La madre de todas las burocracias

Por Raquel García Hermida Raquel García Hermida

Estar embarazada es como llevar en la frente un cartel que diga ‘acepto consejos’, aunque en muchos casos estos sean completamente innecesarios o abiertamente inoportunos. Y, sin embargo, hay un capítulo que todo el mundo obvia (tal vez porque tan solo hablar de ello ya produce desaliento) pero que probablemente sería el más útil de todos: la burocracia asociada al hecho de tener un bebé.

Ilustración Burocracia. 20 minutos.

Ilustración Burocracia. 20 minutos.

Cualquier trámite administrativo es, para la mayoría de nosotros, cuando menos una inconveniencia. Añade la variable migración a la ecuación, y el resultado puede tornarse francamente sobrecogedor. Las madres migrantes, especialmente si hace poco que han llegado a su nuevo país de residencia, solemos desconocer el sistema legal, a qué derechos podemos acogernos y cómo ejercerlos. Incluso dentro de la Unión Europea, donde se han realizado importantes esfuerzos homogeneizadores en ámbitos importantes como la cobertura sanitaria o las leyes de familia, las diferencias entre estados pueden ser abismales.

En los Países Bajos, donde resido, sigo aprendiendo los entresijos de un sistema de salud que requiere por ley la contratación de un seguro médico que sin embargo no cubre todos los servicios. Los españoles residentes en otros países de la UE tenemos derecho a que nuestros hijos lleven dos apellidos y no uno, pero el trámite cuesta unos 400 euros (y varias visitas a distintas oficinas gubernamentales). Y más: ¿Qué tipo de derechos sociales tengo en caso de no estar trabajando? ¿Tendrá mi hijo doble nacionalidad desde el momento de su nacimiento? ¿Me debo acoger a los permisos de maternidad holandeses o a los españoles, puesto que mi empleador está en España? ¿Cómo voy a inculcarle a la criatura espíritu merengue en la tierra de Cruyff?

Los interrogantes se acumulan y la atención de las oficinas de información es con frecuencia deficiente (para la cuestión madridista no hay ayuda posible: estás sola ante la omnipresencia culé). Si tu situación se sale mínimamente de lo habitual, olvídate de recibir una respuesta clara de nadie. Si, como en mi caso, las circunstancias son tan sumamente específicas que la máxima autoridad diplomática en la materia en los Países Bajos se queda callada durante diez incómodos segundos y luego resopla un “jooooder” tan castizo que es imposible no sonreír, por favor no sucumbas a la tentación de tirarte por la ventana o cometer magnicidio funcionarial. Registra al detalle tus interacciones con la administración, incluyendo las fechas y horas de las consultas y con qué departamento o persona hablaste, para poder, en caso de que surjan problemas, justificar por qué finalmente seguiste un curso administrativo u otro.

Cada vez que supero con éxito un trámite burocrático me asalta la misma e incómoda pregunta: ¿cómo se las apañan otras mujeres migrantes? Las que no tienen recursos o una red de apoyo; las que no hablan el idioma del lugar; las que apenas saben leer; las que jamás han rellenado un formulario; las que ni siquiera tienen ciertos derechos porque son “ilegales”, invisibles. ¿Qué hacen? ¿A quién recurren? Son muchas, muchísimas, y con algunas me he cruzado en las oficinas de la administración pública española: he visto a trabajadores que las atendían desde el respeto y la evidente vocación de servicio, y a otros que las despachaban con malos modos, prisas e incomprensión ante su particular situación. He visto a ciudadanos acercarse amablemente a ellas para echarles una mano, y he escuchado a otros despotricar por el tiempo que requería su consulta, normalmente aderezando el comentario con algún chascarrillo xenófobo o abiertamente racista.

Ante eso, no hay más que una respuesta posible: ‘Ahí le quería yo ver’. Nos íbamos a reír todos.

