Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Goteo de esquelas guerracivilistas
A falta de votos, buenas son togas (II)


¿En qué otro país del mundo que no sea el nuestro cabría una guerra de esquelas que rememoren a los españoles muertos por otros españoles hace 70 años?

El profesor Bustelo se hace esta pregunta en un interesante (y pacificador) artículo publicado en El País de hoy:

Discutida Guerra Civil

FRANCISCO BUSTELO

No nos engañemos. España ha sido diferente en su historia y aunque con el tiempo nos hayamos ido normalizando, todavía presentamos rasgos singulares heredados de un pasado difícil.

Uno de ellos es la crispada oposición actual al Gobierno de una derecha que parece hundir sus raíces en el pasado.

Otro es lo mucho que con motivo del 70º aniversario de su comienzo se ha hablado y escrito sobre la Guerra Civil de 1936-1939, sin que haya una interpretación aceptada por todos de las causas y el tenor del conflicto. Pasan los años y siguen desgranándose las preguntas, que reciben respuestas dispares.

¿Por qué tanto cainismo? ¿Cometieron Franco y los suyos un acto criminal al alzarse contra un Gobierno legítimo o tuvieron atenuantes y, según algunos, hasta eximentes? ¿Fueron todos culpables? ¿Por qué hubo tantos golpistas? ¿Y por qué los políticos de la época fueron incapaces de impedir la tragedia? Son tantos los interrogantes que es difícil aclararlos uno a uno. Sería menester para ello disponer de una explicación cabal de nuestra historia, que no tenemos, lo que nos distingue de otros países europeos que también tuvieron un siglo XX conflictivo, pero que lo han asumido y no lo discuten.

Sin embargo, a la hora de buscar razones a lo que ocurrió, es posible encontrar, bastante antes de 1931, unas características que explicarían la Guerra Civil por motivos más complejos que el fascismo de unos y el sectarismo o la ineficacia de otros. En la historia universal y más concretamente en la de Occidente, lo que cabe llamar modernización y que consistió en grandes avances políticos, sociales y económicos fue el resultado de una evolución de al menos de tres siglos, con sus zigzags y, huelga decirlo, con muchas convulsiones. Al final, con todo, y pese a que siga habiendo imperfecciones, el progreso fue enorme, constituyendo esa modernización de los países desarrollados uno de los hitos del discurrir de la humanidad.

Resistencias hubo muchas, como ha habido siempre en la historia ante cualquier cambio. Obraron en todas partes, pero en España fueron especialmente fuertes y se manifestaron desde el siglo XVIII, acentuándose en el XIX y el XX. ¿Por qué? No hace falta recordar que las explicaciones psicológicas, y no digamos genéticas, sobre unas supuestas constantes históricas que harían a los españoles incapaces para una convivencia pacífica carecen de todo fundamento. Eran los valores vigentes en buena parte de la sociedad, como resultado de una larga historia, lo que hacía que muchos se aferraran a lo que había y vieran con temor e incluso con pavor posibles cambios Como había otros que sí querían cambios para acabar con autoritarismos, pobreza e incultura, los conflictos eran inevitables.

Enfrentamientos antes de 1936 hubo muchos. Aquél entre liberales y absolutistas, abierto en sus tres guerras civiles o soterrado pero intenso el resto del tiempo, empezó hace 200 años y, a decir verdad, no acabó hasta la transición a la democracia después del franquismo. Pero hubo otros. El atraso económico impulsó en el último tercio del siglo XIX la aparición de partidarios de cambios radicales, con el socialismo marxista del PSOE y el anarcosindicalismo. Para ser un país poco desarrollado su presencia fue grande y sus demandas, que contaron con el respaldo creciente de los trabajadores, incrementaron las tensiones.

España vivió así sumida durante cerca de dos siglos en antagonismos que nunca se acababan de zanjar y que se traducían en inestabilidad política y poco progreso social y económico.

¿Fueron unos ineptos los políticos? En realidad, no era mucho lo que podían hacer, siempre discutidos, fueran los que fuesen, y con problemas inmediatos que impedían tomar medidas a plazo mediano y largo. Incluso si fuéramos a comparar, los políticos de entonces tenían igual o más talla que los de ahora. Lo que sucedía es que gobernar un país con el equivalente de 4.000 euros de renta per cápita, mal distribuida y sin casi gasto social, es cinco veces más difícil que hacerlo cuando esa renta es de 20.000 euros y hay un sistema social avanzado.

