.

Maribel Villar, el pasado jueves 10 de octubre, en el encuentro #Avanzadoras celebrado en Madrid. Foto: Jorge París / 20 minutos

Maribel Villar, el pasado jueves 10 de octubre, en el encuentro #Avanzadoras celebrado en Madrid. Foto: Jorge París / 20 minutos

 

Maribel vive en San Francisco de Macorís, en la provincia de Duarte, la región donde se produce más de la mitad de todo el cacao de República Dominicana. Al morir su padre cuatro años atrás, ella, su madre y sus cuatro hermanas heredaron 170 hectáreas de tierra dedicadas al cultivo de cacao. A pesar de que el campo era el trabajo del padre de familia, ninguna de ellas conocía este sector. Nada extraño si tenemos en cuenta que en este país impera la idea de que es el hombre quien debe trabajar en el campo, y que se trata de una tarea demasiado dura para la mujer.

Maribel Villar cosechando frutos de cacao en República Dominicana. Foto: Guadalupe de la Vallina

Maribel Villar cosechando frutos de cacao en República Dominicana. Foto: Guadalupe de la Vallina

Maribel decidió tomar las riendas y dar continuidad al trabajo al que su padre había dedicado la vida entera. Tras probar experiencia en varias empresas comercializadoras de cacao, acabó uniéndose a Cooproagro, cooperativa que reúne a productores y productoras de cacao y que elabora el chocolate de comercio justo que vende Intermón Oxfam. Cuando vio que en la cooperativa cobraba entre un 25 y un 30% más que en el comercio convencional y que esto le permitía cubrir las necesidades básicas de su familia, no dudó en quedarse. Orgullosa y emocionada, me enseña la fotografía de un puente que han construido en su distrito gracias al dinero obtenido por la venta del cacao. Dice que este puente salva vidas. Gracias a él, ya no solo no pierden la cosecha, sino que pueden cruzar fácilmente de una orilla a otra, y si alguien enferma, puede ir al médico. La construcción de este puente ha sido posible porque parte de los beneficios de la venta de su cacao también recaen en la comunidad.

De los 1844 socios y socias de Cooproagro, solo 250 son mujeres. El trabajo de Maribel en la cooperativa, además de sembrar, cortar y picar el cacao, también consiste en conseguir la implicación de más mujeres. Lucha a diario por los derechos de las mujeres que, como ella, deben esforzarse para vivir en condiciones dignas. Cuando llegó hace un año, de los 200 socios y socias que había en su distrito, solo 12 eran mujeres. Hoy ya son 26. “Cuando entran a trabajar en la cooperativa, ven que pueden ayudarse a sí mismas. Valoran los logros conseguidos, como que sus hijos puedan ir a la escuela, el acceso al agua potable, a la sanidad…”. Maribel sabe que el trabajo en el campo no es fácil, pero “se puede”. “Mientras tengamos manos, brazos, piernas y salud, ¡se puede!”, expresa convencida.

La semana pasada, Maribel pudo compartir su historia con otras 20 mujeres activistas de América Latina, África y España en el 1r Encuentro Internacional de Mujeres que Transforman el Mundo. Allí se compartieron experiencias de lucha para conseguir que las demandas de las mujeres se escuchen con más fuerza. Entre estas experiencias, Maribel pudo contar su historia, la historia de este cacao dulce con sabor a derechos e igualdad.

 

Yasmina Bona es periodista y trabaja en Intermón Oxfam

 

 

2 comentarios

  1. Dice ser Lola

    ¿Van sólo los hijos varones a la escuela? Porque después de tanto productores y productoras, socios y socias y al final ponen hijos, parece que las niñas se quedan en casa.
    Sinceramente creo que es una pérdida de tiempo tanta repetición os/as.
    En cuanto a la noticia en sí, me parece estupendo que este tipo de acciones ayuden a la economía de los pueblos y que todos lo que puedan se impliquen en ello. No hay nada mejor que ayudarse a sí mismo, siempre que las condiciones lo permitan, por supuesto.

    14 octubre 2013 | 12:11

  2. Dice ser ANTONIO LARROSA

    La iniciativa de esta gran señora Maribel, asi también se llama una hija mía , es estupenda y yo pensando pensando he tenido una nueva idea que voy a incluir en mi web en el artículo– Aprenda a solucionar crisis en 20 minutos– Y esa idea es En España hay miles de pueblos abandonados , pueblos que en otros tiempos eran suficiente para producir lo que precisaban sus moradores y como que los jóvenes los fueron dejando buscando aventuras y mejoras en las grandes ciudades que en tonces tenian muchas industrias , he pensado que esos pueblos podrian dar de comer a muchas familias , posiblemente a muchas que estan viviendo lastimosamente de la caridad o de lo que tiran otros. Yo creo que esos pueblos deben ser reconstruidos , limpiados y sus campos vueltos producir y para eso creo que deberían ir los inmigrantes y parados que quisieran comer cada día sin ser un parásito deambulante..

    Clica sobre mi nombre

    14 octubre 2013 | 16:54

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