 

Raquel García ha dedicado su carrera profesional a la comunicación  en distintas ONG, en España y Estados Unidos. Su última parada es Gorredijk, una pequeña comunidad rural en los Países Bajos, desde donde escribe sobre los retos de la emigración, la maternidad y cómo conciliar las aspiraciones personales y laborales

 

20 comentarios

  1. Dice ser Harbinger VI

    A ver si me he enterado.

    Eres extranjera. Llegas a un país, y te parece infernal hacer los papeles para tener a tu hijo.

    Es lo normal, ¿sabes?

    Lo que no es normal es que en España tengas tu hijo siendo extranjero, y te inunden de ayudas, paguitas, piso, curro y enchufes.

    31 julio 2013 | 08:59

  2. Dice ser Simona

    Gracias Raquel per hacerme reir sin dejar de ser critica. A mi tambien me gustaria ver cómo se las apañan muchos/as racistas si tuvieran que emigrar.

    31 julio 2013 | 09:33

  3. Dice ser Cerac

    Bueno, el tema del madridismo es el menor de los problemas, a pesar de puntualizarlo dos veces, como si fuera el fin de los días…

    31 julio 2013 | 09:37

  4. Dice ser iozan1

    Y digo yo… que tendrá que ver la burocracia, con los equipos, y la tierra de cruyff?

    31 julio 2013 | 10:12

  5. Dice ser Una

    Raquel, si alguien va a un país y desconoce el idioma del lugar y sus costumbres, eso provoca rechazo.

    Que tú estés en una ONG no significa que puedas imponer las leyes de tu país en otros países.

    Lo de la doble nacionalidad ya tan solo nace tu hijo debe ser que poco te gusta ser de aquí.

    31 julio 2013 | 10:22

  6. Dice ser La Meri

    Un poquito de sentido del humor señores.

    Brava Raquel, disfruto con cada una de tus publicaciones. Sigue adelante.

    31 julio 2013 | 10:47

  7. Dice ser Raquel

    @Una. Gracias por su comentario. Que el rechazo hacia quien desconoce las normas de un lugar sea un fenómeno percibido como «normal» no significa que sea algo necesario ni aceptable. Cuando ese rechazo se hace evidente solo hacia aquellas personas percibidas como «inferiores», por su color de piel, su religión o su estatus socioeconómico, es algo a denunciar. No sé qué alcance tendrá su experiencia con personas migrantes, pero le puedo garantizar que a un trabajador estadounidense recién aterrizado en España sin conocimiento alguno del idioma o las costumbres no se le trata igual que a una mujer guineana. Podemos cerrar los ojos ante la realidad, asumir que es «lo lógico» y escudarnos en todo tipo de clichés, o podemos ser conscientes de la realidad social en la que vivimos e intentar transformarla. Nada tiene que ver con imponer leyes: lo que hay que imponer es empatía, que buena falta nos hace.

    31 julio 2013 | 10:54

  8. Dice ser Raquel

    @Simona ¡Gracias por conservar el sentido del humor!

    31 julio 2013 | 10:58

  9. Dice ser Sin duda

    Faltaba el toque progre

    31 julio 2013 | 11:07

  10. Dice ser Artie Bucco

    Muy buena entrada, Raquel. Combinas sentido del humor e ironía con sentido crítico y eso está muy bien.

    Lástima que algunos de tus lectores no capten lo que estás intentando plasmar. Ah, no. Que para eso hay que tener un mínimo de inteligencia.

    Sigue así. Disfruto muchísimo con tus contribuciones a este blog.

    31 julio 2013 | 11:18

  11. Dice ser Pequeña Mariposa

    Vamos a ver, ¿cómo no ser capaz de reconocer el buen toque de humor y sátira a la entrada cuando Raquel habla de madridismo y culés?

    Y digo yo… en general me parece que, probablemente como españoles, nos gusta criticar al personal, a los autores, sin conocer todo el contexto y a la persona que escribe… Veo mucha crítica gratuita en los comentarios anteriores, como en otras entradas. Cosas del «trolismo».