Quienes hoy estudian la teoría y la práctica del avance de las naciones señalan como uno de los requisitos para ese avance una buena gobernanza, es decir, gobiernos que ofrezcan estabilidad, seguridad, derechos garantizados. ¿Qué es lo que había, en cambio, en España? Patriotas frente a afrancesados, liberales frente a carlistas, moderados frente a exaltados, monárquicos frente a republicanos, centralistas frente a nacionalistas, revolucionarios frente a ultraconservadores, laicistas frente a integristas. ¿Cómo iba a haber paz suficiente para que se dieran esos requisitos?Además, hubo circunstancias poco propicias. Uno de los conflictos, el de monarquía o república, se zanjó en 1931 de modo tan pacífico y rápido que republicanos y progresistas pensaron que todo el campo era orégano y reputaron tarea fácil el avanzar. Su error fue monumental al ignorar que los enfrentamientos latentes eran tan grandes que podían aflorar en cualquier momento. Lo sorprendente no fue que hace setenta años se desencadenara una guerra civil. Lo insólito hubiera sido que España hubiera pasado sin más del antagonismo a la convivencia pacífica y al consenso. Una ley de la física elemental dice que todo resorte sometido a presiones crecientes acaba saltando. Desconocer esas presiones de larga data y buscar explicaciones coyunturales es quedarse en lo episódico y prescindir de lo que corre más a lo hondo en toda sociedad.

Aunque hoy nos parezca anacrónica y reñida con el progreso, la defensa a ultranza de valores tradicionales tan presente en nuestro pasado, y también entre los sublevados de 1936, se explica por la historia misma.

Desde la Baja Edad Media y al socaire del final de la Reconquista, predominó en España una organización económica y social, el llamado régimen señorial, con la hegemonía de la nobleza, que era un sistema muy poco productivo y muy reacio al cambio pero paradójicamente expansivo y hasta creador. La unidad del país desde los Reyes Católicos, el descubrimiento de América, la supremacía mundial con el Imperio del Quinientos, el Siglo de Oro de la literatura y la pintura, fueron para muchos logros conseguidos gracias a unos valores cuyo abandono conducía a la decadencia y a la ruptura de la nación misma. En 1936 había bastantes españoles que seguían creyendo tal cosa.

La historia de España, es cierto, fue gloriosa en el siglo XVI, aunque a redropelo de las corrientes modernizadoras que empezaban a surgir en Europa. Fue triste, por el contrario, en la decadencia del XVII, cuya causa primera fueron los muchos anacronismos. También resultó malograda en lo principal en el XVIII y conflictiva y poco eficaz en el siglo XIX y en las tres cuartas partes del XX.

Las muchas carencias se fueron haciendo más patentes en la Edad Contemporánea, pero hasta después del franquismo nunca hubo acuerdo sobre las soluciones. Las culpas, como suele ocurrir en esos casos, se echaban a los otros, a los que pensaban de manera distinta. Cuando los afanes de mejora se acentuaron, con ayuda de las circunstancias internacionales, un poco de azar y un mucho de fatalidad, estalló la traca final de la Guerra Civil. La tronada, como la calificó don Claudio Sánchez Albornoz, se había hecho inevitable por las incesantes tormentas políticas de un país donde nunca escampaba.

Hoy, en cambio, ¿vivimos en otra España? Diríase que sí, pero el peso del pasado todavía se deja sentir a veces. La transición a la democracia de hace 30 años fue un acierto, vista nuestra historia, pero, por las condiciones obligadas en que se desenvolvió, no hubo entonces justicia o muy poca para las víctimas de la dictadura.

Hoy se quiere reparar en parte ese olvido, con el riesgo de que resuciten demonios familiares. ¿En qué otro país del mundo que no sea el nuestro cabría una guerra de esquelas que rememoren a los españoles muertos por otros españoles hace 70 años? Está bien recordar a los muertos, sobre todo a los que durante mucho tiempo no se dejó recordar, pero sería mejor al hacerlo no hablar de los crímenes de las «huestes fascistas», por mucho que los hubiera, que provocan como respuesta traer a colación los crímenes de las «hordas marxistas», que también los hubo.

No se trata, claro es, de ignorar los crímenes que desde 1939 fueron obra de un solo bando. No obstante, memoria histórica es conocer y hacer inteligible el pasado, no recrearlo ni juzgarlo desde nuestros valores actuales. Dividir a estas alturas a nuestros antepasados en buenos y malos a nada conduce, salvo a desenterrar el único cadáver del que hay que congratularse que esté sepultado, a saber, el de las dos Españas enfrentadas.

Francisco Bustelo es profesor emérito de Historia Económica de la Universidad Complutense, de la que ha sido rector. Autor de La historia de España y el franquismo (Editorial Síntesis).

Este es es el comentario editorial de El País sobre el minicaso de los peritos que (no sabemos muy bien por qué) quisieron relacionar a ETA con el 11-M.

El caso, tan aireado por El Mundo y por elmundo.es (que se parecen ya como dos gotas de agua) le está valiendo a la versión digital de El Mundo el sobrenombre merecido de elmundobórico.es.

El caso tiene muy mala pinta por el origen y por la marcha que lleva la instrucción judicial.

Al final, la montaña habrá parido un ratón. Pero, en el camino, los jueces se habrán dejado muchas plumas en la gatera y la credibilidad del sistema judicial hará perdido muchos puntos.

Lo que nos faltaba: A falta de votos, buenas son togas.

¿Por qué se empeñan algunos en obtener por las togas lo que no pudieron obtener por las urnas?

!Eureka! Acabo de encontrar dos titulares sobre etarras y el 11-M que se parecen bastante, y eso que uno sale en El Mundo y el otro, en El País:

Tanto va el cántaro a la fuente…

De tanto oponerse a todo, el PP ha resbalado pisando su propia cáscara de plátano.

