Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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¡Fuera boina! Trataré de escribir como si fuera libre…

Esta noche presentamos la nueva web www.20minutos.es, con unos contenidos y un diseño innovadores que invitan a repensar algunos de nuestros blogs para ponerlos al día. Lo primero que voy a hacer mañana mismo es quitarme la boina y poner otra foto más actual, con calva y todo. Claro que alguno dirá -y no le faltará razón- que «aunque la mona se vista de seda…»

Homer, tras ver mi foto sin boina.

La verdad es que a mi ya me estaba aburriendo sacar los colores a la prensa de pago, a base de comparar sus titulares tan sesgados, tendenciosos y políticamente interesados. Son tan previsibles nuestros comportamientos periodísticos -a veces, tan pueriles-, a la hora de seleccionar las noticias, su valoración y sus titulares, que el análisis comparativo de nuestra prensa no me excitaba ni me divertía ya lo más mínimo.

Por eso -aparte de la tensión propia de esta crisis y de los esfuerzos colectivos para sacar el barco de las piedras- fui abandonando poco a poco este blog. Si, al cabo de casi cinco años, ese análisis comparativo iba haciendose aburrido para mi -que soy el camarero en esta taberna de barra libre- imagino el escaso y declinante interés que podía tener para mis eventuales lectores.

No me arrepiento de lo dicho ni de lo hecho. Para los curiosos, aquí quedan archivados cientos y cientos de comentarios de los lectores a mis entradas.  El cambio de forma y fondo de la web 20minutos.es me brinda una oportunidad espléndida para cambiar y me incita a repensar este blog para que sirva de reflexión y entretenimiento para mi y quizás -¡ojalá!- también para mis lectores.

No me olvidaré del todo de la prensa, como espejo -algo turbio, por supuesto- de una realidad poliédrica, con tantos molinos y gigantes como queramos ver desde nuestra visión necesariamente subjetiva -pues somos sujetos y no objetos- del mundo que nos rodea. Pero voy a abrir el abanico a nuevos asuntos y polémicas, según lo que sepa y el valor que tenga para decir lo que pienso sobre ellos.

Hace casi dos meses desde que cambié de empleo, lo que me permite disponer de más tiempo libre (sobretodo para el clarinete, el tenis, el viejo borrador de una novela y el Parque Natural de Cabo de Gata) y de la calma precisa para la reflexión, la provocación y el dialogo con la gente joven, así como para poner mi ego a régimen de adelgazamiento -que falta le hace- en plena plaza pública.

Sirva esta introducción para comprometerme a escribir, desde hoy en adelante, como si fuera libre. Ya no soy el Director General del Grupo 20 minutos España, tengo la casa pagada y mis tres hijos prácticamente criados. «Así, cualquiera», me dirán, y tampoco les faltará razón. De todos modos, invito a quien se sienta libre -y se atreva a dar la cara- a que tire la primera piedra. También hay aquí entrada libre para los anónimos. El miedo  es libre.

El grito, de Edward Munch

Mañana comentaré una encuesta que hoy me ha llamado poderosamente la atención pues nos revela que los jóvenes españoles son pesimistas con respecto a su futuro.

¿Los jóvenes, pesimistas?

¿Es, acaso, una prueba de su mayor inteligencia o de su mejor formación e información?

¿Son los jóvenes más inteligentes y están mejor informados y formados que los viejos?

¿Por qué?

¿De qué se quejan?

¿Quien es responsable de la actitud y el comportamiento de los jóvenes?

¿Hay o debería haber alguna solución aceptable para aliviar su pesimismo?

«Optimismo de la voluntad y pesimismo de la inteligencia», decía Gramsci.

Mañana lo veremos.

——

Paso el testigo: Aunque me voy, no me voy

Hoy ha sido mi ultimo día de trabajo como Director General de Multiprensa, editora de 20 minutos, de 20 mimutos.es y de Calle 20, y mañana, 1 de octubre de 2010, paso el testigo a Eduardo Díez-Hochleitner, quien ha sido consejero y vecepresidente del Grupo 20 minutos España desde hace más de 7 años. Tal como anunciamos el pasado 8 de septiembre, el Grupo 20 minutos queda, pues, en buenas manos.