    31 julio 2013 | 11:24

  12. Dice ser UnaOpinion

    Hola Raquel,

    Sobre lo de los dos apellidos, y por si te sirve de algo…

    Yo estoy viviendo en Alemania y tuve un hijo hace un año. Cierto es que yo dí a luz en España, para tener un poco de ayuda de mi familia al principio, pero el lio de los apellidos lo arreglamos registrando al peque primero en España (imagino que en el consulado si das a luz en otro pais), es decir segun la ley española, que le asigna los dos apellidos. Y despues al volver a Alemania, cuando fuimos a registrarle, aceptaron el nombre que ya tenía, sólo tuvimos que firmar una declaración de que nos acogíamos a la normativa española. Sólonos cobraron el tramite administrativo, no recuerdo cuanto exactamente, pero desde luego mucho menos de 400€

    Un beso,

    31 julio 2013 | 12:17

  13. Dice ser Diana

    Está claro que manejarse con las leyes de otro país y en otro idioma no resulta fácil, lo raro sería lo contrario. Afortunadamente para eso hay gente que trabaja en resolver estos problemas de los demás: abogados, gestores, asesores, consultores…. a ver que no todo va a ser gratis, ¿para qué están estos profesionales?. ¿O tú no cobras por tu trabajo?. Trabajar para una ONG no supone que trabajes gratis.

    31 julio 2013 | 12:39

  14. Dice ser Lector

    ¿Espíritu merengue? Ni se te ocurra. El Real Trampas es el Bárcenas del deporte. Mal vamos si enseñamos a los niños que el mejor es el que más trampas hace. Mejor que lean esto antes: http://xurl.es/dzjlq

    31 julio 2013 | 13:04

  15. Dice ser Brisha

    Dios, a la yugular todos eh?
    Raquel solo ha puesto de manifiesto un problema gordo de todos los paises civilizados.
    Uno puede tener un hijo de cualquier manera, bastara con que no le falte de comer, cariño y un techo donde vivir. Pero la sociedad exige que le identifiquemos, asi pues debemos ponerle un nombre (y registrarlo), debemos añadirle una nacionalidad (que importara mucho segun ellos si dentro de diez años decido irme de ese pais), debemos darle un numero para que conste en los sistemas de salud y de trabajo. Etc..
    Son papeles y mas papeles que a un bebe no le importan y que a los padres les daran mas problemas que otra cosa.
    Evidentemente si deseamos que nuestros hijos vivan en una sociedad y aprovechen lo que esa sociedad ofrece (educacion, salud, etc..) deberemos cumplimentar el rito y realizar todos y cada uno de los procedimientos que nos piden.
    Pero que ocurre cuando aun no hemos aprendido el idioma, o cuando las constumbres y normas de nuestra actual residencia no nos han sido explicadas?
    Esa sensacion de estar perdido, de no tener muy claro que se debe hacer y muy frustadora.
    El que no la conozca es porque jamas a salido de su tierra y deberia empezar a viajar un poquito.

    Nota: He de reconocer que me he encontrado en mas de una situacion asi (no por tener hijos fuera de españa) y al final siempre encuentras a alguien que amablemente te ayuda ha realizar los tramites. Aqui, en España, y en Calcuta.

    31 julio 2013 | 13:47

  16. Dice ser Raquel

    @UnaOpinión Muchas gracias por la orientación. Me temo, empero, que la situación es completamente distinta cuando das a luz en el país que no es España, como es mi caso, o al menos en los Países Bajos y en mis circunstancias personas. Aquí el trámite es el siguiente: varios meses antes de que nazca el bebé, si es fruto de una relación no matrimonial, ambos progenitores deben ir al registro civil de la municipalidad para que el padre firme un documento por el que reconoce al hijo como suyo, y por el que la madre asume ese reconocimiento. En ese momento hay que dar ya el apellido que llevará el niño, ya que se puede elegir el de la madre o el del padre, como en España. Ese será el apellido que lleve el niño desde el momento de su nacimiento. En los tres días posteriores al nacimiento, el niño tiene que ser inscrito con su nombre completo (nombre de pila + apellido que se había fijado en ese documento previo) en el registro civil del municipio, y no antes en el consulado (eso lo puedes hacer después). Ahora bien, como españoles, la UE nos reconoce el derecho a que nuestros hijos lleven dos apellidos, pero eso implica un cambio oficial de nombre, y ese trámite administrativo es el que cuesta esa barbaridad de dinero aquí en Holanda.