Esta noticia sobre el uso de imágenes de incidentes violentos, ocurridos durante los gobiernos del PP, pueden provocarnos la risa (que nunca viene mal) pero también una reflexión sobre la ligereza y frivolidad de nuestra clase política.

Como a Zapatero, a mi tampoco me extrañaría que el PP acabara oponiéndose a la guerra de Irak con imágenes restrospectivas de manifestaciones en las que aparecezca yo mismo.

Salí de Londres descalzo. Los malos nos van ganando

Al regresar a casa, he leído varias docenas de comentarios al último post que dejé aquí («A falta de votos, buenas son togas»), antes de volar el lunes hacia Londres. No es lo que yo llamaría un aterrizaje suave. ¡Cómo está el patio!

El conflicto sobre los peritos, los superiores de los peritos, los jueces, elmundobórico.es, ETA, el 11-M, Madina, víctima de ETA y víctima también de la Asociación de Víctimas de Alcaraz , y todo lo que aún nos queda de las dos españas, siguen enredándonos, erre que erre, por las páginas de nuestros diarios de papel y digitales.

Al deshacer la maleta, he tirado sobre la cama el Financial Times de ayer y, de pronto, he reparado en la gran foto de su portada. A tres columnas, el presidente George W. Bush y el ex presidente Bill Clinton aparecen medio abrazados y luciendo ambos su mejor sonrisa.

Ya se que son políticos, o sea, actores, y que pueden disimular sus sentimientos, en cuanto aparece una cámara en el horizonte. Pero, al menos por un instante, son capaces de fingir, de vencer lo que les separa, para abrazarse y reirse juntos a carcajada limpia.

¿Sería posible ver algún día, en nuestros diarios, una foto semejante con el presidente del Gobierno actual y el presidente anterior sonriendo juntos?

¿Podemos imaginar a Zapatero y a Aznar, tan juntos como aparecen Bush y Clinton en la portada del Financial Times de Londres?

¿Podemos imaginar la misma escena, incluso, con José María Aznar y su antecesor en el cargo Felipe González?

Hace años, en plena transición, fue posible esa foto con Adolfo Suárez y Felipe González.

¿Por qué no es posible ahora?

¿Qué hace tan diferentes a nuestros líderes políticos de los norteamericanos?

¿Hacia donde camina nuestra clase política?

¿Hacia dónde nos llevan?

¿Queremos ir con ellos a la basura de la crispación permanente, sin respiro?

Con esta reflexión he deshecho la maleta y, con cierta pena, me he sentado a escribir estas líneas y a envidiar a los norteamericanos por esa foto de Bush y Clinton. Y a envidiar también a los ingleses, porque la gran foto de sus portadas de ayer (en The Times, en The Daily Telegraph, etc.) era la de un hermoso caballo (Desert Orchid), campeón legendario de muechas carreras, que había muerto de viejo a sus 27 años. Y sus editoriales iban destinados a defender la calidad de la enseñanza y el futuro de la Universidad de Oxford.

En fin, un par de días en Londres -para dar una conferencia en la London School of Economic y debatir sobre el futuro de la prensa- sientan la mar de bien.

Refresca mucho tomar distancia de las portadas de nuestros diarios de trinchera y respirar un poco de democracia gran reserva.

Claro que tampoco en Londres atan los perros con longaniza. Da miedo ver a los taxis que vienen a por ti, sin conductor aparente, por el lado antieuropeo de sus calles, pitando para no atropellarte. Nunca me acostumbro a conducir por la izquierda. Estos ingleses…

He notado, sí, un cambio de atmósfera desde mi último viaje a Londres y tiene que ver con el terrorimo islamista, la seguridad y la libertad de los ciudadanos.

Desde que entras en el aeropuerto notas algo raro y distinto que yo no había notado al aterrizar en los últimos meses en París, Oslo, Estocolomo, Almería o Madrid.

Hay muchos policías con el dedo en el gatillo de sus metralletas. Te hacen entrar en rigurosa fila india, mientras los perros policías te van olisqueando y sus dueños te escudriñan de arriba abajo.

Al abandonar Londres tienes que llevar la crema de afeitar y los líquidos en una bolsa de plástico transparente, como en toda Europa, pero te tienes que quitar más ropa y tienes que pasar los zapatos por la cinta de control. Por eso pasé la frontera descalzo.

Nunca me había pasado. Ni siquiera en Estados Unidos, donde son tan fanáticos o más que los ingleses en cuestiones de seguridad.

Desde luego, de haberlo sabido hubiera llevado calcetines nuevos. Los que enseñé a mis compañeros de aduana, al cruzar el control, eran viejos y tenían dos hermosos agujeros en el talón de Aquiles. Pero -eso sí- estaban limpios. Los había lavado yo mismo la noche anterior en el lavabo del hotel.

Maxi juez Gallego, en El Mundo; mini juez Gallego, en El País
Franco, doctor «horroris causa»

Hay días en que sacas la conclusión, seguramente precipitada, de que las portadas de los diarios son como el juego de las siete y media:

“O te pasas o no llegas»

«Malo es no llegar», diría el buen don Mendo, “pero si te pasas, ¡ay, si te pasas!, es peor”.