En este momento, no desprovisto de una mezcla agridulce de emoción y alivio, tengo un mensaje para mis compañeros de tantos años: GRACIAS y buena suerte. Pero no me desligo de 20 minutos sino que paso del poder ejecutivo al legislativo como miembro de Consejo de Administración del Grupo. Como dice el fandango que canté en el Concert Hall de Estonia, hace un par de semanas:

«Aunque me voy, no me voy.

Aunque me voy, no me ausento.

Que si me voy de palabra,

me quedo de pensamiento.

Aunque me voy, no me ausento.»

La despedida oficial, ante más de 200 altos directivos del Schibsted Media Group, propietario de 20 minutos España S.A., concluyó el pasado 14 de septiembre, con este fandango que acabo de citar. Los asistentes, procedentes de 25 paises de cuatro continentes, quedaron convencidos de que habían escuchado buen flamenco en el escenario singular del Concert Hall de Tallin (Auditorio Nacional de Estonia), antiguo Palacio de la Opera y antigua sede del Parlamento estonio antes de la ocupación soviética.
– Parte 3:

Todos me felicitaron por mi arte en distintas lenguas. Bueno, todos no. Todos, excepto mis compañeros españoles de 20 minutos, Infojobs, Anuntis, Segunda Mano, Coches.net, Fotocasa, etc. y otros directivos de Schibsted Media Group que distinguen bien un fandando bueno de otro malo.  Estos últimos me felicitaron -eso sí- por el valor (o la temeridad) que demostré al arrancarme por fandangos en tan ilustre escenario como colofón a la cena de gala de Schibsted.

Quienes me conocen comprenderán facilmente que invitarme a hablar, ante un micrófono y con audiencia cautiva, fue una auténtica provocación: a punto estuve de arrancarme por peteneras o por tarantas de mi tierra, pero esos palos me parecieron demasiado tristes (y difíciles) para tan feliz ocasión y se tuvieron que contentar con este fandango facilón. Podrán escucharlo, al término de mi breve despedida, ya que fue grabado con un móvil por mi sucesor en la Dirección General -y, sin embargo, amigo- Eduardo Díez-Hochleitner.

Voy a consultar a los técnicos de 20 minutos cómo se copia y pega un video procedente de un móvil, para tortura de los amantes de buen flamenco. ¡Se van a enterar! Aún me queda una hora  de mando -hasta la medianoche- para que respondan, por obligación, a mis consultas técnicas. A partir de mañana lo harán sólo por amor.

Lo dicho: GRACIAS y ENHORABUENA a todos los que habéis hecho posible el milagro (la revolución) de 20 minutos: empleados, lectores, anunciantes, proveedores, accionistas y amigos de esta hermosa aventura. Entre todos hemos creado -desde la nada- el diario impreso más leído de la historia de España y el tercer diario digital más leído en castellano.

Casi na.
——

Farewell of Jose at the Concert Hall of Tallinn (Estonia), Sept. 14, 2010.

Thank you, dear Sverre, for your words.  From your compliments I see that I must have contaminated or infected you with a syndrome very prevalent among Andalusians:  exaggeration.  You know that although praise weakens most mortals, it gives me wings.  Thank you. I Taak.

Dear friends,
It is a great honor for me to have been invited by Rolv Erik and Sverre to speak briefly to all of you of the Schibsted family here, in this wonderful country, especially since I have only two more weeks left before leaving my position at the K-2 level after almost 10 years as CEO of 20minutos in Spain. Briefly, they insisted: no more that 15 minutes –not even 20 minutes, because they know how much I love microphones!

I would like to recall some words about the reasons why we sold our company to the Norwegians that I said a couple years ago in Oslo, when I was speaking on behalf of the thousands of non-Scandinavian employees of Schibsted at Tinius’s memorial.

The first time I heard the name Schibsted was in the spring of 2001 in Madrid. It was during our road show to sell our company Multiprensa (the publisher of 20 minutos in Spain), founded 2 years earlier in the basement of my house. Norwegians, Swedes and Italians were the finalists and the Swedish bid was, by a slight difference, the highest in monetary terms.

I cannot deny the influence of my mother-in-law (100% Norwegian) in the decision to sell our company to Schibsted. She said:

– “Jose,  forget the Italians and don’t even think about selling it to the Swedes! Uff Da!”

