Las compañeras de trabajo de Cándida

 Por Margarita Saldaña MargaritaSaldaña

Ya va siendo hora de que entremos al trapo, pensarán algunas y algunos. Hasta ahora veníamos hablando de la situación de las “internas”. No dudo de que haya mujeres españolas trabajando como tales, pero yo no las conozco, y no me gusta tocar de oído.

Hablar de las mujeres españolas dedicadas al empleo doméstico equivale a hablar de las discontinuas, vulgo externas. El apelativo resulta confuso o irónico, según se mire. Es cierto que estas mujeres prestan con frecuencia sus servicios laborales a diversos empleadores, y en ese sentido son técnicamente “discontinuas”. Pero muchas se pasan, o se han pasado, la vida entera trabajando “en casas”, sin el menor reconocimiento social,  en tareas invisibles a las que no se da valor alguno. Guillermo Fesser nos regaló en el año 2006 un retrato entrañable y revulsivo de este colectivo de mujeres en Cándida, su primera película.

Imagen cedida por Pueblos Unidos.

Imagen cedida por Pueblos Unidos.

No falta quien dice, y con razón, que hay mujeres que prefieren trabajar “en negro”, y que sus empleadores les insistieron en hacerles contrato pero ellas se negaron para no perder parte del sueldo en costos compartidos de Seguridad Social. Tal inmediatismo suena mucho a eso de “pan para hoy y hambre para mañana”. Reconozcamos que tampoco faltan empleadores a los que nunca se les había ocurrido contratar a “la chica”, lo cual no es extraño si nos atenemos a la regulación legal que hemos tenido en España hasta el año 2011. Lo que realmente ha faltado es una cultura que considere el empleo doméstico como elemento clave del sistema socioeconómico y una legislación que responda a tal paradigma.

Algo viene cambiando a partir del Real Decreto 1620/2011, que plantea la integración de estas trabajadoras con igualdad en la seguridad social. Anabel, española, de Madrid, que a sus 41 años lleva «toda la vida trabajando en casas», piensa que estos nuevos vientos son favorables, aunque no sabe muy bien de dónde soplan. Recientemente le han hecho contrato en las tres casas y la tienda donde ofrece sus servicios como limpiadora varios días por semana. ‘¿Antes? ¡No! Ni me lo dijeron ni se me habría ocurrido pedirlo… no había costumbre’.

«¿Paro? No, qué va… Ni pagas extraordinarias. Eso no nos corresponde». Así es, a medias. Aunque la nueva legislación reconoce el derecho a cobrar 14 pagas, esto se incumple en gran parte de los casos. La falta de derecho a subsidio por desempleo sigue siendo una lacra para este sector de actividad, que hasta el año 2019 no se equiparará totalmente a los demás sectores.

Pero el 2019 está muy lejos, queda aún mucha crisis por delante y hay empleadas domésticas, también españolas, que siguen en la economía sumergida contra su voluntad, o que han visto reducido el salario al ser dadas de alta. Dificultades como la complejidad en los trámites administrativos, el coste de gestión para el empleador o la reducción de los tramos de cotización han hecho que la regularización estipulada no haya tenido el efecto que cabía esperar. Mientras seguimos trabajando por una aplicación mejor lograda de la ley, podemos hacer algo más: poner en valor el trabajo doméstico, combatir el imaginario de que “las extranjeras nos quitan el trabajo” y promover una solidaridad de clase que permita la lucha conjunta de todas las mujeres que ven sus derechos vulnerados, sin importar dónde hayan nacido o de qué color tengan la piel.

 

Margarita Saldaña trabaja en  Pueblos Unidos

6 comentarios

  1. Dice ser Carla

    La clave es dignificar el trabajo doméstico y concienciar a el contratador de que es un empleador.

    Carla
    http://www.lasbolaschinas.com

    03 julio 2013 | 07:17

  2. Muy interesante este articulo siempre me encantan, muy muy buen trabajo.

    03 julio 2013 | 09:38

  3. Dice ser Sonia

    Para mi es fundamental poner un sueldo a las amas de casa http://xurl.es/92v7x

    03 julio 2013 | 12:55

  4. Dice ser FB

    Lo de las 14 pagas, depende. Se pueden prorratear en las 12 pagas ordinarias, y de hecho hay muchos que lo prefieren así (sobre todo si el sueldo es bajo)

    03 julio 2013 | 13:41

  5. Dice ser victor_elche

    vendele la moto a otro,conmigo no cuela,lo siento..las que trabajaban antes de la crisis en negro lo hacian porque querian y porque en negro cobraban el sueldo y podian cobrar paro (cosa ilegal)..ahora menos lagrimas y mas arrimar el hombro.

    03 julio 2013 | 13:59

  6. Dice ser MARIA LUISA DE LA TORRE VICENTE

    La lucha de las trabajadoras del hogar a nivel internacional es impulsar la ratificación del convenio 189 de la OIT para así impulsar en cada país los derechos que les corresponde (pago de salario mínimo, trabajo de 8 horas, vacaciones, derecho a la maternidad sin despidos etc)

    08 julio 2013 | 16:03

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