A la izquierda copio y pego una columnita de El País (Una prueba «delirante») junto al editorial de El Mundo. (Espero que, pese a la proximidad de ambos textos, no se produzca explosión alguna).

Toda esta historia me recuerda el cuento del terrible lobo Garzón y la tierna y dulce caperucita Gallego , en el que los jueces héroes de ayer son hoy villanos, según el diario que se mire. Y viceversa.

“Ni calvo ni con tres pelucas”, diría mi madre, al comentar las portadas de hoy.

Cuando te enfrentas, de buena fe y sin gafas, a la primera página de El Mundo te puedes llevar un susto tipográfico de primera magnitud. En cambio, si lo haces con El País, sus silencios o sus gritos te pierden o desconciertan. Tal es el caso de hoy.

Por el fastuoso cuerpo utilizado a toda página por el previsible Pedro Jota, piensas que ha ocurrido un cataclismo, una catástrofe de insospechadas consecuencias para la Humanidad. ¡Válgame dios!

Sin embargo, en cuanto te pones las gafas de leer (o de comer), te llevas una cierta decepción, la noticia se desinfla y te dices a ti mismo que no aprendes –sabiendo como se las gasta este Pedro Jota.

Antes de valorar el acontecimiento, por el tamaño descomunal de un titular a cinco columnas (el no va más), tienes que saber qué periódico/látigo tratas de leer, quién hay detrás y qué mensaje trata de inocularte.

Hoy es uno de esos días en los que la exageración pueril de Pedro Jota Ramírez merma la credibilidad del mensaje hasta para sus creyentes más entregados.

Ya se que la fe nubla la razón y que, como nos dibuja el genial Goya, «el sueño de la razón produce monstruos», pero para todo hay grados y límites.

Después de leer y entender el supertitular de “elmundobórico.es”, pienso que la montaña parió un ratón.

Estamos elevando un caso típico de velar por el control de calidad de un producto –obligación natural de los responsables de cualquier empresa- a la categoría de un delito de lesa patria. Y eso, por voluntad de los conspiranoicos del trío Pinocho, que persisten en ligar como sea a ETA con la masacre del 11-M para ocultar aquellas mentiras tan miserables, destinadas desesperadamente a no perder el poder por encima de casi 200 cadáveres.

Flaco servicio le está haciendo El Mundo a la juez Gallego con este tratamiento de superestrella, que rivaliza con el que, hace años, dio al juez Garzón cuando le interesó.

No obstante, una de las virtudes que hay que reconocer a Pedro Jota es su capacidad camaleónica para rectificar 180 grados, si en ello le va el puesto, la ambición o la fama. No debemos perder, pues, la esperanza de un repentino arrepentimiento de nuestro gran fabulador.

No olvidemos, por ejemplo, que él fue el máximo defensor y “pelotas” oficial del dudoso trío Boyer-Solchaga-Mariano Rubio, cuando trabajaba a las órdenes de Juan Tomás de Salas como director de Diario-16.

Como el rayo, que estremece e ilumina a la vez, Pedro Jota cayó del caballo, vio la luz, se alió con el emergente e italianizado Mario Conde y, al instante, como flamante director-fundador de El Mundo, se hizo enemigo acérrimo e implacable de aquel trío de la “beautiful people” al que había halagado con tanta desmesura, sin llegar siquiera a sonrojarse.

Después de los excesos tipográficos de hoy, la pobre juez Gallego no va tener más remedio que dedicarse de lleno a la política y olvidarse de impartir Justicia.

Como diría don Luis a don Juan:

“Imposible la dejáis para vos y para mi”.

Creo que Pedro Jota se ha pasado tres pueblos con el titular que regala hoy a la maxi juez Gallego. Desde luego, si las instrucciones y juicios del caso GAL se hicieron como éste de elmundobórico habrá que ir pensando en revisar hasta las tripas de aquellas instrucciones y sentencias que, junto con los abundantes casos de corrupción de la era felipista- contribuyeron a echar a los socialistas del poder.

Pero si El Mundo se pasa, El País no llega. Porque la verdad es que cuesta trabajo encontrar alguna alusión al caso del ácido bórico, ETA, el 11-M y la juez Gallego en la portada del primer diario de pago de España.

Busquen la lupa y hagan un esfuerzo para leer este sumario de portada -al fin hallado- que yo mismo he ampliado para beneficio de los lectores de este blog:

Me sorprende más aún la minimización del caso del ácido bórico (o «matacucharachas») porque, hace apenas unas semanas, El País lo dio a toda página cuando el juez Garzón imputó a los peritos que trataron de relacionar -a mi juicio, de forma torticera- el 11-M con ETA, y exculpó a sus superiores por haber corregido tales desmanes conspiranoicos.

Sin mediar ningún disimulo, los villanos de ayer, para El País, hoy son héroes, para El Mundo. Y viceversa.

Y así, el tratamiento tipográfico obedece a las reglas del juego de las siete y media:

“O te pasas o no llegas”.

¡Qué profesión, Miquelarena!