    @Diana El problema no es para quien se puede pagar esos servicios (o para quien puede solventar los trámites sin necesidad de contratarlos). Mi reflexión gira en torno a cómo se las apañan las personas que ni tienen acceso a esos servicios, por cuestiones económicas, ni pueden solventar trámites sin ayudas. Afortunadamente, y a propósito de las ONG que mencionas, existen también organizaciones sin ánimo de lucro, compuestas tanto por profesionales como por voluntarios, que se dedican entre otras cosas a asistir a esas personas en ese tipo de trámites. Desgraciadamente, no llegan a todas las personas que necesitarían de la asistencia que prestan… De ahí que el papel de los trabajadores de la administración sea tan importante, y por desgracia en muchos casos tan deficiente.

    31 julio 2013 | 14:32

  17. Dice ser Eva

    Raquel, hola, por lo que cuentas no acabo de saber si tú tienes la nacionalidad española o si te has nacionalizado holandesa. En principio, dentro de la EU no se puede tener doble nacionalidad. Si tu hijo/a ha nacido en los Paises Bajos creo que podrás escoger si quieres que tenga esa nacionalidad o si lo inscribes a través del Consulado español y de paso te ahorras el problema de los apellidos porque automáticamente tendrá dos. Para registrarlo en el Ayuntamiento no importa si tiene un apellido o dos, si es holandés o español.
    En cuanto a ayudas y bajas por maternidad, si no estás nacionalizada y no estás contratada por una empresa holandesa, te tendrás que acoger a las normativas de tu empleador en España aunque pagues tasas en Holanda. Y lo del seguro médico…. en Holanda no tiene nombre. Vas a pagar más que si tuvieras la mejor póliza del mundo y te van a dar servicios de tercera (literalmente, hay esta categoría en los formularios).
    Yo he vivido en Holanda durante más de 15 años y he pasado por varios problemas burocráticos. Con todo, la cuestión del registro de un hijo la he tenido que vivir en un país mucho más complicado que Holanda: actualmente resido en Estambul y mi hijo de dos años nació aquí. Y soy madre soltera, para complicar aún más las cosas. Te doy toda la razón del mundo en que no es fácil. ¡Yo sigo poniéndome verde cada vez que tengo que realizar algún trámite burocrático! Ánimos, que al final la victoria sabe más dulce porque ha costado tanto alcanzarla 🙂

    31 julio 2013 | 15:10

  18. Dice ser Raquel

    @Eva Gracias por el comentario, muy interesante. Te preciso, pues hay algunas cosas que comentas que no son del todo correctas: yo tengo la nacionalidad española y mi pareja es holandés. Mi hijo, como nacido y residente aquí, será automáticamente holandés, y luego además, si queremos, podemos solicitar también el pasaporte español. Como hijo de holandés nacido en los Países Bajos, no podemos registrarlo en el consulado español antes que en el Gemeente: debe seguir exactamente el mismo procedimiento que el resto de niños nacidos aquí. La nacionalidad española le corresponde desde el nacimiento como hijo de española. No tendría sentido darle solo la nacionalidad española cuando va a residir, salvo cataclismo o cambio de planes muy brusco, en los Países Bajos, eso solo podría complicarle la vida (¡o más bien complicárnosla a nosotros!). Conservará ambas nacionalidades hasta el momento de su mayoría de edad, en cuyo momento, de no haber un tratado de doble nacionalidad española-holandesa, normalmente perdería una de ellas (habitualmente la del país en el que no resida o con el que le hayan unido menos vínculos). Lo de los apellidos no tiene vuelta de hoja: los ciudadanos holandeses de nacimiento tienen solo un apellido, y cualquier cambio posterior se tiene que hacer de acuerdo a lo que he indicado en mi anterior comentario.