Arsenio Escolar, the editorial director, and I told our Board to sell our company to Schibsted for two very important reasons:

First, we had studied the Schibsted model of 20 minuten in Zurich and it was as local as ours, while Metro was more global.

Second, and last but not least: Schibsted guaranteed us freedom of expression, editorial independence, credibility and quality – and all in writing! They did this through a foundation they called the Tinius Trust.

-“Say no more,” we both –Arsenio and I- thought immediately.

And here we are 9 years later.

We staked our decision on the Tinius Trust’s guarantee of freedom of the press. This freedom is such a marvelous plant – though fragile and delicate. As you probably realize, for centuries this fragile plant was an exotic foreign plant that could not take root or thrive in Spain. (My Estonian friends will be able to identify with this, I am sure.) And now, Schibsted is cultivating and defending this remarkable plant in 25 counties with many different languages — and it is thriving.

I also have been a journalist both in the Franco dictatorship and in democracy, before founding newspapers and companies, and I assure you that I truly appreciate how much freedom of expression is worth. For freedom, like oxygen, is most valued when it is lacking.

I suffered a lack of freedom for too many years of my life and I have fought, and still fight for it, as Schibsted has taught us through the Tinius Trust.

Almost 10 years have gone by since we sold our company, and thanks to the spirit and letter of the Tinius Trust, under the direction and support of Kjell Aamot and of my direct bosses, Birger Magnus and Sverre Munck, and since last year under the direction and impulse of Rol Erik Ryssdal, the miracle of “ensuring freedom and independence” in 20 minutos in Spain was indeed possible. And we accomplished, to the best of our abilities, the three fundamental principles that I have learned from Schibsted:

-(1) Have fun, (2) make money and (3) with integrity.

And I know Arsenio Escolar, our editorial director, and Luis Alberto Rivero, our sales manager, share the same opinion.

For this reason, and with great pride and gratitude, I wish to say at this emotional moment of my farewell as CEO, that I have never enjoyed in my entire professional life (in more than 20 companies) as much freedom, independence and trust as in 20 minutos España.

I would like to quote the phrase of Don Quijote that my father recited to me when I was a child:
“Freedom, Sancho, is one of the most precious gifts that heaven has bestowed upon men; no treasures that the earth holds buried or the sea conceals can compare with it; for freedom, life  may  and should be ventured.”

Thank you, all of you, in Schibsted for cultivating and defending your freedom and our freedom because this makes a difference  with other media companies and leaves and important imprint in countries wherever Schibsted operates.

This is a moment full of emotion for me mixed with both sadness and happiness, at the same time.

Sad, because the decision I have taken in agreement with my president, Sverre Munck, separates me physically from you and these enriching meetings –though not totally- and puts an end to a long professional phase heading the executive power of the company in Spain. There were times of brilliance and, yes, times of darkness that have been very tough and which demanded sacrifices to emerge from the crisis and save our project.

But this is a time of happiness because I leave the Executive and join the Legislative branch, as Board member, just as 20 minutos has avoided shipwreck by slashing costs of over 20 million euros in 2 years – and thanks to some help from the shareholders who maintained faith in us.  The company now sails ahead at the speed of break-even.  In the first semester of 2010 we went back to operating profit. The drastic cut-backs, as dramatic as absolutely necessary, are not free of cost, and will leave some scars behind.  Those who have gone through this, know well what I mean.  For this reason, I am proud that the shareholders, the team of directors and the employees of 20 minutos understood and made the effort and sacrifice to do what had to be done to save our ship.

I am happy also because while Mr. Break-Even –myself-  will be leaving he will be succeeded by Mr. Profit:  Eduardo Diez Hochleitner. Eduardo, the new CEO, is the best candidate to govern this ship.  He knows it well and if it were not for his passion and love of the 20 minutos project, I would never leave my command so easily and so happily.  He is an efficient and upright person, with a sharp and open mind, but above all, he is a wonderful person who has all my admiration, support, and affection.

Thank you, Eduardo, for having made this transmission of powers possible—for being able to pass on the torch – with such nobility and satisfaction.  I hereby give notice to the Scandinavians to take advantage of everything Eduardo has to offer.  Although he comes from a country from the South of Europe –so far from Oslo and so close to Africa– I recommend that you listen to him with attention:  he knows several languages, he has travelled through half the world and usually says what he thinks.  His only defect is that he is an economist — but no one is perfect.