Las fotos de portada tampoco son inocuas. El Mundo realza, centrada a tres columnas, la «Manifestación prohibida» por el juez Garzón en San Sebastián. El País da la misma foto de EFE pero, eso sí, a una columnita, tamaño sello de correos.

En cambio, en El Mundo no hay referencia alguna a las nuevas manchas del Prestige, mientras que El País le concede a este asunto los honores de foto de portada con este títular:

Cuatro años de herencia del «Prestige»

La contraportada tiene, a veces, tanto interés como la portada. Muchos tenemos la costumbre de empezar a ver o leer el diario por la última página, o sea, al revés.

¿Podría ser una vieja costumbre grabada en nosotros al cabo de tantos siglos de leer así, desde atrás hacia adelante, en lengua árabe o hebrea?

El caso es que me ha llamado la atención la interesante noticia que El País da, a tres columnas y con foto, en su última página:

Franco pierde honores

La Universidad de Santiago borra al dictador de su lista de ilustres «honoris causa» 41 años después

He buscado esta noticia curiosa del tipo de ¡Hay que ver! por todos los rincones de El Mundo y no aparece por ningún lado. Para Pedro Jota se trata de una «no noticia».

Desde luego, la lectura hoy de los argumentos seudoacadémicos que se utilizaron entonces para darle este inmerecido honor a tan cruel dictador (por «restaurar el biologismo normal de nuestra patria») me suenan espantosamente ridículos cuando no patéticos.

En lugar de borrar de la lista de doctores «honoris causa» en Ciencias al general rebelde, autor del golpe de Estado del 18 de julio del 36 (así como de tantos horrores que siguieron en la guerra civil y, lo que, a mi juicio, fue mucho más grave, en la postguerra), deberían mantener a Franco en dicha lista pero cambiándole el título por este otro bien merecido:

Doctor «horroris causa»

Aunque con retraso, haríamos Justicia a la Ciencia.

Garzón «denuncia» en El País y «fracasa» en El Mundo

Gracias, colegas.

Cuando anoche me avisó Manuel Saco, pensé que mi/nuestro blog había muerto.

Luego recibí varios mensajes de La Coctelera, y a través de Google, de comentaristas que sí habían visto el blog por el ciberespacio.

Pero yo seguía sin verlo en 20minutos.es. Ricardo Villa, subdirector de nuestro diario on line, me dice que lo están arreglando y que pronto resucitará. Veo el nuevo blog de nuestro Director Adjunto, Joan Francesc Domene, repetido en 20minutos.es (¡y con dos fotos!) pero tampoco puedo acceder a él. ¡¡¡Feeedeee!!! ¡Sálvanos!

Mi primera reacción (un ataque de vanidad conspitrativa, sin duda) fue atribuir a los troles esta súbita desaparición del blog. Ahora compruebo que ni yo soy tan importante ni ellos tienen la técnica para hacerlo desaparecer por arte de magia.

Lo más interesante es que esta mañana me tomé el café en casa sin poder leer los comentarios nocturnos de nuestros contertulios y, de verdad, los eché de menos (incluidos los troles). Esto empieza a ser una droga…

En cuanto resucite el blog, volveré a comparar titulares. Paciencia. Y gracias por los avisos.

Saludos

JAMS

lo dijo JAMS · 10 Octubre 2006 | 10:24 AM «

Como ven, mi llamada de socorro a Fede -el responsable técnico de 20minutos.es– ha dado resultado y el blog ha resucitado.

Y aquí están las dos portadas de costumbre:

Se ve que El Mundo no tenía noticias de primera (¿Se olvidó de la bomba atómica norcoreana?) y ha metido la probable gestión del obispo Uriarte para acabar con la huelga de hambre del etarra De Juana a toda página (el no va más).

Es el viejo truco de poner lo más grande posible una pequeña noticia para hacer creer al lector poco avisado que se trata de una gran noticia, al menos tipográficamente.

El País lleva la misma noticia pero a una columna, con este titulo:

El fiscal propondrá una notable rebaja en la petición de penas al etarra De Juana Chaos

El Páis, y la práctica totalidad de los diarios nacionales de todo el mundo (salvo el que lleva este nombre) con la prueba nuclear de la infame dictadura norcoreana.

Del intento de acabar con el refugio de las cigüeñas de Las Navas del Marqués no hay ni una sola línea en la portada de El Mundo (sólo una columnita en su interior, y de salida en página par; o sea,lo mínimo minimorum. El País, en cambio, se regodea, en lo que puede considerarse como una exclusiva suya, con este titular a dos columnas en primera:

Cómo arrasar un pinar con los infomres en contra

Pero lo que más contrasta hoy de ambas portadas es el distinto tratamiento que recibe el juez Garzón, que denuncia en El País:

Garzón denuncia que sufre un «brutal ataque» por «pretensiones políticas»

Sin embargo, en El Mundo el juez «fracasa»:

Fracasa el último intento de Garzón de mantener abierta una causa penal separada contra los peritos

El País le dedica al asunto este comentario editorial:

EDITORIAL

Ante el amparo

La Comisión Permanente del Consejo del Poder Judicial, constituida por cuatro vocales y el presidente de la institución, Francisco José Hernando, deberá hoy por tercera vez decidir si ampara o no al juez Garzón, acusado públicamente de fabricar las diligencias sobre el informe del ácido bórico y de imputar prevaricadoramente por falsedad a sus autores. En esta ocasión, la mayoría de esta Comisión -los dos vocales propuestos en su día por el PP y el presidente del Consejo, habitualmente alineado con los vocales conservadores- ya no puede poner como pretexto para eludir un pronunciamiento que el juez afectado no ha solicitado el amparo.