    En cuanto al seguro médico, mi experiencia no es esa en absoluto. Pago lo mismo que paga mi pareja, a través de la aseguradora que él tiene en el trabajo (es funcionario), y para nada me he encontrado con servicios de tercera. La atención sanitaria es distinta a la española, en algunos casos mejor y en otros peor. En concreto y por poner un ejemplo, el seguimiento que hacen del embarazo me parece peor que en España, pero sin embargo las opciones de cara al parto son infinitamente mejores, por no hablar de los cuidados post-parto en casa, que en España son inexistentes y aquí sin embargo los cubre en casi su totalidad el seguro médico. Otra cosa es mi opinión personal al respecto de que todo el mundo tenga que pagar a una aseguradora privada para obtener cobertura sanitaria… ¡pero eso daría para un nuevo post enteramente dedicado a ello!

    Por lo que cuentas, lo de ser madre soltera en Estambul tiene que ser una experiencia de aúpa. Supongo que allí, como en otros lugares, lo importante es ir derribando barreras… ¡Ánimo y suerte!

    31 julio 2013 | 16:52

  19. Dice ser Gaviota

    Raquel, te acompano en tus sentimientos.
    Soy venezolana, casada con un sueco (muy madridista), he tenido mi primer hijo en Barcelona y el segundo en Estocolmo. En Barcelona mi marido pasó sus dos días de permiso de paternidad (eran 2 en el 2006) haciendo múltiples trámites para registrar a Lucas antes las autoridades espanolas y catalanas.
    Cuando Adrian nació, solo tuvimos que firmar un papel en el hospital y todo sucedió como por arte de magia.
    No digo que las cosas en Suecia sean perfectas, sólo que todo es muy diferente cuando al menos uno de los dos es local.
    El resultado de familia residente en Estocolmo, padre sueco madridista, hermano mayor nacido en Barcelona es un hermanito de 4 anos que va al cole con camiseta del madrid y pantalones del Barcelona.
    Ánimos!

    01 agosto 2013 | 13:20

  20. Dice ser Superwoman

    Pues no se, creia que no habia pais con tanto «red tape» como Alemania, pero despues de leerte me haces dudar. Yo aporto mi experiencia, de persona culta y formada pero que llego a un pais sabiendo dar decentemente solo los buenos dias y las buenas noches (vamos, desconociendo el idioma): el refran se hace bueno, preguntando se va a Roma. Nosotros hemos hecho tramites de mas o de menos, no tiene importancia, en los casos en que ha habido errores se ha subsanado la cosa con el tiempo y la mejora en el idioma. Como digo, mi experiencia en los tramites burocraticos es buena, casi todo nos lo han dado muy claro y explicado: esto es lo que necesitas, esto es lo que tienes que hacer. Mentalidad ordenada, supongo. Yo siempre me he sentido segura haciendo tramites burocraticos aqui, incluso en los primeros momentos aunque son bruscos como nadie, han sido correctos y eficientes en la ayuda (cosa que no se puede decir por ejemplo de la Embajada Espanyola, en que cuando comente que traduciendo algunos de los folletos que tienen en espanyol al aleman podian ayudar para realizar segun que tipo de tramites… respuesta del funcionario de turno: «eso se lo puede contar usted a la persona»… fresca que se me ocurrio mas tarde y que le debi de soltar a aquel funcionario: «si claro, con el aleman de curso CEAC en cuatro dias que tenia yo al principio…».)

    A Raquel y otra opinion: creo que el problema lo tienes cuando las nacionalidades de los padres son distintas (Por cierto, mi hijo, a pesar de ser nacido aqui y de padres residiendo legalmente en el pais, no tenia derecho a la doble nacionalidad. De hecho, si quiere la nacionalidad alemana tiene que renunciar a la espanyola). A nosotros nos dieron el certificado de nacimiento del peque para inscribirlo en la embajada ya con el doble apellido (nos pidieron el pasaporte de su hermana para comprobar que era todo correcto y el orden de los apellidos). No pagamos ni un centimo de euro por ello…
    Un supersaludo

    13 agosto 2013 | 09:43

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