This October First, a new and desired phase begins for me –I still cannot believe it-, but I will remain linked to you, to Grupo 20 minutos Spain and to the Schibsted Group until the day of my definitive retirement.

I offer my apologies to those affected by any mistakes I may have committed in these 10 years, but, as we say in Spain, if you never wash the dishes, you don’t break any plates.

Thanks to all my colleagues, directors, and employees of 20 minutos;  and thanks to the Schibsted Group, shareholders, suppliers, and clients, I leave my position as CEO satisfied and relieved.

I am also leaving with great pride in having contributed to getting millions of young people who never read newspapers to become regular readers. With 15 printed editions of the most read daily in the history of Spain and the website 20minutoes.es, the third by number of unique users, we have improved the cultural landscape of our country and have contributed – and of this I am sure – to consolidating and extolling the value of Democracy. All of this was possible thanks to all our employees and, especially, to Arsenio Escolar and his team of great journalists.

And, finally, now I would like to read or, perhaps, sing (abusing my captive audience) an old Flamenco Fandango from Almería, my hometown.  It’s called, appropriately, “Although I go, I am not gone…”

Aunque me voy….

Although I go, I am not gone,
Although I go, I am not absent
And if I by word, I go,
In my thoughts I remain.
Although I go, I am not absent.

—-

And as most of you know ,“mi casa es tu casa.” If you go to Madrid or Almería, remember, “my house is your house”

Thank you very much.

Traducción de las palabras de Sverre Munck y de José A. Martínez Soler en Tallin (Estonia)

Cena de los directivos de Schibsted Media Group

(Concert Hall, Tallin, Estonia, Sept. 14, 2010)

Presentación

Por Sverre Munck, presidente de 20 minutos España S.A. y Vicepresidente Ejecutivo de Schibsted ASA:

Nuestro orador de esta noche es una persona que muchos de vosotros conocéis, al menos superficialmente. Es una persona con una notable trayectoria personal y profesional.

Es un hombre con experiencia en los extremos: criado en una familia modesta pero orgullosa, sin agua corriente ni electricidad (no –no se trata de un “hytte”,  un refugio  noruego en las montañas).  Hoy, él sigue siendo orgulloso pero no pobre –tiene un pequeño “palacio” cerca de donde creció.

Ha experimentado los dos extremos de censura de prensa y de total libertad de expresión, y la censura casi le cuesta su vida. Ha tenido 30 empleos, 15 de los cuales han sido creados por él mismo.

Ha demostrado que Max Weber estaba equivocado. ¿Qué Max Weber estaba equivocado? ¿Como es posible? Max Weber realizó un estudio en Alemania, hace casi 100 años. Como sabéis , Alemania es protestante en el Norte y católica en el Sur. Weber demostró que en el Sur no leían periódicos, mientras que el Norte sí los leían y concluyó que los católicos no leían periódicos. Pues bien, nuestro próximo orador ha demostrado que los católicos –jóvenes católicos- sí leen. ¿Cómo lo sabemos? Pues porque en España 20 minutos ha llegado a ser el diario más leído, y leído por jóvenes, en sólo 4 años.

Como ya habréis podido imaginar, el próximo orador es José Antonio Martínez Soler (JAMS). ¿Por qué José? y ¿por qué ahora? ¿Acaso no nos ha hablado ya bastante en todos estos años?

Bueno, lo más probable es que esta sea la última vez que oigáis hablar a José.  La semana pasada anunciamos en Madrid que el 1 de octubre dejará el cargo de Director General  de 20 minutos y pasará la responsabilidad a Eduardo Díez-Hochleitner, a quien muchos de vosotros conocéis.

José compartirá con nosotros algunas reflexiones después de trabajar casi 10 años con nosotros.

Palabras de despedida

Por José A. Martínez Soler, fundador y Director General de 20 minutos en España.

Gracias, querido Sverre, por tus palabras. Por tus piropos veo que te he contagiado o contaminado con un síndrome muy habitual entre andaluces: la exageración. Y tú sabes que, aunque los halagos debilitan a la mayoría de los mortales, a mí me dan alas. Gracias.  ( Ai taak, Sverre).