Garzón lo ha solicitado formalmente y, por si había alguna duda sobre sus pretensiones, las reiteró ayer en un nuevo escrito al Consejo. Ese amparo lo plantea de manera expresa frente a las imputaciones que le han hecho tres medios de comunicación, que forman bloque a favor de la teoría de la conspiración sobre el 11-M; el diputado del PP Jaime Ignacio del Burgo, propagador entusiasta de la misma teoría; y el vocal del Consejo José Luis Requero, que en una iniciativa insólita y filibustera denunció por su propia cuenta a Garzón, saltándose a la torera la independencia y la imparcialidad a la que le obliga su condición de vocal de la institución.

La iniciativa de Garzón hace todavía más inanes las disquisiciones que han hecho Hernando y algunos vocales sobre si se siente el juez intimidado u ofendido en su honor. Lo que se ha dicho de este juez es algo más grave que un atentado al honor, pues afecta objetivamente a la función jurisdiccional que ejerce. ¿O no afecta a la función, además de insultar al juez, tildarle como han hecho sus acusadores «de torturador nazi», como antes hicieron con Del Olmo al que llamaron «guiñapo humano», «despojo» e «inútil»?

El Consejo debe decidir si señalar públicamente que en la Audiencia Nacional existe un juez prevaricador afecta o no a la jurisdicción como tal -a su credibilidad y a su prestigio- y supone una gravísima perturbación de su independencia en el ejercicio de sus funciones. Dar por buenas las imputaciones delictivas proferidas contra Garzón obligaría, en buena lógica, a que el Consejo las investigara con las naturales consecuencias, bien para el juez, bien para sus calumniadores. El Consejo está obligado, por tanto, a pronunciarse y a responder claramente a lo que le demanda Garzón: si se ha perturbado su independencia y se ha interferido gravemente en su actividad jurisdiccional tanto en el caso del ácido bórico como en el sumario sobre el atentado de Casablanca.

—-

Esta es la viñeta que publica El Periódico de Cataluña sobre el asesinato de nuestra colega rusa. (Me la envía Imagina. Gracias)

Y ahí va también una carta de un lector de El País sobre el mismo caso.

Los peritos «dicen» o «confiesan»…
El Gobierno «pretende», Interior «expulsa»

En El Mundo, “los peritos dicen…”. En El País, “los peritos confiesan…”.

En el periodismo declarativo, tan en boga, apenas hay diferencia entre “decir” y “confesar”. Cuestión de matices. Sin embargo, lo que dicen o confiesan los citados peritos en cada periódico se parece como la noche y el día. Desde luego, el distinto tratamiento que ambos diarios han dado a “la trama del ácido bórico” es digno de una tesis doctoral o de una antología del disparate.

Si uno lee sólo El País no entiende por qué tales peritos relacionaron el ácido bórico con ETA, ya que ahora confiesan “que el vínculo con ETA carece de base”.

Si uno se atreve a leer sólo El Mundo –algo muy poco recomendable para quienes sean proclives a usar más la razón que la fe- comprobará la enorme relevancia que tiene para los mismos peritos incluir a ETA en su informe sobre el ácido bórico y el 11-M. Vienen a decir que sus jefes policiales no respetaron su informe pericial porque habían incluido a ETA con relación al 11-M.

¿Por qué incluyeron la relación de ETA con el 11-M en su informe (no respetado por sus jefes) si ese vínculo “carece de base”, según “confiesan” ahora?

¿A quién quería servir o confundir el perito Manuel Escribano al vincular a ETA con el 11-M en base al “matacucarachas” que abunda, por lo visto, en tantos hogares?

¿Lo hizo el perito por su cuenta y riesgo o se lo pidió alguien?

Parece un cuento de héroes y villanos, según el diario con que se mire.

En El País, el juez Baltasar Garzón va de Caperucita Roja, mientras la jueza Gemma Gallego –“de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura”- va de loba feroz.

En El Mundo, sin matices, se han cambiado los papeles: Garzón es el lobo feroz y la Gallego es Caperucita.

A cuatro columnas, El Mundo titula con un dudoso verbo cargado de intención (“pretende”) adjudicado al Gobierno. El titular supone que el “El Gobierno pretende…” algo. Acompaña la información libremercadista con un editorial antiproteccionista del mismo sesgo y con este titular:

El PSOE recompensará al cine español a costa del mercado

Curiosamente, la derecha nacionalista española, habitualmente proteccionista en la reciente historia de España, se ha hecho de pronto librecambista o neoliberal de la mano de Pedro Jota Ramírez.