Queridos amigos:

Es un gran  honor para mí haber sido invitado por Rolv Erik y Sverre para hablar brevemente ante vosotros, los miembros de la familia Schibsted reunidos aquí, en este maravilloso país, especialmente cuando sólo me quedan dos semanas para dejar mi puesto en el nivel K-2 después de casi 10 años como Director General de 20 minutos en España. “Brevemente”, me han insistido: no más de 15 minutos –ni siquiera 20 minutos- porque saben ¡lo mucho que me gustan los micrófonos!

Me gustaría recordar algunas palabras sobre las razones por las que vendimos nuestra compañía a los noruegos que ya dije hace un par de años en Oslo, cuando hablé en nombre de los miles de empleados no escandinavos de Schibsted en el funeral de Tinius.

La primera vez que oí el nombre de Schibsted fue en la primavera de 2001 en Madrid. Fue durante el “road show” para vender nuestra compañía Multiprensa ( la editora de 20 minutos en España), fundada 2 años antes en el sótano de mi casa. Los noruegos, los suecos y los italianos fueron los finalistas y la oferta sueca fue, por una pequeña diferencia, la más alta en términos monetarios.

No puedo negar la influencia de mi suegra (100% noruega) en la decisión de vender la compañía a Schibsted. Ella me dijo:

-“José, olvídate de los italianos y ¡ni se te ocurra siquiera vender a los suecos! ¡Uff Da!”

Arsenio Escolar, nuestro director editorial, y yo dijimos a nuestro Consejo que debíamos vender la compañía a Schibsted por dos razones muy importantes:

Primero, porque habíamos estudiado el modelo de 20 minuten en Zurich y era tan local como el nuestro mientras que Metro era más global.

Segundo, lo último pero no lo menos importante: Schibsted nos garantizaba libertad de expresión,  independencia editorial, credibilidad y calidad – y ¡todo ello por escrito! Lo hacían a través de una fundación que llamaban Tinius Trust.

-“No me digas más”, pensamos ambos -Arsenio y yo-  inmediatamente.
Y aquí estamos 9 años más tarde.

Tomamos nuestra decisión basándonos en la garantía de libertad de prensa del Tinius Trust. La libertad es una planta tan maravillosa… -aunque frágil y delicada.  Como probablemente sabéis, durante siglos, fue una exótica semilla extranjera que no podía echar sus raíces ni crecer en España. (Estoy seguro de que mis amigos estonios se identificarán muy bien con lo que digo). Y ahora, Schibsted está cultivando y defendiendo esta exótica planta extranjera en 25 países, con lenguas diferentes. Y es maravilloso.

También yo he sido periodista bajo la dictadura de Franco y en Democracia, antes de fundar periódicos y empresas, y os puedo asegurar que verdaderamente vale la pena luchar por la libertad de expression.  Nos damos cuenta de que la libertad, como el oxígeno, es más valiosa cuando nos falta.

He sufrido la falta de libertad durante demasiados años de mi vida y he luchado y aún lucho por ella, tal como Schibsted nos ha eneseñado a través del Tinius Trust.

Han pasado casi 10 años desde que vendimos nuestra caompañía, y gracias al espíritu y la letra del Tinius Trust, bajo la dirección y el apoyo de Kjell Aamot y de mis jefes directos, Birger Magnus y Sverre Munck – y desde el año pasado bajo la dirección y el impulse de Rolv Erik Ryssdal-, el milagro de “asegurar la libertad y la independencia” en 20 minutos ha sido, en verdad, posible. Y lo hemos conseguido cumpliendo, lo mejor que hemos podido, los tres principios fundamentales que hemos aprendido de Schibsted:

1.- Pasarlo bien

2.- Ganar dinero

3.- Con integridad

Y me consta que tanto Arsenio Escolar, nuestro director editorial, como Luis Alberto Rivero, director comercial, comparten esta misma opinión.

Por esta razón, y con gran orgullo y gratitude, quiero decir en este momento tan emocionate de mi despedida como Director Genderal, que nunca he disfrutado en toda mi vida professional (en más de 20 compañías) tanta libertad, independencia y confianza como en 20 minutos España.

Me gustaría citar aquí una frase de Don Quijote que mi padre me recitaba cuando yo era un niño:

I would like to quote the phrase of Don Quijote that my father recited to me when I was a child:

“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre: por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida”.