El País no da en su portada ni una línea de este asunto del cine español que parece ser tan vital para El Mundo como para darle las cuatro columnas de primera.

En su lugar, manda a cuatro columnas con un piropo indisimulado al Ministerio del Interior:

Interior expulsa en sólo dos semanas a más de 2.000 “sin papeles” senegaleses

Obsérvese la escasa neutralidad de la valiente expresión “…en sólo dos…a más de…”

Creo que deberían reservar el “sólo” para ocasiones menos sospechosas de querer echar una mano al Gobierno. O más relevantes para justificar su uso o abuso.

No hay palabras inocuas ni gratis. Todas tienen un precio.

Contra los peritos, en El País; contra el juez, en El Mundo
¿»Zabía» o «no zabía» de los chachullos de Porto»

El Mundo no saca a su portada el presunto escándalo urbanístico millonario del PP en la Comunidad de Madrid, que ha provocado ya la dimisión del Director general de Urbanismo del gobierno de Esperanza Aguirre, Enrique Porto.

En su lugar, coloca en primera página otro presunto escándalo urbanístico de poca monta de un sobrino del presidente andaluz, Manuel Chaves, a quien se le adjudicó un trabajo que “consistía -según El Mundo– en reponer la cubierta de una piscina construida por la misa empresa” .

Chaves ha calificado esa información exclusiva de El Mundo de “patética”.

Cuatro políticos con cinco manos

En la misma página, sí han pillado al presidente Chaves con el carrito del helado. Y, desde luego, ha hecho un ridículo parecido al que hizo Lenin cuando borró a Trotski de la foto famosa (o del cuadro al óleo, que ya no recuerdo) en la Plaza Roja de Moscú.

Algún listillo de la Junta le ha querido hacer un favor al presidente andaluz y le ha dejado con el culo al aire. Ahí quedan las dos fotos: cuatro políticos con cinco manos. Al menos, le ha dejado meter mano al alcalde «manco» de Málaga (que es del PP) pero sin decir que era la suya.

¿Zabía o «no zabía»?

Sobre el caso del recién dimitido Porto, El Mundo sale al rescate galante del consejero del PP, Mariano Zabía, y titula a toda página interior sobre una gran foto suya:

El consejero que no sabía

El País dedica su página interior a «La corrupción urbanística» del PP en Madrid con el caso Porto.

La campaña electoral ha comenzado.

¡Abróchense los cinturones!

Ahí va una perla de www.escolar.net:

Pedro J. 1912…El agujero del Titanic

Glorioso, glorioso.

Publicado por Rogue Two en los comentarios de la noticia anterior

Regreso al Futuro: si Pedro Jota hubiera vivido en 1912; Portadas de The Times de Londres

15/4/1912 : «El Titanic se hunde en el Atlántico: se temen más de 1500 muertos»

16/4/1912 : «La causa del hundimiento del Titanic fue el choque del navío contra un iceberg, dicen los expertos»

17/4/1912 : «El capitán Smith llevaba exceso de velocidad por órdenes de la naviera, por lo que no tuvo tiempo de esquivar el iceberg, revelan los interrogatorios»

18/4/1912 : «La oposición sugiere que pudo deberse a un atentado terrorista irlandés. Scotland Yard insiste, sin embargo, en la teoría del iceberg»

1/5/1912 : «El gobierno niega la posibilidad de un atentado irlandés, a pesar del hecho de que en el Titanic viajaban cientos de irlandeses»

3/6/1912 : «Un primo de un ministro de Irlanda tenía pasaje en el Titanic pero perdió el barco. El gobierno niega la pista irlandesa e insiste machaconamente en la teoría del iceberg»

21/9/1912 : «La versión oficial del iceberg pierde fuerza: el primo del ministro irlandés perdió el barco porque ‘tuvo un contratiempo a la hora de subir al tren hacia el puerto de Southampton’, pero el gobierno de Irlanda no da más detalles. Queremos saber.»

6/1/1913 : «El Gobierno irlandés sigue negando los detalles a la ciudadanía de por qué el primo del ministro perdió el tren de Southampton.»

7/3/1913 : «Varapalo para la versión oficial del iceberg: sorprendentes revelaciones indican que el primo perdió el tren porque la noche antes había estado conspirando con un amigo suyo, policía de Dublín, casualmente»

8/3/1913: «El primo irlandés declara, sin aportar prueba alguna, que no estuvo conspirando sino cenando tranquilamente»

9/3/1913 : «Informe oficial filtrado por el gobierno insiste en la teoría de que un iceberg hundió el Titanic, pero no dan detalles de la cena del primo irlandés. ¿Qué tienen que ocultar?»

21/3/1913 : «Bomba informativa: el policía de Dublín con el que cenó el primo tenía una pistola en casa, parecida que la que usan habitualmente los rebeldes del Ulster»

24/3/1913: «Informe oficial con las declaraciones del presidente de la naviera: presionado salvajemente por un juez declara que ellos dieron la orden de que el barco navegara más rápido. ¿Por qué ese juez no investiga también al policía de Dublín?»

8/4/1913: «Una vecina del policía de Dublín confirma que la pistola es del mismo modelo que las que usa el IRA»

11/7/1913: «El gobierno oculta a la ciudadanía la verdad: la oposición exige saber con certeza la marca de la pistola del policía de Dublín»

26/7/1913: «El gobierno quiere tapar la verdad a los ciudadanos, firmando como una cortina de humo una vergonzosa ley para que los barcos naveguen más despacio cuando vayan entre icebergs»

30/7/1913: «El policía irlandés indica la marca de su pistola, contradiciendo la versión de su vecina. Queremos saber. La versión oficial se desmorona»

4/9/1913: «El policía irlandés, apartado del cuerpo por pegar a un detenido: el gobierno se deshace de sus testigos claves, intentando borrar pistas»

9/9/1913: «El investigador independiente Louis Pinewood, en su nuevo libro, revela que en la cena del primo irlandés con el policía se habló de barcos, según las declaraciones del camarero»

10/9/1913: «El primo irlandés confirma que se habló de barcos, pero lo justifica diciendo que es normal, ya que al día siguiente iba a tomar uno»

11/9/1913: «El camarero del restaurante de Dublín intenta salpicar a este periódico, y dice ahora que fue pagado para hacer sus declaraciones, cosa completamente falsa»

12/9/1913: «El camarero del restaurante de Dublín tenía una hermana que trabajaba en los astilleros del Titanic. La versión del iceberg comienza a resquebrajarse. La oposición pide la dimisión del gobierno»

15/9/1913: «El prestigioso investigador Louis Pinewood demuestra que es imposible que un iceberg hunda un barco, como se puede comprobar frotando un cubito de hielo contra un barco. ¿A quién pretende engañar el gobierno?»

20/9/1913: «La academia de ciencias británica (pagada por el gobierno) trata de humillar a Louis Pinewood y apoya la versión oficial del iceberg. La situación apesta a golpe de estado. Ya ni los científicos se salvan»

21/9/1913: «Se halla ácido cítrico en la cocina del primo irlandés, en el interior de un limón: manifestación mañana en Trafalgar Square para exigir la verdad.»

Publicado por Fernando Berlín a las Octubre 5, 2006 10:35 AM | TrackBack»

Fiscales y peritos, cada uno en su trinchera

EDITORIAL

Como Pilatos

EL PAÍS – Opinión – 04-10-2006

«Nunca a un juez se le ha acusado públicamente de manera tan clara y rotunda de prevaricar como se ha hecho con Garzón, a raíz de su decisión de aceptar inicialmente la competencia en el caso del informe sobre el uso de ácido bórico como sustancia explosiva y de imputar a sus autores por falsedad en documento oficial. Al juez Del Olmo, instructor del sumario sobre el 11-M, también se le tachó, entre otras descalificaciones, desde el PP y su entorno mediático, de ser un pelele en manos de la policía, lo que en román paladino quiere decir prevaricar, pero con Garzón se ha elevado el listón al acusarle nada menos que de fabricar artificiosamente el proceso para criminalizar a unos inocentes y satisfacer los intereses del Gobierno.

La virulencia y gravedad de tales imputaciones sólo se explican por la decepción que ha debido causar a sus acusadores que Garzón desbaratara sus planes, primero haciéndose judicialmente con el asunto, y después descubriendo el pastel que pretendían vender a la opinión pública presentando como víctimas de la falsificación a sus presuntos autores. Pero lo más escandaloso es la actitud de los vocales del Consejo General del Poder Judicial afines al PP que, en lugar de dar amparo y salir institucionalmente en defensa de un juez acusado pública y explícitamente de prevaricar, como querían el resto de los vocales, han optado por mirar hacia otro lado, limitándose a una piadosa llamada a «la prudencia» en la crítica de las resoluciones judiciales. No es lo mismo imputar un delito a un juez -fabricar un proceso al servicio del Gobierno- que hacerle una crítica, por acerba que sea.

Tampoco se tiene en pie el pretexto alegado por los vocales afines al PP para eludir su amparo a Garzón: la investigación sobre el trato dado por el juez a los peritos imputados por falsedad, que fue solicitada por su compañero José Luis Requero, bien conocido por su extremismo ideólogico y reputado por su comparación del matrimonio homosexual con «la unión entre un hombre y un animal». Más bien suena a excusa. La obligación del CGPJ es amparar, como ha hecho en otros casos, la independencia de los jueces. Y si alguien cree que ha vulnerado la ley en su actuación, tiene los caminos adecuados para denunciarlo, sin que la mera petición de investigación pueda convertirse en la acción que paraliza al CGPJ, y con mayor razón todavía cuando el denunciante es a la vez juez y parte en el órgano que debe resolverla en última instancia.

Están claros los propósitos obstruccionistas de José Luis Requero, que deja a la institución bloqueada desde su interior, con el natural regocijo de quienes han perpetrado el ataque al juez. Aunque lo que en realidad han pretendido los vocales afines al PP es obedecer las órdenes impartidas por los acusadores de Garzón por miedo a provocar su ira, y lo que es más grave, por compartir sus delirios conspirativos sobre el 11-M en detrimento de la instrucción judicial.»

FIN