Gracias a todos vosotros, de Schibsted, por cultivar y defender vuestra y nuestra libertad porque eso marca una diferencia con otros grupos de prensa y deja una huella importante en los países donde Schibsted opera.

Este es un momento lleno de emoción para mí y tiene también una carga agridulce, con luces y sombras, triste y alegre a la vez.

Triste porque la decisión que he tomado de acuerdo con mi presidente, Sverre Munck, me separa físicamente de vosotros y de estas reuniones tan enriquecedoras –aunque no del todo- y pone fin a una larga etapa profesional al frente del poder ejecutivo, con muchos momentos brillantes y algunos bastante duros que nos exigieron hacer sacrificios para salir de la crisis y salvar el proyecto.

Y es un momento alegre porque dejo el Ejecutivo y paso al Legislativo, como miembro del Consejo de Administración, cuando 20 minutos ya se ha salvado del naufragio y navega de nuevo a la velocidad del break even, después de una reducción de costes de más de 20 millones de euros en dos años.  La reducción de costes, tan necesaria como dramática, no es gratis y suele dejarnos algunas cicatrices. Quien lo probó lo sabe. Por eso, yo estoy orgulloso de los empleados, del equipo directivo y de los accionistas de 20 minutos que comprendieron y asumieron este esfuerzo.

Estoy alegre también porque se va Mr. Break even y viene a sucederme Mr. Profit. Eduardo es el mejor candidato para gobernar esta nave. Le conozco bien y de no ser por su pasión y amor al proyecto 20 minutos yo no dejaría mi cargo así como así, tan alegremente. Es un profesional eficaz e integro, con una mente abierta y aguda, pero sobre todo es una bellísima persona que tiene mi admiración y todo mi afecto.

Gracias, Eduardo, por haber hecho posible esta transmisión de poderes – poder pasarte el testigo- con tanta nobleza y satisfacción. Aviso a los escandinavos para que saquen de Eduardo todo el jugo que puedan. Aunque proceda de un país del Sur de Europa, tan lejos de Oslo y tan cerca de Africa, os recomiendo que le escuchéis con atención: sabe varias lenguas, ha viajado por medio mundo y suele decir lo que piensa. Su único defecto es que también es economista. Pero nadie es perfecto.

El próximo 1 de octubre comienza para mí una nueva y deseada etapa –¡no me lo puedo creer!-, pero seguiré ligado a vosotros, al Grupo 20 minutos Spain y al Grupo Schibsted hasta que llegue el día de mi jubilación definitiva. Y falta mucho para eso.

Pido disculpas a todos los afectados por los errores cometidos en estos casi 10 años, pero ya sabéis quien no friega en la cocina no rompe platos.

Gracias a todos mis colegas, directivos y empleados de 20 minutos y del Grupo Schibsted, y gracias también a los accionistas, a los proveedores y a los clientes dejo el cargo de Director General satisfecho y aliviado. Como le dije a Arsenio en 2004, al confirmar los primeros 4 millones de euros de beneficio operativo:

“Espero que este éxito no arruine nuestra larga carrera de fracasos”.

También me voy con el orgullo de haber contribuido a que millones de jóvenes que nunca leyeron diarios se hayan acostumbrado, por fin, a hacerlo. Con las 15 ediciones impresas del diario más leído de la Historia de España y la web 20minutos.es, la tercera por su nº de usuarios únicos, hemos mejorado el paisaje cultural de nuestro país y hemos contribuido –de esto estoy seguro- a consolidar y ensalzar los valores de la Democracia.

Y ahora –si Sverre me lo permite- voy a leer o, quizás, a cantar (abusando de esta audiencia cautiva) un viejo fandango de Almería, la tierra donde nací. Creo que su letra es muy apropiada para este momento:

“Aunque me voy, no me voy.

Aunque me voy, no me ausento.

Aunque me voy, no me voy,

Que si me voy de palabra,

Me quedo de pensamiento.

Aunque me voy, no me ausento.”

Y como la mayoría de los que estáis aquí sabéis, si vais a Madrid o a Almería, “mi casa es tu casa”.

Muchas gracias

—-

El video que sigue a continuación no es obligatorio. El que avisa no es traidor: está en inglés-andaluz.

– Parte 1:

– Parte 2:

– Parte 3: